Un momento muy desagradable vivieron cuatro de los músicos de The Prostitution, la banda de Charly García, el viernes de la semana pasada, una vez que el vuelo AR1376 de Aerolíneas Argentinas, procedente de Buenos Aires, arribó al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar a comienzos de la tarde.
Lo que no sabían Fernando Samalea, Rosario Ortega y dos integrantes más (no pude precisar sus nombres) es que al llegar a las taquillas de inmigración serían objeto, por parte de unos funcionarios, de excesos, abusos y trato como delincuentes, alegándoles que a sus visas de trabajo al parecer les faltaba una firma.
Los artistas fueron interrogados sobre a qué venían al país; incluso, llegaron al colmo de preguntarles qué pensaban del actual gobierno, aparte de ser amenazados con ser llevados a un sótano de la terminal aérea, donde serían retenidos y deportados a Argentina el domingo siguiente, ya que ese día era cuando había vuelo de regreso.
A la corista no la dejaron llamar por su celular a su padre, por cierto, el famoso cantante Palito Ortega, a quien le informaría lo que estaba ocurriendo. La situación irregular, que duró casi dos horas, afortunadamente no llegó a mayores, gracias a un funcionario más joven, que se acercó para saber qué ocurría. Samalea, al verlo, lo reconoció y le dijo que él había venido con Cerati en 2010, a lo que el agente lo recordó y le pidió a sus compañeros que los dejaran tranquilos y que les dieran entrada al país.
Mostrando las entradas con la etiqueta Caracas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Caracas. Mostrar todas las entradas
sábado, junio 22, 2013
lunes, junio 17, 2013
Charly García regaló dos horas de su "Dimensión desconocida"
Un solo de batería iba calentando los motores, mientras los nueve músicos y la corista de The Prostitution, la banda del rockero, fueron apareciendo uno por uno. Los aplausos de un escaso público que no logró llenar la plaza Diego Ibarra de Caracas, cada vez eran más fuertes, hasta que apareció él, con un caminar parsimonioso y chasqueando los dedos. Se detuvo en el centro de la tarima. Contempló a su audiencia. Le ajustaron el micrófono y lo primero que dijo, sonriendo, fue: “Venezuela, buenas noches, que la música nos una más todavía”.
La tarima fue más grande que la del show ofrecido en el anfiteatro del CC Sambil, el día anterior. Pero la decoración y composición fue la misma: un sofá, una vitrola, un libro, un potecito de pintura roja y el infalible maniquí sonoro y blanco, con forma de mujer.
Con sus llamativas uñas rojas y vestido de negro, con un pantalón de cuero, un saco, camisa blanca, una corbata morada de rayas y un sombrero con el que jugó durante todo el show y que de vez en cuando se quitaba en señal de agradecimiento, el músico lanzó unas flores al público y comenzó su repertorio, que fue el mismo que tocó en el Sambil.
El público esperaba tan solo diez temas. Al menos eso era lo que decían los empleados de la Alcadía de Caracas y organizadores del evento. Pero el bigotudo sorprendió cuando dijo que le faltaba la segunda parte del repertorio, pidiendo el setlist, con tono regañón. Uno de los hombres de producción se acercó corriendo al escenario, le entregó el papel y antes de que García continuara con su show, se quejó: “Cómo le cagan el éxtasis a uno”.
La tarima fue más grande que la del show ofrecido en el anfiteatro del CC Sambil, el día anterior. Pero la decoración y composición fue la misma: un sofá, una vitrola, un libro, un potecito de pintura roja y el infalible maniquí sonoro y blanco, con forma de mujer.
Con sus llamativas uñas rojas y vestido de negro, con un pantalón de cuero, un saco, camisa blanca, una corbata morada de rayas y un sombrero con el que jugó durante todo el show y que de vez en cuando se quitaba en señal de agradecimiento, el músico lanzó unas flores al público y comenzó su repertorio, que fue el mismo que tocó en el Sambil.
El público esperaba tan solo diez temas. Al menos eso era lo que decían los empleados de la Alcadía de Caracas y organizadores del evento. Pero el bigotudo sorprendió cuando dijo que le faltaba la segunda parte del repertorio, pidiendo el setlist, con tono regañón. Uno de los hombres de producción se acercó corriendo al escenario, le entregó el papel y antes de que García continuara con su show, se quejó: “Cómo le cagan el éxtasis a uno”.
domingo, junio 16, 2013
Charly García viajó a lo desconocido
Alternándose entre piano, guitarra y teclados, el eterno "loco" hizo sonar las notas de Ojos de video tape, Pianobar, Marilyn, La cenicienta y las mujeres, y Promesas sobre el bidet. El genio puso punto final al recital con su celebrada e inmortal Canción para mi muerte, de sus tiempos en Sui Generis al lado de Nito Mestre.
Caracas.- 8:20 pm, noche plena sobre el valle de Caracas. El público en el reestrenado anfiteatro del centro Sambil muere de impaciencia y The Prostitution aparece en escena; ha llegado el momento de entrar a la dimensión desconocida, y qué mejor manera de hacerlo que bajo la dirección del otrora niño prodigio del piano, y hoy abuelo del rock: Charly García.
Se dio así inicio a un recital lleno de energía y nostalgia en el que el argentino hizo valer su condición de leyenda, de músico de culto, e hipnotizó al público presente con algunas de sus más celebres piezas cultivadas desde hace más de cuarenta años, cuando subió por primera vez a un escenario.
Así el genio regaló a los presentes, Rock and Roll yo, Anhedonia, Demoliendo hoteles, Tu vicio, Pasajera en trance y Los dinosaurios.
Alternándose entre piano, guitarra y teclados, el eterno "loco" hizo sonar las notas de Ojos de video tape, Pianobar, Marilyn, La cenicienta y las mujeres, y Promesas sobre el bidet.
Para continuar el viaje hacia la magia del músico, sonaba Eiti Leida, y una fanática se subió al escenario, pero fue rápidamente interceptada, "me acordé de John Lennon, me dio miedo", alcanzó a decir Charly, en medio de la pieza que lo llevó a la consagración cuando lideraba las filas de Serú Giran, en aquellos, no tan lejanos, años 80.
Caracas.- 8:20 pm, noche plena sobre el valle de Caracas. El público en el reestrenado anfiteatro del centro Sambil muere de impaciencia y The Prostitution aparece en escena; ha llegado el momento de entrar a la dimensión desconocida, y qué mejor manera de hacerlo que bajo la dirección del otrora niño prodigio del piano, y hoy abuelo del rock: Charly García.
Se dio así inicio a un recital lleno de energía y nostalgia en el que el argentino hizo valer su condición de leyenda, de músico de culto, e hipnotizó al público presente con algunas de sus más celebres piezas cultivadas desde hace más de cuarenta años, cuando subió por primera vez a un escenario.
Así el genio regaló a los presentes, Rock and Roll yo, Anhedonia, Demoliendo hoteles, Tu vicio, Pasajera en trance y Los dinosaurios.
Alternándose entre piano, guitarra y teclados, el eterno "loco" hizo sonar las notas de Ojos de video tape, Pianobar, Marilyn, La cenicienta y las mujeres, y Promesas sobre el bidet.
Para continuar el viaje hacia la magia del músico, sonaba Eiti Leida, y una fanática se subió al escenario, pero fue rápidamente interceptada, "me acordé de John Lennon, me dio miedo", alcanzó a decir Charly, en medio de la pieza que lo llevó a la consagración cuando lideraba las filas de Serú Giran, en aquellos, no tan lejanos, años 80.
Etiquetas:
Caracas
,
Presentaciones
,
Recitales
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)