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jueves, abril 27, 2017

Una foto, una época

Desde 1979, Eduardo Longoni trabaja como fotógrafo documentalista. Sus imágenes de los años de la dictadura y los difíciles comienzos de la democracia fueron expuestas en más de cincuenta países y ya son parte de la memoria de los argentinos cuando hablan de esos hechos. Como forma de completar ese trabajo, decidió contar el contexto y la forma en que tomó sus fotografías más emblemáticas. Lo hizo en un libro “Imágenes Apuntadas”, editado por Planeta, y del que se presenta un adelanto.

Siempre me gustaron los libros de fotos: abrir alguno y quedarme, quizás por media hora, con la vista clavada en una misma imagen. Si se trata de un gran maestro de la fotografía, de Cartier Bresson por ejemplo, además del disfrute de apreciar su mirada trato de descubrir los secretos de la composición, la manera como construyó la imagen.

Con los años fui armando una pequeña biblioteca de libros fotográficos. Ellos y los consejos de mis colegas fueron mi escuela. De alguna manera, “estudio” abriendo los libros y pasando lentamente sus páginas. El cine y la literatura hicieron el resto. Y así fui formando mi mirada.

De los fotógrafos que me interesan leí mucho: reportajes, entrevistas, críticas. Pero varias veces sentí que me hubiera gustado, además, conocer sus vivencias en primera persona. Saber más de las circunstancias en las que apretaban el disparador; empaparme de las sensaciones más genuinas, esas que se desprenden de haber estado en el lugar (y en el momento) de los sucesos.

Así nació este libro. Quise contar las historias escondidas detrás de las imágenes. Desde mi primera cobertura periodística, un atentado de Montoneros durante la última dictadura, pasando por las fotografías de las Madres de Plaza de Mayo o el juicio a las juntas militares, única vez que empañé el visor de mi cámara con lágrimas.

Hay relatos de los alzamientos carapintadas, la mano de Dios de Maradona en el mundial de México, el ataque guerrillero al cuartel de La Tablada y los recuerdos que tengo de haber fotografiado a Sabato, Benedetti, Charly García y Mercedes Sosa.

O al papa Francisco en su versión “de entrecasa”, cuando no era la figura máxima de la Iglesia. También comparto mi experiencia con los monjes Cartujos, la celebración en homenaje al Gauchito Gil y el día en que Estela de Carlotto recuperó el nieto 114: su nieto.

Esta es la historia de un aprendizaje. Casi toda mi vida. Los relatos de un fotógrafo.

Mercedes y Charly

sábado, octubre 01, 2016

No bombardeen Barrio Norte

Desde este lunes 3 de Octubre se distribuye en disquerías porteñas y librerías argentinas (en noviembre llega a Uruguay) el primer volumen de la serio de libros sobre discos.

El aliado Martín Zariello (a.k.a. il Corvino) se sambuye en el debut solista de Charly García.

Clásico instantáneo desde su aparición en octubre de 1982, Yendo de la cama al living es uno de esos discos que sin dejar de ser autorreferenciales atraviesan toda la cultura de un país. 


Obsesivo, ilustrado, subjetivo, virtuoso en el arte de la digresión, fan y aliado, Martín Zariello escucha, observa, analiza y reconstruye a Yendo de la cama al living desde múltiples ángulos. 
La antena referencial de García es tan grande que su obra convive con naturalidad con Erik Satie, Bob Dylan, Chopin, Spinetta, Borges, Manuel Puig, Mercedes Sosa, la guerra de Malvinas, los Beatles, Pete Townshend, The Clash, el tango, el rap, el trip-hop antes de su existencia, Phil Collins, Frank Zappa, Milton Nascimento, Carl Gustav Jung, el hijo de Horacio Salgan y la máquina de ritmos Roland TR 808. 


¿Qué clase de sensibilidad posee ese extraordinario artista conocido como Charly García para lograr semejante impacto a través de la banda de sonido de una película y un longplay pop-rock de ocho canciones?


