viernes, enero 30, 2009

Se viene el "Día García" - 1 de Febrero

Se "festejará" el l febrero por iniciativa de una radio de Pinamar, que así quiere agasajar al artista. Ese día se escucharán sólo temas de Charly y testimonios de amigos, conocidos y fans.

El próximo domingo 1 de febrero, Estudio Playa FM 98.1 Pinamar, institucionalizará el "Día García" para agasajar al artista que lideró los grupos Sui Generis La Máquina de Hacer Pájaros y Seru Girán.

La propuesta de la emisora es que durante las 24 horas se escuchen temas del músico, compositor y cantante que es uno de los principales hacedores de la cultura popular argentina.

A lo largo de la jornada habrá testimonios de sus amigos, de músicos y periodistas y además se repasarán entrevistas que Charly ofreció en Pinamar

Fuente Telam

miércoles, enero 28, 2009

Charly Garcia recuperado


Luego de 16 años y con un talento intacto, Elton John (61) regresó a la Argentina para revalidar porqué sigue siendo una leyenda de la música. Dueño de una eterna habilidad para el piano, un título de caballero de la Corte Inglesa que alimenta el mito, y un carisma que desafía el tiempo, el cantante desembarcó con sus canciones en el Estadio de Boca Juniors para repasar muchos de los éxitos de sus 40 años de trayectoria. Todo sucedió el jueves 22 de enero y frente a 25 mil personas, y cuando los primeros aplausos le dieron la bienvenida al artista británico, provenientes de los famosos invitados que disfrutaron de su concierto desde el VIP Gold dispuesto en exclusiva por CARAS y en una convocatoria que también incluyó un concurso que premió a sus lectores con acceso al show. En una noche de grandes expectativas, la gran sorpresa fue la llegada de un recuperado Charly García (57), en su primera salida luego de su aguda crisis y posterior recuperación. Es que el icono del rock argentino es un gran admirador del artista inglés, con quien comparte tanto un dominio absoluto del piano como un genio creativo sin discusión.

Antes, ya había pisado el escenario James Blunt, el ex soldado del ejército británico devenido en músico y, en esta nueva gira de Sir Elton, el encargado de abrir sus recitales. En una noche donde las baladas y los acordes del pop dominaron la apuesta, no faltaron los exóticos atuendos que hicieron famoso a Elton,—ataviado en esta ocasión con sus clásicos lentes color lila y un frac negro con lentejuelas verdes y vivos turquesas— ni la devolución del afecto del músico hacia su público. Luego de abrir su presentación con el instrumental “Funeral for a Friend/Love Lies”, Elton se paró sobre su silla y dijo estar “muy contento de haber vuelto a la Argentina”. Acto seguido, calificó al público de “maravillosa gente”. Luego, durante “Tiny Dancer”, el cuarto tema del repertorio, el artista intercaló los principales acordes de la ópera rock Evita, “Don Cry for me Argentina”, de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, y arrancó en un guiño cómplice la ovación del estadio. Parece que la estadía del artista en Buenos Aires le deparó satisfacciones tanto arriba como debajo del escenario: ni bien llegó a la Argentina, el genial cantante salió a cenar por Puerto Madero, elogió la carne argentina, firmó autógrafos a sus fanáticos, y hasta salió a comprar antigüedades por la calle Alvear, aún vestido con sus coloridos trajes y a pesar de los 30 y pico grados de temperatura. Antes de partir rumbo a Chile, tenía previsto trasladarse desde el hotel Park Hyatt, donde estuvo alojado, para tener un encuentro oficial con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Casa de Gobierno, ya en la tarde del viernes, aunque éste no se concretó, por lo que decidió hacer shopping.

Pero de regreso a la noche del jueves y dentro del palco de prensa, los aplausos y elogios de Charly hacia el caballero de la música continuaban sumándose. “Me encanta el recital y todos sus hits. Es un gran maestro y tocó el piano por más de dos horas sin parar. Me gustó mucho y sería un placer poder conocerlo personalmente”, dijo García. Con un vaso de gaseosa en la mano, un semblante sereno, y un humor renovado, el músico argentino se sentó en la primera fila. Había llegado al estadio a las 21:45 acompañado por Nazareno Casero, Guillermina Valdés, y Rosario, Julieta y Sebastián Ortega, los hijos de Ramón “Palito” Ortega, el artífice junto a toda su familia de la gran recuperación del artista. Todo el grupo lo había ido a buscar al campo que la familia posee en Luján y donde Charly continúa su restablecimiento, luego de aquel dramático incidente en un hotel de Mendoza, dos internaciones psiquiátricas y otra por neumonía. Ya aumentó diez kilos gracias a la combinación de asados, torta y helados, camina, nada y hace ejercicios de elongación con un personal trainer, a fin de preparar los músculos adormecidos por los medicamentos que le dieron para combatir la abstinencia y mejorar la flexibilidad de sus piernas y brazos para tocar la guitarra y el piano. También se traslada dos veces por semana hacia el centro porteño a fin de continuar con los tratamientos médicos que incumben a su recuperación. Toda una realidad de cambio que el músico asimila con lucidez, mucha paz y gran entusiasmo. “Sé que de todo esto saldrá algo muy bueno. Me estoy recuperando y cada día me siento mejor. ”, dijo Charly. Sus amigos sonríen al escucharlo. Dicen que tiene muchos deseos de volver a la música y que ya compuso cinco temas en el estudio que Palito tiene en su casa de Luján. Hacia el final del show de Elton John, cerca de la 2 de la mañana y muy conformes por la calidad del espectáculo, Charly y todo su grupo abandonaron la Bombonera para calmar el apetito en el restaurante Ruffino, donde su dueño, Cucho Fasce, les preparó un mesa con pastas caseras y pizzas a la parrilla. Dejaron el lugar pasadas las tres y Charly partió nuevamente rumbo a su refugio de Luján. “Dejarse curar o cuidar es bueno también. Y no tengo apuro. Estoy rejuveneciendo y me entusiasma el cambio (...)Tengo que seguir trabajando para estar al cien por cien. Me da mucha curiosidad pensar en todo lo que puede venir”, confesó el artista a la revista Newsweek, en diciembre pasado. Y ahora, en su primera salida, verlo sonreír y hacer con sus dedos el gesto de paz permite soñar que para Charly dicha seña simboliza mucho más que un gesto.


