Charly García, cuya historia fue contada por un documental de NatGeo, en el que se repasa su vida musical desde los 60, con Sui Géneris, hasta hoy. |
Dentro de una serie de documentales biográficos, NatGeo presentó este fin de semana para Latinoamérica, la primera de varias entregas sobre músicos legendarios, entre los que se cuentan Alex Lora, Gustavo Cerati y Charly García.
La primera fue dedicada al argentino del bigote bicolor con dos episodios seguidos de una hora cada uno, allí se dio cuenta de sus inicios con las bandas de los años setenta: Sui Generis, La máquina de hacer pájaros y Serú Girán; luego se ocupó de mostrar apartes de su accidentada y genial carrera como solista.
García, de sesenta y siete años, apareció en pantalla sin quitarse nunca los lentes oscuros, blandiendo tranquilo y alegre como un niño, un vaso de whisky junto al piano. Repasó momentos clave de su vida y obra en una conversación con la cantante y fan declarada, Julieta Venegas. A pesar de la dificultad para hablar, en parte causada por los efectos de medicamentos psiquiátricos, fue elocuente y lúcido, siempre dándole un giro humorístico a las preguntas de Venegas: “Soy un freak…a mucha honra: soy zurdo, tengo la mitad del bigote de color blanco y un oído absoluto”, le dijo luego de evocar escenas de la película Freaks (1932) dirigida por Todd Browning que ella confesó no haber visto.
La primera fue dedicada al argentino del bigote bicolor con dos episodios seguidos de una hora cada uno, allí se dio cuenta de sus inicios con las bandas de los años setenta: Sui Generis, La máquina de hacer pájaros y Serú Girán; luego se ocupó de mostrar apartes de su accidentada y genial carrera como solista.
García, de sesenta y siete años, apareció en pantalla sin quitarse nunca los lentes oscuros, blandiendo tranquilo y alegre como un niño, un vaso de whisky junto al piano. Repasó momentos clave de su vida y obra en una conversación con la cantante y fan declarada, Julieta Venegas. A pesar de la dificultad para hablar, en parte causada por los efectos de medicamentos psiquiátricos, fue elocuente y lúcido, siempre dándole un giro humorístico a las preguntas de Venegas: “Soy un freak…a mucha honra: soy zurdo, tengo la mitad del bigote de color blanco y un oído absoluto”, le dijo luego de evocar escenas de la película Freaks (1932) dirigida por Todd Browning que ella confesó no haber visto.
Freaks (1932) Subtitulada
En la primera parte predominan las imágenes de archivo de los recitales de Sui Generis, que acercaron el rock a un público masivo en Argentina, sobre todo a las mujeres y a la gente adulta. Las asistentes dan testimonio de encontrarse con algo diferente de lo habitual, resaltan la profundidad de las letras y el atractivo desconcierto de escuchar una canción dedicada a la muerte. Charly cuenta en este punto que al ver cantar a Nito Mestre en un grupo del colegio militar llamado The Century Indignation, sólo atinó a decir: “Vení para acá, vamos a hacer un grupo que se llame Sui Generis”. Por su parte León Gieco, el cantautor que recientemente fue invitado a la tarima por Roger Waters en el concierto argentino de su reciente gira; afirmó que la verdadera popularidad del dúo llegó con su despedida en 1975, la legendaria presentación: “Adiós, Sui Generis”, de la que hay un maravilloso registro en audio y video. Allí se puede apreciar la versatilidad de García en los teclados. Un preámbulo de lo que sería su siguiente banda.
Sobre “La máquina de hacer pájaros”, debería hacerse un documental completo, pues se trata de una de las bandas pioneras del rock progresivo en Latinoamérica y de la que hay dos registros, uno con el nombre de la banda donde se pueden apreciar temas cercanos al art rock: “Bubulina”, “Rock” y “Ah, te vi entre las luces”. El segundo se llama de manera irónica “Películas”, dando a entender que era lo único que se podía ver durante la dictadura militar argentina. En este punto, José Luis Fernández, bajista de la banda, admite que era difícil acceder a los conciertos de “La máquina”, debido a la represión de los militares, al punto en que en una ocasión fue golpeado antes de salir a tocar. Por su parte Charly trae a cuento el día en que los abandonó: aprovechó que los demás integrantes estaban molestos por el anuncio a la entrada del local donde se iban a presentar: “Charly García y La máquina de hacer pájaros”. Él escribió sobre el cartel: “Charly García SIN La máquina de hacer pájaros”, agarró una botella de whisky y se fue para continuar dándole rienda suelta a su creatividad.