El Autor
Martín Zariello nació el 30 de octubre de 1984 en Mar del Plata. Publicó dos libros de ensayos (Sobre el rock y En realidad quería hablar de otra cosa) y dos de cuentos (La luna y la muralla china y Cuatro). Mantiene el blog www.ilcorvino.blogspot.com

“Este libro gira en torno a Yendo de la cama al living/Pubis angelical pero aproveché para escribir sobre Charly desde la mirada del fan nerd que soy: sus discos piratas, la era Say No More, su relación con la crítica y el ambiente del rock, la era post Palito, la incidencia del cine en su obra, su vínculo creativo con otros músicos (Spinetta, Aznar, Fito). La idea fue hacer una máquina de hablar de Charly García. 
Sin la colaboración esencial de Horacio Roque Di Pietro como editor y DT el libro no existiría. 
Forma parte de la colección Vademécum y sale por Perro Andaluz Ediciones/La Edad de Oro en Argentina y Uruguay.

Tenemos un ejemplar para sortear entre nuestros seguidores de Facebook...
Ganate un ejemplar del libro "No bombardeen Barrio Norte" de Martín Zariello.

Comentá y compartí este post, hay tiempo hasta el 23/10 ;)
Posted by El blog de Charly García (hecho por DIOS) on Sunday, October 2, 2016

El blog de Charly García (hecho por DIOS)

sábado, junio 18, 2016

100 Veces Charly, nuevo libro acerca de Charly García

Historiales esenciales de un genio en llamas

El cuarto libro de la serie 100 veces se mete con el ícono mayor del rock argentino. Muchas voces reunidas para contar cien historias —sólo cien—, de un genio indiscutido, capaz de radiografiar en sus canciones la vida de tres generaciones. Su vida es su obra, dice una de las voces y no se equi­ voca. Aquí se cuentan desde adentro, su nacimiento en un hogar de clase media alta; los años de timidez y creatividad en el colegio; el fenómeno de Sui Generis; Serú y La Máquina; las chicas García; su rivalidad con Miguel Abuelo y Spinetta; su increíble doble; el búnker de Coronel Díaz; la muerte temprana de su hermano; las drogas; el salto del noveno piso; la Negra Sosa, Menem, Palito… Todo está dicho en esta nueva entrega de 100 ve­ ces. Después de Charly, say no more.

Los autores: Fernando García y José Bellas.

Fernando García nació en Buenos Aires, y realizó sus estudios primarios en el instituto Dámaso Centeno de Caballito donde también habían estudiado Charly García y Nito Mestre. En la clase de coro, rodeado de niñas, aprendió a cantar “Estación” y hoy varias décadas después sigue sintiendo un nudo en la garganta cada vez que la escucha. Por cierto, el profesor que trajo esa pieza al coro fue expulsado del colegio a los pocos días. Es co-autor de 100 veces Pappo (2011), 100 veces Redondos (2014), 100 veces Stones (2015) y autor de Sex Pistols y el punk inglés (1995), Los ojos; vida y pasión de Antonio Berni (2005), Conversaciones con León Ferrari (2008), Marta Minujin; Los años Psicodelicos (2015) y como entrevistar a una estrella de rock y no morir en el intento (2016). Escribe en los diarios La Nación y El País de Montevideo y en los sitios Anfibia e Informe Escaleno.

José Bellas nació en Buenos Aires y vio por primera vez en vivo a Charly García a los 17 en la presentación del disco Parte de la Religión en Obras. Luego ,como periodista, lo entrevisto y cubrió sus shows en multiples oportunidades. Es co-autor de 100 veces Pappo (2011), 100 veces Redondos (2014), 100 veces Stones (2015) y Será siempre independiente (2014). Trabajó y colaboró en las revistas Rock en Blanco y Negro, Revolver, Rock Road, Mag. Rolling Stone y dirigió el sitio virtual StageD. Actualmente edita el suplemento Si! De Clarín.