Fuente: Revista Caras

martes, enero 27, 2009

Fernando Szereszevsky: Charly no va a estar en la muestra

"Para todos los que me escribieron preguntando sobre si habia una muestra de pinturas de Charly, la respuesta es contundente: NO.
EL artista gustavo masso, presenta una muestra de pinturas, de las cuales solo una tiene que ver con Garcia. Algunos medios vendieron como que la muestra es de Charly y que el va a estar ahi todos los dias, nada de esto es verdad.
El sigue grabando el nuevo disco, disfrutando de la pileta y de los asados.
Saludos para todos y gracias!!!"

Fernando Szereszevsky

domingo, enero 25, 2009

El roquero Charly García sueña con volver tras recuperarse de las drogas

El legendario roquero argentino Charly García, de 57 años, trabaja para sentirse "al cien por ciento" y sueña con regresar como un 'Charly de lujo', dijo en la primera entevista tras seis meses de ingresos y tratamiento para recuperarse de su adicción a las drogas.

"Tengo que seguir trabajando para estar al cien por ciento. Me da mucha curiosidad pensar en todo lo que puede venir. Ya voy pasando el examen, me falta la guinda (del postre). Y lo que seguirá... qué sea 'Charly de lujo'", dijo el músico en una entrevista exclusiva con el semanario Newsweek de Argentina.

Con 10 kilos más y la dentadura arreglada, 'Charly' lleva un nuevo estilo de vida en la casa de campo que le ofreció como refugio el ex político y músico Ramón 'Palito' Ortega, en la localidad de Luján (80 km al norte). "En vez de la pared, veo árboles", dijo sobre el lugar donde sigue su recuperación, supervisado por una jueza, enfermeros, asistentes terapéuticos, desde octubre, después de haber pasado 82 días en un neuropsiquiátrico, para tratar su adicción a las drogas y al alcohol.

Al analizar sus últimos seis meses, aseguró que "lo más difícil fueron las internaciones. No tendrían que existir estos lugares, siento mucho por los que todavía están ahí. Lo peor yo ya me lo banqué (soporté)" y confesó que lo que más sufrió fue "estar atado a la cama".

El autor de temas emblemáticos como 'Canción para mi muerte', 'Inconsciente colectivo' y 'No bombardeen Buenos Aires' confesó que su mayor miedo era "quedar un poco lisiado del corazón por sufrir tanto". No obstante, no reniega de la vida poco ordenada que llevó durante 30 años y lo puso al límite meses atrás: "no es el demonio que te pintan, pero tampoco un lecho de rosas".

El líder de míticas bandas de rock como Serú Giran y Sui Generis había sido ingresado en junio en Mendoza por una neumonía, tras protagonizar un escándalo en un hotel de esa ciudad, a 1.000 km al oeste de la capital.


Fuente: AFP

lunes, enero 19, 2009

El regreso: Charly García inaugura una exposición de pìnturas sonoras

Después de un año convulsionado, el 2009 pinta bien para Charly García. Es que el próximo 5 de febrero, junto al artista plástico Gustavo Masó, Charly inaugurará la muestra "El que el mundo se olvidó", en el Centro Cultural Recoleta, de la ciudad de Buenos Aires.

Se trata de una serie de pinturas que, gracias al sistema cuadro-fónico, transforman la exposición en un evento multimedia. Se trata de un método que, mediante cables, conecta las obras con parlantes y hace del espectador también un oyente.

¿Y por qué Masó eligió a García como musa? "Yo no lo elegí a él, él me eligió a mí", dice el pintor. "El es el puente que elijo para dar mi visión de mundo. Y además siento que tenemos una conexión permanente, que trasciende mi fanatismo. Me pasó hace poco que pinté un cuadro y tenía mucho que ver con la quinta de Palito y con cómo está él hoy. Pero recién me di cuenta de eso cuando vi cómo estaba ahí".

La muestra será a oscuras, para resaltar con las luces las imágenes expuestas. "También va a haber una serie de displays electrónicos con epígrafes y textos complementarios a las obras. Va a ser bastante futurista", anticipa Masó, que también es músico y compartió zapadas en la casa de Charly.

Además de sus obras (fotos de García intervenidas por pinturas de Masó), habrá obras del propio Charly, caóticas, con un estilo grafitero comparable al de Jean-Michel Basquiat.

-¿En qué categoría te ubicas como artista?
Siempre tuve la idea de que la conexión de los sentidos es clave para la creación: lo que el artista ve puede decantarse en su cabeza como un sonido, y lo que escucha, como una imagen. A mi me paso eso siempre y como hago las dos cosas, la competencia entre música y pintura no existe. Compagino y creo, me paso un mes pintando y luego un mes tocando, y hago mucho eso de pintar acerca de mi música y de tocar acerca de mis pinturas.

-¿Qué opinas acerca del aporte de Charly sobre el rock nacional?
El aporte es absoluto. Igual su aporte trasciende lo musical. Yo digo que Charly representa lo ultra local, y no se alcanza lo universal sino por medio de lo ultra local. Él esta en lo cotidiano, aparece en los espejos, en mis fosfenos, en mis gestos, en mis palabras, en mi arte, y eso lo hace universal. No todos los oídos pueden estar a la altura de su música, el escucha el futuro, y los demás apenas pueden interpretar el pasado.

-¿Cómo es la conexión con Charly?
Es extraño porque pasan cosas: hay algo que va en paralelo. Permanentemente me pasa que pienso o hago cosas y luego el las dice o las hace, y viceversa, el dice o hace cosas que yo digo: "mi cabeza hubiera actuado igual...", el no sabe esto que te digo.

-¿Por qué "El que el mundo se olvidó"?
Luego de la muestra "El hombre que huyo del mundo" (con referencia a mi), titulo modificado por Garcia como "el mundo que huyo del hombre" (con referencia a él) en el Centro Cultural Borges, surgió la idea de "el que el mundo se olvido". Una ambigüedad, porque puede ser la persona olvidada o la persona que se olvido del mundo, y creo que uno se va sintiendo de las dos maneras hasta que muere de pena o encuentra a su musa.

