El 2009 ha sido para Charly García, el año del felíz regreso a los escenarios y el año del reconocimiento por parte del público, de la crítica y de la industria de la música.
Agotó las entradas en Argentina, Perú, Chile, y Ecuador, en un regreso que fue, puro talento, pura energía, y ese repertorio superior, conocido por todos, del que solo Charly García puede ser dueño.
Con estadios repletos de fans de todas las épocas, García recibió el aplauso y el agradecimiento de la gente, por su esperadísima vuelta, por la música, por la poesía y por todos estos años de rock.
Recibió la máxima distinción a la excelencia musical en los premios Grammy 2009 en Las Vegas, y 2 premios Clarín como “figura del rock” y “Premio trayectoria”.
Charly García comenzó el 2010, con 2 presentaciones brillantes en Punta del Este, Uruguay y en el Polideportivo de Mar del Plata y se prepara ahora para una actuación inolvidable en el cierre del cumpleaños número 10 del Cosquin Rock, el próximo 14 de Febrero.
Este comienzo de año, es solo el preámbulo para lo que se viene en Buenos Aires: Charly se presentará en el mítico Estadio Luna Park el 17 y 19 de Marzo, a las 22 horas, en dos shows que prometen ser mejores que el de Vélez, ya que toda la puesta en escena y efectos de Pichón Baldinu, que no pudieron realizarse el 23 de Octubre, debido al mal tiempo, podrán verse en el Luna.
Además, esa noche, presentando tu entrada el día del concierto, los fans podrán llevarse una tarjeta musical con 5 temas del Concierto Subacuático.
Por Florencia Mon
Fuente UOL Música
jueves, enero 28, 2010
Muchmusic presenta en exclusiva el nuevo video de Charly García
En el marco de “VIDEO URGENTE”, el canal proyectará antes que nadie “Demoliendo Hoteles”, el primer corte de “Concierto Subacuático”.
Muchmusic transmitirá, como parte de su segmento “VIDEO URGENTE”, “Demoliendo Hoteles”, el primer corte difusión del nuevo DVD de Charly García llamado “Concierto Subacuatico”, el gran regreso del músico a los escenarios, considerado uno de los mejores shows de la historia del rock en Argentina. Una oportunidad única para que sus fanáticos puedan disfrutar de este material inédito, en exclusiva por la pantalla de MuchMusic, el lunes 1º y el martes 2 de febrero, en horario rotativo.
El pasado 23 de octubre Charly volvió a los escenarios y se presentó en el estadio de Vélez ante 40.000 fanáticos que, pese a las fuertes tormentas, resistieron para escuchar el mejor rock. En ese marco, fue grabado Concierto Subacuático, en formato High Definition, con un total de 18 cámaras, que hoy, tres meses después, presenta para todos sus seguidores.
Charly García es sin dudas una de las figuras fundamentales de la música contemporánea argentina. Su debut discográfico se produjo en el año 1972, cuando participó del primer disco de Raúl Porchetto, titulado "Cristo Rock". Durante su larga trayectoria integró las bandas que dejaron su historia marcada en miles de argentinos: Sui Generis y Serú Giran. Su personalidad y estilo musical fueron determinantes para que su público se renueve generación tras generación. Es así como en agosto de 2009 anunció su regreso con una gira que comenzaría el día de su cumpleaños, y que continuará muy pronto en el Luna Park.
¡No te pierdas este material exclusivo que MuchMusic tiene para vos!
El lunes 1º y martes 2 de febrero, en horario rotativo.
Fuente GenteBA
Muchmusic transmitirá, como parte de su segmento “VIDEO URGENTE”, “Demoliendo Hoteles”, el primer corte difusión del nuevo DVD de Charly García llamado “Concierto Subacuatico”, el gran regreso del músico a los escenarios, considerado uno de los mejores shows de la historia del rock en Argentina. Una oportunidad única para que sus fanáticos puedan disfrutar de este material inédito, en exclusiva por la pantalla de MuchMusic, el lunes 1º y el martes 2 de febrero, en horario rotativo.
El pasado 23 de octubre Charly volvió a los escenarios y se presentó en el estadio de Vélez ante 40.000 fanáticos que, pese a las fuertes tormentas, resistieron para escuchar el mejor rock. En ese marco, fue grabado Concierto Subacuático, en formato High Definition, con un total de 18 cámaras, que hoy, tres meses después, presenta para todos sus seguidores.
Charly García es sin dudas una de las figuras fundamentales de la música contemporánea argentina. Su debut discográfico se produjo en el año 1972, cuando participó del primer disco de Raúl Porchetto, titulado "Cristo Rock". Durante su larga trayectoria integró las bandas que dejaron su historia marcada en miles de argentinos: Sui Generis y Serú Giran. Su personalidad y estilo musical fueron determinantes para que su público se renueve generación tras generación. Es así como en agosto de 2009 anunció su regreso con una gira que comenzaría el día de su cumpleaños, y que continuará muy pronto en el Luna Park.
¡No te pierdas este material exclusivo que MuchMusic tiene para vos!
El lunes 1º y martes 2 de febrero, en horario rotativo.
Fuente GenteBA
Charly Garcia en Mar del Plata
Charly esta vivo, curando su corazón, reencontrándose con el lugar donde se siente más cómodo y con el afecto de sus amigos músicos, con el doble encuentro con el Flaco en Vélez, con la participación de Nito Mestre y de Fito Páez en Rosario, o con una imprevista visita el jueves pasado durante el show de Pedro Aznar en Mar del Plata ¿Qué habrá esta noche?
Es una entrevista para el diario La Capital (Mar del Plata) adelanta que va recuperando sus manos, que esta componiendo y grabando algunas cositas –para alegría de la Negra que lo cuida desde arriba- y que todavía no hay planes de cómo producirlo (luego del fracaso de Kill Gil), pero feliz por la difusión de su nuevo video “Deberías saber porque”. También nos adelanta que habrá algún reencuentro con Nito pero por ahora será algo ocasional, que no nos hagamos más ilusiones por ahora.
Cuando suena Pubis Angelical, diez minutos después de lo anunciado, comienza el show.
La selección de hits de todos los tiempos mantiene la misma base de las presentaciones anteriores, aquí las que recuerdo de Mar del Plata son: El amor espera, Fanky, Cerca de la revolución, Chipi chip, La hija de la lágrima, Rap del exilio, Promesas sobre el bidet, Adela en el carrousel, Rezo por vos, Llorando en el espejo, Pecado mortal (nos siguen pegando abajo), No soy un extraño, Canción de dos por tres, Demoliendo hoteles, Yendo de la cama al living, Raros peinados nuevos, Vicio, Buscando un símbolo de paz, No voy en tren, Influencia, Pasajera en trance, Deberías saber porque, Perro andaluz, Hablando a tu corazón, No toquen, Rock and Roll yo.
Quedan tantos temas buenos afuera que se podría hacer otro show de dos horas más, totalmente distinto.
Si Vélez fue la prolijidad de la presentación –todo ordenadito-, en Rosario lució el protagonismo del Negro García López, aquí en Mar del Plata se ve un Charly cada día más suelto. Recuperar la confianza y la libertad es el segundo paso, tan difícil como el primero, allá vamos.
Y Charly, con su pasito de la momia, sus brazos flotando al frente, sus pies lentos uno por vez, su físico flaco y su ropa holgada, prefiere cada vez más el micrófono en el centro del escenario a su banco frente al piano negro que lo viene acompañando.
Esto no resta potencia al Negro García López, ni solidez a la base del trío chileno -con Kluje Hayashida en guitarra, Tonio Silva Peña en batería y Carlos González en bajo-, mientras el Zorrito Fabián Quintiero –el único autorizado a subir un Gancia al escenario- coordina los tiempos, e Hilda Lizarazu recorre el escenario y acompaña la voz algo áspera y con algún bache de Charly.
La música de Charly siempre ha sido rítmica y pegadiza, eso es lo que se disfruta abajo del escenario. Buscando un símbolo de paz invita a bailar, con las tumbadoras de Kluje, y Pasajera en trance es el momento que Hilda ocupe del centro del escenario.
El show sale sobre rieles, Charly esta bastante previsible por eso emociona pero no sorprende demasiado la aparición de Pedro Aznar para tocar Perro andaduz y Hablando a tu corazón. "Yo tuve muchas bandas, pero a una le decían 'Los Beatles argentinos'. Quiero presentarles a un amigo: Paul Mc Pedro Aznar". Cada presentación en Argentina ha tenido invitados muy queridos.
Todavía no terminó, el final será bien roquero, con No toquen y Rock and roll yo.
Por Flavio Pigazzi
Videos del Show (14 temas)
Fuente: Zona Norte Diario
Es una entrevista para el diario La Capital (Mar del Plata) adelanta que va recuperando sus manos, que esta componiendo y grabando algunas cositas –para alegría de la Negra que lo cuida desde arriba- y que todavía no hay planes de cómo producirlo (luego del fracaso de Kill Gil), pero feliz por la difusión de su nuevo video “Deberías saber porque”. También nos adelanta que habrá algún reencuentro con Nito pero por ahora será algo ocasional, que no nos hagamos más ilusiones por ahora.
Cuando suena Pubis Angelical, diez minutos después de lo anunciado, comienza el show.
La selección de hits de todos los tiempos mantiene la misma base de las presentaciones anteriores, aquí las que recuerdo de Mar del Plata son: El amor espera, Fanky, Cerca de la revolución, Chipi chip, La hija de la lágrima, Rap del exilio, Promesas sobre el bidet, Adela en el carrousel, Rezo por vos, Llorando en el espejo, Pecado mortal (nos siguen pegando abajo), No soy un extraño, Canción de dos por tres, Demoliendo hoteles, Yendo de la cama al living, Raros peinados nuevos, Vicio, Buscando un símbolo de paz, No voy en tren, Influencia, Pasajera en trance, Deberías saber porque, Perro andaluz, Hablando a tu corazón, No toquen, Rock and Roll yo.
Quedan tantos temas buenos afuera que se podría hacer otro show de dos horas más, totalmente distinto.
Si Vélez fue la prolijidad de la presentación –todo ordenadito-, en Rosario lució el protagonismo del Negro García López, aquí en Mar del Plata se ve un Charly cada día más suelto. Recuperar la confianza y la libertad es el segundo paso, tan difícil como el primero, allá vamos.
Y Charly, con su pasito de la momia, sus brazos flotando al frente, sus pies lentos uno por vez, su físico flaco y su ropa holgada, prefiere cada vez más el micrófono en el centro del escenario a su banco frente al piano negro que lo viene acompañando.
Esto no resta potencia al Negro García López, ni solidez a la base del trío chileno -con Kluje Hayashida en guitarra, Tonio Silva Peña en batería y Carlos González en bajo-, mientras el Zorrito Fabián Quintiero –el único autorizado a subir un Gancia al escenario- coordina los tiempos, e Hilda Lizarazu recorre el escenario y acompaña la voz algo áspera y con algún bache de Charly.
La música de Charly siempre ha sido rítmica y pegadiza, eso es lo que se disfruta abajo del escenario. Buscando un símbolo de paz invita a bailar, con las tumbadoras de Kluje, y Pasajera en trance es el momento que Hilda ocupe del centro del escenario.
El show sale sobre rieles, Charly esta bastante previsible por eso emociona pero no sorprende demasiado la aparición de Pedro Aznar para tocar Perro andaduz y Hablando a tu corazón. "Yo tuve muchas bandas, pero a una le decían 'Los Beatles argentinos'. Quiero presentarles a un amigo: Paul Mc Pedro Aznar". Cada presentación en Argentina ha tenido invitados muy queridos.
Todavía no terminó, el final será bien roquero, con No toquen y Rock and roll yo.
Por Flavio Pigazzi
Videos del Show (14 temas)
Fuente: Zona Norte Diario
martes, enero 26, 2010
Lo que vivo en estos meses significa una especie de renacimiento
Buenos Aires, 26 de enero (Reporter). En medio de la exitosa gira con la que regresó a los escenarios tras un período de desintoxicación que se prolongó por más de un año, Charly García manifestó su felicidad por el buen momento que atraviesa y sostuvo que este presente es "una oportunidad" que le dio el destino.
"Lo que vivo en estos meses significa una especie de renacimiento… estar haciendo algo muy bueno con la banda, estar muy bien a nivel personal. Me siento muy feliz. Digamos que la vida, a través del destino, me dio la oportunidad de vivir las cosas de otra manera", consideró el artista en declaraciones a la prensa.
García indicó que reponerse de sus adicciones fue "fue algo muy complicado", aunque con su propia determinación y el apoyo de su entorno pudo recuperarse y encarar una nueva etapa.
"Tuve amigos que me ayudaron y yo le puse mucha garra a toda mi rehabilitación, así que podríamos decir que se trata de una cosa conjunta. Yo estoy muy contento de tocar y hacer las cosas bien, estoy disfrutando de como han venido saliendo las cosas. Mis manos están muy bien, como antes. Pero hay un detalle más importante aún, el cerebro está más claro", afirmó.
El autor de "Cerca de la revolución" y "Los dinosaurios" expresó además que la posibilidad de volver a tocar y hacer música fue una motivación clave para seguir el tratamiento de desintoxicación.
"En el fondo siempre vi esa luz que te hace poner en forma. La zanahoria para mí era tocar de nuevo. Realmente tenía muchas ganas. Entonces hice todo lo posible para llegar a hacerlo. Estoy muy conforme con lo hecho", indicó.
Por otro lado, el rockero del bigote bicolor comentó que la gente le manifiesta a cada momento su cariño y le expresa su alegría por esta recuperación. Y hasta se animó a hablarles a los que no creyeron posible su regreso. "A los que me criticaron les demostré que estaban equivocados", dijo.
Además, García reveló que estuvo componiendo y grabando nuevos temas, que podrían formar parte de su próximo álbum. "Lo que hay hasta el momento es bastante bueno como para un disco. No lo veo directamente relacionado con nada de mi anterior obra, es una situación musical más cercana en el tiempo. Por lo menos las canciones que hice tienen electrónica y dulzura, también. He logrado un buen balance, como en su momento fue 'Clics modernos', aunque esto no se parezca nada a ese álbum", sostuvo.
Sin embargo, el músico advirtió que no sabe qué formato elegirá ante la eventual salida de un nuevo trabajo, ya que, según consideró, "los discos están desapareciendo".
"Probé con 'Deberías saber por qué' y realmente tuvo una difusión increíble. Eso fue apenas un single, una sola cosa del disco. Así que no sé si se materializará como un CD. Si fuera por mí sería un disco de vinilo. Pero no descarto intentar nuevas rutas", comentó. (Reporter)
Fuente: Terra
"Lo que vivo en estos meses significa una especie de renacimiento… estar haciendo algo muy bueno con la banda, estar muy bien a nivel personal. Me siento muy feliz. Digamos que la vida, a través del destino, me dio la oportunidad de vivir las cosas de otra manera", consideró el artista en declaraciones a la prensa.
García indicó que reponerse de sus adicciones fue "fue algo muy complicado", aunque con su propia determinación y el apoyo de su entorno pudo recuperarse y encarar una nueva etapa.
"Tuve amigos que me ayudaron y yo le puse mucha garra a toda mi rehabilitación, así que podríamos decir que se trata de una cosa conjunta. Yo estoy muy contento de tocar y hacer las cosas bien, estoy disfrutando de como han venido saliendo las cosas. Mis manos están muy bien, como antes. Pero hay un detalle más importante aún, el cerebro está más claro", afirmó.
El autor de "Cerca de la revolución" y "Los dinosaurios" expresó además que la posibilidad de volver a tocar y hacer música fue una motivación clave para seguir el tratamiento de desintoxicación.
"En el fondo siempre vi esa luz que te hace poner en forma. La zanahoria para mí era tocar de nuevo. Realmente tenía muchas ganas. Entonces hice todo lo posible para llegar a hacerlo. Estoy muy conforme con lo hecho", indicó.
Por otro lado, el rockero del bigote bicolor comentó que la gente le manifiesta a cada momento su cariño y le expresa su alegría por esta recuperación. Y hasta se animó a hablarles a los que no creyeron posible su regreso. "A los que me criticaron les demostré que estaban equivocados", dijo.
Además, García reveló que estuvo componiendo y grabando nuevos temas, que podrían formar parte de su próximo álbum. "Lo que hay hasta el momento es bastante bueno como para un disco. No lo veo directamente relacionado con nada de mi anterior obra, es una situación musical más cercana en el tiempo. Por lo menos las canciones que hice tienen electrónica y dulzura, también. He logrado un buen balance, como en su momento fue 'Clics modernos', aunque esto no se parezca nada a ese álbum", sostuvo.
Sin embargo, el músico advirtió que no sabe qué formato elegirá ante la eventual salida de un nuevo trabajo, ya que, según consideró, "los discos están desapareciendo".
"Probé con 'Deberías saber por qué' y realmente tuvo una difusión increíble. Eso fue apenas un single, una sola cosa del disco. Así que no sé si se materializará como un CD. Si fuera por mí sería un disco de vinilo. Pero no descarto intentar nuevas rutas", comentó. (Reporter)
Fuente: Terra
Resurrección
Una Generacion
Hubo un tiempo que fue hermoso, y fui libre de verdad, guardaba todos mis sueños en castillos de cristal. Poco a poco fui creciendo y mis fábulas de amor se fueron desvaneciendo como pompas de jabón. Así comenzaba "Canción para mi muerte", paradigma de una generación de argentinos que hoy promedia los 40 años y que se asomó por primera vez al "rock nacional" porque dos escuálidos muchachitos (uno al piano, el otro con guitarra) adivinaban sus sentimientos y le hablaban directamente al corazón. Sui Generis había conseguido el milagro de saltar el cerco del gueto de los rockeros y haberse convertido en un fenómeno de masas entrando en casas donde sólo se escuchaba música en inglés.
Aquella generación de argentinos eran quinceañeros o poco más en 1975, sufrieron en silencio la dictadura militar, alumbraron a la conciencia política en vísperas de la guerra de Malvinas, lucharon por la democracia y siguieron con sus vocaciones y con sus vidas.
Hoy los "ochentistas" (argentinos promedio que alcanzaron la madurez durante los '80) llegaron al poder. Ibarra, Felgueras, Beliz, Tinelli, Lopérfido, Suar, Repetto y Pergolini son algunos de los ochentistas más famosos. Pero hay ochentistas en los puestos clave de todas las empresas y en todas las expresiones del arte, la política, el periodismo, la tecnología, la economía y las ciencias.
Para asombro general, Sui Generis no es un acto de nostalgia: durante estos 25 años las distintas carnadas de adolescentes (hasta los tecno del vacío posmodernista) siguieron cantando y rasgueando en los colegios, en las reuniones y en los fogones aquellas mismas canciones. De esa materia están hechos los clásicos.
Mucha agua pasó bajo el puente, pero el anuncio de que Charly García y Nito Mestre volverían a intentarlo después de un cuarto de siglo, causó conmoción. NOTICIAS, la revista que publicó las dos colecciones más exitosas y completas de CDs de rock nacional, los juntó para hablar de aquella y de esta Argentina, del paso del tiempo y de los nuevos ideales, de la vejez y de la ocurrencia de seguir siendo adolescentes pese a todo. Una charla que une imaginariamente a los jóvenes de ayer con los de hoy. Con los de siempre.
Bienvenidos al tren
Casi con la contundencia de “Había una vez…”, este cuento comienza con un “Hubo un tiempo en que fui hermoso”. No es porque sí. No hay casualidades en esta historia. Por eso habla de lo efímero de las pompas de jabón. Era la mitad de 1972. En las calles de la Argentina, unos cuantos gritaban “ya van a ver/ya van a ver/cuando venguemos a los muertos de Trelew” en referencia a los guerrilleros asesinados en las cárceles del sur. En la estación Pacifico de Buenos Aires Tanguito caía bajo las ruedas de un tren. En la Villa Olímpica de Munich, once atletas israelíes eran asesinados por la organización palestina “Septiembre negro”. Y así, todo. Los ejemplos se multiplicaban al infinito. En un mundo que respiraba muerte, Carlos Alberto García Moreno (48) y Carlos Alberto Mestre (48) abrían su primer y milagroso disco de nombre esperanzado, “Vida”, con un himno de nombre profético, “Canción para mi muerte”. Le bastaron tres años a Sui Generis para convertirse en polaroid de una época extraña, en estandarte de la adolescencia eterna, en el generador de esas canciones que siempre “sabemos todos”, en (valga el lugar común) la banda de sonido de varias generaciones de argentinos. Quizá fue con la intuición del arte que le anunciaron a la muerte, en aquel primer tema “y prepararás la cama, para dos”. La historia ha enseñado que la cama fue preparada y allí cayeron mucho más que dos.
Charly García: Cuando dijimos “chau” con Sui Generis, todavía no había dictadura ¿quién estaba?