Por cortesía de B Ediciones Argentina disponemos de un ejemplar para regalar entre nuestros seguidores, entrando en la siguiente publicación de Facebook y comentando el lunes 20/06 a la noche anunciaremos el ganador.

El blog de Charly García (hecho por DIOS)

lunes, enero 25, 2016

Samalea: Terminás haciendo cosas normales en una vida de loco

Baterista histórico de Charly García, integrante de Metrópoli, Fricción e Illia Kuryaki y partícipe de giras con Gustavo Cerati, este artista presenta en un libro detallado el lado menos público de su historia.
Prueba de sonido. Fernando Lupano, Samalea, Hilda Lizarazu, Charly García y Fabián Von Quintiero, en Ferro.
“Es un placer de niño”, sonríe Fernando Samalea mientras sopa una tras otra las Bay Biscuit en un tazón de café con leche. El rock también nos puede dar este tipo de sorpresas. Pero allí están, él, sus Bay Biscuit, el cuerpo flaco, los pelos revueltos, un brazo recién tatuado todavía cubierto por el nailon en la terraza de su departamento. Encontró ese departamento de pasillo en venta y vive allí desde hace unos meses. En el nuevo barrio, donde se unen dos zonas preciosas de Buenos Aires, Colegiales y Belgrano R, transcurre gran parte del libro de memorias que acaba de publicar, Qué es un long play (editado por Sudamericana). Samalea se siente rodeado de seres muy amados en esa casa. Por esas cuadras vivió Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati, por ahí compartieron una casona que siempre tenía las puertas abiertas Fito Páez y Fabi Cantilo y también en ese barrio tenían el estudio los Illya Kuryaki. “Nací en Caballito pero me crié en Saavedra, en una parte bastante marginal, pero mis amigos y los músicos de la época de Clap y Fricción vivían en este barrio. Acá todavía está Lilian, la mamá de Gustavo. Son esas vueltas que tiene la vida, cuando empecé a revisionar mi historia me encontré con este lugar y me quedé donde empezó todo”, dice el músico con la cadencia propia de esas personas que no suelen estar demasiado apuradas.

Su primer libro de memorias, que abarca desde su infancia hasta 1997, empieza con una crónica imperdible de un recordado show que Charly García ofreció en Mendoza. La aventura terminó con un García entrando a la comisaría al grito de “¿Cuánto vale esta comisaría? ¡La compro!”, y sus músicos, incluido Samalea, perdidos por la ciudad buscando un lugar donde dormir. Pero después, a partir del segundo capítulo, comienza la vida de este compositor, baterista, bandoneonista, rockero y jazzero, desde su niñez hasta una segunda juventud junto a los Kuryaki. El segundo tomo, que ya tiene escrito, está dedicado a las giras y discos con Joaquín Sabina, su época solista y los viajes y grabaciones en Europa y los Estados Unidos, hasta 2010, un momento de gran tristeza, tras el accidente de Cerati, que los encontró a los dos en plena gira.

Samalea tiene más de un atributo para erigirse en el relator del rock nacional, tuvo la inmensa y extraña fortuna de tocar con todos los íconos populares, es un gran lector desde niño por lo que ejercitó una escritura precisa, por momentos exquisita y elegante, sin dejar de lado el humor, y cuenta con una memoria prodigiosa.

—Hay gran cantidad de datos, fechas y direcciones volcadas a través de todo el libro. Se podría decir que tenés una memoria sobrenatural. ¿Recordás todo?
—Las situaciones volvieron con el ejercicio que hago siempre de agarrar la moto y escribir con la compu en los mismos lugares donde pasaron las cosas. Así fui corroborando las direcciones exactas, las intersecciones y pude describir mejor las casas, los barrios. Las cosas no han cambiado tanto.

