“Che, ¿y por que salio este disco, ahora?”, pregunta, no sin cinismo. No tenemos respuesta, excepto los millones de copias que ha vendido. “¿Millones?” Los ojos le brillan, codiciosos. “¿La gente sigue comprando a los Beatles? Mirá vos...”
Charly garcia y dos periodistas de Rolling Stone, contra un moderno reproductor de discos compactos de exquisito diseño Hi Tech.
Charly garcia y dos periodistas de Rolling Stone, contra un moderno reproductor de discos compactos de exquisito diseño Hi Tech.
-A ver... Ponélo vos que estás al lado.
-¿Por dónde se mete el disco?
-Por arriba, de costado, ahí tiene que haber un agujero, algo.
-¿Es nuevo? Es lindo.
-Sí... Fijáte... A ver, dejáme ver...
-No entiendo.
-Pero si hace un rato... Por acá tiene que ser... ¡Uy! Se soltó el parlante...
-Pará. Yo traje mi discman. ¿Se puede enchufar, no? ¿Tenés un miniplug?
Chau moderno equipo Hi Tech. Los diseñadores japoneses deberían contemplar escenas como éstas. Ahora sí, 1, de The Beatles, suena desde un discman salvador.
García está echado en su cama. Su cuarto ya no parece un subte de Nueva York; las paredes lucen un blanco impecable. No así el living ni el resto de la casa. En la pieza, Charly interrumpe la mezcla casera del disco en vivo de Sui Generis (más tarde, a la noche, en los estudios El Pie, comenzará el verdadero maratón de remezclas y sobregrabaciones de las canciones registradas en la cancha de Boca) y se cuelga hablando de los Beatles.
-Yo formé parte de la beatlemanía -dice García y se ríe-. Los escuchaba donde podía, porque para mí era como imposible tener un disco de los Beatles. Escuchaba sólo lo que había en casa, discos de 78 y long plays, que hacía muy poco que habían aparecido. Y el primer simple que me compré no fue un simple sino un doble. Tenía "Twist y gritos", "There’s a Place" y dos más. Fui a la disquería y dije: "Déme un disco de los Beatles", y me dieron ése. Cualquiera que me hubieran dado lo hubiera comprado. Era como un misterio, el Anticristo. En esa época había pegado un televisor extra que agarraba un canal nuevo, creo que era el 2, no me acuerdo, en el que pasaban un show que era como el Club del Clan de Yanquilandia. Y ahí empecé a ver a los imitadores de los Beatles. Pero a los Beatles los agarré porque los había visto en la tapa de un disco. Quedé fascinado. Me parecían tipos que sabían demasiado de la vida. Genios. Y eran peligrosísimos, además, con esas caras gigantes, desafiando a todo el mundo (risas). Nos juntábamos con amigos en guitarreadas, y el repertorio era "Perfidia", Palito Ortega, alguna zamba y "Twist y gritos", que era la que se guardaba para el final porque nos llevaba al paroxismo, la gente se volvía loca en serio. Era muy raro. ¿Cómo pudo suceder eso? Para nosotros era un rumor, un rebote que llegaba desde otro lado. Pero era increíble, porque tocabas las canciones y pasaba lo mismo. Vos ponías un disco de Johnny Hallyday o de Sinatra, y a la gente no le pasaba nada.
-Aunque suene a lugar común, dirías que descubrir a los Beatles te cambió la vida.
-Y sí, porque decidí que era lo mío. La música clásica y el mundo de la música clásica se habían vuelto muy bizarros para mí. Veía una concreta disociación entre lo que pasaba adentro del conservatorio y lo que me pasaba cuando salía. Era puritano al extremo, muy católico, muy represor. Era genial, pero cuando querías componer algo te cagaban a pedos. Así que los Beatles fueron como otro conservatorio, pero mucho más piola. Y todo tenía más que ver conmigo.
-¿Te interesaste más por la música que por las letras?
-Es que las letras… "Love Me Do" es muy simple. Dice "love"; todo el mundo sabe qué quiere decir "love". Y además, decíamos cualquier cosa, cantábamos sanata. Después, con Bob Dylan y los Byrds, nos pusimos más especialistas en el tema. Me acuerdo que al baterista le decíamos "Ichina", porque cantaba "Ichina jar dei nait" (risas).
-¿Tu beatlemanía llegó al punto de copiarles el "look"?