Fuente: La Capital

sábado, enero 17, 2009

Las pinturas de Charly García


Junto al artista plástico Gustavo Masó, el músico se recupera de un año difícil y expondrá en el Centro Cultural Recoleta una serie de cuadros con sonido.

Después de un año convulsionado, el 2009 pinta bien para Charly García. Es que el próximo 5 de febrero, junto al artista plástico Gustavo Masó, Charly inaugurará la muestra El que el Mundo se Olvidó, en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930. Se trata de una serie de pinturas que, gracias al sistema cuadro-fónico, transforman la exposición en un evento multimedia. Se trata de un método que, mediante cables, conecta las obras con parlantes y hace del espectador también un oyente. "Me acaricia el ego que alguien me haya tomado de inspiración", dijo alguna vez García, que en 2005 colaboró en la muestra El Hombre que Huyó del Mundo / El Mundo que Huyó del Hombre, del mismo autor ¿Y por qué Masó eligió a García como musa? "Yo no lo elegí a él, él me eligió a mí", dice el pintor. "El es el puente que elijo para dar mi visión de mundo. Y además siento que tenemos una conexión permanente, que trasciende mi fanatismo. Me pasó hace poco que pinté un cuadro y tenía mucho que ver con la quinta de Palito y con cómo está él hoy. Pero recién me di cuenta de eso cuando vi cómo estaba ahí." La muestra será a oscuras, para resaltar con las luces las imágenes expuestas. "También va a haber una serie de displays electrónicos con epígrafes y textos complementarios a las obras. "Va a ser bastante futurista", anticipa Masó, que también es músico y compartió zapadas en la casa de Charly. Además de sus obras (fotos de García intervenidas por pinturas de Masó), habrá obras del propio Charly, caóticas, con un estilo grafitero comparable al de Jean-Michel Basquiat.

Por Humphrey Inzillo

Fuente RollingStone

jueves, enero 15, 2009

La pasión y el descontrol según Charly García


Charly habla sobre el vuelo desde el noveno piso, Menem, la droga, la sinfonía que está componiendo, sus enemigos, su miedo a la soledad, sus obsesiones. ¡Volé! Es el sueño del hombre. ¿no?, desafía.

La escena empieza un viernes a la noche en un bar, y parece congelarse cuando Charly García entra, aerosol en mano. Ese lugar es solo el comienzo, porque el tiempo y el espacio del encuentro los define García. Puede seguir en un remís rumbo al Colón, en una corrida frenética por la calle Libertad, o en su casa frente al shopping.

Puede estar solo. O con su prima inseparable, o con Marcelo, su manager. Puede hablar apasionado sobre un tema y dejar abruptamente la charla para dibujar. Pero es él quien maneja los tiempos y los climas. García puede ser un chico jugando con los cestos repletos de minidisc en los que acumula cientos de canciones grabadas. Cuando las preguntas lo incomodan —si tratan sobre la madre, por ejemplo—, responde con música. Con mucha música. Cuando no quiere contestar parece que hasta las paredes de su habitación pintada sonaran. Propone compartir temas nuevos, y es imposible decirle que no. Es Charly García y sabe como nadie reemplazar con buenos temas los silencios. "No me tiré por la prensa, ni por la cana, ni por los políticos, ni por el gobierno. Me tiré... por vos", arranca García desde su pianito.

—¿Para qué sirven las notas?

—En algunos casos para difundir la obra del artista pero la mayoría para que la revista gane plata y poner de muy mal humor al artista. Porque generalmente las notas tienden a chabacanizar o a burlarse o a acusar o a pontificar o generar sospechas. Es un negocio despiadado sin ninguna consideración sobre la calidad del artista. Les da lo mismo Rodríguez que García. Y para criticar.

—Te siguen pesando las críticas?

—No hay ningún crítico acá capaz de criticarme. No están capacitados. Hablan de si García está bien o mal, dicen pelotudeces más grandes que una casa como que yo no puedo cantar o que no compongo.

Se ponen en ridículo porque cuando la gente me viene a ver se da cuenta de que los paso por encima con un camión. Lo que pasa es que a esta altura ya no pueden decir la verdad porque tendrían que admitir que estuvieron equivocados toda la vida. Para criticarme, ¿con quién me comparan? Cuando estrene la sinfonía se van a tener que pegar un tiro. Y se va a poner en evidencia que sus críticas estuvieron basadas en celos y envidias y de música, nada.

—Cuál fue la crítica que dolió?

—Doler, no me duele nada. Pero me hinchó las pelotas cuando estaba en la clínica y me sacaban fotos y después me gritaban: “iAguante, Charly!”. Muy, muy cínico. O cuando hay tipos que te provocan para que vos reacciones y después te meten un juicio. O cuando persiguen a mis amigos.

—Llegaron a perjudicarte?

—Cuando presentarnos Serú Girán en Obras, el diario La Opinión nos destrozó, directamente. Y eso nos hizo volver a los bolichitos de una. Cosa que hicimos.

—Pero a esta altura de tu carrera cuesta creer que la prensa tenga el poder como para incidir en la gente que te sigue...

—La prensa no tiene poder. Punto (risas).

—Sin embargo, dicen que leés todo.

—¿Sabés qué pasa? Si yo miento, o digo las cosas que a mí me parecen o hago las notas para que me lea Mercedes Sosa, ¿cómo voy a creer en las noticias?

—¿Mentís mucho en las notas?

—Lo que se merecen (risas). Es jodido ser periodista porque es un escalafón muy bajo... no digo todos pero... el acoso, la falta de respeto, la foto a cualquier precio. Cuando me tiré en Mendoza, ¿qué otra cosa estaban haciendo los periodistas ahí abajo si no era esperando que me tirara?

—El episodio de Mendoza terminó por saturarte...

—Fue una combinación de saturación de todos: los de la prensa, unos boludos. La policía de allá, todo. Y yo que había ido concientizado para hacer un papel para la secretaría de no sé qué. Eso sí me superhirió. Y se las voy a cobrar.