—También recordás los gestos.

domingo, noviembre 29, 2015

La noche que Charly García terminó preso

El primer gran escándalo de Charly, en el testimonio de su baterista Fernando Samalea. Un adelanto exlusivo de su libro "Qué es un long play", donde le dedica un capítulo a ese insólito episodio.


La gira de Parte de la religión parecía ir sobre rieles y el próximo paso sería el Estadio Pacífico, de Mendoza. Para aprovechar la gran demanda de entradas, a los ambiciosos organizadores no se les ocurrió mejor idea que programar dos funciones en una misma jornada. La del 8 de agosto de 1987. (...)

Ya en pleno vuelo, García cambió el tradicional desayuno por dos o tres whiskies dobles y, al ser increpado con prepotencia por otro pasajero —al parecer, dedicado a la política—, volcó todo el contenido de uno de ellos en su cara, hielos incluidos. Las azafatas y el comandante de a bordo intentaron calmar al pasaje, pero sus palabras cibernéticas por los altoparlantes parecieron generar más incertidumbre.
Los rumores decían que García, en el momento de su ingreso al Plaza, había tenido serias diferencias verbales con la directora del periódico local Los Andes, también alojada en el hotel (...). Todo derivó en una orden precisa desde la gerencia: todos los huéspedes de la comitiva y nuestra estrella de rock, a la calle. ¡Declarados personas no gratas en la provincia!

Cerca del mediodía pudieron ubicar clandestinamente a Charly en un hotelucho céntrico de poca monta, de solo tres estrellas, a la espera de las actuaciones. El resto debía acomodarse en el bus de gira, en el cual habían viajado los técnicos del staff, o en los camarines del estadio. Una buena dosis de Valium logró hacer dormir a la estrella como un lirón por un rato, luego de amotinarse en la habitación y de varios lanzamientos de objetos contra el televisor y el botiquín del baño. (...)
Teléfonos y handies no dejaban de sonar. Charly pidió su traje, nos miró al Zorri y a mí, y agregó, solemne: “Quédense tranquilos, chicos. Ahora vamos, subo, digo ‘¡Mendoza, los amo!’ y se arregla todo”.

Tales sus predicciones, conocedor como nadie de las técnicas psicológicas de la persuasión popular, logramos dar un calmo primer show y el público se fue implorando bises, mientras regresábamos a camarines, transpirados como deportistas, y los asistentes cambiaban pilas y baterías de nueve volts en efectos y guitarras. “Je, je, no te imaginabas que iba a salir bien”, le dijo Charly a la corista Gabriela Aisenson, cuyo rostro se asemejaba al de quien observa a un vampiro salir de su ataúd. (...)

lunes, abril 07, 2014

La biblia del rock

En febrero de 1970, en un sótano nacía la revista Pelo. Su creador y editor, Daniel Ripoll, supo ver el espíritu de la época y con un grupo de amigos periodistas y diseñadores impulsó un medio emblemático que, como bien llama Juan Manuel Cibeira, autor de este libro, fue "el banco de la memoria cultural de una generación". Durante las siguientes dos décadas la revista fue un referente fundamental e ineludible dentro de lo que dio en llamarse rock nacional.

"El secreto fue haber estado ahí. No hay pena ni gloria en eso, simplemente fue haber estado allí. Nos hizo convivir con una época espléndida de cambios profundos, intensos, que luego derivaron en nuevas costumbres sociales y culturales. Ese fue el secreto del suceso de la Pelo, como se la conocía entonces. Estuvo ahí para contarte cómo era la música que escuchabas, quién la tocaba, cómo lucía. El paisaje era virginal y, de pronto, estábamos contagiados por el poder y la vitalidad que hicieron de los ´70 y los ´80 dos décadas tan apasionantes para vivir", escribe Cibeira.

En estas páginas se recupera el pulso de esas décadas con una lectura precisa, entusiasta y nada melancólica de lo que generó la revista en un mundo que creó voces y sonidos fundantes.