Nito Mestre: Isabelita.
García: Entraba la dictadura.
Mestre: Y López Rega.
García: ¡López Rega! ¡Qué lindo! Sui Generis se separó por Isabelita. Yo estaba enamorado de ella, pero no me dio bola…la bola la tenía Lopecito.
El país. Se ríen, se conocen de memoria, se divierten. El living del departamento tantas veces fotografiado de Charly García es el lugar elegido. Charly y Nito en una noche de mayo del 2000, quieren hablar con NOTICIAS de aquellas épocas, de esta adolescencia, del proyecto que los une, del país que transitaron juntos, de los momentos duros y de los buenos tiempos.
Noticias: ¿De qué país se despidió Sui y qué país encuentra ahora?
Mestre: Nos despedimos al borde del cataclismo…y ahora… (risas) Ahora estamos en el cataclismo…Eso es si lo veo a la distancia porque yo en ese momento no me daba cuenta de qué iba a pasar, porque futurista no soy…
García: Futurólogo, se dice futurólogo.
Mestre: Bueno, futurólogo. Porque ni idea de lo que iba a pasar del 24 de marzo del ’76 en adelante. Vivía una etapa de libertad extraña, se veía venir que iba a pasar algo denso, pero no se veía qué. Yo tenía 22 años. Después de eso empecé a madurar de golpe. Y ahora encuentro un país culturalmente más bajo, musicalmente peor. Es como dice la frase de uno de nuestros temas nuevos “con esta música que hay ahora/entiendo bien por qué estás tan sola”. Musicalmente, estamos peor.
García: Sí, pero gastronómicamente estamos mejor.
Mestre: Sí, hay millones de restaurantes ahora. Pero culturalmente estamos más blandos.
García: Blandos no, más pobres.
Mestre: Claro, más pobres. En ese momento había más cosas, actividad por todos lados, “grossa”, pesada, bastante pesada, pero actividad. Había grupos, quilombo, ánimos fuertes. Ahora está apagado todo. Culturalmente, la música que se escucha me parece pobre. Por eso queremos hacer un poquito de quilombo.
García: Mucho quilombo.
El retorno. Charly lo dijo, casi sin decirlo, en el programa “Rock boulevard” de Sergio Marchi en FM Supernova. Nito se lo comentó a un periodista en Mami. No hizo falta nada más. La vuelta de Sui Generis conmocionó al mundo de la cultura: un disco de canciones nuevas –“Sinfonía para adolescentes”-, que se comenzará a grabar en junio y una serie de recitales que incluirán gira latinoamericana, show en Miami y dos presentaciones en Ríver o Vélez en octubre. Y los ecos ya resuenan en el continente. En las calles de Buenos Aires, Nito Mestre nota alegría general por el reencuentro. “No me quieren cobrar los taxis, todos están contentos”. Por supuesto, nadie se privó de opinar sobre el retorno, pero ellos tienen algo para decir al respecto.
Mestre: Opinan todos, pero sólo nosotros decidimos. Ladran, Sancho.
García: No sólo ladran, además, desafinan.
El principal blanco de las críticas de García es Pappo, quien dijo al diario “Clarín”: “Prefiero no opinar porque si opino de esta reunión tengo que decir algo feo. En mi vida Sui Generis no significa nada”. “Nada más que envidia, envidia, envidia –ríe García- Pappo, vos seguí con lo tuyo, que es la telenovela. ‘Carola Casini’ te salió bien, y ya sabés, cuando practiques bien la guitarra y te salga algo más o menos como a mí, vení que te puedo dar unas clases, pendejo”.
Mestre: Pobre Pappo, no va a poder dormir por todo esto. Por ahí, cuando lo llamaron para la encuesta tenía un mal momento…
García: No, si en general es pavo.
Hay unas cuantas versiones sobre el regreso. El dinero, claro, es siempre el principal sospechoso. Nito Mestre es categórico: “Si esto fuera algo elucubrado, armado, no podríamos hacerlo. Esto es placer puro porque si no, no hay lola. Después de haberlo pasado mal, una de las cosas que hablamos fue: ‘Negro, la salud para mí es lo primero’. Si me mando en algo que me puede llegar a afectar o volver al antes, a sentirme mal, a caer, no. No hay ni gira, ni disco, ni un carajo”.
Veinticinco años es mucho y eso fue lo que pasó entre aquél “Adiós, Sui Generis” del ’75 y este retorno. En el medio, claro, hubo una variada gama de infiernos, privados y públicos, para ellos y para todos y nadie quiere volver allí. Dictadura y terror, alcohol y drogas. Los adolescentes debieron crecer para sobrevivir y cada cual lo hizo como pudo.
Vidas paralelas. Con paciencia, chistes públicos, declaraciones irónicas, García y Mestre fueron tejiendo una relación difícil, llena de idas vueltas. El final de Sui se precipitó por las ambiciones artísticas de García, que intentaba una experimentación sonora que lo llevó a “matar a la gallina de los huevos de oro”, como dijo en su momento el productor Jorge Álvarez. En tres años, hicieron mucho dinero, y también, lo dilapidaron. Cuenta la mitología rockera que la primera piedra del escándalo fue María Rosa Yorio. Es que de ser la esposa de García y madre de su único hijo, Miguel Ángel, Yorio pasó en pocos meses a ser la pareja de Mestre, en 1977. La sangre no llegó al río: “Yo me mandé una cagada –reconoció Yorio en 1993- que fue la de irme con su mejor amigo. Pero siempre que nos encontramos, me tira una onda de afecto”. En todo caso, ellos jamás establecieron, ni pública ni privadamente, este tema como punto de división. Un punto donde sí las aguas se dividieron fue cuando Mestre grabó en 1993: “Nito canta a Sui Generis”. A Charly no le gustó nada y no hubo el mínimo gesto de apoyo. En 1995, en un arrebato, García quiso reeditar Sui Generis. No pasó de un olvidable show en la disco Prix D’Ami. Ahora ellos no quieren hablar de los desencuentros, prefieren minimizarlos, como si nunca hubieran ocurrido. La resurrección artística y humana tiene que ver también con un momento en el que, según declaran, están bien. Mestre reconoció que el alcohol lo llevó por un proceso de autodestrucción del que salió a fuerza de voluntad. La grabación de su disco “Colores puros” le devolvió la confianza y la autoestima. Charly, con el regreso de su novia Florencia (17), asegura haber conseguido un equilibro que le permite la creatividad. De hecho, además de lo de Sui, tiene otros proyectos. En julio se estrena su sinfonía “Pasión” en el Colón y a la gira con Mestre se le agrega una presentación compartida con Fito Páez (37) en un estadio porteño, previsto para diciembre. El trabajo y la creación para resurgir de las propias cenizas. El dolor no los paralizó; al contrario fueron las ganas de salir de ahí las que les dieron la fuerza necesaria para los nuevos proyectos.
Esperanzas. Se transmiten tranquilidad. Después de tantos años, se escuchan con atención, como si siguiesen sorprendiéndose mutuamente.
García: Cuando nos fuimos, todavía no había llegado la dictadura. Ahora ya pasó. Quiere decir que la derrotamos. Parafraseando a Caetano Veloso, quizás a los generales no les gustaba la música que hacíamos, pero a sus hijas, sí. Y esa quinta columna creo que fue una de las armas más poderosas contra la dictadura.
Noticias: ¿Eso fue un proceso consciente o simplemente se dio?
García: Consciente, absolutamente. En “Para quién canto yo entonces” decíamos “también canto para usted, el que atrasa los relojes, que no se da cuenta nunca, que su casa se derrumba”. El coronel no entiende, pero a la nena le gusta. Esa quinta columna se la metimos en la casa. ¿Sabés qué es, que vengan esas personitas y te digan qué significa Sui para ellos? Nos escuchaban flotando en el líquido amniótico y eso marca culturalmente. ¿Cuántos se enamoraron con Sui? ¿Cuántos se casaron? Hubo partos con música de Sui… ¿Te imaginás un parto con música de Pappo? Es un aborto.
Mestre: Te encontrás con pibes de 15 que te hablan de Sui y todo lo que les significó y vos decís: “Este no había nacido”.
García: Pero sus padres sí…yo tengo hasta un fans club de sordas.
Mestre: ¿Y eso habla bien de vos?… ¿Lo compartís con Pappo?
García: Sordas dije, no ciegas.
Charly mide el efecto de su chiste y continúa, hace un silencio de comedia y continúa: “Mi país de despedida de Sui, mi realidad de ese momento era que yo tomaba ácido y di veintisiete vueltas al Luna Park, en un Citroën con transportines para nueve personas, vestido de novia. Estaba aristocráticamente con la high society del rock y antes de subir me fumé veintisiete porros. Era el huevo de la serpiente, anyway. Todo el terror que se veía venir muy a lo lejos estaba más cerca de lo que parecía, pero nosotros estábamos vestidos de percal, éramos como los tangueros de “Los mareados”. ¿Y qué país me encuentro ahora? (Piensa, pasan los minutos). Me encuentro con el huevo de la serpiente al revés. A ver cómo se entiende. Volvemos aristocráticamente a meternos adentro del huevo, pero en vez de meternos a engendrar una serpiente, a engendrar algo mucho más lindo y esperanzador.
Noticias: ¿Esperanzador? ¿Ése es el estado de ánimo de los dos ahora?
García: El mío, sí
Mestre: Absolutamente, sí.
García: Si nos van a venir a escuchar 200.000 personas, queremos que la gente se vaya con esperanza y alegría.
Noticias: Entonces hoy Sui Generis ¿es felicidad?
García: Totalmente.
Anécdotas. Como ex compañeros que se conocen de toda la vida, desde la época del secundario compartido en el colegio Dámaso Centeno, cuando comienzan las anécdotas, no hay cómo pararlos.
García: Me acuerdo que cuando fuimos a lo de Mirtha Legrand, que fuimos dos veces…
Mestre: Ah, ya nos habíamos separado, nos invitaba. Pero después no nos dejaron ir más.
García: No, fue porque vos volcaste el café. Pero lo que quería decir era que la Mirtha decía “yo quiero que la juventud baile con la música de ustedes” y Nito empezó “pero antes de bailar, que escuche lo que estamos diciendo”. Siempre decía lo mismo. En realidad, el problema siempre fue que Nito no aprendió a bailar (risas)
Mestre: ¿Y te acordás de aquella vez que cambiaste la letra en Uruguay?
García: Sí, claro. En Montevideo nos llevaron presos, nos metieron en una cárcel, estábamos en el patio, con los tupamaros. Teníamos los ojos vendados. Pensábamos que cuando llegara nuestro representante, nos salvábamos. Pero llegó el quía y también estaba preso, con los ojos vendados. Estaban los plomos presos, los equipos presos, todos presos. Entonces viene el comisario y pregunta: “¿Cómo es la letra esa de ‘Botas locas’?”. Juan Rodríguez dijo “Yo soy baterista”, el gallina de Rino Rafanelli dijo “yo toco el bajo”. Lo codeé a Nito para que dijera que sólo hacía los coros. Entonces me llevan a un aula y me hacen cantar la letra. Me pusieron un grabador tipo geloso pero uruguayo, sin desmerecer ¿no? No se escuchaba nada. Entonces canto, pero en vez de decir “amar a la patria, bien nos exigieron/ si ellos son la patria/ soy extranjero”, cambié la letra ahí mismo y canté “si ellos son la patria/ yo me juego entero”. El comisario decía “yo a esto no le encuentro nada de malo”.
Adolescencia. Aunque los diccionarios no lo ratifiquen, es una verdad conocida que en la Argentina, Sui Generis y adolescencia son sinónimos. Los reyes tontos, imaginarios o no, los profesores que siempre tenían la razón, las eternas compañeras que se entregaban desnudas en la arena, los hombrecitos de sombrero gris, una fauna marcada a fuego en generaciones y generaciones de estudiantes secundarios. Casi al filo de los 50 años (nació el 23 de octubre de 1951), Charly escribió un puñado de canciones y decidió agruparlas bajo el nombre de “Sinfonía para adolescentes”, como llamaba el productor Phil Spector a las creaciones pop, inspirándose también los dibujos de Walt Disney previos a “Fantasía”, que explicaban didácticamente, las sinfonías a los chicos. García percibió que esas canciones no eran para su carrera solista, eran para Sui Generis. Así fue que lo llamó Mestre y comenzó este retorno, que tiene como primera parada el recital de Charly García del 19 de mayo en Obras, en donde además de Nito, estarán Fito Páez y Gustavo Cerati. La adolescencia a los 50.
García: Los adolescentes son los que más me entienden. Cuando uno es bien jovencito, no tiene la mente quemada y le queda lugar para imaginarse cosas, para la aventura. El tipo quemado lo que menos quiere es escuchar un disco. Creo en eso que decía The Knacks (el grupo británico): “Pero las chicas de 15 entienden”.
Noticias: Y hacer Sui a esta altura de sus vidas, ¿es preservar esa parte adolescente que tienen?
García: ¿De las chicas, vos decís?
Noticias: No, de ustedes.
García: Yo nunca perdí mi parte adolescente. Te diría que jamás.
Mestre: Si me miro para adentro tal como estoy, si me saco una foto tal como me veo hoy, a mis ojos, soy un adolescente.
Noticias: Sui Generis era una mirada adolescente sobre el mundo. Este Sui Generis, ¿preserva esa mirada?
García: Ahora es una mirada madura sobre un mundo adolescente.
Noticias: ¿Cuáles son las principales diferencias entre este Sui Generis y aquél?
Mestre: Un sonido mejor.
García: Estamos más lindos, tocamos mejor, tenemos muchas más canciones y no mucho más. Después, se van a encontrar con muchísimas cosas que les van a tocar la misma fibra de la otra vez.
La foto. Ya está todo preparado para la producción fotográfica. De mano en mano circula una copia de la foto que en la década del70 sacó Jorge Fisbein, bajo el concepto de Juan Gatti y con maquillaje de Ada Moreno. Está Nito, está Charly, está el fotógrafo, el ventilador, el telón azul. No están las estrellitas del fondo.
García: ¿Y las estrellitas? ¿Dónde están las estrellitas?
El fotógrafo explica las bondades del fotoshop, un sencillo montaje por computadora. García no acepta: “Yo soy anticomputer”, aclara. Y pide estrellitas dicroicas, o de Navidad. Un batallón de asistentes personales asiente y parte con destino desconocido en busca de las estrellitas. Aparece entonces la adolescencia en todo su esplendor. Charly se disfraza buscando el look de aquella foto. Pide pañuelos de seda para Nito. Se pinta el cuello de plateado. Comparte la aventura con Mestre, quien un rato antes había aceptado “somos adolescentes en la manera en que nos tratamos, en la fe, la polenta, esa cosa deponerse las pilas y hacerlo. El hecho de divertirse haciéndolo. Cuando anunciamos la vuelta de Sui, metimos un quilombo que me sorprende y me divierte como si fuese adolescente”.
Entonces, la idea salvadora de Mestre: “Che, y si las pintás a las estrellitas? Seguro que pintura plateada en aerosol, tenés”, dice y ahí van los chicos, a divertirse. Nito se encarga de cortar en un cartón la figura de una estrellita. Charly decide que tiene que ser más grande. Prueba primero en la pared del living. Quedó bien. Entonces sí, pinta sobre el fondo azul.
García: ¿Hay ventilador, no?
Mestre: ¿Para qué lo querés, si no tenés pelo?
García: Sí, tengo (y sacude la cabeza en señal de rebeldía)
Vuelven a mirar la foto, imitan aquellas caras. Son los mismos. No lo son. “Era genial”, dice García mirando la fotografía. Nito asiente.
Balance. La propia lógica de la charla empuja hacia el balance. Los más y los menos de un cuarto de siglo vivido con la intensidad de un país y unas vidas no acostumbradas a los medios tonos. “Yo primero –pide García-. Lo mejor que me pasó fue mi hijo Miguel Ángel, Serú Girán, los amigos que coseché en todo este tiempo, haberle embocado a la pileta y estar bien con una persona ahora…y las peores…todas las demás. Rápido, para atrás: ir en cana en Mendoza, haber tenido una 45 en la cabeza cuando fui chupado. Haber sido mal entendido muchas veces, la muerte de mi papá y de mi hermano.
Mestre: Las mejores, haber armado una banda como “Los desconocidos de siempre”, haberme casada…
García: Las mejores, te dijo (risas adolescentes)
Mestre: Haber conocido a Paul McCartney…
García: Bueno, yo conocí a James Taylor…interrumpe garcía.
Mestre: Hay que decirlo entonces. Seguir grabando discos, seguir yirando, tener bien la garganta y estar bien de salud.
García: De lo mejor que nos pasó a los dos fue conocerla a Mercedes Sosa y ser amigos de ella.
Mestre: Y entre lo peor, haber estado mal de salud, pero no lo tomo tan como lo peor porque me vino bien, para recuperarme. Y la muerte de un par de amigos.
Charly busca más ropa para las fotos. Nito ríe. Los adolescentes, solos en la habitación, se divierten. No hay padres a la vista. Y entonces Charly dice “Sui Generis no vuelve”. Hay dos segundos de confusión. Todos miran, nadie habla. “Tengo que aclarar que Sui siempre estuvo y siempre va a estar, es como esa pared –los presentes respiran aliviados- o sea, yo soy Sui. Yo soy eso.”
Alguien trae las famosas estrellitas. Ya no hacen falta.
Noticias: Y si el Charly el Nito de esa foto original vieron a los de esta foto de hoy qué dirían?
García: No, gracias, no quiero serlo.
Bijáin de sin
Tantos años después, pellizcame a ver si es cierto. En cualquier momento salía la nota con Charly y Nito. Eso era lo que estaba arreglado. Pero la fecha de cierre de la revista llegaba y estábamos pendientes de Charly. Quienes me conocen saben que mi estilo de ropa es informal y pocos recuerdan haberme visto de traje. Bueno, resulta que ese día tuve que hacer no sé qué trámites y estaba de traje. Así llegué a la redacción, donde soporté las cargadas de rigor. En eso estaba cuando suena el teléfono. Francisco Cerdán, prensa y amigo de Charly diciendo “Es ahora”. Tuve que salir corriendo a casa a cambiarme, no podía aparecer a entrevistar a Charly García de traje. Así fue que después de sacarme la corbata y ponerme algo más humano, llegué hasta el famoso depto. de Charly, en etapa todo pintarrajeado. Estaba tirado en un colchón en su habitación. Nito todavía no había llegado. Había conitos de havanna por todas partes, con las puntas comidas. Charly no me conocía y me puso a prueba rockera, digamos. Recién cuando comprobó que sabía su historia y de qué hablábamos -y eso fue cuando ya había llegado Nito y la entrevista había comenzado- se abrió a la entrevista. Cada tanto se paraba y tocaba algo en un pianito. En un momento apareció Migue y se dieron un beso. Chasqui hizo fotos geniales, y llevaba la foto original para hacer la copia. Sólo precisábamos que posaran, todo se iba a arreglar por photoshop. Charly no quiso y pasó lo que se cuenta en la nota. Fue una tarde…inolvidable. ¡La puta que vale la pena estar vivo!
Por Osvaldo Bazán
Los Ochentistas
Aprendí a ser formal y cortés/cortándome el pelo una vez por mes..." Emocionado, el estudiante de rulos intrincados escuchaba las canciones que un par de músicos novatos cantaban en el salón de usos múltiples del Colegio Nacional Buenos Aires. Hoy, Aníbal Ibarra (42), jefe de Gobierno electo de la Ciudad, vive con júbilo el retorno de Sui Generis. Sólo que ahora lo hace desde el poder. Es uno más entre los millones de argentinos que integran "la generación Sui Generis".
Ortega y Gasset decía que una generación equivalía a 15 años. La generación Sui nació cuando el grupo fue disuelto (en 1975) y la sombra de la dictadura se cernía sobre el país. Quienes entonces tenían alrededor de 15 a-ños no alcanzaban a ser nítidamente setentistas: muchos no participaban de la militancia de entonces y sólo fueron encontrando su conciencia política con el correr del Proceso y en vísperas de Malvinas. Son los ochentistas quienes terminaron luchando contra los militares de facto, alumbraron la democracia y siguieron con sus vidas, vocaciones y desencantos. Hay ochentistas famosos: Ibarra, Felgueras, Beliz, Tinelli, Pergolini, Águila. Los ochentistas ocupan por primera vez puestos estratégicos en la política, los medios, las empresas, las artes y las ciencias. Sui Generis, para todos ellos, fue una puerta de entrada. Y a partir de ella, otras carnadas de adolescentes mantuvieron vivo (en colegios y fogones) aquel puñado de canciones rebeldes.
"Todos hemos cambiado", explica Ibarra a NOTICIAS, quien pertenecía a la minoría militante: actuaba durante los años oscuros en la Federación Juvenil Comunista y veía reflejada en la poética del rock una columna de resistencia hacia "el sistema opresor".