En el auto camino al Colón, García está reconcentrado, dibujando. Así ni se percata que de fondo suena un tema de ABBA Teens. Su prima, acompañante incondicional, le alcanza lo que "el primo" pide: pinceles, pasteles, crayones o la cinta John Flex, con la que hace un rato se encintó una zapatilla plateada.

—Hace mucho estás dibujando?

—Desde que me enteré que podía.

—Cómo fue eso?

El primer instrumento que toqué fue una citarita. Abajo tenía dibujos e iba tocando las canciones. La música tiene mucho que ver con el dibujo. Para hacer la sinfonía con (Gabriel) Senanes, que es mi socio, nos manejamos siempre con imágenes y dibujos. Ahora lo hace la computadora que lo arregla todo. Vos desafinás y te aúna. Así ahora hay varios pero... (risas) igual desafinan.

—Contame de la sinfonía...

Charly se queda callado, deja los pinceles de lado, se incorpora y muy, muy serio, esta vez toma los lápices y el papel para explicar el proyecto que lo obsesiona: la sinfonía que espera estrenar en el Colón. Quiere que se entienda, que no queden dudas. Dibuja, habla, gesticula: no le importaría pasarse horas hasta que cada uno de los puntos queden claros. Es didáctico, García.

—La orquesta no está abajo, está arriba, ojo al piojo Ciento veinticuatro personas. La primera parte es tipo bien clásica, armónica, suave, mística acústica. Es la parte interior de uno. La introducción. La segunda parte se llama caos y es un despelote porque cada instrumento toca como se le da la gana —aparentemente—, pero todo combina.

—¿La pensaste para el Colón?

—Yo no la pensé para el Colón. A mí me o-fre-cie-ron tocar la sinfonía para el año 2000 y dije que sí. Bueno, el asunto es así. Termina con dos cellos, un hombre y una mujer, tocando una nota si y todos los demás se van yendo. Pasión, caos, si. Va a durar 74 minutos, pero pueden ser 75 (risas). Los instrumentos van a tocar al revés, ojo al piojo; Va a haber motivos musicales de todo lo que hice y lo que hago en mi vida. Todo va a estar ahí.

—¿Ciento veinticuatro personas?

—Sí, pero al final se van a ir. Algunos se tienen que ir. Como en la vida. Se tienen que ir los boludos... Es bastante parecido a lo que quiere decir Say no more: la invención de una nueva raza. Así como está el asunto no hay futuro.

—Te sorprendió la repercusión que tuvo el encuentro Charly Charly7

—Y, pasó algo habitual. La noticia fui yo y no ellos. Al que me invitó fue a mí. ¿Cómo no iba a ir? ¿Cómo no iba a ir a verlo? Además, ¿vos tenés idea lo que pasó ahí? Andy Warhol, loca! Una mano así.

—Fuiste porque era el Presidente, porque tenías buena onda con él o porque tenías ganas de divertirte?

—Fundamentalmente porque soy argentino y si me invitan a la quinta de Olivos para una cena, voy. Porque además voy a tener la oportunidad de expresar mis opiniones.

—¿Lo hiciste?

—Claro que sí. ¿Alguna vez lo viste al Charly llorando?

—¿Lloró?

Una lágrima.

—¿Por algo que le dijiste?

—Por una canción.

—¿Cuál?

—¿La política te interesa?

—(risas)Me está empezando a seducir —por ahora como un dispara te— la fórmula Charly-Charly para el 2003.

—Para llegar a presidente tenés que tener alguna propuesta...

—OK: Say no more. Rock and roll al poder. Charly-Charly 2003. ¿Sabés lo que significa rock and roll al poder?

-No.

—Que todo lo que está mal está bien. ¿Sabés lo que sería? Buenísimo. Que todo lo que esté mal esté bien, ¡aunque sea por un par de días!

—¿Cuál seria tu primera medida de gobierno?

—Diría: vago, ¿querés hacer lo que se te cante el orto? OK. Rock and roll al poder.

—¿No van a existir prohibiciones de ningún tipo?

—Sí, voy a prohibir a los caretas, Voy a prohibir las corbatas, y los que no tomaron nada en todo el día, ¡a la cárcel! (risas) va a estar buenísimo, ¿o no?

—!Vas a pintar Olivos con aerosol?

—No. Voy a dejarlo como está. Yo, en realidad, no voy a hacer nada. Gano y a la semana me voy.

—A la semana?

-Sí, pero... ¿sabés qué semana? (risa).

Hay gente esperándolo en la puerta. Algunos suben con él. y otros tendrán que limitarse a entregar sus ofrendas —que pueden ser dibujos, poemas o vinos— y partir, sin que el artista les dedique siquiera una mirada. Todo en su casa parece limpio y caótico. Un televisor gigante y pintado de plateado domina el living. Y su cuarto parece el de un adolescente fanático de... Charlv García. Hay instrumentos, compacts, atados de cigarrillos, hojas blancas, pinceles. La cama apenas asoma bajo una montaña de objetos difíciles de identificar. Invita a sentarse y antes que uno pueda preguntarle dónde, con un manotazo certero, barre de objetos la cama, y como un excelente anfitrión, hace un lugar en su lugar.

—¿Cuando seas presidente vas a permitir el uso de la marihuana?

-¿Permitirla?! Va a ser obligatoria ( risas). No sé. No conozco el mundo sin drogas y no conozco el mundo con las drogas legales, así que no sé. Lo único que sé es que todo lo que se hace para combatirla es al pedo. Y los que la “combaten” son los mismos que la venden. Entrar en ese juego es absurdo. Los que la venden son los mismos que después te llevan en cana. O algo así. Sí sé que es imposible que desaparezca.

—¿Y que la permitan?

-Si la permiten...

—No. Si yo quiero ir por la calle fumando un porro no puedo.

—Yo sí.

—Pero vos sos Charly García.

—(risas) Qué sé yo. Es como la pornografía. Hay gente que se fuma un porro y se convierte en un tarado y otra que no. ¿Vos te imaginás un mundo sin Coca Cola?

—Qué les decís a los que aseguran que vos estás muy mal por las drogas?