Dice Ripoll en el prólogo: Muchos se preguntan hoy cuál es el motivo por el que la revista se llama Pelo. Me pareció que en ese momento era la palabra más contracultural e irritativa y que, por otra parte, signi caba la expresión silenciosa y pací fica del deseo de libertad para la expresión y para la individualidad. Tener el pelo largo, o de un modo no convencional, era una forma de resistencia, de decir no, de decir no queremos ser iguales a todo lo instituido.

domingo, diciembre 29, 2013

En el país de las alegorías

La autora de Charly, en el país de las alegorías sostiene que no es sólo un recorrido por la lírica del músico, sino también un modo de comprender la marca que dejó en varias generaciones: “Su arte fue una soga de la que me agarré durante mi crecimiento”.


Mara Favoretto pinta su mudanza de Venado Tuerto a Melbourne como un shock. Atravesó esos doce mil kilómetros con una mochila de saberes que pasó bien la aduana cultural, y le abrió una paleta de perspectivas. Primero, dar clases en la universidad de una de las dos ciudades importantes de Australia; después, ligar una beca para terminar su doctorado en Letras; y ahora, dictar una interesante materia en la facultad de artes llamada Rock, Pop & Resistance, con anclaje en la música popular argentina. Así es su “shockeado” yo en acto, hoy. “También me interesa la fauna australiana”, agrega ella desde el otro lado del mundo, sobre una arista que marca un atajo en la cosa principal: la edición del libro Charly, en el país de las alegorías, publicado por Gourmet Musical, y presentado como un viaje por las letras de Charly García.

“Charly marcó mi vida, como lo hizo con muchos de mi generación y sin duda de otras generaciones. En mi caso, su arte fue una soga de la que me agarré durante mi crecimiento. Creo que los artistas son como la punta del iceberg, sus creaciones emergen de una masa enorme que conformamos todos, y tratar de interpretarlas es intentar entenderse a uno mismo”, enmarca la doctora en Letras ante Página/12 sobre el leitmotiv de este libro de casi 200 páginas, que intenta desmenuzar la poesía de un “alegorista de nuestros tiempos”, tal como lo define ella. “Las palabras me resultan un mundo fascinante, y Charly me impulsó a pensar con cada disco; me sorprendía y me atraía de una forma enigmática, y por curiosidad quise entrar en ese mundo y tratar de encontrar el eje de esa atracción”, sostiene.

–¿Cómo fue el devenir de ese eje, en principio “emocional”?
–Encontré un mapa semántico, una filosofía en las canciones que para mí resulta un universo coherente y bellísimo. Como dice el mismo Charly, “la entrada es gratis, la salida vemos” (risas). Una vez que entré en ese laberinto de alegorías, las canciones que me fascinaban tuvieron mucho más sentido, entendí por qué me siguen atrapando de esa manera y por qué disfruto de esa fascinación.

Mara no demora nada en responder que es una rockera absoluta. Que usó como fuente libros sobre “teoría del rock”, además de devorar todo tipo de libros, reportajes y videos que tuvieran a García como protagonista. Que cada vez que escucha sus canciones se escucha a sí misma. Que las letras de Charly, tanto como las de Spinetta, conllevan un “efecto enigmático de las palabras”. Y que entre las canciones preferidas de su objeto de estudio figuran “El tuerto y los ciegos”, “Reloj de plastilina”, “Cómo mata el viento norte” y “Eiti Leda”. “Cuando era chica me volaba la cabeza ‘El tuerto y los ciegos’, porque era fácil entender... los rockeros nos enganchábamos con esas letras que subrayaban nuestra rebeldía: ‘La mediocridad para algunos es normal, la locura es poder ver más allá’, ¿no? También con ‘Eiti Leda’ cuando decía ‘infinitos carteles que no digan nada...’, para una adolescente rebelde eso era la libertad expresada de una manera bellísima.”

jueves, septiembre 19, 2013

Charly García presentó su libro "Lineas Paralelas"


Charly García presentó en el la librería El Ateneo de Av. Santa Fe casi Callao su libro "Lineas Paralelas - Artificio Imposible" (Editorial Planeta - $149).