Gustavo Beliz (38) llegó tarde a la música de Sui Generis. Pasaba discos en las fiestas porque no le gustaba bailar. Para él, Sui Generis fue, y es, poesía: "Creo que los valores que se expresaban en ese momento siguen siendo los mismos, pero Sui era más poético que ideológico". Pero algunos usos y costumbres se mantienen. No pocos (como Franco Caviglia -38-, de Acción por la República) siguen prefiriendo la ropa informal a la corbata y escuchan rock nacional. Creen que aquellas canciones son una invitación a pensar, a romper algunas estructuras injustas. Y que eso producía un efecto multiplicador en los jóvenes. "Hay que hacer algunas concesiones para poder mediar, pero manteniendo siempre presentes esos valores", reconoce Caviglia. Para el senador peronista Jorge Yoma (46) "Sui Generis acompañó, con su mística e ideales, la formación de quienes hoy somos dirigentes". El radical Jesús Rodríguez (44) coincidió al admitir que esa música influyó en la construcción de una conciencia social y política.
Cecilia Felgueras (39) ya no toca su batería -hasta tuvo una banda en Flores, su barrio-, y hoy sólo puntea algunos temas de Charly y Nito en su vieja guitarra española. "Conservo los ideales juveniles de una • sociedad más libre, más justa y más solidaria y los vuelco en mi acción de gobierno. La elección que acabamos de tener en Buenos Aires puso sobre la mesa la discusión ideológica entre jóvenes y dictadura militar: de un lado estaba Aníbal, y del otro, Cavallo." La generación Sui Generis, hoy llegó al poder. Ya no cantan "quién me dará un crédito, mi Señor /sólo sé sonreír". Pero se acuerdan la letra.
Gabriel Michi y Gustavo Hierro
Fuente: Revista Noticias Publicada el 13/05/2000
Hubo un tiempo que fue hermoso, y fui libre de verdad, guardaba todos mis sueños en castillos de cristal. Poco a poco fui creciendo y mis fábulas de amor se fueron desvaneciendo como pompas de jabón. Así comenzaba "Canción para mi muerte", paradigma de una generación de argentinos que hoy promedia los 40 años y que se asomó por primera vez al "rock nacional" porque dos escuálidos muchachitos (uno al piano, el otro con guitarra) adivinaban sus sentimientos y le hablaban directamente al corazón. Sui Generis había conseguido el milagro de saltar el cerco del gueto de los rockeros y haberse convertido en un fenómeno de masas entrando en casas donde sólo se escuchaba música en inglés.
Aquella generación de argentinos eran quinceañeros o poco más en 1975, sufrieron en silencio la dictadura militar, alumbraron a la conciencia política en vísperas de la guerra de Malvinas, lucharon por la democracia y siguieron con sus vocaciones y con sus vidas.
Hoy los "ochentistas" (argentinos promedio que alcanzaron la madurez durante los '80) llegaron al poder. Ibarra, Felgueras, Beliz, Tinelli, Lopérfido, Suar, Repetto y Pergolini son algunos de los ochentistas más famosos. Pero hay ochentistas en los puestos clave de todas las empresas y en todas las expresiones del arte, la política, el periodismo, la tecnología, la economía y las ciencias.
Para asombro general, Sui Generis no es un acto de nostalgia: durante estos 25 años las distintas carnadas de adolescentes (hasta los tecno del vacío posmodernista) siguieron cantando y rasgueando en los colegios, en las reuniones y en los fogones aquellas mismas canciones. De esa materia están hechos los clásicos.
Mucha agua pasó bajo el puente, pero el anuncio de que Charly García y Nito Mestre volverían a intentarlo después de un cuarto de siglo, causó conmoción. NOTICIAS, la revista que publicó las dos colecciones más exitosas y completas de CDs de rock nacional, los juntó para hablar de aquella y de esta Argentina, del paso del tiempo y de los nuevos ideales, de la vejez y de la ocurrencia de seguir siendo adolescentes pese a todo. Una charla que une imaginariamente a los jóvenes de ayer con los de hoy. Con los de siempre.
Bienvenidos al tren
Casi con la contundencia de “Había una vez…”, este cuento comienza con un “Hubo un tiempo en que fui hermoso”. No es porque sí. No hay casualidades en esta historia. Por eso habla de lo efímero de las pompas de jabón. Era la mitad de 1972. En las calles de la Argentina, unos cuantos gritaban “ya van a ver/ya van a ver/cuando venguemos a los muertos de Trelew” en referencia a los guerrilleros asesinados en las cárceles del sur. En la estación Pacifico de Buenos Aires Tanguito caía bajo las ruedas de un tren. En la Villa Olímpica de Munich, once atletas israelíes eran asesinados por la organización palestina “Septiembre negro”. Y así, todo. Los ejemplos se multiplicaban al infinito. En un mundo que respiraba muerte, Carlos Alberto García Moreno (48) y Carlos Alberto Mestre (48) abrían su primer y milagroso disco de nombre esperanzado, “Vida”, con un himno de nombre profético, “Canción para mi muerte”. Le bastaron tres años a Sui Generis para convertirse en polaroid de una época extraña, en estandarte de la adolescencia eterna, en el generador de esas canciones que siempre “sabemos todos”, en (valga el lugar común) la banda de sonido de varias generaciones de argentinos. Quizá fue con la intuición del arte que le anunciaron a la muerte, en aquel primer tema “y prepararás la cama, para dos”. La historia ha enseñado que la cama fue preparada y allí cayeron mucho más que dos.
Charly García: Cuando dijimos “chau” con Sui Generis, todavía no había dictadura ¿quién estaba?
Nito Mestre: Isabelita.
García: Entraba la dictadura.
Mestre: Y López Rega.
García: ¡López Rega! ¡Qué lindo! Sui Generis se separó por Isabelita. Yo estaba enamorado de ella, pero no me dio bola…la bola la tenía Lopecito.
El país. Se ríen, se conocen de memoria, se divierten. El living del departamento tantas veces fotografiado de Charly García es el lugar elegido. Charly y Nito en una noche de mayo del 2000, quieren hablar con NOTICIAS de aquellas épocas, de esta adolescencia, del proyecto que los une, del país que transitaron juntos, de los momentos duros y de los buenos tiempos.
Noticias: ¿De qué país se despidió Sui y qué país encuentra ahora?
Mestre: Nos despedimos al borde del cataclismo…y ahora… (risas) Ahora estamos en el cataclismo…Eso es si lo veo a la distancia porque yo en ese momento no me daba cuenta de qué iba a pasar, porque futurista no soy…
García: Futurólogo, se dice futurólogo.
Mestre: Bueno, futurólogo. Porque ni idea de lo que iba a pasar del 24 de marzo del ’76 en adelante. Vivía una etapa de libertad extraña, se veía venir que iba a pasar algo denso, pero no se veía qué. Yo tenía 22 años. Después de eso empecé a madurar de golpe. Y ahora encuentro un país culturalmente más bajo, musicalmente peor. Es como dice la frase de uno de nuestros temas nuevos “con esta música que hay ahora/entiendo bien por qué estás tan sola”. Musicalmente, estamos peor.
García: Sí, pero gastronómicamente estamos mejor.
Mestre: Sí, hay millones de restaurantes ahora. Pero culturalmente estamos más blandos.
García: Blandos no, más pobres.
Mestre: Claro, más pobres. En ese momento había más cosas, actividad por todos lados, “grossa”, pesada, bastante pesada, pero actividad. Había grupos, quilombo, ánimos fuertes. Ahora está apagado todo. Culturalmente, la música que se escucha me parece pobre. Por eso queremos hacer un poquito de quilombo.
García: Mucho quilombo.
El retorno. Charly lo dijo, casi sin decirlo, en el programa “Rock boulevard” de Sergio Marchi en FM Supernova. Nito se lo comentó a un periodista en Mami. No hizo falta nada más. La vuelta de Sui Generis conmocionó al mundo de la cultura: un disco de canciones nuevas –“Sinfonía para adolescentes”-, que se comenzará a grabar en junio y una serie de recitales que incluirán gira latinoamericana, show en Miami y dos presentaciones en Ríver o Vélez en octubre. Y los ecos ya resuenan en el continente. En las calles de Buenos Aires, Nito Mestre nota alegría general por el reencuentro. “No me quieren cobrar los taxis, todos están contentos”. Por supuesto, nadie se privó de opinar sobre el retorno, pero ellos tienen algo para decir al respecto.
Mestre: Opinan todos, pero sólo nosotros decidimos. Ladran, Sancho.
García: No sólo ladran, además, desafinan.
El principal blanco de las críticas de García es Pappo, quien dijo al diario “Clarín”: “Prefiero no opinar porque si opino de esta reunión tengo que decir algo feo. En mi vida Sui Generis no significa nada”. “Nada más que envidia, envidia, envidia –ríe García- Pappo, vos seguí con lo tuyo, que es la telenovela. ‘Carola Casini’ te salió bien, y ya sabés, cuando practiques bien la guitarra y te salga algo más o menos como a mí, vení que te puedo dar unas clases, pendejo”.
Mestre: Pobre Pappo, no va a poder dormir por todo esto. Por ahí, cuando lo llamaron para la encuesta tenía un mal momento…
García: No, si en general es pavo.
Hay unas cuantas versiones sobre el regreso. El dinero, claro, es siempre el principal sospechoso. Nito Mestre es categórico: “Si esto fuera algo elucubrado, armado, no podríamos hacerlo. Esto es placer puro porque si no, no hay lola. Después de haberlo pasado mal, una de las cosas que hablamos fue: ‘Negro, la salud para mí es lo primero’. Si me mando en algo que me puede llegar a afectar o volver al antes, a sentirme mal, a caer, no. No hay ni gira, ni disco, ni un carajo”.
Veinticinco años es mucho y eso fue lo que pasó entre aquél “Adiós, Sui Generis” del ’75 y este retorno. En el medio, claro, hubo una variada gama de infiernos, privados y públicos, para ellos y para todos y nadie quiere volver allí. Dictadura y terror, alcohol y drogas. Los adolescentes debieron crecer para sobrevivir y cada cual lo hizo como pudo.
Vidas paralelas. Con paciencia, chistes públicos, declaraciones irónicas, García y Mestre fueron tejiendo una relación difícil, llena de idas vueltas. El final de Sui se precipitó por las ambiciones artísticas de García, que intentaba una experimentación sonora que lo llevó a “matar a la gallina de los huevos de oro”, como dijo en su momento el productor Jorge Álvarez. En tres años, hicieron mucho dinero, y también, lo dilapidaron. Cuenta la mitología rockera que la primera piedra del escándalo fue María Rosa Yorio. Es que de ser la esposa de García y madre de su único hijo, Miguel Ángel, Yorio pasó en pocos meses a ser la pareja de Mestre, en 1977. La sangre no llegó al río: “Yo me mandé una cagada –reconoció Yorio en 1993- que fue la de irme con su mejor amigo. Pero siempre que nos encontramos, me tira una onda de afecto”. En todo caso, ellos jamás establecieron, ni pública ni privadamente, este tema como punto de división. Un punto donde sí las aguas se dividieron fue cuando Mestre grabó en 1993: “Nito canta a Sui Generis”. A Charly no le gustó nada y no hubo el mínimo gesto de apoyo. En 1995, en un arrebato, García quiso reeditar Sui Generis. No pasó de un olvidable show en la disco Prix D’Ami. Ahora ellos no quieren hablar de los desencuentros, prefieren minimizarlos, como si nunca hubieran ocurrido. La resurrección artística y humana tiene que ver también con un momento en el que, según declaran, están bien. Mestre reconoció que el alcohol lo llevó por un proceso de autodestrucción del que salió a fuerza de voluntad. La grabación de su disco “Colores puros” le devolvió la confianza y la autoestima. Charly, con el regreso de su novia Florencia (17), asegura haber conseguido un equilibro que le permite la creatividad. De hecho, además de lo de Sui, tiene otros proyectos. En julio se estrena su sinfonía “Pasión” en el Colón y a la gira con Mestre se le agrega una presentación compartida con Fito Páez (37) en un estadio porteño, previsto para diciembre. El trabajo y la creación para resurgir de las propias cenizas. El dolor no los paralizó; al contrario fueron las ganas de salir de ahí las que les dieron la fuerza necesaria para los nuevos proyectos.
Esperanzas. Se transmiten tranquilidad. Después de tantos años, se escuchan con atención, como si siguiesen sorprendiéndose mutuamente.
García: Cuando nos fuimos, todavía no había llegado la dictadura. Ahora ya pasó. Quiere decir que la derrotamos. Parafraseando a Caetano Veloso, quizás a los generales no les gustaba la música que hacíamos, pero a sus hijas, sí. Y esa quinta columna creo que fue una de las armas más poderosas contra la dictadura.
Noticias: ¿Eso fue un proceso consciente o simplemente se dio?
García: Consciente, absolutamente. En “Para quién canto yo entonces” decíamos “también canto para usted, el que atrasa los relojes, que no se da cuenta nunca, que su casa se derrumba”. El coronel no entiende, pero a la nena le gusta. Esa quinta columna se la metimos en la casa. ¿Sabés qué es, que vengan esas personitas y te digan qué significa Sui para ellos? Nos escuchaban flotando en el líquido amniótico y eso marca culturalmente. ¿Cuántos se enamoraron con Sui? ¿Cuántos se casaron? Hubo partos con música de Sui… ¿Te imaginás un parto con música de Pappo? Es un aborto.
Mestre: Te encontrás con pibes de 15 que te hablan de Sui y todo lo que les significó y vos decís: “Este no había nacido”.
García: Pero sus padres sí…yo tengo hasta un fans club de sordas.
Mestre: ¿Y eso habla bien de vos?… ¿Lo compartís con Pappo?
García: Sordas dije, no ciegas.
Charly mide el efecto de su chiste y continúa, hace un silencio de comedia y continúa: “Mi país de despedida de Sui, mi realidad de ese momento era que yo tomaba ácido y di veintisiete vueltas al Luna Park, en un Citroën con transportines para nueve personas, vestido de novia. Estaba aristocráticamente con la high society del rock y antes de subir me fumé veintisiete porros. Era el huevo de la serpiente, anyway. Todo el terror que se veía venir muy a lo lejos estaba más cerca de lo que parecía, pero nosotros estábamos vestidos de percal, éramos como los tangueros de “Los mareados”. ¿Y qué país me encuentro ahora? (Piensa, pasan los minutos). Me encuentro con el huevo de la serpiente al revés. A ver cómo se entiende. Volvemos aristocráticamente a meternos adentro del huevo, pero en vez de meternos a engendrar una serpiente, a engendrar algo mucho más lindo y esperanzador.
Noticias: ¿Esperanzador? ¿Ése es el estado de ánimo de los dos ahora?
García: El mío, sí
Mestre: Absolutamente, sí.
García: Si nos van a venir a escuchar 200.000 personas, queremos que la gente se vaya con esperanza y alegría.
Noticias: Entonces hoy Sui Generis ¿es felicidad?
García: Totalmente.
Anécdotas. Como ex compañeros que se conocen de toda la vida, desde la época del secundario compartido en el colegio Dámaso Centeno, cuando comienzan las anécdotas, no hay cómo pararlos.
García: Me acuerdo que cuando fuimos a lo de Mirtha Legrand, que fuimos dos veces…
Mestre: Ah, ya nos habíamos separado, nos invitaba. Pero después no nos dejaron ir más.
García: No, fue porque vos volcaste el café. Pero lo que quería decir era que la Mirtha decía “yo quiero que la juventud baile con la música de ustedes” y Nito empezó “pero antes de bailar, que escuche lo que estamos diciendo”. Siempre decía lo mismo. En realidad, el problema siempre fue que Nito no aprendió a bailar (risas)
Mestre: ¿Y te acordás de aquella vez que cambiaste la letra en Uruguay?
García: Sí, claro. En Montevideo nos llevaron presos, nos metieron en una cárcel, estábamos en el patio, con los tupamaros. Teníamos los ojos vendados. Pensábamos que cuando llegara nuestro representante, nos salvábamos. Pero llegó el quía y también estaba preso, con los ojos vendados. Estaban los plomos presos, los equipos presos, todos presos. Entonces viene el comisario y pregunta: “¿Cómo es la letra esa de ‘Botas locas’?”. Juan Rodríguez dijo “Yo soy baterista”, el gallina de Rino Rafanelli dijo “yo toco el bajo”. Lo codeé a Nito para que dijera que sólo hacía los coros. Entonces me llevan a un aula y me hacen cantar la letra. Me pusieron un grabador tipo geloso pero uruguayo, sin desmerecer ¿no? No se escuchaba nada. Entonces canto, pero en vez de decir “amar a la patria, bien nos exigieron/ si ellos son la patria/ soy extranjero”, cambié la letra ahí mismo y canté “si ellos son la patria/ yo me juego entero”. El comisario decía “yo a esto no le encuentro nada de malo”.
Adolescencia. Aunque los diccionarios no lo ratifiquen, es una verdad conocida que en la Argentina, Sui Generis y adolescencia son sinónimos. Los reyes tontos, imaginarios o no, los profesores que siempre tenían la razón, las eternas compañeras que se entregaban desnudas en la arena, los hombrecitos de sombrero gris, una fauna marcada a fuego en generaciones y generaciones de estudiantes secundarios. Casi al filo de los 50 años (nació el 23 de octubre de 1951), Charly escribió un puñado de canciones y decidió agruparlas bajo el nombre de “Sinfonía para adolescentes”, como llamaba el productor Phil Spector a las creaciones pop, inspirándose también los dibujos de Walt Disney previos a “Fantasía”, que explicaban didácticamente, las sinfonías a los chicos. García percibió que esas canciones no eran para su carrera solista, eran para Sui Generis. Así fue que lo llamó Mestre y comenzó este retorno, que tiene como primera parada el recital de Charly García del 19 de mayo en Obras, en donde además de Nito, estarán Fito Páez y Gustavo Cerati. La adolescencia a los 50.
García: Los adolescentes son los que más me entienden. Cuando uno es bien jovencito, no tiene la mente quemada y le queda lugar para imaginarse cosas, para la aventura. El tipo quemado lo que menos quiere es escuchar un disco. Creo en eso que decía The Knacks (el grupo británico): “Pero las chicas de 15 entienden”.
Noticias: Y hacer Sui a esta altura de sus vidas, ¿es preservar esa parte adolescente que tienen?
García: ¿De las chicas, vos decís?
Noticias: No, de ustedes.
García: Yo nunca perdí mi parte adolescente. Te diría que jamás.
Mestre: Si me miro para adentro tal como estoy, si me saco una foto tal como me veo hoy, a mis ojos, soy un adolescente.
Noticias: Sui Generis era una mirada adolescente sobre el mundo. Este Sui Generis, ¿preserva esa mirada?
García: Ahora es una mirada madura sobre un mundo adolescente.
Noticias: ¿Cuáles son las principales diferencias entre este Sui Generis y aquél?
Mestre: Un sonido mejor.
García: Estamos más lindos, tocamos mejor, tenemos muchas más canciones y no mucho más. Después, se van a encontrar con muchísimas cosas que les van a tocar la misma fibra de la otra vez.
La foto. Ya está todo preparado para la producción fotográfica. De mano en mano circula una copia de la foto que en la década del70 sacó Jorge Fisbein, bajo el concepto de Juan Gatti y con maquillaje de Ada Moreno. Está Nito, está Charly, está el fotógrafo, el ventilador, el telón azul. No están las estrellitas del fondo.
García: ¿Y las estrellitas? ¿Dónde están las estrellitas?
El fotógrafo explica las bondades del fotoshop, un sencillo montaje por computadora. García no acepta: “Yo soy anticomputer”, aclara. Y pide estrellitas dicroicas, o de Navidad. Un batallón de asistentes personales asiente y parte con destino desconocido en busca de las estrellitas. Aparece entonces la adolescencia en todo su esplendor. Charly se disfraza buscando el look de aquella foto. Pide pañuelos de seda para Nito. Se pinta el cuello de plateado. Comparte la aventura con Mestre, quien un rato antes había aceptado “somos adolescentes en la manera en que nos tratamos, en la fe, la polenta, esa cosa deponerse las pilas y hacerlo. El hecho de divertirse haciéndolo. Cuando anunciamos la vuelta de Sui, metimos un quilombo que me sorprende y me divierte como si fuese adolescente”.
Entonces, la idea salvadora de Mestre: “Che, y si las pintás a las estrellitas? Seguro que pintura plateada en aerosol, tenés”, dice y ahí van los chicos, a divertirse. Nito se encarga de cortar en un cartón la figura de una estrellita. Charly decide que tiene que ser más grande. Prueba primero en la pared del living. Quedó bien. Entonces sí, pinta sobre el fondo azul.
García: ¿Hay ventilador, no?