—Que tienen razón, pero porque no consigo (risas). ¡Qué tarados que son! ¿Quién puede decir que me hacen mal las drogas si me tiro de un noveno piso, nena? ¡Estoy en perfecto estado atlético! ¡Ellos están mal! Hay gente a la que le hacen mal las drogas y gente a la que le hace menos mal o le hace bien. Es una estupidez. Los mismos tipos que están diciendo eso son los que la venden. ¡Eso sí me enerva! ¿O me vas a decir que nadie sabe cómo entran doscientos mil kilos de no sé qué o que no se produce acá?

—¿Aunque sea nocivo?

—¿Sabés lo que es nocivo? ¿Sabés lo que hace mal? Ser político es nocivo, ser periodista ni te cuento, ser jugador de fútbol es jodidísimo.

—¿Qué creés que impresionó tanto de tu clavado del noveno piso?

—Tendría que haber impresionado más.

—¿Se acercó a uno de esos finales trágicos que puede pensarse para vos?

-¿Qué final, nenita?! ¿iQué trágico?! Lo hice como una demostración de estado atlético y porque tenía ganas de ir a la habitación y estaba llena de canas y periodistas y boludos, y para demostrar que podía hacerlo. Y porque yo soy aristócrata y de chico tenía pileta y sabía hacer esas cosas. Y porque estaba muy cargado de haber pasado toda la mañana yendo de celda en celda escuchando esa mentira de que todos somos iguales ante la ley. Que paren la pelota y analicen por qué no pueden ser como yo.

—¿Viste el video de la caída?

—Sí, lo tengo.

—Y qué pasa cuando lo ves?

—iMe encanta!

—¿Fue la sensación más adrenalínica de tu vida?

—No sé. Fue muy placentera. Adrenalina sentía cuando me escapaba del Colegio Militar, cuando la policía me ponía un chumbo en la cabeza, en la escuela. ¡Volé! Es el sueño del hombre, ¿no?

—Vos dijiste que te había dado miedo. ¿Qué otras cosas te asustan?

—Eso no me dio mucho miedo. Un poquito. Anyway. ¿Qué me da miedo? Hum... ¿Qué me da miedo?

Por primera vez durante la entrevista hay un largo silencio y el cuerpo de García descansa de los movimientos interrumpidos que lo caracterizan: no cruza ni descruza las piernas infinitas, no dibuja, no se abalanza sobre el piano, no busca un cigarrillo ni pretende encontrar un "plug-plug" en ese caos en el que se convirtió su cama. Va a mirar fijo, a los ojos, midiendo la confianza de su interlocutor. Parece muy vulnerable en este momento. Y busca un guiño cómplice, nuestro que encierre un argumento solapado de por qué debería estar hablando de sus miedos. No dice dónde, pero una vez seguro de haberlo encontrado, dice, a modo de susurro:

—Me da miedo cuando se va todo el mundo de mi casa y escucho los autos pasar por Coronel Díaz. Tengo miedo de ser abandonado porque de chiquito me pasó eso y... tengo una especie de "traumín" con la muerte. Y... soy muy tímido, pero eso no sé si tiene que ver con el miedo.

—¿Tímido Charly García?

—Sí. ¿Te sorprende? ¿No te parezco tímido?

El momento duró poco y García presiona un imaginario botón de fast foward. Llama a su prima. Pide cigarrillos. Atiende llamados. Enchufa y desenchufa equipos, prueba el pianito, agarra el bajo. Se levanta de la cama. Revuelve el cesto de minidisc. Prueba con uno y con mil hasta encontrar lo que busca. Vuelve a sentarse y recorre posiciones hasta encontrar una en la que se sienta cómodo. No lo dice, pero queda claro que no son momentos para interrumpir. Algo pasó. Y muchos temas sonarán en su habitación pintada hasta que vuelva a tener ganas de hablar. Está terminando una deliciosa versión de Un largo y sinuoso camino, de Los Beatles. Dijo mucho en este paréntesis, García. A su manera.

—¿Cuánto tiempo podés pasar tocando?

—Hasta que me canse. Y cuando me canso descanso... tocando (risas).

—Qué otras cosas hacés? Porque hay muchos mitos sobre tu vida...

—Y, hago mitos, hago vidas (risas). Y cuando estoy de gira, giro. Y me gusta mucho observar, mirar. Y filmar. Filmo todo. Y cuando filmo a los periodistas salen corriendo. No sé. La paso bien.

—¿Es cierto que una vez dejaste en tu cuarto una cámara prendida y quedó registrado cuando unos amigos te robaban?

—Sí (risas). Pero no sólo eso. Tengo filmado todo. Tengo filmado a algunos que me hacen juicio, haciendo cualquier cosa. Pero no fue a propósito. Se disparó sola la pausa (risas).

—Dijiste que le tenías miedo a la muerte...

—Sí. Pero para mí en unos años van a inventar una droga que te la tomás y no te morís más, directamente. En serio. Cuando la gente habla de la gente está tan, tan equivocada. Está todo mal. Viven mal. Por eso, say no more, algo nuevo. Repitiendo lo del pasado va a salir todo mal.

—¿Creés en Dios?

—Sí.

—¿Rezás?

—Yo rezaba a la manera católica cuando era chico. Soy bautizado y todo. No te olvides que soy un chico de clase alta y que mi abuelo hizo el puerto de Buenos Aires. Lo que yo llamo Dios es la energía que hace que todo esto se mantenga en su lugar o se mueva y hay gente que sabe acompañar ese movimiento. Y tiene buena onda. Esa va zafando. Y otra gente que no-la-ve. Creo, como en mi ópera, que está de más en este mundo. Hay gente que es ñoqui de la vida y no sirve para nada, es una desgracia.

—¿Hace mucho que dejaste de rezar "a la manera convencional"?

—A veces, todavía, rezo. Creo en jesucristo. Me encanta Jesucristo.

—Qué cambia en vos cuando estás enamorado?

—Cuando no estoy enamorado es un bajón. Y enamorado me cago, por ejemplo, en estos tipos que me hacen juicio y pienso que no me pueden alcanzar. El amor es como una droga, estás más arriba todo el tiempo, es como vivir en el Italpark (risas). La gente desenamorada no tiene swing.

—Qué te enamora de una mujer?