Con Guillermo Lópéz ( @peladocqcok ) a modo de entrevistador, Charly contestó algunas preguntas de la prensa. Que arrancó con un simpático: "Hellow!" por parte de García.

El libro es lineas paralelas, tiene algo muy interesante que es que algunos lo van a entender y otros no, cosa que ideal para los que a veces no entendemos los libros.

-El como una parte de mi cerebro, porque siempre que estoy en los recitales o por grabar un disco dibujo, escribo, y no pensaba sacar un libro pero me lo pidieron, primero era una biografía y a mí me parece que todavía estoy muy joven para eso.

Charly, me parece que tenés una carrera muy corta, de apenas cuantos años?

-40 años!

Lo bueno del libro que uno puede interpretarlo como a tus letras, no?

-Sí, claro, todavía hay gente que dice que "Rasguña las piedras" es escrita a una novia muerta que tuve...

Todos siempre creímos eso!

-Sí, hasta que vino Tarantino y lo filmó en Kill Bill. (risas)

domingo, septiembre 15, 2013

Música ficción

Cuando Charly García suba al escenario del Teatro Colón para ofrecer los conciertos del 23 y el 30 de septiembre, habrá sucedido además otro evento, diferente pero no menos original: estará en librerías Líneas paralelas, algo que en las propias palabras del músico se define como “una ciencia ficción musical by Carlos Alberto García Lange”. Dibujos, bocetos, anécdotas, textos breves manuscritos, arman un contorno para el misterio expectante de lo que sucederá en el Colón. En esta entrevista, Charly García habla sobre música, sobre su propio lugar en el mundo del rock, su último regreso después del último estallido, el papel de las drogas, los psicólogos y la psiquiatría. Una puesta al día, un balance reflexivo de un Charly que, una vez más, se anticipa a lo que digan de él porque vuelve a reinventarse.

Chopin, Borges, Carlos Jaime García Lange, Yoko, los psicólogos, los 60, el cine. Siempre el cine. Las marcas, influencias, temas y obsesiones se deslizan en el limbo en el que hoy parece desarrollarse su ex temeraria vida. Hay cuotas importantes de agite, pero el Charly García modelo 2013 da pelea como un boxeador veterano y mañoso desde un punto intermedio, casi un promedio o una síntesis del hippie calmo y tímido de principios de los 70, del rocker desatado y egoinómano de los 90 y del sedado de Luján. Lo que sobrevuela todas las etapas es una cultura y una capacidad de análisis –más o menos vertiginosa, deshilachada o ralentada– sorprendentes. Es un boxeador veterano y mañoso, pero la condición de campeón nunca se pierde. Guste o no, siempre elaboró un discurso entre los pliegues de la obra. Ahora su lucidez arrebatada se disolvió en una inteligencia, si se quiere, mundana. Como la de un pensador pop que cita y recuerda; y es en esas citas y recuerdos por donde pasan Chopin, Borges, su padre...

Ese es el material del que está hecho Líneas paralelas. Artificio imposible, el libro que sale por estos días, “una ciencia ficción musical by Carlos Alberto García Lange”, y que Radar adelanta en estas páginas. Editado por Planeta, es casi como un programa de enrevesado lujo de sus anunciados conciertos del Colón del 23 y 30 de septiembre. Un dispositivo artie de dibujos, bocetos, collages, anécdotas, críticas y textos manuscritos. Un artificio urgente y posible.
El prólogo, que firma Charly, es una declaración del núcleo duro que lo obsesiona por estos días. Si alguna vez intentó un concierto cuadrafónico, si en otro momento quería arrojar muñecos al Río de la Plata desde helicópteros como una puesta en escena de los vuelos de la muerte (idea arrumbada ante la oposición de Hebe de Bonafini), ahora su discurso apunta al número dos: dos líneas paralelas, un acorde sin la tercera nota. Un discurso en que caben desde Jimi Hendrix y Woody Allen hasta la ambulancia que se aleja por la avenida.