Mestre: ¿Para qué lo querés, si no tenés pelo?
García: Sí, tengo (y sacude la cabeza en señal de rebeldía)
Vuelven a mirar la foto, imitan aquellas caras. Son los mismos. No lo son. “Era genial”, dice García mirando la fotografía. Nito asiente.
Balance. La propia lógica de la charla empuja hacia el balance. Los más y los menos de un cuarto de siglo vivido con la intensidad de un país y unas vidas no acostumbradas a los medios tonos. “Yo primero –pide García-. Lo mejor que me pasó fue mi hijo Miguel Ángel, Serú Girán, los amigos que coseché en todo este tiempo, haberle embocado a la pileta y estar bien con una persona ahora…y las peores…todas las demás. Rápido, para atrás: ir en cana en Mendoza, haber tenido una 45 en la cabeza cuando fui chupado. Haber sido mal entendido muchas veces, la muerte de mi papá y de mi hermano.
Mestre: Las mejores, haber armado una banda como “Los desconocidos de siempre”, haberme casada…
García: Las mejores, te dijo (risas adolescentes)
Mestre: Haber conocido a Paul McCartney…
García: Bueno, yo conocí a James Taylor…interrumpe garcía.
Mestre: Hay que decirlo entonces. Seguir grabando discos, seguir yirando, tener bien la garganta y estar bien de salud.
García: De lo mejor que nos pasó a los dos fue conocerla a Mercedes Sosa y ser amigos de ella.
Mestre: Y entre lo peor, haber estado mal de salud, pero no lo tomo tan como lo peor porque me vino bien, para recuperarme. Y la muerte de un par de amigos.
Charly busca más ropa para las fotos. Nito ríe. Los adolescentes, solos en la habitación, se divierten. No hay padres a la vista. Y entonces Charly dice “Sui Generis no vuelve”. Hay dos segundos de confusión. Todos miran, nadie habla. “Tengo que aclarar que Sui siempre estuvo y siempre va a estar, es como esa pared –los presentes respiran aliviados- o sea, yo soy Sui. Yo soy eso.”
Alguien trae las famosas estrellitas. Ya no hacen falta.
Noticias: Y si el Charly el Nito de esa foto original vieron a los de esta foto de hoy qué dirían?
García: No, gracias, no quiero serlo.
Bijáin de sin
Tantos años después, pellizcame a ver si es cierto. En cualquier momento salía la nota con Charly y Nito. Eso era lo que estaba arreglado. Pero la fecha de cierre de la revista llegaba y estábamos pendientes de Charly. Quienes me conocen saben que mi estilo de ropa es informal y pocos recuerdan haberme visto de traje. Bueno, resulta que ese día tuve que hacer no sé qué trámites y estaba de traje. Así llegué a la redacción, donde soporté las cargadas de rigor. En eso estaba cuando suena el teléfono. Francisco Cerdán, prensa y amigo de Charly diciendo “Es ahora”. Tuve que salir corriendo a casa a cambiarme, no podía aparecer a entrevistar a Charly García de traje. Así fue que después de sacarme la corbata y ponerme algo más humano, llegué hasta el famoso depto. de Charly, en etapa todo pintarrajeado. Estaba tirado en un colchón en su habitación. Nito todavía no había llegado. Había conitos de havanna por todas partes, con las puntas comidas. Charly no me conocía y me puso a prueba rockera, digamos. Recién cuando comprobó que sabía su historia y de qué hablábamos -y eso fue cuando ya había llegado Nito y la entrevista había comenzado- se abrió a la entrevista. Cada tanto se paraba y tocaba algo en un pianito. En un momento apareció Migue y se dieron un beso. Chasqui hizo fotos geniales, y llevaba la foto original para hacer la copia. Sólo precisábamos que posaran, todo se iba a arreglar por photoshop. Charly no quiso y pasó lo que se cuenta en la nota. Fue una tarde…inolvidable. ¡La puta que vale la pena estar vivo!
Por Osvaldo Bazán
Los Ochentistas
Aprendí a ser formal y cortés/cortándome el pelo una vez por mes..." Emocionado, el estudiante de rulos intrincados escuchaba las canciones que un par de músicos novatos cantaban en el salón de usos múltiples del Colegio Nacional Buenos Aires. Hoy, Aníbal Ibarra (42), jefe de Gobierno electo de la Ciudad, vive con júbilo el retorno de Sui Generis. Sólo que ahora lo hace desde el poder. Es uno más entre los millones de argentinos que integran "la generación Sui Generis".
Ortega y Gasset decía que una generación equivalía a 15 años. La generación Sui nació cuando el grupo fue disuelto (en 1975) y la sombra de la dictadura se cernía sobre el país. Quienes entonces tenían alrededor de 15 a-ños no alcanzaban a ser nítidamente setentistas: muchos no participaban de la militancia de entonces y sólo fueron encontrando su conciencia política con el correr del Proceso y en vísperas de Malvinas. Son los ochentistas quienes terminaron luchando contra los militares de facto, alumbraron la democracia y siguieron con sus vidas, vocaciones y desencantos. Hay ochentistas famosos: Ibarra, Felgueras, Beliz, Tinelli, Pergolini, Águila. Los ochentistas ocupan por primera vez puestos estratégicos en la política, los medios, las empresas, las artes y las ciencias. Sui Generis, para todos ellos, fue una puerta de entrada. Y a partir de ella, otras carnadas de adolescentes mantuvieron vivo (en colegios y fogones) aquel puñado de canciones rebeldes.
"Todos hemos cambiado", explica Ibarra a NOTICIAS, quien pertenecía a la minoría militante: actuaba durante los años oscuros en la Federación Juvenil Comunista y veía reflejada en la poética del rock una columna de resistencia hacia "el sistema opresor".
Gustavo Beliz (38) llegó tarde a la música de Sui Generis. Pasaba discos en las fiestas porque no le gustaba bailar. Para él, Sui Generis fue, y es, poesía: "Creo que los valores que se expresaban en ese momento siguen siendo los mismos, pero Sui era más poético que ideológico". Pero algunos usos y costumbres se mantienen. No pocos (como Franco Caviglia -38-, de Acción por la República) siguen prefiriendo la ropa informal a la corbata y escuchan rock nacional. Creen que aquellas canciones son una invitación a pensar, a romper algunas estructuras injustas. Y que eso producía un efecto multiplicador en los jóvenes. "Hay que hacer algunas concesiones para poder mediar, pero manteniendo siempre presentes esos valores", reconoce Caviglia. Para el senador peronista Jorge Yoma (46) "Sui Generis acompañó, con su mística e ideales, la formación de quienes hoy somos dirigentes". El radical Jesús Rodríguez (44) coincidió al admitir que esa música influyó en la construcción de una conciencia social y política.
Cecilia Felgueras (39) ya no toca su batería -hasta tuvo una banda en Flores, su barrio-, y hoy sólo puntea algunos temas de Charly y Nito en su vieja guitarra española. "Conservo los ideales juveniles de una • sociedad más libre, más justa y más solidaria y los vuelco en mi acción de gobierno. La elección que acabamos de tener en Buenos Aires puso sobre la mesa la discusión ideológica entre jóvenes y dictadura militar: de un lado estaba Aníbal, y del otro, Cavallo." La generación Sui Generis, hoy llegó al poder. Ya no cantan "quién me dará un crédito, mi Señor /sólo sé sonreír". Pero se acuerdan la letra.
Gabriel Michi y Gustavo Hierro
Fuente: Revista Noticias Publicada el 13/05/2000
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Las 100 del Canario
lunes, enero 25, 2010
Charly García tocó en Mar del Plata
El músico se presentó en el Polideportivo de la ciudad y mostró la previa de lo que serán sus dos shows en el Luna Park para el próximo 15 y 17 de marzo.
Fuente: TN
Fuente: TN
La confirmación del nuevo Charly
"Puedo ver y sentir y decir: algo ha cambiado", canta Charly García promediando su show en el Polideportivo de Mar del Plata. La letra se reactualiza, tomando más sentido que nunca, e "Influencia" se convierte, entonces, en una suerte de autoprofecía cumplida. Luego de la conmoción que generó su regreso a los escenarios en Vélez (aquel recital bajo la lluvia que algún cerebro del mundo discográfico llamó "el concierto subacuático" para comercializarlo en formato DVD), esta nueva presentación pocos meses después deja en claro una sola cosa: que evidentemente algo ha cambiado. Cambió el Charly que vemos porque primero cambió el que no vemos.
Esa larga y dura procesión interna que comenzó en agosto de 2008 y que hoy, a la vista de los hechos, parece convertir en un mal chiste todos los descalabros que generaron su internación, actualmente reconvertida en rehabilitación ambulatoria. Rehabilitación que sigue en su casa y que parece estar dispuesto a confirmar cada vez que se presenta en vivo. Como el sábado, por caso, cuando mostró su nueva versión ante un moderado auditorio que tomó el gimnasio marplatense, pero que no pudo llenarlo (¿a quién se le ocurrió la idea de dividir el campo en dos?). Una versión definitivamente más feliz que la que se acostumbraba a ver de un músico brillante que parecía haber dilapidado su capital artístico entre divismos y caprichos, y que ahora irrumpe más generoso que nunca.
Es que si antes erraba caóticamente por el escenario pateando micrófonos y abandonando sus instrumentos en medio de sus canciones, ahora parece haber entendido que no existe mejor forma de construir su propio espacio sobre escena que, justamente, respetando el de los demás. Entonces sólo se limitará a tocar su piano de cola y a cantar. Aunque "limitar" suene a verbo obsceno para quien supo hacer de sus dedos y su voz las armas con las que desarrolló una carrera musical brillante por su actitud de no admitir barreras artísticas. Claro que también habrá tiempo para que se desplace por el escenario y se exprese con su cuerpo improvisando, incluso, unos simpáticos pasos de baile. Pero los roles parecen estar bien definidos. A García le corresponde un lugar menor en términos "topográficos": ya no domina el centro con aquellos teclados castigados por la desidia y su cara siempre desafiante, sino que su nuevo sitio está a la derecha de la escena salvo cuando, eventualmente, abandona su piano para tomar el micrófono central y rubricar la faena colectiva con su voz inconfundible y sensiblemente mejorada. Y no es que se trate de una pérdida de importancia en la presentación en vivo. Todo lo contrario: es la renovada trinchera desde la cual vuelve a dar batalla. Ya no quedan rastros de aquel Charly ególatra que les exigía subordinación a sus músicos y paciencia eterna a espectadores que supieron esperarlo horas y horas por su aparición durante largos años, aunque haya lugar para una planeada zozobra cuando el músico cante "soy el que cierra y el que apaga la luz" en "No voy en tren", y se haga su voluntad durante cinco minutos de oscuridad y silencio.
Lo que se ve en estos tiempos es un hombre de buen semblante, agradecido por el apoyo renovado de su público y generoso con quienes lo acompañan en este nuevo camino. Por eso reclamará aplausos y más aplausos para "una banda que se la re banca", y les dará a cada uno el espacio y el momento para que confirmen por qué fueron elegidos. Después de haber pasado la brava, el trío chileno compuesto por Kiushe Hayashida (guitarra y coro), Tonio Silva (batería) y Carlos González (bajo), demuestra estar siempre dispuesto a acompañar al García que les toque en gracia. Hayashida, incluso, exhibe su amplitud musical poniéndose al frente de la percusión en algunos pasajes y, a su vez, complementándose a la perfección con el histórico Carlos García López (¿quién se anima a negar que son los dos violeros más virtuosos que tuvo Charly en toda su carrera solista?). Fabián Quintiero sigue destapando detrás de los teclados todo el potencial performer contenido en su experiencia como bajista de Ratones Paranoicos, e Hilda Lizarazu barrena el escenario una y otra vez poniendo su voz y su cuerpo al servicio de un espectáculo que cobra forma de tal, en gran parte, gracias a su despliegue artístico, destreza física y sensualidad inalterables al cabo de décadas.
Lo musical, aunque causa y efecto de este y tantos otros shows que figuran en la agenda de Charly García (los más importantes: 15 y 17 de marzo en el Luna Park), queda inevitablemente en segundo plano. Los clásicos de siempre suenan más ajustados y sobrios que nunca, siempre condimentados por rescates inesperados ("Adela en el carrousel") y convidados de ocasión (esta vez, Pedro Aznar, a la hora de "Perro andaluz", de Seru Giran, y "Hablando a tu corazón"). Lo realmente importante de esto es que las páginas amarillas no extrañarán tanto a aquel constante promotor de escandaletes como sí extrañaba la música a ese artista que parece más decidido que nunca a reconstruir su genio y figura sobre ruinas que parecían irreparables. Y que ahora asoman apenas como insolentes escombros sobre un camino largo, pero ya emprendido.
Por Juan Ignacio Provéndola
Fuente: Página 12
Esa larga y dura procesión interna que comenzó en agosto de 2008 y que hoy, a la vista de los hechos, parece convertir en un mal chiste todos los descalabros que generaron su internación, actualmente reconvertida en rehabilitación ambulatoria. Rehabilitación que sigue en su casa y que parece estar dispuesto a confirmar cada vez que se presenta en vivo. Como el sábado, por caso, cuando mostró su nueva versión ante un moderado auditorio que tomó el gimnasio marplatense, pero que no pudo llenarlo (¿a quién se le ocurrió la idea de dividir el campo en dos?). Una versión definitivamente más feliz que la que se acostumbraba a ver de un músico brillante que parecía haber dilapidado su capital artístico entre divismos y caprichos, y que ahora irrumpe más generoso que nunca.
Es que si antes erraba caóticamente por el escenario pateando micrófonos y abandonando sus instrumentos en medio de sus canciones, ahora parece haber entendido que no existe mejor forma de construir su propio espacio sobre escena que, justamente, respetando el de los demás. Entonces sólo se limitará a tocar su piano de cola y a cantar. Aunque "limitar" suene a verbo obsceno para quien supo hacer de sus dedos y su voz las armas con las que desarrolló una carrera musical brillante por su actitud de no admitir barreras artísticas. Claro que también habrá tiempo para que se desplace por el escenario y se exprese con su cuerpo improvisando, incluso, unos simpáticos pasos de baile. Pero los roles parecen estar bien definidos. A García le corresponde un lugar menor en términos "topográficos": ya no domina el centro con aquellos teclados castigados por la desidia y su cara siempre desafiante, sino que su nuevo sitio está a la derecha de la escena salvo cuando, eventualmente, abandona su piano para tomar el micrófono central y rubricar la faena colectiva con su voz inconfundible y sensiblemente mejorada. Y no es que se trate de una pérdida de importancia en la presentación en vivo. Todo lo contrario: es la renovada trinchera desde la cual vuelve a dar batalla. Ya no quedan rastros de aquel Charly ególatra que les exigía subordinación a sus músicos y paciencia eterna a espectadores que supieron esperarlo horas y horas por su aparición durante largos años, aunque haya lugar para una planeada zozobra cuando el músico cante "soy el que cierra y el que apaga la luz" en "No voy en tren", y se haga su voluntad durante cinco minutos de oscuridad y silencio.
Lo que se ve en estos tiempos es un hombre de buen semblante, agradecido por el apoyo renovado de su público y generoso con quienes lo acompañan en este nuevo camino. Por eso reclamará aplausos y más aplausos para "una banda que se la re banca", y les dará a cada uno el espacio y el momento para que confirmen por qué fueron elegidos. Después de haber pasado la brava, el trío chileno compuesto por Kiushe Hayashida (guitarra y coro), Tonio Silva (batería) y Carlos González (bajo), demuestra estar siempre dispuesto a acompañar al García que les toque en gracia. Hayashida, incluso, exhibe su amplitud musical poniéndose al frente de la percusión en algunos pasajes y, a su vez, complementándose a la perfección con el histórico Carlos García López (¿quién se anima a negar que son los dos violeros más virtuosos que tuvo Charly en toda su carrera solista?). Fabián Quintiero sigue destapando detrás de los teclados todo el potencial performer contenido en su experiencia como bajista de Ratones Paranoicos, e Hilda Lizarazu barrena el escenario una y otra vez poniendo su voz y su cuerpo al servicio de un espectáculo que cobra forma de tal, en gran parte, gracias a su despliegue artístico, destreza física y sensualidad inalterables al cabo de décadas.
Lo musical, aunque causa y efecto de este y tantos otros shows que figuran en la agenda de Charly García (los más importantes: 15 y 17 de marzo en el Luna Park), queda inevitablemente en segundo plano. Los clásicos de siempre suenan más ajustados y sobrios que nunca, siempre condimentados por rescates inesperados ("Adela en el carrousel") y convidados de ocasión (esta vez, Pedro Aznar, a la hora de "Perro andaluz", de Seru Giran, y "Hablando a tu corazón"). Lo realmente importante de esto es que las páginas amarillas no extrañarán tanto a aquel constante promotor de escandaletes como sí extrañaba la música a ese artista que parece más decidido que nunca a reconstruir su genio y figura sobre ruinas que parecían irreparables. Y que ahora asoman apenas como insolentes escombros sobre un camino largo, pero ya emprendido.
Por Juan Ignacio Provéndola
Fuente: Página 12
domingo, enero 24, 2010
Charly García en Mar del Plata: huellas en el mar
"Yo tuve muchas bandas, pero a una le decían 'Los Beatles argentinos'. Quiero presentarles a un amigo: Paul Mc Pedro Aznar". De esta manera Charly García le retribuyó gentilezas a su ex compañero de Serú Girán: el pasado jueves Say No More fue el invitado de lujo en el show del multriintrumentista en Mar del Plata, y en la noche del sábado Pedro se sumó al concierto de García en el Polideportivo de la ciudad, para interpretar "Pedro andaluz" y "Hablando a tu corazón".
El recital de Charly, que se llevó a cabo dentro del ciclo de shows rockeros del verano 2010 de Personal en Mardel, no tuvo ninguna sorpresa en relación a los que viene dando desde su regreso en Perú: la misma lista de temas, los mismos yeites escénicos por parte suya y de su banda. Lo que sí se puede destacar es otra lógica mejora en la precisión del combo (ensayo + kilómetros de rodaje) y más agilidad física en el propio García, que en algún momento se permitió un pique corto en la distancia que iba desde el mic de pie hacia su piano de cola negro.
Este show de Charly puede ser visto tranquilamente como la previa a los que dará en marzo en el Luna Park, más allá que en el medio este la presentación en Cosquín Rock. La similitud entre el Polideportivo y el Palacio de los Deportes porteño (dos espacios indoors) hacen pensar en una ampliación de las visuales que se vienen exhibiendo en los últimos recitales de SNM (cortesía de Pichón Baldinú) y, en una de esas, una adaptación para interiores de la frustrada puesta en escena que se debería haber visto en lo que terminó siendo el "concierto subacuático" de Vélez Sarsfield. Los agoreros pueden hablar de previsibilidad, y otros podrán responder que esa cualidad es mejor a encontrarse con tocadas que podían durar cuatro horas o dos canciones, sin término medio. Y Charly García miraría ambas posiciones, y respondería: "Rock and Roll Yo. Say No More".
Por Pablo Strozza
Fotos de Segismundo Trivero
Fuente: Rolling Stone
El recital de Charly, que se llevó a cabo dentro del ciclo de shows rockeros del verano 2010 de Personal en Mardel, no tuvo ninguna sorpresa en relación a los que viene dando desde su regreso en Perú: la misma lista de temas, los mismos yeites escénicos por parte suya y de su banda. Lo que sí se puede destacar es otra lógica mejora en la precisión del combo (ensayo + kilómetros de rodaje) y más agilidad física en el propio García, que en algún momento se permitió un pique corto en la distancia que iba desde el mic de pie hacia su piano de cola negro.
Este show de Charly puede ser visto tranquilamente como la previa a los que dará en marzo en el Luna Park, más allá que en el medio este la presentación en Cosquín Rock. La similitud entre el Polideportivo y el Palacio de los Deportes porteño (dos espacios indoors) hacen pensar en una ampliación de las visuales que se vienen exhibiendo en los últimos recitales de SNM (cortesía de Pichón Baldinú) y, en una de esas, una adaptación para interiores de la frustrada puesta en escena que se debería haber visto en lo que terminó siendo el "concierto subacuático" de Vélez Sarsfield. Los agoreros pueden hablar de previsibilidad, y otros podrán responder que esa cualidad es mejor a encontrarse con tocadas que podían durar cuatro horas o dos canciones, sin término medio. Y Charly García miraría ambas posiciones, y respondería: "Rock and Roll Yo. Say No More".
Por Pablo Strozza
Fotos de Segismundo Trivero
Fuente: Rolling Stone
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sábado, enero 23, 2010
Cuando no me siento bien me doy un cachetazo
Charly García está en Mar del Plata. Un poco de gira, y un poco de vacaciones. El genial músico argentino fue a tocar en el Polideportivo y mientras, disfruta del sol y el calor de La Feliz.