—La femineidad, la artisticidad, que sea fiel...

—¿En contrapartida das lo mismo?

—Sí. Soy un tipo fiel. Y que sea idealista. Eso me enamora. Y generalmente estar enamorado me saca lo mejor que yo tengo. Lennon dice: "All you need is love", y es cierto. Pero es muy cínico también porque ¿dónde lo comprás? El problema de falta de amor es terrible. Cuando no hay amor... cualquier cosa llena el hueco, desde el fashion hasta el alcohol o pendejitas anoréxicas o políticos boludos.

—¿Cuántas veces te partieron el corazón?

—Un par. Si estás enamorado no podés evitarlo. Y los músicos peor. Estamos para el cachetazo: sufrimos por las mujeres, les hacemos canciones, las cogemos. Pero... cuando una mina te inspira, por ahí le permitís más cosas aunque te haga mal porque se generan conflictos para hacer canciones.

—¿Cómo te recuperás de las penas de amor?

—Y, digo: "De última, yo soy Charly, voy y aplasto".

—¿Es más fácil la vida siendo Charly?

—Es más linda (risas). Pero se sufre más.

—¿Me querés contar la anécdota de cómo zafaste de la colimba?

—(risas) ¿La del muerto? Yo estaba eximido de hacer la instrucción porque le había llorado la carta a un teniente que tenía cara de bueno, y fui a parar al Hospital Militar. Me dejaron en observación meses, haciéndome el loco, y estaba podrido de estar ahí. Yo era amigo de una enfermera que me guardaba la ropa y me iba a la noche y volvía a la mañana, pero tenía que volver. Bueno. Un día me mandan a buscar un cadáver a la morgue, y en vez de llevarlo al segundo piso paré en el casino de oficiales y me senté con el fiambre y pedí dos Coca Colas. Y ahí salí (risas).

—¿Otras veces te hiciste el loco para zafar?

—Siempre sale bien hacerse el loco porque la gente le tiene mucho miedo a la locura. ¿Y sabés por qué? Porque está loca. Y por esa gente me internan. Por mi vieja que está más loca que una cafetera y los boludos de los periodistas que están más locos que una cafetera y los entornos que están más locos que una cafetera y entre todos ellos se juntan y se masturban pensando lo loco que está Chanly. So... esta vez no va a ser así nunca más.

—¿Estás muy enojado por estas internaciones forzosas?

—iY a vos qué te parece! Te tiran la puerta abajo, te meten tres inyecciones y te internan cuatro meses. ¡Qué lindo! ¿Y me decís para qué mierda sirve? ¡Para nada! Yo no estoy enfermo de nada. ¿Entendés, loca? Firman un papel como antes en la represión y te mandan a internar. ¡Y después hablan de la droga! Esos sí que son unos hijos de puta...




Las batallas judiciales de Charly

"para los perdedores, sólo compasión"

Si se pudiera hacer una lista de las personas que Charly García más desprecia, en los primeros lugares estarían, hoy, dos ex colaboradores: el bajista Rinaldo Rafanelli y el compositor Juan Carmelo Bellia. Los dos le hicieron juicio y están por ganárselo, Rafanelli pide 82 mil pesos y Bellia 100 mil. La gente de García dice que no cree en la justicia "humana" y se rebeló rompiendo, las cédulas judiciales que llegaron a su casa. Muchos accionaron conociendo esa respuesta. "Es fácil hacerle un juicio a García", se rumoreaba en el ambiente. "Plata rápida que buscan esos que, a pesar de que Charly les dio un espacio, no tuvieron el talento para aprovecharlo", dicen muchos. Una pelea más en su "largo y sinuoso camino", y está dispuesto a darla.

"Estos que me hicieron juicio tuvieron todo para despegar y no lo hicieron. So, algunos podemos y otros no. Todos queremos ser estrellas, pero algunos se dan cuenta a tiempo de que no pueden."

—¿Qué sentiste cuando te enteraste?

—A Bellia lo llamé y le dije que venga.., y no vino. ¡Que te pase una cosa así es como que te cague tu mujer! Después, vas a Sadaic y tenés las cuentas canceladas y tal... yo voy a seguir siendo Charly. Voy a seguir tocando. Ellos, ¿qué van a hacer?

—Tenés una idea de lo que tenés embargado?

-No.

—Los juicios te paralizan?

—Un poco. Sí. No fui a los juicios pero si hubiese ido me hubiese paralizado, sí. En el sentido de que cuando te pasa una cosa así es como que te caés de la cama. Ahora, la cabeza no se paraliza. Para salir de la depresión de lo horrible e injustos que son estos juicios hice una terapia con un viejo sabio que es psicólogo, psiquiatra... es como Olmedo pero todo bien. Trabajó con U2, Lennon, Bowie. Y mirá, llegamos a la conclusión de que con la gente que piensa mal no se puede hacer nada.

—Entonces?

—Por los perdedores no se puede más que tener compasión. Y nada más. Porque si no es una pérdida de tiempo y ellos logran lo que quieren. Y en este tratamiento en el que estoy —que además es mucho más divertido porque es tomar whisky y oler rapé todo el día— no partís de esa baldosa floja de la que parte el psicoanálisis, de esa herida que te cagó la vida. En esto salís por ahí de un día que te sentís bien. Con la gente que piensa bien se puede trabajar. Con la otra, ¿para qué? Estoy buscando que la vida se haga menos pesada y que no tenga que sufrir tanto. Si no podés resolver las cosas hoy, tal vez sí mañana. No hay necesidad de pánico. ¿Sabés por qué? Porque esta vida es tu mejor derecho, es tu fiesta.