-Sí, y me costaba un huevo porque las botas eran dificilísimas de conseguir. Vi unas en el Once que eran como tres números más chicas y me las compré igual, y sufrí como una madre. Pero lo que es moda... Suena love me do y García pide que detengamos el tema.
-" Love Me Do" está en mono. El disco es mono. ¿Quién canta? Los dos, ¿no? Esto es armónica, batería, palmas, bajo, armónica, guitarra que casi no se escucha. Y están la voz de Lennon y la de McCartney. Ahora poné todo eso en tres canales... Por eso, cuando mezclaban en estéreo, quedaba la música de un lado y las voces de otro. Y a mí me encantaba eso. Pero me preguntaba quién cantaba la canción, porque las voces están en quintas [intervalos]. Eso me quedó como una tara: la eliminación de la tercera. Ahora estoy por hacer un disco que se va a llamar Tres. Pero no sé, porque siempre estuve en contra de la tercera. La tercera es la voz del medio, la que define si el acorde es Mayor o es Menor. Y acá cantan un re y un sol, pero se olvidaron del si, o no lo pusieron a propósito para que uno haga la voz ahí, armonizando. Ese es el gancho. ¿Viste que siempre te dan ganas de cantar con los Beatles? A mí me pasaba. Ponélo de nuevo.
Suena "Love Me Do" otra vez. Charly canta entre John y Paul. Tiene razón.
-¡Ey, man! ¡La cantidad de cosas que se pueden aprender de Los Beatles! Andá a saber a quién le sacaron eso, cómo se les ocurrió. Porque eso es de música clásica. Eso de usar dos melodías al mismo tiempo. Bach, las fugas y las tocatas... Piazzolla. Son todas músicas hechas con cuatro notas paralelas: como los cuartetos de cuerdas, por ejemplo. Los acordes se forman con la sumatoria de las voces. Pero el violín, por ejemplo, tiene una sola nota, como los vientos. Para lograr la armonía hay que sumar otros instrumentos... Los Beatles aparecieron en una época en que la música era supermelosa, cuando la balada popular se juntó con el jazz y la comedia musical y todo eso, y se sumaron esas grandes orquestaciones. Entre tantas notas, uno se preguntaba dónde estaba la melodía. Y los Beatles hipersimplificaron la cosa. Yo no sé cómo se les habrá ocurrido. Puede ser que de ignorantes, sólo por hacer las cosas así, sin saber cuál era la raíz de la música, sin haber estudiado... Tuvieron mucha suerte en cómo se dieron las cosas. Porque encontraron a George Martin, que era un tipo de la música clásica, aunque también hacía discos de sátira. Pero el tipo les debe haber pasado cosas muy clave, como el respeto al 440. Si escuchás cualquier disco de los Rolling Stones de los viejos, no los podés tocar encima. Hasta que no pusieron un piano o un teclado, los tipos afinaban entre ellos, en la suya. Y los Beatles afinaban con un piano. Siempre había un piano, usaban armónica, qué sé yo, tenían cosas que te hacían pensar que eran tipos grandes, que no eran pendejos, que sabían todo. O no lo sabían pero lo hacían, sospechaban algo... Bueno, el que sigue.
Suena From me to you .
-Pocos acordes, viste… Y las voces combinadas... ¡Qué jodido ser Paul McCartney!
Pasamos a she loves you. García toca la guitarra tirado en su cama. Pasa por todos los yeites. Se enoja porque pifia el punteo. En la segunda entrada le sale perfecto.
-Es más blanda. Parezco yo el crítico de Rolling Stone... (se ríe). Encima, tiene ese final de guitarra que se les cagaron de risa, es como una ofensa al rock. El rock es La-Re-Mi, y pusieron un acorde del trío Los Panchos como ése. Lo discutieron como una semana. Lo sé porque me informé (risas).
En I want to hold your hand , García sigue las palmas, y después toca el puente en la guitarra.
-Esta, según Woody Allen, es la canción que dividió la historia del mundo. Cuando apareció este tema se acabó la civilización. Lo que hay desde entonces para acá no se sabe qué es. Una gran zapada... El tema tiene esa cosa de indígena indoamericano... Medio rara, la melodía. Se maneja mucho con octavas, con quintas. A mí me gustaba mucho eso, porque acá con la zamba me tenían podrido. La zamba es lo más terceras que hay: La Mayor, La Menor... Por eso esta música resultaba rara... ¿Viste que decían que los Beatles corrompían a la juventud? Porque había algo en la música... Tenían algo como hipnótico... Como el flautista de Hamelin. Los tipos encontraron una fórmula que aparentemente repetía la formación de siempre de batería, bajo, guitarra, pero lo nuevo estaba en la armonía y en el ritmo, tan básico y casi sin ningún elemento al pedo; no hay ninguna nota de más. Cada cosa está puesta como si fuera música clásica. Como si estuviera escrita. Parece que no, pero sí.