"Hacía mucho que no venía, vengo a tocar pero a veranear no", dijo Charly en una nota exclusiva con Canal 26. Igual, aclaró: "Voy a la playa, no se me nota".
Está feliz, se nota. La recuperación lo muestra más tranquilo, habla sin problemas y responde a todas las preguntas. "Estoy bien, cuando no me siento bien me doy un cachetazo", dice en tono gracioso.
"El público de Mar del Plata es genial", dijo antes de tocar en el Polideportivo con el mismo show que hizo en Vélez y luego vendrán más shows. "El 17 y 18 de marzo voy a estar en el Luna Park y después tengo Cosquín", sentenció.
Tras sus presentaciones en dichos eventos musicales de nuestro país, saldrá a recorrer varias ciudades del mundo a tocar su música, como en los viejos tiempos. "Voy a viajar mucho", dijo el músico sobre su gira en Europa y Estados Unidos y siguió disfrutando del sol marplatense.
Video de la entrevista
Fuente: 26 Noticias
"Hacía mucho que no venía, vengo a tocar pero a veranear no", dijo Charly en una nota exclusiva con Canal 26. Igual, aclaró: "Voy a la playa, no se me nota".
Está feliz, se nota. La recuperación lo muestra más tranquilo, habla sin problemas y responde a todas las preguntas. "Estoy bien, cuando no me siento bien me doy un cachetazo", dice en tono gracioso.
"El público de Mar del Plata es genial", dijo antes de tocar en el Polideportivo con el mismo show que hizo en Vélez y luego vendrán más shows. "El 17 y 18 de marzo voy a estar en el Luna Park y después tengo Cosquín", sentenció.
Tras sus presentaciones en dichos eventos musicales de nuestro país, saldrá a recorrer varias ciudades del mundo a tocar su música, como en los viejos tiempos. "Voy a viajar mucho", dijo el músico sobre su gira en Europa y Estados Unidos y siguió disfrutando del sol marplatense.
Video de la entrevista
Fuente: 26 Noticias
Les demostré a mis enemigos que estaban equivocados
Esta noche a las 21.30 en el Polideportivo, el músico Charly García concretará su primer concierto en Mar del Plata tras su comentada recuperación física, razón por lo cual aceptó un diálogo a solas con LA CAPITAL, donde habló de su vida y de las cosas que actualmente concitan su atención. Una charla que deparó las siguientes apreciaciones:
- Pasaron un par de años desde tu última visita a la ciudad. ¿Cómo estás viviendo ahora este arranque de año?
- Tanto tiempo? bien. Lo que vivo en estos meses significa una especie de renacimiento, estar haciendo algo muy bueno con la banda, estoy muy bien a nivel personal, me siento muy feliz. Digamos que la vida a través del destino me dio la oportunidad de vivir las cosas de otra manera, se puede decir así, fue algo muy complicado pero tuve amigos que me ayudaron y yo le puse mucha garra a toda mi rehabilitación, así que podríamos decir que se trata de una cosa conjunta. Yo estoy muy contento de tocar y hacer las cosas bien, estoy disfrutando las cosas como han venido saliendo. Mis manos están muy bien, ya lo van a ver en el show, noto que mis manos están como antes, pero hay un detalle más importante aún, el cerebro está más claro.
- Y ahora está por salir "El concierto subacuático", un DVD con tu cumpleaños celebrado bajo la lluvia en vivo en Vélez.
- Sí, eso fue muy increíble, le dio un dramatismo y eso se podrá observar claramente cuando salga el DVD, fue algo muy especial, una situación sencillamente increíble. Esto fue una asignatura pendiente que gracias a Dios se pudo cumplir, tal vez por suerte o casualidad, no sé cómo se puede llamar a eso que sucedió, pero realmente me remití a la música que venía de atrás y superé una cortina de agua, salió algo genial para la gente, que quedó encantada.
- A fines de 2009 tuviste un par de encuentros muy emotivos con Spinetta en Vélez.
- Con Luis hay una admiración mutua gigante, él fue mi ídolo en una época, en realidad lo sigue siendo y yo percibo que también soy su ídolo, entonces es muy grande y grato tocar con alguien que respetás y admirás tanto.
- Nito Mestre te acompañó mucho en esta última etapa. ¿Volverá Sui Generis?
- Mirá, no lo creo, voy a cantar con Nito de nuevo, eso seguro, él hará alguna colaboración en mi disco, pero al menos colaboró en vivo en el recital en Santa Fe, una noche que cantamos "Cuando me empiece a quedar solo" (Sui Generis), fue algo muy emotivo. Por ahora la vuelta de Sui Generis es algo que veo lejano, pero "nunca digas nunca".
- El primero en hacer pública su felicidad por verte bien fue Peter Gabriel a los medios cuando contó la charla que sostuvieron en marzo pasado.
- Sí, no te puedo decir que es un gran amigo mío pero tenemos una onda telepática mental bastante fuerte, yo sé que él se alegra de verme bien, me lo dijo cuando nos encontramos en Vélez antes de su concierto, que estuvo realmente fantástico.
- ¿Tenés canciones para publicar un nuevo trabajo luego de tanto tiempo?
- Luego de "Deberías saber por qué" se puede decir que tengo más material, algunas cosas están grabadas en el estudio de Palito (Ortega) y otras las estoy "amasando" ahora, pero lo que hay hasta el momento es bastante bueno como para un disco. No lo veo directamente relacionado con nada de mi anterior obra, es una situación musical más cercana en el tiempo, por lo menos las canciones que hice tienen electrónica y dulzura, he logrado un buen balance, como en su momento fue "Clics Modernos", pero esto de ahora no se parece a aquel álbum.
- ¿La idea con esas nuevas canciones es sacar este año un nuevo álbum?
- Sabés, veo que los discos están desapareciendo y no sé realmente en qué formato voy a manejarme. Probé con "Deberías saber por qué" y realmente tuvo una difusión increíble, eso fue apenas un single, una sola cosa del disco, así que no sé si se materializará como un CD, si fuera por mí sería un disco de vinilo, pero no descarto intentar nuevas rutas.
- ¿Sos consciente de que mucha gente rezó e hizo fuerza para que te pusieras bien?
- Sí, lo sé, la gente me lo manifiesta en la calle, están muy contentos de que esté en esta etapa y que haya superado la otra. A los que me criticaron les demostré que estaban equivocados.
- ¿Tuviste miedo de hundirte del todo y no poder salir de ese abismo?
- No, en el fondo siempre vi esa luz que te hace poner en forma. La zanahoria para mí era tocar de nuevo, realmente tenía muchas ganas, entonces hice todo lo posible para llegar a hacerlo, estoy muy conforme con lo hecho.
- Lo cierto es que ahora hay una corriente de afecto y cariño poderosa hacia vos.
- Sí, todo lo que viene del corazón realmente se siente más que las cosas que llegan desde el cerebro y yo eso lo he sentido, lo percibí con los compañeros de internación, con Palito, a mucha gente que sería largo nombrar, que ha tenido fe en mí e hizo lo posible para ayudarme.
- Después de darle a los demás tanta alegría y amor, ahora también vivís la felicidad de una mujer que te manifiesta esos sentimientos a vos.
- Estoy mucho más abierto a recibirlos, así que creo que este es el momento indicado.
- En apenas cuatro meses se nos fueron Mercedes Sosa y Sandro. ¿Cómo asimilaste la pérdida de dos personas bastante vinculadas a tu vida?
- Y ?con la sensación horrible de que ya no van a estar y no los voy a poder ver más, pero con tranquilidad también. Sé que la "Negra" se fue en paz, Sandro no sé, pero realmente entiendo que son dos muy grandes pérdidas para la música.
- En pocas horas estás llegando a Mar del Plata, supongo que vendrán recuerdos.
- Sí... el Hermitage, la Bristol, bueno, muchas cosas. Tengo ochenta mil cosas que me acuerdo, tengo un club de fans, "Los Aliados", les mando un saludo a través tuyo.
por Gabriel Imparato
Fuente: La Capital
- Pasaron un par de años desde tu última visita a la ciudad. ¿Cómo estás viviendo ahora este arranque de año?
- Tanto tiempo? bien. Lo que vivo en estos meses significa una especie de renacimiento, estar haciendo algo muy bueno con la banda, estoy muy bien a nivel personal, me siento muy feliz. Digamos que la vida a través del destino me dio la oportunidad de vivir las cosas de otra manera, se puede decir así, fue algo muy complicado pero tuve amigos que me ayudaron y yo le puse mucha garra a toda mi rehabilitación, así que podríamos decir que se trata de una cosa conjunta. Yo estoy muy contento de tocar y hacer las cosas bien, estoy disfrutando las cosas como han venido saliendo. Mis manos están muy bien, ya lo van a ver en el show, noto que mis manos están como antes, pero hay un detalle más importante aún, el cerebro está más claro.
- Y ahora está por salir "El concierto subacuático", un DVD con tu cumpleaños celebrado bajo la lluvia en vivo en Vélez.
- Sí, eso fue muy increíble, le dio un dramatismo y eso se podrá observar claramente cuando salga el DVD, fue algo muy especial, una situación sencillamente increíble. Esto fue una asignatura pendiente que gracias a Dios se pudo cumplir, tal vez por suerte o casualidad, no sé cómo se puede llamar a eso que sucedió, pero realmente me remití a la música que venía de atrás y superé una cortina de agua, salió algo genial para la gente, que quedó encantada.
- A fines de 2009 tuviste un par de encuentros muy emotivos con Spinetta en Vélez.
- Con Luis hay una admiración mutua gigante, él fue mi ídolo en una época, en realidad lo sigue siendo y yo percibo que también soy su ídolo, entonces es muy grande y grato tocar con alguien que respetás y admirás tanto.
- Nito Mestre te acompañó mucho en esta última etapa. ¿Volverá Sui Generis?
- Mirá, no lo creo, voy a cantar con Nito de nuevo, eso seguro, él hará alguna colaboración en mi disco, pero al menos colaboró en vivo en el recital en Santa Fe, una noche que cantamos "Cuando me empiece a quedar solo" (Sui Generis), fue algo muy emotivo. Por ahora la vuelta de Sui Generis es algo que veo lejano, pero "nunca digas nunca".
- El primero en hacer pública su felicidad por verte bien fue Peter Gabriel a los medios cuando contó la charla que sostuvieron en marzo pasado.
- Sí, no te puedo decir que es un gran amigo mío pero tenemos una onda telepática mental bastante fuerte, yo sé que él se alegra de verme bien, me lo dijo cuando nos encontramos en Vélez antes de su concierto, que estuvo realmente fantástico.
- ¿Tenés canciones para publicar un nuevo trabajo luego de tanto tiempo?
- Luego de "Deberías saber por qué" se puede decir que tengo más material, algunas cosas están grabadas en el estudio de Palito (Ortega) y otras las estoy "amasando" ahora, pero lo que hay hasta el momento es bastante bueno como para un disco. No lo veo directamente relacionado con nada de mi anterior obra, es una situación musical más cercana en el tiempo, por lo menos las canciones que hice tienen electrónica y dulzura, he logrado un buen balance, como en su momento fue "Clics Modernos", pero esto de ahora no se parece a aquel álbum.
- ¿La idea con esas nuevas canciones es sacar este año un nuevo álbum?
- Sabés, veo que los discos están desapareciendo y no sé realmente en qué formato voy a manejarme. Probé con "Deberías saber por qué" y realmente tuvo una difusión increíble, eso fue apenas un single, una sola cosa del disco, así que no sé si se materializará como un CD, si fuera por mí sería un disco de vinilo, pero no descarto intentar nuevas rutas.
- ¿Sos consciente de que mucha gente rezó e hizo fuerza para que te pusieras bien?
- Sí, lo sé, la gente me lo manifiesta en la calle, están muy contentos de que esté en esta etapa y que haya superado la otra. A los que me criticaron les demostré que estaban equivocados.
- ¿Tuviste miedo de hundirte del todo y no poder salir de ese abismo?
- No, en el fondo siempre vi esa luz que te hace poner en forma. La zanahoria para mí era tocar de nuevo, realmente tenía muchas ganas, entonces hice todo lo posible para llegar a hacerlo, estoy muy conforme con lo hecho.
- Lo cierto es que ahora hay una corriente de afecto y cariño poderosa hacia vos.
- Sí, todo lo que viene del corazón realmente se siente más que las cosas que llegan desde el cerebro y yo eso lo he sentido, lo percibí con los compañeros de internación, con Palito, a mucha gente que sería largo nombrar, que ha tenido fe en mí e hizo lo posible para ayudarme.
- Después de darle a los demás tanta alegría y amor, ahora también vivís la felicidad de una mujer que te manifiesta esos sentimientos a vos.
- Estoy mucho más abierto a recibirlos, así que creo que este es el momento indicado.
- En apenas cuatro meses se nos fueron Mercedes Sosa y Sandro. ¿Cómo asimilaste la pérdida de dos personas bastante vinculadas a tu vida?
- Y ?con la sensación horrible de que ya no van a estar y no los voy a poder ver más, pero con tranquilidad también. Sé que la "Negra" se fue en paz, Sandro no sé, pero realmente entiendo que son dos muy grandes pérdidas para la música.
- En pocas horas estás llegando a Mar del Plata, supongo que vendrán recuerdos.
- Sí... el Hermitage, la Bristol, bueno, muchas cosas. Tengo ochenta mil cosas que me acuerdo, tengo un club de fans, "Los Aliados", les mando un saludo a través tuyo.
por Gabriel Imparato
Fuente: La Capital
viernes, enero 22, 2010
Charly García del avión al teatro y a cantar con Aznar
Contamos en primicia que Charly García llegó a Mar del Plata el jueves al mediodia en avión con su novia y su manager, para presentarse el dia sábado en el Estadio Polideportivo y se fue directo al Hotel Hermitage. También contamos que a la noche fue a ver “Fantástica”, donde tomó a todos por sorpresa cuando entró a oscuras a la sala, lo mismo que cuando se fue a la media hora.
Después se supo que su amigo Pedro Aznar se presentaba en el Teatro Güemes y Charly Garcia subio al escenario para cantar junto a él. Parece que calculó mal los tiempos.
Fuente: LaUbfal
Después se supo que su amigo Pedro Aznar se presentaba en el Teatro Güemes y Charly Garcia subio al escenario para cantar junto a él. Parece que calculó mal los tiempos.
Fuente: LaUbfal
jueves, enero 21, 2010
Charly llegó a MDQ
Llegó este mediodía a la ciudad de Mar del Plata para hacer su show en el Estadio Polideportivo.
Charly García, arribó a Camet en un vuelo de linea, este jueves a las 14, acompañado por su novia y su manager. Llegó de buen humor, se instaló en el Hotel Hermitage, donde seguramente se encontrara con Moria y con Carmen Barbieri, alojadas como Carlos Percivalle en el hotel.
El cantante bicolor tocará este sábado 23 a las 22 en el Polideportivo de Mar del Plata (Juan B. Justo y España), en una velada que promete volverse uno de los conciertos del verano.
La siguiente cita de García con su público será recién el 16 de marzo, cuando recree sus mayores éxitos en el Estadio Luna Park, en el primer show en la ciudad, tras su histórica presentación en Vélez en el mes de octubre.
Fuente: Teleshow
Charly García, arribó a Camet en un vuelo de linea, este jueves a las 14, acompañado por su novia y su manager. Llegó de buen humor, se instaló en el Hotel Hermitage, donde seguramente se encontrara con Moria y con Carmen Barbieri, alojadas como Carlos Percivalle en el hotel.
El cantante bicolor tocará este sábado 23 a las 22 en el Polideportivo de Mar del Plata (Juan B. Justo y España), en una velada que promete volverse uno de los conciertos del verano.
La siguiente cita de García con su público será recién el 16 de marzo, cuando recree sus mayores éxitos en el Estadio Luna Park, en el primer show en la ciudad, tras su histórica presentación en Vélez en el mes de octubre.
Fuente: Teleshow
miércoles, enero 20, 2010
Los 50 años de Charly García: "Volver al Futuro"
Seamos francos: fueron pocos los que pensaron, allá a mediados de los años 90, que Charly García podría siquiera ingresar al nuevo milenio. Amigos, aficionados, o meros espectadores de las noticias con que García alimentó la insaciable voracidad de la prensa amarilla, coincidieron con el diagnóstico: "a este paso, no llega a los 50". Y, como siempre sucede en estos casos, García lo hizo una vez más. Desafiando toda lógica, sin cambiar de andén ni de tranco, Charly García ha alcanzado el medio siglo de vida, y él es el primero en bromear sobre el asunto. "¡50 años de Charly García! Aaaaaarrrggghhh!!!", exclama y pega una risotada.
Chistes aparte, el tema no es llegar, sino cómo llegar. De qué manera, y en que estado. Cincuenta años es una edad muy poco glamorosa para una estrella de rock and roll; sea por viejos o por estrellas, todos quieren jubilar a los veteranos. Los imberbes que vienen detrás, con la intención de ligar el trono con poco esfuerzo, los periodistas ávidos de figuritas nuevas que pegar en el álbum, las compañías grabadoras que ya los tratan como material de catálogo o los empresarios que ya no pueden engañarlos como si fueran unos Backstreet Boys cualquiera.
Hay un pequeño problema: los cincuentones rockeros se resisten a ingresar al asilo de ancianos. Uno comprende que no será tarea fácil que a este Charly García de medio siglo le cuelguen la chapita del geriátrico, y que es probable que él sea el que mande a algunos más al retiro que le tienen reservado. Botella de whisky al alcance de la mano, teclados a los pies de la cama y una extraña serenidad para la reflexión -¿será la edad?-, Charly se revela en esta charla con una lucidez que no pocos consideraban definitivamente extraviada.
Su rapidez de reflejos hará que, apenas embebido de las nuevas cuestiones de la guerra bacteriológica, ya aplique un nuevo léxico a su nuevo proyecto discográfico, "Dos Edificios Dorados", surgido de una casualidad que no es nueva. Ya le había pasado a Charly el estar cantando lo que iba a pasar. Así como en 1994 cantaba "algo va a caer", y poco después sucedió el atentado terrorista contra la AMIA, de algún modo estuvo conectado con el avionazo al World Trade Center, entonando una vieja canción de David Lebón. Dicha coincidencia y la magnitud del hecho torcieron el destino de un disco que estaba orientado a ser instrumental. Una vez más, la antena García capta y retransmite más rápido que la de cualquier otro artista. Pasen y lean.
-Evidentemente te pegó bastante lo del atentado a las Torres Gemelas.
-Sí, como a todo el mundo, creo. Me pregunté que hubiera pasado si un avión hubiera chocado contra nuestro Obelisco: todos hubiéramos sentido una cosa fea, como una patada en los huevos. Stockhausen dijo que el atentado había sido una obra de arte y... le suspendieron todos los conciertos. Pero hay una parte de verdad en lo que dice este músico vanguardista. De hecho, todas las películas de Hollywood tienen que ver con destrucción y explosiones. La destrucción de Nueva York la vimos quinientas mil veces. Sin ir más lejos, en Armageddon, la película con Bruce Willis, las Twin Towers son atravesadas igual. Entonces, en el primer momento pensás en la gente que está ahí; te ponés en ese lugar y decís: "¡La mierda! ¡Qué horror!". O te imaginás el flash del tipo que va en el avión y se va a estrellar contra la torre.
Después empecé a escuchar algunas voces que tomaban alguna distancia del hecho, lo veían como una cosa histórica y decían que Estados Unidos se lo merecía. Desde el punto de vista personal y humanitario, las reacciones de espanto son imediatas; pero después que pasó un tiempo, lo que queda es como que la guerra es un show. Esto no hubiese sido filmado nunca, ni por la más descabellada producción hollywoodense, y sucedió igual que en los films. Los detalles, las cosas, parecía retocado virtualmente. Increíble.
¿Dónde estabas cuando sucedió el atentado?
-Estaba en el estudio; justo, tocando "Dos edificios dorados", el tema de David Lebón, y viene alguien de afuera y nos dice que se cayeron las Twin Towers. Nadie le creyó, pero en el estudio de Fito (Páez), Circo Beat hay una pantalla en el medio de los monitores. Y ahí lo vimos; inmediatamente lo comenzamos a grabar y registramos lo que estaba diciendo Cesar Mascetti, creo. Así me enteré. Y me hizo acordar un poco a cuando estaba grabando Yendo de la cama al living, con "No bombardeen Buenos Aires" cuando se venían los británicos.
Un estudio de grabación parece también un bunker, un refugio anti-atómico, y tiene como un agujerito donde uno mira la realidad que está lejos; por el grosor de las paredes, por la división que tiene, uno piensa que está aislado. Es un lugar donde no pasa el tiempo, uno ya se olvida si es de noche o es de dia. Asi que... la canción tomó otro sentido, completamente.