martes, agosto 20, 2013

Demoliendo a Charly García

Hace unos días me contactó Léo Nogueira, músico, compositor y bloguero brasilero, que admira la obra de Charly García y que como él nos contó: "busca acompañarlo como puede, debido a las fronteras lingüisticas que hoy nos separan". Hace un tiempo Léo inspirado en el libro de Sergio Marchi (No Digas Nada - Una vida de Charly Garcia) escribió una entrevista a Charly, ficticia, pero muy interesante que les invito a leer:

Demoliendo a Charly Garcia*
Por Léo Nogueira**

Me? I'm not a stranger. ¡Yo soy Dios! ¡Yo soy Gardel! ¡Yo soy normal! (locos son los otros) Yo soy el iluminado. No consumo drogas, me como la electricidad. En un hospital de Texas cambiaron toda mi sangre por la de una virgen del Amazonas, así que estoy purísimo. Desde entonces me mareo, como si con sólo respirar tuviera orgasmos múltiples. Ahora mirá, loco, te voy a decir por qué elegí encarnar en Argentina. Te explico: aquí me puedo hacer el Quijote a gusto, porque siempre habrá una legión de Sancho Panzas que me protegerán, aunque yo no lo necesite (y no lo pida), en mi lucha para demostrar que, efectivamente, son molinos de viento los dragones. ¿Me seguís? Es por eso que a veces me pongo a todos a la prueba, como en aquella ocasión que me tiré del noveno piso y me caí directamente en una pileta (¡qué preciosa estaba el agua!). Yo sabía qué hacía. Quería saber si ELLOS sabían qué hacían. De la misma manera que me gusta echarme sobre la audiencia. Ellos son mi red de seguridad. Pero mi salto es mortal. Quién tiene que saber qué hacer son ellos, mis discípulos. Yo soy Jesús. Y los perdono cuándo no saben lo que hacen. Me internaron más de un par de veces para ver si podían volverme loco, pero todo lo que lograron fue que YO los volviera un poco lúcidos. No necesito médicos, ¡YO soy el enfermero!

¿Si tengo un método de trabajo? Mirá, loco, YO tengo un método de trabajo. Sé exactamente qué hago y dónde quiero llegar. Tengo oído absoluto, ya sabés. A los seis años, mi primer trabajo fue de afinador portátil de músico profesional. Así que ¡no me digan que promuevo el caos en los estudios! ¡Pelotudos, no me acuesto porque no lo necesito! ¡Yo no me duermo en el trabajo! Lo que me molesta es la incompetencia de los demás, que no adivinen qué quiero. En mi cabeza todo suena de maravilla. ¿Qué puedo hacer si la tecnología no puede reproducir lo que crea mi disco duro? Es eso: soy un creador. Odio cuando la gente me llama rockero. No soy rockero, ¡yo soy el rock! En el piano, soy Mozart. Con la guitarra, soy Hendrix. Escribiendo canciones soy… soy… ¡poné que soy Charly García! Primero y único. Y elegí ser argentino, porque si hubiera sido americano todo sería más fácil, y a mí no me gustan las facilidades. Me gusta la Argentina. Aunque los colores de mi emblema Say No More son rojo y negro, mis huesos son celestes y blancos. El problema es que en la Argentina se acabó el dulce de leche.

miércoles, julio 17, 2013

Ponete un disco: un libro de vinilos

A través de personajes del quehacer cultural, verduleros y médicos, el fotógrafo Pablo Garber busca dar testimonio de una era que marcó la infancia y juventud de muchos. Así, mediante fotos, entrevistas y relatos de Lito Nebbia, Lalo Mir y Nito Mestre, entre otros ¨Ponete un disco¨ inmortaliza un objeto que parece no haberse ido nunca del todo.