No le gusta cómo suena can’t buy me love. "Hay algo malo en este disco, que no me gusta. Y no sé qué es." García pasa toda la canción cambiando ecualizaciones y entradas de cables, yendo y viniendo con el balance. De repente... "Ahí está."
Vamos a a hard day’s night. Al primer guitarrazo ya se entusiasma. Mueve los brazos y la cabeza, sonriendo, como diciendo "lo más". Toca la guitarra, trata de hacer el punteo, toca toda la canción.
Primera nota de I feel fine.
-¡Pará! Ya está. El primer feedback de la historia de la música grabada. Consulten, aprendices… (se ríe).
Vamos a Eight days a week.
-La canción del beatle francés -un personaje de Titanes en el ring-. Ese tema fue muy famoso acá por eso. Es el primer tema del lado 2 de Beatles for Sale, y para mí ése es un disco distinto a todos los de los Beatles. No sé por qué. Parece hecho a las apuradas. Ya no tenían tantas canciones y pusieron muchísimos covers. Quizá por eso lograron un sonido que a mí me gustó mucho. Trataron de volver a sus fuentes, que eran el rock y el rockabilly y la música Motown de los grupos de chicas norteamericanos. Y en esta canción, como en todo el disco, se nota un sentimiento muy country. Hay como una especie de alegría forzada que puede tener que ver con que todo lo que hacían los Beatles al principio, en las letras, era para el público: para vos, yo te amo, quiero ir a tu casa esta noche, ella te va a coger... Acá, en cambio, creo que la vida ya les había mostrado el lado oscuro. Bueno, en For Sale está "I’m A Loser". Y bueno, es buenísima esta canción, me encanta.
ticket to ride.
-Chequeá el pattern de la batería. Genio, Ringo. La parte de la batería es increíble. Maravillícenlo, háganlo en casa. Te comprás el disco Sinfonías para adolescentes [de Sui Generis], agarrás la parte de adentro, donde explica qué es el sistema de maravillización, y lo hacés. Ponés los cuatro parlantes y eso, y ponés este disco. El sistema de la maravillización es... más o menos es lo que hicieron los tipos que hicieron los discos de los Beatles, que eran mono y los hicieron estéreo. Ahora se dice optimizar. Alguien decía que la música no eran las notas sino el aire que hay entre las notas, o algo así. Bueno. Este tema es especial para disfrutar eso. Prueben. Puede servir de ventilador, también (risas).
Llega Help. Charly lo pasa de largo.
yesterday.
-Pasá. Este nunca me gustó.
Suena Day tripper . Nada para decir.
We can work it out.
-Este es uno de los temas que más me gustan de los Beatles. Me gusta mucho la letra. Es una arenga pacificadora, o algo así. Integracionista. Y me gusta el armonio que hay.
Empiezan los coros de Paperback writer .
-Este es impresionante. Me dijeron que, a partir de las armonías de este tema, Miles Davis empezó a escuchar a los Beatles. Y acá se nota que no tocaban más en vivo, que la construcción de la música es irreproducible. ¿Cómo hacías? Una cosa es cantar "Love Me Do", que tiene dos notas, y otra es hacer esto. Ni las voces se pueden hacer. Y por suerte no había sampler ni nada, así que tuvieron que quedarse con eso nomás. ¿Sabían que los Beatles inventaron el [efecto] chorus? Fue George, que se apoyó sin querer en una de las grabadoras de eco. Había dos cintas corriendo simultáneamente, y cuando George se apoyó, una bajó de velocidad. Y al sonar con la otra cinta, se produjo el desplazamiento armónico que produce el chorus. Y dijeron: "Ah, qué lindo que es esto" (risas).
Pasamos de largo Yellow submarine y Eleanor rigby . Turno de Penny Lane.
-¡La parte del bajo es impresionante..! Y ésa es una trompeta piccolo. Pará que te cuento una aneda. McCartney había escuchado los Conciertos Brandenburgueses [de Bach] en televisión, y le pidió a George Martin un instrumento así. ¡Y qué parecido es a un [sintetizador] moog, ¿no?!
All you need is love . Charly salta de la cama.