Fuente: Revista veintidós - por Romina Manguel y Luis Majul - Jueves 20 de abril de 2000

miércoles, enero 14, 2009

La buena salud de Charly García ya promete grandes dividendos

Sus amigos devenidos acompañantes terapéuticos hasta que en poco tiempo —cuatro meses a lo sumo— le den el alta (entre ellos Nito Mestre y León Gieco) ya lo revelaron públicamente: en el dramático período de desintoxicación, Charly García tuvo contacto maternal con la música y, vuelto a la lucidez o a raptos de ella, logró componer “entre cuatro y seis canciones impresionantes, tal vez las mejores de su vida”.
Los cuatro meses que faltan para el alta de García se contradicen con la propuesta que un poderoso productor marplatense le hizo a los apoderados de Charly para convencerlo de que durante la última semana de enero ofrezca un show en el Polideportivo de la Ciudad Feliz.
Lo cierto es que tan terrible fue lo que sucedió con Charly que de no mediar la contención de Palito Ortega hubiera llevado a ese tan inmenso como incomprensible personaje a cortarse las venas, según sus propias palabras.
Esas maravillosas canciones anunciadas “darán lugar a un disco que seguramente será editado en el 2009”, anticipó uno de los privilegiados componentes del reducido núcleo “paramusical”.
En cambio, negó de plano referirse a ese otro ya terminado, “Kill Gil”, el de la discordia con todo el mundo, comenzando por sí mismo y su hijo Migue. Puede que, estratégicamente, a ese disco “maldito” se lo congele por un tiempo y se sugiera al paciente seguir vitaminizando la onda salubre de la nueva criatura, sacarla a pasear por las tablas cuando se impongan el momento preciso, y así darle una especie de prioridad terapéutica.
De “Kill Gil” se conoce bastante, pero faltan dos certezas claves para saber que será de su destino. Si finalmente el sello EMI, poseedor de los derechos, se despojará de tanto nervio que le causó el monstruo o si persiste la vieja, cruenta y a esta altura inútil disputa que lo único en generar a gran escala es puro daño, veneno y una ausencia del producto que, así de dormido y tieso, rebela.
En tal sentido, Charly, su manager y el grupo que lo cuida tendrán que aceptar que la salida de un CD implica una resolución artística del producto a vender que incluya toda la información central y lateral. Es lo mínimo que merece ese potencial comprador que, dentro de una disquería, pretenderá llevarse una cajita digna. Y que EMI también ceda en lo que le correspondiera hacerlo.
Si las partes consiguen un adecuado diálogo previo y posterior arreglo contractual, “Kill Gil”, así como se lo ha escuchado o con las modificaciones que le conciernan, debiera convertirse sin más demoras en el nuevo y aclamado disco de esta versión tan emocionantemente mejorada del exclusivo bigote bicolor.
Lo contrario sería seguir conviviendo enfermizamente con el conflicto y que las canciones sigan a la deriva, a merced de las pirañas informáticas que ya se fagocitaron bastante de tanto arte sublime del músico más retorcidamente talentoso y genial que diera el rock argentino.

Fuente La Capital

martes, enero 13, 2009

La caída y el renacer de Charly García fue la noticia del año

Del acabóse casi total a una milagrosa recuperación que genera, ahora sí, esperanzas creíbles de otra oportunidad -la última- para que Charly García se haga a sí mismo y al arte todo el gran favor de volver a aportar su inabarcable talento desplegando energía en lo que más sabe hacer, canciones extraordinarias, en lugar de insistir en su recurrente y aberrante autodestrucción.
No otro como ese renacer de un genio indiscutible ha sido el suceso de mayor importancia musical de los tantos impactantes que enmarcaron un 2008 consagratorio para la Argentina, ya que de manera definitiva logró insertarse dentro de las 10 plazas más importantes del mundo, en cantidad y en calidad de sus ilustres visitantes. En los últimos años actuaron aquí los mejores exponentes de variados géneros; la temporada que se va dejó una enorme estela de figuras rutilantes y, a tono con la portentosa tendencia, ya hay grandísimas novedades para el 2009, como que vendrá por fin la mejor banda de rock de la última década, Radiohead.
La grilla nacional cerró el año con un acontecimiento de estallido similar al que despidió 2007 cuando se reagruparon los Soda Stereo, a través del rugiente regreso en River de Los Fabulosos Cadillacs.
Pocos después, en un diciembre inolvidable, el Indio Solari convocó a más de 100 mil personas en dos memorables conciertos en el estadio de La Plata que renovaron el clamor del retorno de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, un sueño que casi seguramente se va a cristalizar dentro de no mucho tiempo y que tendrá el mismo impacto fosfórico de las juntadas de los grupos liderados por los carismáticos Gustavo Cerati y Vicentico. Otros regresos importantes a los escenarios fueron protagonizados por Los Enanitos Verdes y el Manal Javier Martínez, el ex Serú Girán Pedro Aznar se calzó la camiseta 10 editando un discazo doble, el mejor de su carrera solista, mientras que Celeste Carballo se animó a su primer álbum tanguero. (DyN)

Fuente: La Gaceta

martes, enero 06, 2009

Una fiesta inolvidable

Los Ortega pasaron un fin de año inolvidable. No tiraron la “quinta” por la ventana, sino puertas adentro de la propiedad de “Palito” se armó uno de esos momentos mágicos que quedará en el recuerdo de todos.
Presencias: Los dueños de casa, “Palito” y Evangelina. La esposa de Ramón se encargó de que todos tuvieran algo rico para comer. Y cuando se habla de todos, incluye a sus hijos. Allí estaban Sebastián, Emanuele, Julieta. Y también parte de la rama política como Luciana Salazar, una de las presencias más impactantes de la noche, también Iván Noble, marido de Julieta. Todo preparado en forma increíble, con una ambientación notable, que estuvo a cargo de Evangelina.
Un catering de platos fríos en medio de un decorado de blanco. Una mesa de dulces y todo con el logo “2009”, incluidos chupetines y caramelos con los números del nuevo año. También hubo una mesa de postres temáticos para la ocasión.
Pero el momento más emotivo fue cuando a las doce de la noche todos brindaron con el personaje central de la fiesta: Charly García. El músico, que impresionó a todos por su lucidez y excelente estado general, no se guardó nada y se abrazó y besó con cada uno de los presentes. Es más: El abrazo más emotivo lo mantuvo con Palito. A varios de las decenas de testigos que estaban en la quinta de Luján se les escapó una lágrima con esa escena. Un Charly renovado, contento, repuesto físicamente, perfumado y de punta en blanco era el foco de atención permanente.
Hasta que se subió a un escenario. Y ahí empezó a interpretar un par de los temas que compuso en este período de recuperación. Y después se sumó León Gieco, quien también fue hasta la quinta para pasar fin de año ahí. Quien también cantó fue Emanuel Ortega, después subió Iván Noble y el “Zorrito” Von Quintiero. Todos estaban felices, zapando con temas clásicos de Charly. La noche se había vestido de fiesta, tanto que hasta “Palito” Ortega se animó a volver a hacer un dúo con Lalo Fransen y, para no ser menos, se prendieron en el escenario.
Pero faltaba la frutilla del postre. Nadie se lo esperaba, por eso la sorpresa provocó las lágrimas de nostalgia de varios de los asistentes: fue cuando Nito Mestre se subió al escenario junto a Charly y empezaron a interpretar temas de Sui Géneris. Fue el broche de oro para una noche de lujo. De esas que siempre van a ser una cita obligada en las lista de anécdotas de los privilegiados asistentes. Como le dijo Luli Salazar: “La pasamos bárbaro. Nos mirábamos y no lo podíamos creer. Fue un sueño. Charly estaba a full, como el que supo ser en sus buenos años. Mi tío entusiasmado, mi tía también por el momento que estábamos viviendo. La verdad que fue un lujo”.