Uno de los aspectos interesantes que revela el documental es que Serú Girán, considerados por muchos “los beatles argentinos”, no tuvo buena acogida al principio a pesar de tener el peso de una super banda: Pedro Aznar, bajista de jazz, quien posteriormente se uniría a Pat Metheny; David Lebón, guitarrista de Billy Bond and The Jets; Oscar Moro, baterista de Serú Girán y fundador de Los Gatos, una de las bandas pioneras del rock argentino, junto a Litto Nebbia. Su primer disco fue asimilado paulatinamente, a pesar de contar con el himno “Seminaré”. Sin embargo, cuando presentaron el segundo disco “La grasa de las capitales” en el auditorio Kraft en 1979, García y sus compañeros hicieron vibrar a la audiencia y lograron conectarla con su propuesta. En ese punto del documental Charly le cuenta a Julieta Venegas que la dictadura le sirvió para elaborar mejor las metáforas de sus letras y despistar al enemigo. Sobre el tema Mara Favoretto escribió un largo ensayo titulado “Charly en el país de las alegorías” (2014), donde muestra cómo las letras de este periodo mezclan el lenguaje de George Orwell con el de Lewis Carroll, logrando una rebelión contra los códigos semánticos para evitar las palabras prohibidas por el sensor. Un ejemplo es “Canción de Alicia en el país”, cuya letra es una descripción alegórica de la Argentina de la dictadura.
Sobre “La máquina de hacer pájaros”, debería hacerse un documental completo, pues se trata de una de las bandas pioneras del rock progresivo en Latinoamérica y de la que hay dos registros, uno con el nombre de la banda donde se pueden apreciar temas cercanos al art rock: “Bubulina”, “Rock” y “Ah, te vi entre las luces”. El segundo se llama de manera irónica “Películas”, dando a entender que era lo único que se podía ver durante la dictadura militar argentina. En este punto, José Luis Fernández, bajista de la banda, admite que era difícil acceder a los conciertos de “La máquina”, debido a la represión de los militares, al punto en que en una ocasión fue golpeado antes de salir a tocar. Por su parte Charly trae a cuento el día en que los abandonó: aprovechó que los demás integrantes estaban molestos por el anuncio a la entrada del local donde se iban a presentar: “Charly García y La máquina de hacer pájaros”. Él escribió sobre el cartel: “Charly García SIN La máquina de hacer pájaros”, agarró una botella de whisky y se fue para continuar dándole rienda suelta a su creatividad.
Uno de los aspectos interesantes que revela el documental es que Serú Girán, considerados por muchos “los beatles argentinos”, no tuvo buena acogida al principio a pesar de tener el peso de una super banda: Pedro Aznar, bajista de jazz, quien posteriormente se uniría a Pat Metheny; David Lebón, guitarrista de Billy Bond and The Jets; Oscar Moro, baterista de Serú Girán y fundador de Los Gatos, una de las bandas pioneras del rock argentino, junto a Litto Nebbia. Su primer disco fue asimilado paulatinamente, a pesar de contar con el himno “Seminaré”. Sin embargo, cuando presentaron el segundo disco “La grasa de las capitales” en el auditorio Kraft en 1979, García y sus compañeros hicieron vibrar a la audiencia y lograron conectarla con su propuesta. En ese punto del documental Charly le cuenta a Julieta Venegas que la dictadura le sirvió para elaborar mejor las metáforas de sus letras y despistar al enemigo. Sobre el tema Mara Favoretto escribió un largo ensayo titulado “Charly en el país de las alegorías” (2014), donde muestra cómo las letras de este periodo mezclan el lenguaje de George Orwell con el de Lewis Carroll, logrando una rebelión contra los códigos semánticos para evitar las palabras prohibidas por el sensor. Un ejemplo es “Canción de Alicia en el país”, cuya letra es una descripción alegórica de la Argentina de la dictadura.