A mí siempre me pareció que "Dos edificios dorados" tenía un mensaje, no satánico, pero sí como mesiánico. Yo estaba cuando Lebón la compuso y el tema no se iba a llamar así. Recuerdo que estábamos con la esposa de él de aquel entonces, Liliana Lagardé, y que estaba poniendo los títulos. En esa época, año 1973, más o menos, había una ley de SADAIC por la cual ningún tema podía repetir un título que ya estuviera. Y como los que él tenía ya habían sido usados, les ponía cualquier cosa. Ese se llama "Dos edificios dorados" como podría haberse llamado "Dos dulces de leche blandos". Otro se llama "32 macetas". Si yo no hubiera estado ahí y supiera como es la cosa, pensaría que es mentira. Pero aún así, el tema sigue teniendo para mí como una pátina de anticipación, de adivinanza, de cosa medio rara.
Así que dejé la voz del noticiero, algunos efectos de sonido, a Claudia Puyó cantando al revés, usé mucho vari-speed, subía y bajaba la velocidad de la cinta para lograr voces increíblemente agudas o increíblemente graves. Y así fue quedando la cosa.
-¿Y cual es ahora el sentido del disco?
-Todo el disco lo armé como una película mía; yo siempre le pongo una historia al disco, no sé si para conformar mi sentido de unidad, supongo que será un poco por eso, y otro poco para que tenga un sentido real. Pero siempre es velado, el oyente nunca sabe toda la historia. Puede tener alguna pista de lo que puedo llegar a estar queriendo decir; pongo algunas referencias que aunque sean muy subjetivas, te dan un marco; igualmente las líneas entre lo que es realidad o fantasía no están del todo claras.
Supongo que el disco comenzará con un tema nuevo que se llama "I'm not in love". Y me imaginé que si ese tema fuera un clip - la canción habla de alguien que está andando por las vias del tren-, el protagonista podría ser un héroe musulmán y lo mezclé con Armageddon, entonces Liv Tyler vendría a ser la novia del afgano o lo que fuera, que va a perforar las Twin Towers. Es como una canción de amor y a la vez, lo que dice, es "lo único que quiero es no ser como vos". Es que las personas son tan diferentes. Un musulmán no quiere ser como nosotros, y evidentemente nosotros no queremos ser como ellos. Es tan irreconciliable la diferencia que uno hace ese tipo de cosas. La canción también dice "para aburrirme prefiero sufrir, para venderme prefiero morir, lo único que quiero es no ser como vos". Aclaro que la canción la compuse antes.
-De manera que el sentido cambió bruscamente.
-Hay otra canción que creo que se va a llamar "Música de película sordomuda". Cuando se la mostré a una fan me dijo que parecía la música de una película sordomuda, y justo estaba leyendo sobre la colonización de Estados Unidos e Inglaterra en Africa, a principios del siglo pasado. A los aborígenes, para colonizarlos, les daban sesiones de cine; por un lado para entretenerlos y por otro, para mostrarles el imperio, que ellos se sientan como el orto (risas). Muchos eran musulmanes, y como su religión les prohibe dibujar personas o la representación de figuras humanas, veían las películas con los ojos cerrados. Imaginate, ¿en donde podemos tener contacto con gente que ve las películas con los ojos cerrados? O nosotros, que haremos alguna otra cosa que para ellos será tan descabellada como mirar una película con los ojos abiertos.
-¿Estás al tanto del ántrax o del bioterrorismo?
-Mirá, creo que un poco por cagazo y otro poco por fiaca o porque esas cosas pasan en otros países (risas), no me enteré demasiado. De alguna manera, no sé si adhiero, pero eso pasa por el principio de acción y reacción, como que parecería que ellos tienen la culpa que les pasen esas cosas. Es algo hiperdiscutible, igual.
-¿"Un vicio más", uno de los nuevos temas, de donde salió?
-Es mi tema... ántrax (risas). Estaba boludeando en la cama, como siempre, con el teclado, y salió espontáneamente. De hecho lo dejé, porque me parecía demasiado simple y que ya debería estar hecho. Cuando me puse a hacer la letra, salió lo de vicio, Vicius, y como no estaba influenciado por ningún tema de los Ratones Paranoicos, de ahí salió el concepto central. Me pasó algo similar con "I'm not in love", que después me enteré que había una canción de 10cc que se llamaba igual, pero si lo hubiera sabido no hubiera hecho el tema que se llama igual pero es completamente distinto. En "Un vicio más", las palabras se empezaron a ordenar, y me dieron la idea de un tipo que le habla a una chica y que se pone en el lugar de un vicio en la vida de ella. Y que ella no lo puede dejar, porque a un vicio es muy difícil dejarlo. El le dice ¿porqué no me dejás?, porque a lo mejor el vicio está cansado de estar en esa vida ajena. También dice "contale a tu mamá, que ella también tiene vicios". Es una cosa obvia, pero que está buena decirla de esa manera. Es como de culpable a vicioso, en la canción, uno pasa a ser el vicio, que es una cosa como que el que podría increparte, en realidad te está usando. Quedó muy creíble.
-¿Tuviste algún vicio que alguna vez hayas querido dejar?
-Seguramente lo dejé, pero estoy tratando de acordarme qué.
-"Yo tengo un vicio que no puedo dejar/ de poner mi cabeza en Marte". Eso lo cantabas en "Necesito tu amor".
-Y, el amor es como un vicio. El amor da mucho para hacer letras de canciones. La falta de cordura que uno puede experimentar con las drogas, con el alcohol, o con el amor, que es una cosa que te emborracha y te puede llegar a pegar mal. En esta nueva canción digo que para aburrirme prefiero sufrir: tienen que ver las dos con la idea de que es mejor estar intoxicado de amor, ponele, que caer en el aburrimiento de los que no están enamorados. Mucha gente no se enamora por miedo. Estaba leyendo recién, antes que llegaras, unas letras de tango que dicen que "el miedo es al pasado". Que el pasado se repita, como una mina que cagó a un tipo. "Volver, con la frente marchita".
-O "no me atraparán, dos veces con la misma red", que es de "No soy un extraño", una suerte de tango tuyo.
-Sí. Bueno, después de los de las Twin Reverb Towers, creo que estoy desarrollando una malsana teoría: "el futuro vaffangulo". Y yo que decía que el futuro era esto, lo otro. ¡Viva el pasado!
-Bob Dylan dijo hace poco: el futuro es una cosa del pasado.
-Sí, cierra, totalmente. El futuro es una cosa del pasado... está bueno. Uno a veces piensa "bueno, voy a disfrutar más esta mierda que es el presente, y a revalorizar todo lo que pasó". O sea: voy a dejar de engañar a mi novia del pasado con la otra del futuro, y la voy a ver bien y linda, y me quedo acá. Algo así. Yo pensé y dije un par de veces que todo se iba a dar vuelta: me agarró una época en que pensaba que el Norte iba a ser el Sur, que los pobres iban a ser ricos, que los negros iban a ser los blancos, que ser cristiano y católico iba a estar todo mal. Esto jugaba en mi cabeza desde un día, en que yo iba caminando por una calle de Río de Janeiro, vestido elegantemente, como cualquier turista, a las seis de la tarde, y un mendigo que estaba en la vereda de enfrente, en la Copacabana, que es una calle muy ancha, se cruzó toda la calle solamente para darme una patada.
-¿Te conocía?
-No, para nada. Yo solo lo miré al tipo, y creo que contactamos miradas, y para mí me vino a pegar porque me vio como un yanqui. Por estar ahí, nomás. En Río, el choque de culturas de muy patente: tenés todo lo más moderno y lo más antiguo, al mismo tiempo. Allá nadie vive sin su esclava. Hasta Zoca, mi novia brasilera de aquel momento, también tenía su empleada que cocinaba, y aparentemente no hay kilombo, se vive en armonía. Pero también sentís que es lógico que venga un tipo y te pegue una patada, ¿porqué siempre ser blanco va a ser "in" y ser negro "out"? El tipo que me pateó era negro. Uno tiene su cosa igual al oprimido: somos pobres, tercer mundistas, oprimidos, pero por otro lado un tipo blanco, como yo, tiene sus cosas en donde sos igual que los imperialistas cerdos, asquerosos. ¿Y si volvemos a la música?
-¿Cómo vas a armar este disco que tiene tantas cosas distintas? Hay canciones, segmentos de piano solo. Además tenías el proyecto de las canciones de Titanes en el Ring, Cerebrus, con Pipo Cipolatti.
-El disco de piano solo, y Dos Edificios Dorados, vendría a ser lo mismo. No se si lo voy a dividir, ese es el asunto. Cuando cayeron las Twin Towers, lo que hicieron también fue quebrar el disco y lo llevó para otra dirección. Con las dos cosas estoy tratando de armar un concepto, donde puede haber mucha música instrumental, lo que está bueno, y estas canciones de las que te hablaba.
-¿Porqué querías hacer un disco de piano solo?
-Yo no quise, me vinieron con la idea y no me pareció muy atractiva, porque estaba con mi época de "pared de sonido", en la que me gusta más regrabar que grabar. Además pensé, "muy bien, un disco de piano solo, ¿y qué voy a tocar?". Finalmente, me enfrentaba al piano, y grababa espontáneamente cosas. Algunas fueron más o menos felices, pero de a poco me logré soltar, y dejó de parecerme que el sonido de un piano solo era muy poco, que tenía que poner otras cosas. En el medio, llegó la guerra, las melodías tipo canción, y dije "vamos".
Alguien me dijo algo que me copó, que el disco tenía que ser tipo Sometime in New York City, de John Lennon. Me quedó eso, lo de hacer un Say No More News, pensar en hacer la tapa como un diario como en el disco de Lennon. Pero no sé todavía. Lo estoy cocinando.
-Retomemos lo que decías de tu consigna a favor del pasado. De hecho, es coherente con lo que hiciste en los últimos tiempos: la reunión de Sui Generis, el disco Sinfonías para adolescentes, que tiene versiones castellanas de muchos temas viejos que vos escuchabas cuando eras más joven. ¿Qué estás buscando en el pasado?
-Solidez. Uno siempre se pregunta si lo que hace es realmente bueno, y en que cosas uno puede ser falluto o en que cosas uno no llegó a lo que quería ¿no? Entonces cuando ves que tenés un montón de cosas hechas y te ponés a hacer temas viejos, a ensayarlos, ves muchas cosas de las que vos mismo te burlabas y ves que al final estabann bien. Entonces, vaffangulo.
-¿Con qué cosas te pasó concretamente?
-No sé, pero en la época en que se decía que la moda era Sui Generis, que era solo un grupo para adolescentes y qué se yo, hasta uno mismo la creía. Y ni siquiera se había tomado uno el trabajo de escucharlo de nuevo. Después pasa esa moda de decir eso, entonces Sui Generis ya era la vanguardia del tercermundismo.
-Entonces creías que estabas haciendo moda, te transformaste en vanguardia, y ahora sos historia.
-Sí, la historia rebota y vuelve para atrás. Creo que el mundo se transformó en un gran café, todos mirando el agujero de las dos torres, y todos haciendo un Polémica en Wall Street. Creo que este disco mío nuevo va a ser uno de los primeros de war music.
-Y en esa mirada al pasado ¿cómo ves las décadas musicales desde tu presente?
-Bueno, Chuck Berry, el viejo negro verde cumple 75 años. De hecho yo estuve grabando con Tony Sheridan (músico inglés que grabó con Los Beatles como banda de acompañamiento, poco antes de la fama), que es un cacho de historia. Estaba grabando y me llamó el Sargento Cardozo, que es el único policía que ejerce de policía y de rockero al mismo tiempo, y me dijo que estaba Sheridan acá. Y me convenció de ir a verlo, porque yo iba a ir a otro lado a zapar, pero lo puedo hacer otro día, en cambio este encuentro era ahora o nunca. Fui a verlo, muy respetuosamente me ubiqué a un costadito del escenario hasta que subí a tocar, o sea que el primer diálogo fue musical. Después siguió el diálogo de bar, y después siguió hasta que un día apareció en el estudio y se quedó como dos dias viviendo conmigo, hasta que lo llevé al aeropuerto.
-¡Lo mismo que te pasó con Evan Dando, de Lemonheads!
-Sí, totalmente, parece que soy un buen anfitrión. Sheridan me cayó bárbaro; un viejo un poco gruñón, sentencioso, malhumorado, muy simpático, y de buen paladar. No le pude sacar muchas anécdotas de Los Beatles, porque aunque vino para la semana beatle en Argentina, no le gusta que le hinchen mucho las pelotas preguntándole siempre lo mismo. Yo le pregunté si había visto algo especial en ellos cuando los conoció, y él me contó que ellos habían trabajado para él, que le compró el primer bajo a Paul McCartney con el cual había compuesto una canción que quería grabar conmigo. Y ya estábamos en el aeropuerto, se quería volver al estudio. Le pregunté "¿y John Lennon qué tal?". "It's OK", me dijo. Un poco parco en eso.
-¿Cómo viviste vos los años `60?
-Estoy de acuerdo con Woody Allen que dijo que la civilización termina con el lanzamiento de "I wanna hold your hand". De ahí para adelante, no se sabe que es. Y con otra cosa que leí que decía que los 60 comienzan en 1965, hasta 1975, más o menos. Bueno, yo la viví a full, porque fui estudiante de un colegio pseudo-militar, mixto, comprando "Nowhere man" en la esquina del colegio, fumando cigarrillos que vendían de a uno en el kiosko, yendo a mis primeros recitales, haciendo mis primeras bandas. O sea, tuve la suerte de ser una espora más del ántrax de la revolución, digamos, juvenil, o musical, que tuvo en Los Beatles sus máximos exponentes. O sea que para mí fue hiper positiva, y el que estuvo ahí tiene como la nostalgia de quien en la vida ha hecho cosas mucho peores que en los 60, pero no con tanto entusiasmo.
-¿Y los 70?
-Y, como dice Pappo, si hubiera nacido en los Estados Unidos hubiera tenido aviones privados, limusinas y qué se yo, pero de alguna manera las tuve y también fui parte de la corrupción del rock. Empecé a vestirme con brillos, a bailar en el escenario, insistí en que mi profesión era ser estrella, no músico. ¡Lo conseguí! Convencí a varios. Para mí, cuando aparecieron los sintetizadores y el rock se volvió progresivo, fue otra cosa. O sea, venía del flower y de todo eso, pero se puso medieval el asunto. Estaba mirando como nos vestíamos, y era increíble. Me puse todos los trajes.
-Curtiste esa época, pero La Máquina de Hacer Pájaros, que es lo más "progresivo" que hiciste, no imperaba esa onda medieval.
-No, era ridículo (risas). En La Máquina ya había sido contagiado por el virus de la Mahavishnu, Chick Corea, la música más difícil que se puede poner en un disco de rock. Viaje a la séptima galaxia, era ya más espacial. Ayer estaba viendo un video de Yes, Close to the edge, los Océanos Topográficos, esos sí que eran medievales, y después se iban en una nave espacial (risas). Lo que mata de La Máquina es la idea de canciones contestatarias, o de protesta, o qué se yo como se puede decir, hechas en un estilo progresivo jazz fusion, con diez mil cortes, y que pegara. Pegaba porque decían las cosas que yo digo, con la intención, el estilo, pero en ese momento las bandas estaban en otro país o cantando para tres personas en un sucucho todo mal. Habían dos cosas que funcionaban en ghettos: los de la protesta, que protestaban entre ellos, y los super virtuosos que se ajustaban a tocar en un galpón. Ojo que tipos como Pedro Aznar salieron de esos grupos a los que llamábamos "azotas" (por azotea, debido a la música más mental que hacían esas bandas). Lo piola fue que yo componía cosas largas, dejando espacio para arreglos, ideas, etcéteras, yo les daba la forma, y las letras eran más Steely Dan, como "El vendedor de las muñecas de plástico" o "Qué se puede hacer salvo ver películas". Es todo una mano glamour.
-¿Cómo fueron los 80 para vos?
-El jabonazo. Nos juntábamos en la casa de Pipo Cipolatti, pasábamos todos por el baño con nuestras camisas negras, pilotos negros, todos los chiches, y nos poníamos jabón en el pelo, y lo peinábamos para arriba. A las seis de la mañana parecía caspa, que se caía todo el jabón derretido (risas). Una época muy rara porque, aún dentro del estilo "me siento mal" y abúlico, pálido, había una gran comunión entre los músicos. Había mucha gente que estaba por ahí cerca y usaba todo eso para "jabonearse", para ir a bailar, para hacer música. Los darks, por ejemplo, conmigo no tenían ningún tipo de toco. ¡Si yo vampireé también! A mí, convertirme en dark y disfrazarme un poco, no me costó nada.
-Y tus discos de esa época eran más bien alegres, como Clics Modernos o Piano Bar.
-Sí, pero también tenían la dosis necesaria de jabón que tenían que tener.
-¿Y los 90?
-Los noventa son tan raros, loco. Yo no sé si será la edad, pero los noventa.... Vos me preguntás por la música de los noventa, y yo no sabría decirte. ¿Para vos cual es?
-Para empezar, Nirvana y Radiohead.
-Bueno, yo escuché Kid A y me gustó. Pero los noventa como década... como decadencia... Nirvana está bien, pero es un grupo que duró dos discos y un revolver, y siempre pareció más una promesa que una realidad; vos sabés que cuando murió Cobain, me teñí el pelo y me fui a cantar por ahí, me copan, no es que los desprecie. Pero el fondo de los noventa, se me hace que es más por el lado de una música tipo Radiohead, o una mezcla de Brian Eno con algo tecno.
-¿Y lo tecno como te cae?
-Mirá, a mi me sigue dando como vergüenza ajena cuando los disc-jockeys dicen que tocan o componen. ¿Eso qué es? Como músico, ver una cosa que es horrible y te la hagan pasar por música... Por ahí, yo soy muy clásico, pero la música, por definición, se compone de tres elementos: armonía, melodía y ritmo. La música tecno solo tiene ritmo, carece de armonía y de melodía. Entonces, está bien para los aborígenes, pero me parece música para descerebrados. Si me quiero drogar, un ratito está bien ahí. Para mí es música de droga, y música de discoteca. No sé: tanta felicidad falsa me da asco.
-¿Y qué va a pasar con los 2000?
-Me gusta ver a la juventud vivir su esclavitud con tanta libertad.
-¿Y con los cincuenta años que portás desde ahora como te llevás?
-Y, me pegan a lo Erik Satie: "me dijeron 'ya vas a ver cuando tengas cincuenta años'. Tengo cincuenta años y no ví nada".
-Pero en realidad vos has visto mucho.
-Yo estoy en mi propio terreno histórico, disfrutando de la época de Sui Generis, y la época de Charly. Yo no me siento para nada un tipo de cincuenta años. Eso, por un lado me da terror, y por el otro me da mucha pila. Estoy un poco impresionado por esto de la edad, pero bien impresionado.
-¿Te acordás cuando cumplías cuarenta y pico y te deprimías?
-Creo que siempre me voy a deprimir en los cumpleaños. Pero este está bueno: lo voy a festejar en el Teatro Coliseo, el sábado 27 de octubre, y seguramente en el medio haré algo en el Say No More Bar, que anda bárbaro. Yo voy poco y a tocar: es un bar de fans, no me da para ir todos los dias. Y ya me agarré a trompadas, ya me hice amigos. Está bueno. Cuando voy impongo órden, hago abuso de poder, etc, etc.
-¿Está bueno ser rey?
-Sí, es un poco como ser ciudadano del planeta Tierra, con las dos Towers ahí. Es lindo, pero sabés que va a durar poco.
-¿Te imaginás volviendo a Nueva York?
-Sí, me veo. Yo a las Torres Gemelas las veía desde el Washington Square, pero para mí Nueva York terminaba un poco ahí. A esa parte nunca fui, ni tampoco a la estatua de la Libertad. Espero que la ciudad siga viva;, creo que más allá de cualquier ideología o gusto político o conciencia social o whatever, esa ciudad es una de las cosas más impresionantes que hay en el mundo, y realmente es uno de los lugares donde uno, sobre todo si es rockero, se puede sentir pila todo el tiempo. Y sentir la misma sensación que puede tener otro mirando un paisaje super lindo en el Caribe.
-¿Hay futuro en la Argentina?
-Creo que la Argentina nunca va a tener futuro. Cuando llegue el futuro, para la Argentina va a ser el presente. Say No More.
Por Sergio Marchi
Fuente: Terra
Chistes aparte, el tema no es llegar, sino cómo llegar. De qué manera, y en que estado. Cincuenta años es una edad muy poco glamorosa para una estrella de rock and roll; sea por viejos o por estrellas, todos quieren jubilar a los veteranos. Los imberbes que vienen detrás, con la intención de ligar el trono con poco esfuerzo, los periodistas ávidos de figuritas nuevas que pegar en el álbum, las compañías grabadoras que ya los tratan como material de catálogo o los empresarios que ya no pueden engañarlos como si fueran unos Backstreet Boys cualquiera.
