Los Ortega pasaron un fin de año inolvidable. No tiraron la “quinta” por la ventana, sino puertas adentro de la propiedad de “Palito” se armó uno de esos momentos mágicos que quedará en el recuerdo de todos.
Presencias: Los dueños de casa, “Palito” y Evangelina. La esposa de Ramón se encargó de que todos tuvieran algo rico para comer. Y cuando se habla de todos, incluye a sus hijos. Allí estaban Sebastián, Emanuele, Julieta. Y también parte de la rama política como Luciana Salazar, una de las presencias más impactantes de la noche, también Iván Noble, marido de Julieta. Todo preparado en forma increíble, con una ambientación notable, que estuvo a cargo de Evangelina.
Un catering de platos fríos en medio de un decorado de blanco. Una mesa de dulces y todo con el logo “2009”, incluidos chupetines y caramelos con los números del nuevo año. También hubo una mesa de postres temáticos para la ocasión.
Pero el momento más emotivo fue cuando a las doce de la noche todos brindaron con el personaje central de la fiesta: Charly García. El músico, que impresionó a todos por su lucidez y excelente estado general, no se guardó nada y se abrazó y besó con cada uno de los presentes. Es más: El abrazo más emotivo lo mantuvo con Palito. A varios de las decenas de testigos que estaban en la quinta de Luján se les escapó una lágrima con esa escena. Un Charly renovado, contento, repuesto físicamente, perfumado y de punta en blanco era el foco de atención permanente.
Hasta que se subió a un escenario. Y ahí empezó a interpretar un par de los temas que compuso en este período de recuperación. Y después se sumó León Gieco, quien también fue hasta la quinta para pasar fin de año ahí. Quien también cantó fue Emanuel Ortega, después subió Iván Noble y el “Zorrito” Von Quintiero. Todos estaban felices, zapando con temas clásicos de Charly. La noche se había vestido de fiesta, tanto que hasta “Palito” Ortega se animó a volver a hacer un dúo con Lalo Fransen y, para no ser menos, se prendieron en el escenario.
Pero faltaba la frutilla del postre. Nadie se lo esperaba, por eso la sorpresa provocó las lágrimas de nostalgia de varios de los asistentes: fue cuando Nito Mestre se subió al escenario junto a Charly y empezaron a interpretar temas de Sui Géneris. Fue el broche de oro para una noche de lujo. De esas que siempre van a ser una cita obligada en las lista de anécdotas de los privilegiados asistentes. Como le dijo Luli Salazar: “La pasamos bárbaro. Nos mirábamos y no lo podíamos creer. Fue un sueño. Charly estaba a full, como el que supo ser en sus buenos años. Mi tío entusiasmado, mi tía también por el momento que estábamos viviendo. La verdad que fue un lujo”.
Fuente: Nuevo Diario
martes, enero 06, 2009
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