¿Cómo surge la idea del libro y cómo fue que te contactas con la gente que reunía lo que buscabas ?

Mi relación con los vinilos viene de la adolescencia. Mi viejo trabajaba en una discográfica, y en las vacaciones me mandaba a ensobrar discos al depósito.

Venían envueltos en un papel suave y finito, que se rompía de nada. En otra caja venían las tapas con olor a tinta fresca. Era un laburo automático y aburrido. Mis compañeros, todos mayores,  se distraían escuchando tangos y noticias en una radio a transistores. Yo, en cambio,  alucinaba con las fotos o ilustraciones de algunas de las portadas.

Tal vez haya sido en ese galpón, sentado en una banqueta inestable, donde nació mi vocación por la fotografía. Y en el placer de mirar esas tapas descubrí cómo artistas que hasta entonces desconocía se hacían  lugar en mi pequeña colección de Beatles, Carpenters y Bee Gees

martes, agosto 09, 2011

Charly da batalla y sale victorioso

Luego de Tícher de luz, libro sobre Luis Alberto Spinetta, el escritor se metió de lleno en la obra de García, y en el segundo tomo de esta colección realizó un pormenorizado detalle de sus trabajos, actuaciones, tributos y rarezas.

Hace días salió a la venta Un Dios aparte, tras los pasos de Charly, el segundo libro de Miguel Dente dedicado a indagar en la obra de grandes autores del rock argentino, con el rastreo de todos los datos posibles –shows, tributos, ediciones, rarezas– alrededor del músico. Antes lo había hecho con la figura de Luis Alberto Spinetta en Ticher de luz, un gran trabajo para coleccionistas y fans.

–¿Cuál fue el impulso para realizar Un dios aparte?
–Editorial Distal había editado en el año 2000 mi libro Transgresores, que ya hacía mención a estos “próceres” de nuestro rock. Pero ahora quisimos realizar una colección. El libro surge para redimensionar la obra de un gigante, la misma que tantas veces ha quedado eclipsada por anécdotas o superficialidades que poco tienen que ver con semejante grandeza.

jueves, julio 21, 2011

UN DIOS APARTE, tras los pasos de Charly

Un dios aparte - Tras los pasos de Charly surge desde la profunda admiración, el respeto y el reconocimiento que despierta la figura de Charly, el mayor exponente de popularidad que ha dado el rock argentino –un proceso creativo que se encuentra muy próximo a celebrar su cincuentenario– Daniel Chirom [libro Charly García] y Sergio Marchi [libro No digas nada] entre otros, nos han acercado interesantes visiones sobre su vida. El rumbo aquí trazado se origina desde mi libro Transgresores: Spinetta / García / Páez, aunque recortando del contexto la obra de García para desmenuzarla en mayor profundidad y completarla en el tiempo.

viernes, mayo 13, 2011

Muestra sobre Charly García en la presentación de un libro

Será esta noche en la Casa del Bicentenario y contendrá material gráfico sobre el músico, cuando se presente el libro “García de celuloide”, de Sergio Fuster. Habrá música de la mano del dúo Giorgis – Carrera, también productores de la muestra.

Viernes 13 de mayo, a las 21.30 horas, en la Casa del Bicentenario se realizará la presentación del libro “García de celuloide” escrito por Sergio Fuster. Muestra fotográfica e histórica de Charly García con material fotográfico, afiches, revistas y muestra de discos a cargo de los coleccionistas Luis Giorgis y Rubén Carrera e interpretación de temas a cargo de Luis Giorgis (guitarra y voz), Rubén Carrera (teclados y voz), Javier Tramannoni (bajo) y Guillermo Troglia (batería). Entrada libre y gratuita


Fuente: Otro Día