Fuente: Nuevo Diario

lunes, enero 05, 2009

Hay que agradecer a Dios por la recuperación de Charly

Cómo es su relación con el hombre del bigote bicolor. Y cuál es su papel en la producción del disco que prepara Charly para su regreso a la música. Estos son algunos de los temas que Palito relata en la entrevista telefónica con DIARIO DE CUYO.

Aquel humilde tucumano que con su guitarra al hombro se convirtió en uno de los galanes del recordado Club del Clan en los '60; hoy, es uno de los nombres más solicitados del país, no tanto por sus actuaciones arriba del escenario ni por su desencantada carrera en la política argentina, sino por su solidaridad con un ícono del rock nacional como es Charly García. Se trata de Palito Ortega, el cantante que puso su lujosa casa quinta -ubicada en la localidad bonaerense de Luján- a total disposición del rockero, en un momento en que su salud se apagaba y se encontraba al borde de la oscuridad absoluta,

Tras sus dos estadías en una clínica psiquiátrica y una internación por neumonía; desde hace más de dos meses, el cantautor se rehabilita de sus adicciones en el campo de la familia Ortega. Allí, compone su música supervisado por una psiquiatra, enfermeros y asistentes terapéuticos. Y en su primer aparición a los medios gráficos en la revista Newsweek, Charly siente el feliz peso de esa amistad: "Después de todo lo que pasó, la locura, las internaciones, la neumonía, si Palito no aparecía, la estaría pasando muy mal, me estaría cortando las venas..."

Por qué salió en su ayuda. Cómo es su relación con el hombre del bigote bicolor. Y cuál es su papel en la producción del disco que prepara Charly para su regreso a la música. Estos son algunos de los temas que Palito relata en la entrevista telefónica con DIARIO DE CUYO, antes de su vuelta a San Juan después de cuatro años de ausencia; esta vez, como una de las figuras que engalanará la Fiesta Departamental de Albardón, entre el 23 y 25 de enero próximos.

- ¿Cómo nace su vínculo con Charly?

- En realidad, él ya era muy amigo de mi hijo Luis. Pero no se reestablece por eso, ese es el motivo por el cual nos encontramos un día. Nosotros estábamos comiendo, Charly nos vió y fue a saludar a Luis. En ese momento, me dijo que quería conocer mi estudio. Cuando fue y lo conoció, decidió grabar su disco Kill Gill y en esas idas a grabar, surgió toda una charla entre nosotros. Así empezó nuestra amistad. Eso fue hace cuatro años y desembocó en esta decisión suya de venir a rehabilitarse en este espacio donde también esta rodeado y contenido permanentemente de los asistentes terapéuticos que le suministran los medicamentos.

- ¿Por qué decide ayudarlo ofreciéndole su quinta?. ¿Sintió que era una última esperanza de recuperación cuando todos los intentos anteriores habían sido frustrados?

- No sé si era la última salida para él, pero la idea surgió en una charla que tuvimos los dos. Yo como amigo tenía la obligación de estar al lado de él y es lo que hice. No hice más que ofrecerle la casa y ser parte del grupo de amigos en el que también está León Gieco, Nito Mestre, Pedro Aznar y tantos otros.

- También puso a disposición su sala de grabación para que Charly componga su nuevo disco...

- Sí. En ese estudio graban muchas figuras de afuera. Pero, hoy, la prioridad es para Charly, él pasa mucho tiempo allí.

- ¿La producción llevará el sello García-Ortega?

- No, la producción es suya. Yo estoy ahí colaborando con algo de percusión y cosas así, él esta grabando con los músicos que históricamente lo acompañan, también están poniendo sus voces Nito y León. Mercedes Sosa fue al estudio pero para grabar una canción con él para el álbum que prepara ella.

- ¿Cree que el afecto verdadero puede hacer milagros?

- Sí. Creo que es obra de todos los amigos que se han preocupado por estar a su lado, lo mío no tiene ningún mérito más que ninguno de los otros que han puesto tanta voluntad para acompañarlo. Hay que estar solo eso, estar cuando el otro lo necesite.

- Para el recibimiento del año nuevo tuvo a Charly en su mesa. ¿Cómo fue la celebración?.

- La pasé en familia y junto a Charly, sus músicos y sus amigos. Todos los fines de año, nosotros ponemos un escenario y mis hijos tocan algo y cantan. Ahora, la cosa se agrandó porque también vino Nito Mestre, León Gieco y los músicos de Charly a cantar, fue una noche tranquila gracias a Dios. La verdad que me alegró mucho ver a Charly tan divertido y tan bien.

- Como canta en su tema Creo en Dios, hay que creer...

- Soy muy creyente. Y...creo que aquí está la mano de Dios, evidentemente. Cuando ya mucha gente creía que era una tarea difícil la rehabilitación de Charly, de pronto, comenzamos a ver resultados tan positivos que hay que agradecer a Dios por la recuperación de Charly, Él nos esta bendiciendo para sacarlo adelante.

Fuente: Diario de Cuyo por Soledad Villarroya