Hay un pequeño problema: los cincuentones rockeros se resisten a ingresar al asilo de ancianos. Uno comprende que no será tarea fácil que a este Charly García de medio siglo le cuelguen la chapita del geriátrico, y que es probable que él sea el que mande a algunos más al retiro que le tienen reservado. Botella de whisky al alcance de la mano, teclados a los pies de la cama y una extraña serenidad para la reflexión -¿será la edad?-, Charly se revela en esta charla con una lucidez que no pocos consideraban definitivamente extraviada.
Su rapidez de reflejos hará que, apenas embebido de las nuevas cuestiones de la guerra bacteriológica, ya aplique un nuevo léxico a su nuevo proyecto discográfico, "Dos Edificios Dorados", surgido de una casualidad que no es nueva. Ya le había pasado a Charly el estar cantando lo que iba a pasar. Así como en 1994 cantaba "algo va a caer", y poco después sucedió el atentado terrorista contra la AMIA, de algún modo estuvo conectado con el avionazo al World Trade Center, entonando una vieja canción de David Lebón. Dicha coincidencia y la magnitud del hecho torcieron el destino de un disco que estaba orientado a ser instrumental. Una vez más, la antena García capta y retransmite más rápido que la de cualquier otro artista. Pasen y lean.
-Evidentemente te pegó bastante lo del atentado a las Torres Gemelas.
-Sí, como a todo el mundo, creo. Me pregunté que hubiera pasado si un avión hubiera chocado contra nuestro Obelisco: todos hubiéramos sentido una cosa fea, como una patada en los huevos. Stockhausen dijo que el atentado había sido una obra de arte y... le suspendieron todos los conciertos. Pero hay una parte de verdad en lo que dice este músico vanguardista. De hecho, todas las películas de Hollywood tienen que ver con destrucción y explosiones. La destrucción de Nueva York la vimos quinientas mil veces. Sin ir más lejos, en Armageddon, la película con Bruce Willis, las Twin Towers son atravesadas igual. Entonces, en el primer momento pensás en la gente que está ahí; te ponés en ese lugar y decís: "¡La mierda! ¡Qué horror!". O te imaginás el flash del tipo que va en el avión y se va a estrellar contra la torre.
Después empecé a escuchar algunas voces que tomaban alguna distancia del hecho, lo veían como una cosa histórica y decían que Estados Unidos se lo merecía. Desde el punto de vista personal y humanitario, las reacciones de espanto son imediatas; pero después que pasó un tiempo, lo que queda es como que la guerra es un show. Esto no hubiese sido filmado nunca, ni por la más descabellada producción hollywoodense, y sucedió igual que en los films. Los detalles, las cosas, parecía retocado virtualmente. Increíble.
¿Dónde estabas cuando sucedió el atentado?
-Estaba en el estudio; justo, tocando "Dos edificios dorados", el tema de David Lebón, y viene alguien de afuera y nos dice que se cayeron las Twin Towers. Nadie le creyó, pero en el estudio de Fito (Páez), Circo Beat hay una pantalla en el medio de los monitores. Y ahí lo vimos; inmediatamente lo comenzamos a grabar y registramos lo que estaba diciendo Cesar Mascetti, creo. Así me enteré. Y me hizo acordar un poco a cuando estaba grabando Yendo de la cama al living, con "No bombardeen Buenos Aires" cuando se venían los británicos.
Un estudio de grabación parece también un bunker, un refugio anti-atómico, y tiene como un agujerito donde uno mira la realidad que está lejos; por el grosor de las paredes, por la división que tiene, uno piensa que está aislado. Es un lugar donde no pasa el tiempo, uno ya se olvida si es de noche o es de dia. Asi que... la canción tomó otro sentido, completamente.
A mí siempre me pareció que "Dos edificios dorados" tenía un mensaje, no satánico, pero sí como mesiánico. Yo estaba cuando Lebón la compuso y el tema no se iba a llamar así. Recuerdo que estábamos con la esposa de él de aquel entonces, Liliana Lagardé, y que estaba poniendo los títulos. En esa época, año 1973, más o menos, había una ley de SADAIC por la cual ningún tema podía repetir un título que ya estuviera. Y como los que él tenía ya habían sido usados, les ponía cualquier cosa. Ese se llama "Dos edificios dorados" como podría haberse llamado "Dos dulces de leche blandos". Otro se llama "32 macetas". Si yo no hubiera estado ahí y supiera como es la cosa, pensaría que es mentira. Pero aún así, el tema sigue teniendo para mí como una pátina de anticipación, de adivinanza, de cosa medio rara.
Así que dejé la voz del noticiero, algunos efectos de sonido, a Claudia Puyó cantando al revés, usé mucho vari-speed, subía y bajaba la velocidad de la cinta para lograr voces increíblemente agudas o increíblemente graves. Y así fue quedando la cosa.
-¿Y cual es ahora el sentido del disco?
-Todo el disco lo armé como una película mía; yo siempre le pongo una historia al disco, no sé si para conformar mi sentido de unidad, supongo que será un poco por eso, y otro poco para que tenga un sentido real. Pero siempre es velado, el oyente nunca sabe toda la historia. Puede tener alguna pista de lo que puedo llegar a estar queriendo decir; pongo algunas referencias que aunque sean muy subjetivas, te dan un marco; igualmente las líneas entre lo que es realidad o fantasía no están del todo claras.
Supongo que el disco comenzará con un tema nuevo que se llama "I'm not in love". Y me imaginé que si ese tema fuera un clip - la canción habla de alguien que está andando por las vias del tren-, el protagonista podría ser un héroe musulmán y lo mezclé con Armageddon, entonces Liv Tyler vendría a ser la novia del afgano o lo que fuera, que va a perforar las Twin Towers. Es como una canción de amor y a la vez, lo que dice, es "lo único que quiero es no ser como vos". Es que las personas son tan diferentes. Un musulmán no quiere ser como nosotros, y evidentemente nosotros no queremos ser como ellos. Es tan irreconciliable la diferencia que uno hace ese tipo de cosas. La canción también dice "para aburrirme prefiero sufrir, para venderme prefiero morir, lo único que quiero es no ser como vos". Aclaro que la canción la compuse antes.
-De manera que el sentido cambió bruscamente.
-Hay otra canción que creo que se va a llamar "Música de película sordomuda". Cuando se la mostré a una fan me dijo que parecía la música de una película sordomuda, y justo estaba leyendo sobre la colonización de Estados Unidos e Inglaterra en Africa, a principios del siglo pasado. A los aborígenes, para colonizarlos, les daban sesiones de cine; por un lado para entretenerlos y por otro, para mostrarles el imperio, que ellos se sientan como el orto (risas). Muchos eran musulmanes, y como su religión les prohibe dibujar personas o la representación de figuras humanas, veían las películas con los ojos cerrados. Imaginate, ¿en donde podemos tener contacto con gente que ve las películas con los ojos cerrados? O nosotros, que haremos alguna otra cosa que para ellos será tan descabellada como mirar una película con los ojos abiertos.
-¿Estás al tanto del ántrax o del bioterrorismo?
-Mirá, creo que un poco por cagazo y otro poco por fiaca o porque esas cosas pasan en otros países (risas), no me enteré demasiado. De alguna manera, no sé si adhiero, pero eso pasa por el principio de acción y reacción, como que parecería que ellos tienen la culpa que les pasen esas cosas. Es algo hiperdiscutible, igual.
-¿"Un vicio más", uno de los nuevos temas, de donde salió?
-Es mi tema... ántrax (risas). Estaba boludeando en la cama, como siempre, con el teclado, y salió espontáneamente. De hecho lo dejé, porque me parecía demasiado simple y que ya debería estar hecho. Cuando me puse a hacer la letra, salió lo de vicio, Vicius, y como no estaba influenciado por ningún tema de los Ratones Paranoicos, de ahí salió el concepto central. Me pasó algo similar con "I'm not in love", que después me enteré que había una canción de 10cc que se llamaba igual, pero si lo hubiera sabido no hubiera hecho el tema que se llama igual pero es completamente distinto. En "Un vicio más", las palabras se empezaron a ordenar, y me dieron la idea de un tipo que le habla a una chica y que se pone en el lugar de un vicio en la vida de ella. Y que ella no lo puede dejar, porque a un vicio es muy difícil dejarlo. El le dice ¿porqué no me dejás?, porque a lo mejor el vicio está cansado de estar en esa vida ajena. También dice "contale a tu mamá, que ella también tiene vicios". Es una cosa obvia, pero que está buena decirla de esa manera. Es como de culpable a vicioso, en la canción, uno pasa a ser el vicio, que es una cosa como que el que podría increparte, en realidad te está usando. Quedó muy creíble.
-¿Tuviste algún vicio que alguna vez hayas querido dejar?
-Seguramente lo dejé, pero estoy tratando de acordarme qué.
-"Yo tengo un vicio que no puedo dejar/ de poner mi cabeza en Marte". Eso lo cantabas en "Necesito tu amor".
-Y, el amor es como un vicio. El amor da mucho para hacer letras de canciones. La falta de cordura que uno puede experimentar con las drogas, con el alcohol, o con el amor, que es una cosa que te emborracha y te puede llegar a pegar mal. En esta nueva canción digo que para aburrirme prefiero sufrir: tienen que ver las dos con la idea de que es mejor estar intoxicado de amor, ponele, que caer en el aburrimiento de los que no están enamorados. Mucha gente no se enamora por miedo. Estaba leyendo recién, antes que llegaras, unas letras de tango que dicen que "el miedo es al pasado". Que el pasado se repita, como una mina que cagó a un tipo. "Volver, con la frente marchita".
-O "no me atraparán, dos veces con la misma red", que es de "No soy un extraño", una suerte de tango tuyo.
-Sí. Bueno, después de los de las Twin Reverb Towers, creo que estoy desarrollando una malsana teoría: "el futuro vaffangulo". Y yo que decía que el futuro era esto, lo otro. ¡Viva el pasado!
-Bob Dylan dijo hace poco: el futuro es una cosa del pasado.
-Sí, cierra, totalmente. El futuro es una cosa del pasado... está bueno. Uno a veces piensa "bueno, voy a disfrutar más esta mierda que es el presente, y a revalorizar todo lo que pasó". O sea: voy a dejar de engañar a mi novia del pasado con la otra del futuro, y la voy a ver bien y linda, y me quedo acá. Algo así. Yo pensé y dije un par de veces que todo se iba a dar vuelta: me agarró una época en que pensaba que el Norte iba a ser el Sur, que los pobres iban a ser ricos, que los negros iban a ser los blancos, que ser cristiano y católico iba a estar todo mal. Esto jugaba en mi cabeza desde un día, en que yo iba caminando por una calle de Río de Janeiro, vestido elegantemente, como cualquier turista, a las seis de la tarde, y un mendigo que estaba en la vereda de enfrente, en la Copacabana, que es una calle muy ancha, se cruzó toda la calle solamente para darme una patada.
-¿Te conocía?
-No, para nada. Yo solo lo miré al tipo, y creo que contactamos miradas, y para mí me vino a pegar porque me vio como un yanqui. Por estar ahí, nomás. En Río, el choque de culturas de muy patente: tenés todo lo más moderno y lo más antiguo, al mismo tiempo. Allá nadie vive sin su esclava. Hasta Zoca, mi novia brasilera de aquel momento, también tenía su empleada que cocinaba, y aparentemente no hay kilombo, se vive en armonía. Pero también sentís que es lógico que venga un tipo y te pegue una patada, ¿porqué siempre ser blanco va a ser "in" y ser negro "out"? El tipo que me pateó era negro. Uno tiene su cosa igual al oprimido: somos pobres, tercer mundistas, oprimidos, pero por otro lado un tipo blanco, como yo, tiene sus cosas en donde sos igual que los imperialistas cerdos, asquerosos. ¿Y si volvemos a la música?
-¿Cómo vas a armar este disco que tiene tantas cosas distintas? Hay canciones, segmentos de piano solo. Además tenías el proyecto de las canciones de Titanes en el Ring, Cerebrus, con Pipo Cipolatti.
-El disco de piano solo, y Dos Edificios Dorados, vendría a ser lo mismo. No se si lo voy a dividir, ese es el asunto. Cuando cayeron las Twin Towers, lo que hicieron también fue quebrar el disco y lo llevó para otra dirección. Con las dos cosas estoy tratando de armar un concepto, donde puede haber mucha música instrumental, lo que está bueno, y estas canciones de las que te hablaba.
-¿Porqué querías hacer un disco de piano solo?
-Yo no quise, me vinieron con la idea y no me pareció muy atractiva, porque estaba con mi época de "pared de sonido", en la que me gusta más regrabar que grabar. Además pensé, "muy bien, un disco de piano solo, ¿y qué voy a tocar?". Finalmente, me enfrentaba al piano, y grababa espontáneamente cosas. Algunas fueron más o menos felices, pero de a poco me logré soltar, y dejó de parecerme que el sonido de un piano solo era muy poco, que tenía que poner otras cosas. En el medio, llegó la guerra, las melodías tipo canción, y dije "vamos".
Alguien me dijo algo que me copó, que el disco tenía que ser tipo Sometime in New York City, de John Lennon. Me quedó eso, lo de hacer un Say No More News, pensar en hacer la tapa como un diario como en el disco de Lennon. Pero no sé todavía. Lo estoy cocinando.
-Retomemos lo que decías de tu consigna a favor del pasado. De hecho, es coherente con lo que hiciste en los últimos tiempos: la reunión de Sui Generis, el disco Sinfonías para adolescentes, que tiene versiones castellanas de muchos temas viejos que vos escuchabas cuando eras más joven. ¿Qué estás buscando en el pasado?
-Solidez. Uno siempre se pregunta si lo que hace es realmente bueno, y en que cosas uno puede ser falluto o en que cosas uno no llegó a lo que quería ¿no? Entonces cuando ves que tenés un montón de cosas hechas y te ponés a hacer temas viejos, a ensayarlos, ves muchas cosas de las que vos mismo te burlabas y ves que al final estabann bien. Entonces, vaffangulo.
-¿Con qué cosas te pasó concretamente?
-No sé, pero en la época en que se decía que la moda era Sui Generis, que era solo un grupo para adolescentes y qué se yo, hasta uno mismo la creía. Y ni siquiera se había tomado uno el trabajo de escucharlo de nuevo. Después pasa esa moda de decir eso, entonces Sui Generis ya era la vanguardia del tercermundismo.
-Entonces creías que estabas haciendo moda, te transformaste en vanguardia, y ahora sos historia.
-Sí, la historia rebota y vuelve para atrás. Creo que el mundo se transformó en un gran café, todos mirando el agujero de las dos torres, y todos haciendo un Polémica en Wall Street. Creo que este disco mío nuevo va a ser uno de los primeros de war music.
-Y en esa mirada al pasado ¿cómo ves las décadas musicales desde tu presente?
-Bueno, Chuck Berry, el viejo negro verde cumple 75 años. De hecho yo estuve grabando con Tony Sheridan (músico inglés que grabó con Los Beatles como banda de acompañamiento, poco antes de la fama), que es un cacho de historia. Estaba grabando y me llamó el Sargento Cardozo, que es el único policía que ejerce de policía y de rockero al mismo tiempo, y me dijo que estaba Sheridan acá. Y me convenció de ir a verlo, porque yo iba a ir a otro lado a zapar, pero lo puedo hacer otro día, en cambio este encuentro era ahora o nunca. Fui a verlo, muy respetuosamente me ubiqué a un costadito del escenario hasta que subí a tocar, o sea que el primer diálogo fue musical. Después siguió el diálogo de bar, y después siguió hasta que un día apareció en el estudio y se quedó como dos dias viviendo conmigo, hasta que lo llevé al aeropuerto.
-¡Lo mismo que te pasó con Evan Dando, de Lemonheads!
-Sí, totalmente, parece que soy un buen anfitrión. Sheridan me cayó bárbaro; un viejo un poco gruñón, sentencioso, malhumorado, muy simpático, y de buen paladar. No le pude sacar muchas anécdotas de Los Beatles, porque aunque vino para la semana beatle en Argentina, no le gusta que le hinchen mucho las pelotas preguntándole siempre lo mismo. Yo le pregunté si había visto algo especial en ellos cuando los conoció, y él me contó que ellos habían trabajado para él, que le compró el primer bajo a Paul McCartney con el cual había compuesto una canción que quería grabar conmigo. Y ya estábamos en el aeropuerto, se quería volver al estudio. Le pregunté "¿y John Lennon qué tal?". "It's OK", me dijo. Un poco parco en eso.
-¿Cómo viviste vos los años `60?
-Estoy de acuerdo con Woody Allen que dijo que la civilización termina con el lanzamiento de "I wanna hold your hand". De ahí para adelante, no se sabe que es. Y con otra cosa que leí que decía que los 60 comienzan en 1965, hasta 1975, más o menos. Bueno, yo la viví a full, porque fui estudiante de un colegio pseudo-militar, mixto, comprando "Nowhere man" en la esquina del colegio, fumando cigarrillos que vendían de a uno en el kiosko, yendo a mis primeros recitales, haciendo mis primeras bandas. O sea, tuve la suerte de ser una espora más del ántrax de la revolución, digamos, juvenil, o musical, que tuvo en Los Beatles sus máximos exponentes. O sea que para mí fue hiper positiva, y el que estuvo ahí tiene como la nostalgia de quien en la vida ha hecho cosas mucho peores que en los 60, pero no con tanto entusiasmo.
-¿Y los 70?
-Y, como dice Pappo, si hubiera nacido en los Estados Unidos hubiera tenido aviones privados, limusinas y qué se yo, pero de alguna manera las tuve y también fui parte de la corrupción del rock. Empecé a vestirme con brillos, a bailar en el escenario, insistí en que mi profesión era ser estrella, no músico. ¡Lo conseguí! Convencí a varios. Para mí, cuando aparecieron los sintetizadores y el rock se volvió progresivo, fue otra cosa. O sea, venía del flower y de todo eso, pero se puso medieval el asunto. Estaba mirando como nos vestíamos, y era increíble. Me puse todos los trajes.
-Curtiste esa época, pero La Máquina de Hacer Pájaros, que es lo más "progresivo" que hiciste, no imperaba esa onda medieval.
-No, era ridículo (risas). En La Máquina ya había sido contagiado por el virus de la Mahavishnu, Chick Corea, la música más difícil que se puede poner en un disco de rock. Viaje a la séptima galaxia, era ya más espacial. Ayer estaba viendo un video de Yes, Close to the edge, los Océanos Topográficos, esos sí que eran medievales, y después se iban en una nave espacial (risas). Lo que mata de La Máquina es la idea de canciones contestatarias, o de protesta, o qué se yo como se puede decir, hechas en un estilo progresivo jazz fusion, con diez mil cortes, y que pegara. Pegaba porque decían las cosas que yo digo, con la intención, el estilo, pero en ese momento las bandas estaban en otro país o cantando para tres personas en un sucucho todo mal. Habían dos cosas que funcionaban en ghettos: los de la protesta, que protestaban entre ellos, y los super virtuosos que se ajustaban a tocar en un galpón. Ojo que tipos como Pedro Aznar salieron de esos grupos a los que llamábamos "azotas" (por azotea, debido a la música más mental que hacían esas bandas). Lo piola fue que yo componía cosas largas, dejando espacio para arreglos, ideas, etcéteras, yo les daba la forma, y las letras eran más Steely Dan, como "El vendedor de las muñecas de plástico" o "Qué se puede hacer salvo ver películas". Es todo una mano glamour.
-¿Cómo fueron los 80 para vos?
-El jabonazo. Nos juntábamos en la casa de Pipo Cipolatti, pasábamos todos por el baño con nuestras camisas negras, pilotos negros, todos los chiches, y nos poníamos jabón en el pelo, y lo peinábamos para arriba. A las seis de la mañana parecía caspa, que se caía todo el jabón derretido (risas). Una época muy rara porque, aún dentro del estilo "me siento mal" y abúlico, pálido, había una gran comunión entre los músicos. Había mucha gente que estaba por ahí cerca y usaba todo eso para "jabonearse", para ir a bailar, para hacer música. Los darks, por ejemplo, conmigo no tenían ningún tipo de toco. ¡Si yo vampireé también! A mí, convertirme en dark y disfrazarme un poco, no me costó nada.
-Y tus discos de esa época eran más bien alegres, como Clics Modernos o Piano Bar.
-Sí, pero también tenían la dosis necesaria de jabón que tenían que tener.
-¿Y los 90?
-Los noventa son tan raros, loco. Yo no sé si será la edad, pero los noventa.... Vos me preguntás por la música de los noventa, y yo no sabría decirte. ¿Para vos cual es?
