Un reportaje a fondo, total, a uno de los personajes claves del rock argentino. Charly García responde sin eufemismos a cada uno de los interrogantes planteados: el rock nacional, la nueva ola, los nuevos grupos, el tango y el estrellato. Una visión totalizadora de un músico total.
Dentro de la música de rock nacional existen ciertos mitos, no producidos por el aparato promocional de las grabadoras, sino por el peso propio de un conjunto, de una forma musical o de un individuo. No podemos decir que esto es casual cuando, de alguna manera, ese músico expresa una forma de enfocar, transmitir y reflejar la realidad en su creación marcando una época y siendo marcado por ella. Delirante sobre un escenario, con toda una bambalina mítica y asombrosa, pero con una coherencia particular para tratar los problemas y las esperanzas de la música progresiva nacional, Charly García completó una vuelta y media de casette, entre café y una montaña de cigarrillos fumados.
Vamos a hablar un poco de los problemas y de las posibilidades que se dan en la Argentina para el rock, y cómo se está organizando musicalmente la cosa.
Mira, siempre acá las cosas se hicieron a lo que saliera: cada uno hacía lo que podía y, a veces, había que adaptarse al poder y no al querer. Para mí. cualquier camino que sirva para que la música llegue a la gente, es bueno. A mí me parece que no hay tantos músicos como en Brasil, no a ese nivel, no tan sólidos como movimiento. Los otros días toqué con Spinetta; en La Plata con León Gieco, ahora toco con Cutaia en su espectáculo, a fin de año con Porchetto. Yo siempre estoy tocando con gente. Lo que pasa es que no hay tantos que tengan fuerza. Por ejemplo, en Brasil la gente se identifica, necesita la música a otro nivel. Acá la cosa es más intelectual y, en nuestro caso con Sui Generis o Serú Girán, tiene que ver con la identificación de la gente con lo que se dice, que la gente nos pide energía, que no le cortemos la energía. Veo que viene muy cargada, con mucha fuerza, y lo único que nos pide es que no les cortemos la polenta. Que lo que viene de la gente vuelva, con la misma o mayor intensidad.
Bueno, también KISS aparece como trasmitiendo energía y vos creo que entendés que no llega a la gente como algo bueno.
No, a ese nivel no. No digo energía destructiva o energía de violencia, sino energía de comunicación, de amor, de una cosa fuerte. Y pienso que lo que nos piden los que van a escuchamos, es que no nos apartemos de ellos, que no nos disolvamos por ahí. Que toquemos para ellos sin olvidar que están allí.
Pasaron cinco años desde la disolución de Sui Generis. Pasaste por la Máquina y ahora estás creando en Serú Girán, ¿Cómo vivís esa experiencia acumulada?
Yo creo que todas las épocas son distintas. Que la época del ’60 fue distinta a esta, y encuentro más diferencia entre los ’60 y ahora, que entre el ’75 y el ’80. Los anos '70 fueron algo así como el filtro de muchas cosas que se pensaban en los ’60 y que ahora no se piensan.