-¡Concept! ¡Qué grande! ¡Concept! Polirritmia. Como "Pecado mortal", como "La felicidad es un revólver caliente". "La felicidad..." tiene la división que yo usé en "Pecado mortal". Se superponen un ritmo de tres por cuatro con otro de cuatro por cuatro: a los doce se juntan, y cuando atacan ahí, te matan. Pero todo el tiempo parece que el tiempo estuviera rengo. Y bueno, acá es la primera vez que lo usan. Después, la música progresiva se basa en eso. No hubieran existido Yes o Emerson, Lake & Palmer si los Beatles no lo hubieran hecho antes.
Hello, Goodbye.
-¡Gran psicodélico, Paul McCartney! Todos estos discos están muy armados, muy Beach Boys. Bah, los Beach Boys estaban muy Beatles (risas). Cada instrumento va por su lado. La letra no dice nada.
Lady Madonna.
-Acá quieren sonar como Fats Domino. No sé si el piano tiene mucha compresión, o tiene tachuelas. De algún lado deben haber sacado este sonido... suena como una especie de clave. Quién lo habrá tocado...
Hey Jude.
-El primer single largo de la historia. Siete minutos y medio. Los tambores son buenísimos. No sé si no estarán grabados a una velocidad y pasados después a otra. Es buenísimo. Están grabados aparte, no están grabados con la batería. Y hay dos pianos tocando lo mismo, para producir el chorus, como hacía Phil Spector. Era la época en que las canciones tenían un final interminable, donde entraban los amigos, la familia, todos, tipo usa for Africa (se ríe). Terminó todo en "We Are the World" (más risas).
Get back y the Ballad of john and yoko .
-Estos no me gustan tanto.
Al fin llega Something.
-Este tema es genial. Tiene uno de los mejores solos del rock & roll. Parece un solo escrito. Cuando lo vi a Frank Sinatra en Rio de Janeiro, me hizo mucha gracia cuando dijo que iba a hacer un homenaje a Lennon y McCartney, y cantó ésta (risas).
-Te deja con ganas de más Harrison.
-A mí me pareció que la cuota de George estuvo bien. No sé, tal vez porque uno se acostumbró. Es difícil con los otros dos, muy difícil.
-¿Por qué ponés tanto énfasis en destacar la importancia de que un arreglo esté escrito?
-Es que la música, cuando está bien hecha, es fácil de visualizar. Se te aparece enseguida el dibujo. Lo que quiero decir es que a los Beatles se los nota muy estudiosos de su instrumento, muy prolijos. Cuando surgieron, parecía que era todo estridencia, pero nada más lejos de la verdad. Tocaban fuerte, y las voces eran fuertes, pero esa determinación para pegar el golpe justo en la batería, por ejemplo... Por eso era irresistible. Parecía una máquina, Ringo. Y el bajo tenía esas notas tan... como el de "Penny Lane". Eso es una fuga. El bajo no sólo toca la [nota] dominante: hace un dibujito que, mezclado con la melodía, produce esa obrita. No sé. Cuando la música está hecha de una forma rigurosa, aunque el tipo que la hace no sepa música, se produce una limpieza que se asemeja a la música clásica, en la que cada nota está en algún lugar por alguna razón. El próximo.
Come together .
-Genial. El bajo es una cosa monstruosa. Está re-pensado, esto. Y las cuartas, esa cosa mántrica. Meten un Mayor, cuando el tema es [en tonalidad] Menor... No se sabe bien qué es... Bien tribal.
Let it be.
-Hay varias versiones de éste. Phil Spector, ¿no? McCartney odió esos coros… Let It Be [el disco] no les salió bien, se nota que no están copados, los pibes, que no pasa nada. Cada uno en la suya: George se creía que era Clapton; McCartney se creía Stravinsky; Lennon con la otra, a full; Ringo, aburridísimo...
Grand finale con the long and winding road. A García también se le pone la piel de gallina.
-Muy buena... Una gran canción. Es la canción de Let It Be. Tremenda.
Tres días después, en los estudios El Pie, García graba la enésima línea de moog sobre la versión en vivo de "Me tiré por vos". Improvisa. Cita viejas melodías. Suyas, de Bach y de los Beatles. Toca un fragmento de "Because".
-¿Sabían que Abbey Road es el primer disco en el que se usó un sintetizador?
-...
-Cuánta data que les di, eh. No se pueden quejar.
Por Fernando Sanchez y Daniel Riera
Fuente: Rolling Stone 01/03/2001