-Para empezar, Nirvana y Radiohead.
-Bueno, yo escuché Kid A y me gustó. Pero los noventa como década... como decadencia... Nirvana está bien, pero es un grupo que duró dos discos y un revolver, y siempre pareció más una promesa que una realidad; vos sabés que cuando murió Cobain, me teñí el pelo y me fui a cantar por ahí, me copan, no es que los desprecie. Pero el fondo de los noventa, se me hace que es más por el lado de una música tipo Radiohead, o una mezcla de Brian Eno con algo tecno.
-¿Y lo tecno como te cae?
-Mirá, a mi me sigue dando como vergüenza ajena cuando los disc-jockeys dicen que tocan o componen. ¿Eso qué es? Como músico, ver una cosa que es horrible y te la hagan pasar por música... Por ahí, yo soy muy clásico, pero la música, por definición, se compone de tres elementos: armonía, melodía y ritmo. La música tecno solo tiene ritmo, carece de armonía y de melodía. Entonces, está bien para los aborígenes, pero me parece música para descerebrados. Si me quiero drogar, un ratito está bien ahí. Para mí es música de droga, y música de discoteca. No sé: tanta felicidad falsa me da asco.
-¿Y qué va a pasar con los 2000?
-Me gusta ver a la juventud vivir su esclavitud con tanta libertad.
-¿Y con los cincuenta años que portás desde ahora como te llevás?
-Y, me pegan a lo Erik Satie: "me dijeron 'ya vas a ver cuando tengas cincuenta años'. Tengo cincuenta años y no ví nada".
-Pero en realidad vos has visto mucho.
-Yo estoy en mi propio terreno histórico, disfrutando de la época de Sui Generis, y la época de Charly. Yo no me siento para nada un tipo de cincuenta años. Eso, por un lado me da terror, y por el otro me da mucha pila. Estoy un poco impresionado por esto de la edad, pero bien impresionado.
-¿Te acordás cuando cumplías cuarenta y pico y te deprimías?
-Creo que siempre me voy a deprimir en los cumpleaños. Pero este está bueno: lo voy a festejar en el Teatro Coliseo, el sábado 27 de octubre, y seguramente en el medio haré algo en el Say No More Bar, que anda bárbaro. Yo voy poco y a tocar: es un bar de fans, no me da para ir todos los dias. Y ya me agarré a trompadas, ya me hice amigos. Está bueno. Cuando voy impongo órden, hago abuso de poder, etc, etc.
-¿Está bueno ser rey?
-Sí, es un poco como ser ciudadano del planeta Tierra, con las dos Towers ahí. Es lindo, pero sabés que va a durar poco.
-¿Te imaginás volviendo a Nueva York?
-Sí, me veo. Yo a las Torres Gemelas las veía desde el Washington Square, pero para mí Nueva York terminaba un poco ahí. A esa parte nunca fui, ni tampoco a la estatua de la Libertad. Espero que la ciudad siga viva;, creo que más allá de cualquier ideología o gusto político o conciencia social o whatever, esa ciudad es una de las cosas más impresionantes que hay en el mundo, y realmente es uno de los lugares donde uno, sobre todo si es rockero, se puede sentir pila todo el tiempo. Y sentir la misma sensación que puede tener otro mirando un paisaje super lindo en el Caribe.
-¿Hay futuro en la Argentina?
-Creo que la Argentina nunca va a tener futuro. Cuando llegue el futuro, para la Argentina va a ser el presente. Say No More.
Por Sergio Marchi
Fuente: Terra
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Entrevistas
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Las 100 del Canario
viernes, enero 15, 2010
"Soy un profesional del escàndalo"
Rompe el silencio por primera vez despuès del incidente con un fotògrafo en el Uruguay y de las versiones que aseguran que impidiò la actuaciòn de su hijo en el Gesell Rock. Dice que jamàs haria una cosa asì, y menos aùn llamar a las radios para que no pasen su nuevo disco. 'Amo a Migue y no me gusta que lo quieran usar', afirma. Y cuenta que està grabando un disco-pelìcula en la casa de Palito Ortega, que podrìa estar terminado en el invierno. 'Para que tiemble Steven Spielberg', amenaza.
Dale, dale... Traigan de una vez por todas la escalera, asì me tiro', ordena Charly Garcia (54), mientras se acomoda su diminuto short de lycra y se prepara para saltar dentro del tanque austaliano que oficia de piscina en el parador Robinson Crusoe de Pinamar. Luego sale de la reposera y anuncia: '¡Se viene el pique francès!'. Y entoces se coloca una tùnica hindù 'para tener mayor glamour', toma carrera rumbo a la pileta, corre, salta, gira en el aire, y se zambulle. Da un par de brazadas y se escurre como si fuera flipper. Cuando se incorpora, dice chorreando agua: 'Aunque pocos lo saben, yo en mi infancia aprendì a tirarme en el tanque australiano del campo de mi tìo en Paso del Rey'. Pero eso no fue todo...
Antes, mientras almorzaba en una de las cabañas del balneario, divirtiò con sus anècdotas a un grupo selecto de amigos, entre los que se encontraban Javier Pedelaborde, Cristiàn Coelho y Juan Ramòn Balcarce. Contò que se habìa tirado de su habitaciòn del tercer piso a la pileta del hotel Algeciras, y que tambièn arrojò al agua una grabadora porque las cosas no estaban saliendo como èl querìa. 'Pero la màxima me paso cuando le di una patada a la puerta del cuarto de mi manager, se vino abajo y del otro lado habìa dos chicas con cara de susto. ¡ Nadie me avisò que lo habìan mudado de habitaciòn! Si no tengo informaciòn, la culpa no es mìa, je...', comentò antes de volver a lanzarse al agua, esta vez desde la solicitada escalera, que tiene unos cinco metros de altura. Despuès de un splash bastante sonoro, Garcìa comenta: 'La pucha, me peguè el c... contra el piso'. Y sale, y se embadurna la cara con crema protectora, y no para.
-Charly, me comentaron que està haciendo algo que usted llama 'un disco para ver'. ¿Me puede explicar què es eso?
- Te dijeron bien. Va a ser un disco que se va a ver. Ya hice un tema, compuse Telepàtica, que me llevò mucho tiempo. Lo estoy haciendo en lo de Palito (Ortega), en su casa de Lujàn, que es alucinante y tiene zoològico y todo. Yo estaba peleado con Palito, pero, como dicen, 'el tiempo hace reflexionar a las personas'. Y entonces me amiguè, je. Este disco-film que estoy haciendo va a ser algo que comercialmente no tiene antecedentes, y entonces va a tardar en encontrar su lugar en la industria. Lo hago para que tiemble Steven Spielberg. De todas maneras, cada inconveniente que me aparece lo tomo como si fuera una isla màs de las que visitò Ulises cuando volvìa para ver a Penèlope. ¿Recordàs?
-¿Y el proyecto marcha màs o menos bien?
-Yo digo que de a ratos. Porque el disco que grabè en lo de Palito lo rompì. Es que me siento muy insatisfecho con lo digital. Y con no poder ni tocar ni moldear la obra que estoy haciendo. Y pasò que cuando se fue Marcos, el ingeniero de Say No More, dejò la màquina con un còdigo para que no se pueda entrar. Y yo no podìa ingresar a mi propio disco. Entonces me rayè y fue todo a parar a la m...
-¿Y empezò de nuevo?
-Exacto. Pero està bueno. Porque me mantengo entretenido. Si hago lo que quiero, està todo bien. Yo digo que mi vida como mùsico es como una historieta, un Inodoro Pereyra, que no termina nunca. De repente me doy cuenta de que a veces me vienen golpes creativos fortìsimos que no los puedo evitar. Ahora estoy en uno de èsos. Mirà; ayer hice una canciòn y eso es lo mejor que me puede pasar. Es buenìsimo, porque a veces te sentìs preso de un engranaje formado por tipos que no valoran la mùsica. Pero cuidado, porque es la mùsica lo que a ellos les genera dinero.
Charly interrumpe la charla un minuto para secarse, toma un trago de clericò y avanza con algunas historias vividas con las que èl considera las mujeres màs lindas y queridas de la Argentina: 'La Alfano es mi fan nùmero 1. Yo la maltrato, porque a ella le gusta, y està todo bien. Un dìa se me apareciò en casa con un ramo de rosas. Ahora està de novia con Matìas Alè. Me parece que a èl tambièn le gusto, je...' Y luego es el turno de Araceli Gonzalez y Cathrine Fulop; 'En la fiesta de GENTE de los 40 años, Araceli se me sentò arriba de la rodilla - señala la derecha -. Me apoyò el huesito justo ahì. Me querìa morir. La que tambièn estaba bàrbara ese dìa era la Fulop. Yo la miraba y me parece que a Ova Sabatini no le gustaba nada, je. La anècdota esa de lo que me pasò en el ùltimo programa en el que visitè a Susana Gimènez, no la vas a poder contar, porque ahì sì que vamos todos presos, vos incluido', bromea, y luego se pone serio esperando la proxima pregunta, mientas la sombrilla se le viene encima, culpa del viento.
-¿Por què en los ùltimos tiempos tuvo algunos cortocircuitos con el pùblico? Pasò en Pinamar y en el Gesell Rock.
-Mirà, yo siento que tengo la suerte de tener un pùblico que entiende mis còdigos, sabe de dònde vengo y acompaña màs o menos para dònde voy. Y a pesar de que a veces recibo rechazos masivos, hay un grupito que entiende que algo va a pasar con eso y sigue el camino. Bob Dylan decìa que de cuando en cuando hay que buscar el 'buuu' del pùblico para que despuès digan que sos un clàsico. A veces hay que provocar el derecho de la gente a decir que no. No me siento un tipo que toca para 50 personas que comen langosta. Quiero que me digan; 'Ya nos aburriste'. Como yo tambien lo hago, tienen ese derecho. Lo que pasa es que ellos son muchos màs y hacen mucho ruido cuando se enojan.
-Hablando de enojos, ¿està enfrentado con Migue, su hijo? Porque se publicò que usted llamò a las radios para que no pasen sus temas, y tambièn impidiò que se presentara en el Gesell Rock.
-Ay, ay, ay, ay, ay. ¿A vos te parece que yo puedo hacer una cosa asì? Mirà, te doy un ejemplo de còmo mienten; me tirè a la pileta del hotel Algeciras desde mi habitacion del tercer piso y ya estan diciendo que lo hice desde el rascacielos que todavìa no se construyò en Pinamar. Con Migue està todo bien. Simplemente somos padre e hijo, y yo no hago demostraciones de mi vida privada en pùblico. Vivimos juntos y estamos pasando por un perìodo donde hay que definir ciertas cosas, pero no tiene nada que ver con que èl no sea un divino o que a mi no me guste lo que hace. Hay un mito tambièn que dice que ser hijo de Charly Garcia es una desgracia. Entonces dicen 'Pobrecito, es hijo de Charly' . A mì me parece que ser mi hijo es buenìsimo y que el nene ya tiene 27 años y no necesita un padre que lo prohiba ni que lo haga famoso. El tiene su propia vida. Simplemente tenemos algunas diferencias a nivel vecinos, porque para que el padre haga de padre, el hijo tiene que hacer de hijo. Por ahì pasa la cosa.
-¿Hay rivalidad entre ustedes?
-No, para nada. Digamos que yo soy mas heavy. El es màs conservador y tenemos roces normales.
-¿no se quieren?
-Màs bien que nos queremos, lo amo. Pero me causa gracia que me digas esto de las radios y del Gesell Rock. El punto de conflicto es que para su disco èl fue contratado por mi misma grabadora (N de la R: EMI), y ellos no me avisaron nada. Me parece que eso no fue elegante. Siempre me viene a la mente el recuerdo de mi hermano Enrique, que se metiò en el rock y le fue muy mal. Por eso tengo una visiòn frìa y terrenal de las cosas, y no quiero que lo usen a mi hijo. Nada màs. Ahora, si me dejàs, quiero aclarar lo del episodio con el fotògrafo en el Uruguay.
-¿Se arrepiente de ese escàndalo?
-Me da pena que haya ocurrido algo asì. Pero estàn diciendo que me escapè, y yo les digo que tenìa el pasaje para irme ese dìa. Me doliò no haber podido disfrutar de la estadìa en lo de Alan (Faena). Todo por un tipo que por ahì se arreglò con otro para hacer un negociòn o tener la exclusiva del escàndalo. Pero yo soy un profesional del escàndalo, asì que agàrrense, porque Charly ataca de nuevo...
Por Miguel Bralland
Dale, dale... Traigan de una vez por todas la escalera, asì me tiro', ordena Charly Garcia (54), mientras se acomoda su diminuto short de lycra y se prepara para saltar dentro del tanque austaliano que oficia de piscina en el parador Robinson Crusoe de Pinamar. Luego sale de la reposera y anuncia: '¡Se viene el pique francès!'. Y entoces se coloca una tùnica hindù 'para tener mayor glamour', toma carrera rumbo a la pileta, corre, salta, gira en el aire, y se zambulle. Da un par de brazadas y se escurre como si fuera flipper. Cuando se incorpora, dice chorreando agua: 'Aunque pocos lo saben, yo en mi infancia aprendì a tirarme en el tanque australiano del campo de mi tìo en Paso del Rey'. Pero eso no fue todo...
Antes, mientras almorzaba en una de las cabañas del balneario, divirtiò con sus anècdotas a un grupo selecto de amigos, entre los que se encontraban Javier Pedelaborde, Cristiàn Coelho y Juan Ramòn Balcarce. Contò que se habìa tirado de su habitaciòn del tercer piso a la pileta del hotel Algeciras, y que tambièn arrojò al agua una grabadora porque las cosas no estaban saliendo como èl querìa. 'Pero la màxima me paso cuando le di una patada a la puerta del cuarto de mi manager, se vino abajo y del otro lado habìa dos chicas con cara de susto. ¡ Nadie me avisò que lo habìan mudado de habitaciòn! Si no tengo informaciòn, la culpa no es mìa, je...', comentò antes de volver a lanzarse al agua, esta vez desde la solicitada escalera, que tiene unos cinco metros de altura. Despuès de un splash bastante sonoro, Garcìa comenta: 'La pucha, me peguè el c... contra el piso'. Y sale, y se embadurna la cara con crema protectora, y no para.
-Charly, me comentaron que està haciendo algo que usted llama 'un disco para ver'. ¿Me puede explicar què es eso?
- Te dijeron bien. Va a ser un disco que se va a ver. Ya hice un tema, compuse Telepàtica, que me llevò mucho tiempo. Lo estoy haciendo en lo de Palito (Ortega), en su casa de Lujàn, que es alucinante y tiene zoològico y todo. Yo estaba peleado con Palito, pero, como dicen, 'el tiempo hace reflexionar a las personas'. Y entonces me amiguè, je. Este disco-film que estoy haciendo va a ser algo que comercialmente no tiene antecedentes, y entonces va a tardar en encontrar su lugar en la industria. Lo hago para que tiemble Steven Spielberg. De todas maneras, cada inconveniente que me aparece lo tomo como si fuera una isla màs de las que visitò Ulises cuando volvìa para ver a Penèlope. ¿Recordàs?
-¿Y el proyecto marcha màs o menos bien?
-Yo digo que de a ratos. Porque el disco que grabè en lo de Palito lo rompì. Es que me siento muy insatisfecho con lo digital. Y con no poder ni tocar ni moldear la obra que estoy haciendo. Y pasò que cuando se fue Marcos, el ingeniero de Say No More, dejò la màquina con un còdigo para que no se pueda entrar. Y yo no podìa ingresar a mi propio disco. Entonces me rayè y fue todo a parar a la m...
-¿Y empezò de nuevo?
-Exacto. Pero està bueno. Porque me mantengo entretenido. Si hago lo que quiero, està todo bien. Yo digo que mi vida como mùsico es como una historieta, un Inodoro Pereyra, que no termina nunca. De repente me doy cuenta de que a veces me vienen golpes creativos fortìsimos que no los puedo evitar. Ahora estoy en uno de èsos. Mirà; ayer hice una canciòn y eso es lo mejor que me puede pasar. Es buenìsimo, porque a veces te sentìs preso de un engranaje formado por tipos que no valoran la mùsica. Pero cuidado, porque es la mùsica lo que a ellos les genera dinero.
Charly interrumpe la charla un minuto para secarse, toma un trago de clericò y avanza con algunas historias vividas con las que èl considera las mujeres màs lindas y queridas de la Argentina: 'La Alfano es mi fan nùmero 1. Yo la maltrato, porque a ella le gusta, y està todo bien. Un dìa se me apareciò en casa con un ramo de rosas. Ahora està de novia con Matìas Alè. Me parece que a èl tambièn le gusto, je...' Y luego es el turno de Araceli Gonzalez y Cathrine Fulop; 'En la fiesta de GENTE de los 40 años, Araceli se me sentò arriba de la rodilla - señala la derecha -. Me apoyò el huesito justo ahì. Me querìa morir. La que tambièn estaba bàrbara ese dìa era la Fulop. Yo la miraba y me parece que a Ova Sabatini no le gustaba nada, je. La anècdota esa de lo que me pasò en el ùltimo programa en el que visitè a Susana Gimènez, no la vas a poder contar, porque ahì sì que vamos todos presos, vos incluido', bromea, y luego se pone serio esperando la proxima pregunta, mientas la sombrilla se le viene encima, culpa del viento.
-¿Por què en los ùltimos tiempos tuvo algunos cortocircuitos con el pùblico? Pasò en Pinamar y en el Gesell Rock.
-Mirà, yo siento que tengo la suerte de tener un pùblico que entiende mis còdigos, sabe de dònde vengo y acompaña màs o menos para dònde voy. Y a pesar de que a veces recibo rechazos masivos, hay un grupito que entiende que algo va a pasar con eso y sigue el camino. Bob Dylan decìa que de cuando en cuando hay que buscar el 'buuu' del pùblico para que despuès digan que sos un clàsico. A veces hay que provocar el derecho de la gente a decir que no. No me siento un tipo que toca para 50 personas que comen langosta. Quiero que me digan; 'Ya nos aburriste'. Como yo tambien lo hago, tienen ese derecho. Lo que pasa es que ellos son muchos màs y hacen mucho ruido cuando se enojan.
-Hablando de enojos, ¿està enfrentado con Migue, su hijo? Porque se publicò que usted llamò a las radios para que no pasen sus temas, y tambièn impidiò que se presentara en el Gesell Rock.
-Ay, ay, ay, ay, ay. ¿A vos te parece que yo puedo hacer una cosa asì? Mirà, te doy un ejemplo de còmo mienten; me tirè a la pileta del hotel Algeciras desde mi habitacion del tercer piso y ya estan diciendo que lo hice desde el rascacielos que todavìa no se construyò en Pinamar. Con Migue està todo bien. Simplemente somos padre e hijo, y yo no hago demostraciones de mi vida privada en pùblico. Vivimos juntos y estamos pasando por un perìodo donde hay que definir ciertas cosas, pero no tiene nada que ver con que èl no sea un divino o que a mi no me guste lo que hace. Hay un mito tambièn que dice que ser hijo de Charly Garcia es una desgracia. Entonces dicen 'Pobrecito, es hijo de Charly' . A mì me parece que ser mi hijo es buenìsimo y que el nene ya tiene 27 años y no necesita un padre que lo prohiba ni que lo haga famoso. El tiene su propia vida. Simplemente tenemos algunas diferencias a nivel vecinos, porque para que el padre haga de padre, el hijo tiene que hacer de hijo. Por ahì pasa la cosa.
-¿Hay rivalidad entre ustedes?
-No, para nada. Digamos que yo soy mas heavy. El es màs conservador y tenemos roces normales.
-¿no se quieren?
-Màs bien que nos queremos, lo amo. Pero me causa gracia que me digas esto de las radios y del Gesell Rock. El punto de conflicto es que para su disco èl fue contratado por mi misma grabadora (N de la R: EMI), y ellos no me avisaron nada. Me parece que eso no fue elegante. Siempre me viene a la mente el recuerdo de mi hermano Enrique, que se metiò en el rock y le fue muy mal. Por eso tengo una visiòn frìa y terrenal de las cosas, y no quiero que lo usen a mi hijo. Nada màs. Ahora, si me dejàs, quiero aclarar lo del episodio con el fotògrafo en el Uruguay.
-¿Se arrepiente de ese escàndalo?
-Me da pena que haya ocurrido algo asì. Pero estàn diciendo que me escapè, y yo les digo que tenìa el pasaje para irme ese dìa. Me doliò no haber podido disfrutar de la estadìa en lo de Alan (Faena). Todo por un tipo que por ahì se arreglò con otro para hacer un negociòn o tener la exclusiva del escàndalo. Pero yo soy un profesional del escàndalo, asì que agàrrense, porque Charly ataca de nuevo...
Por Miguel Bralland
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