lunes, octubre 30, 2023

Si estas palabras te pudieran dar fe




La foto es conocida. Pipo Cipolatti y su esposa sostienen a sus hijos gemelos delante de la cruz en una iglesia del barrio porteño de Retiro. Mientras, Gerardo Sofovich, el Ruso, tiene una vela en la mano, preparado ya para el momento en el que le toque, junto a Charly, encender el cirio pascual. Entretanto, Fabi Cantilo, mira un poco desorientada desde atrás, y lo mismo hace el propio Charly, que tiene la mano en el bolsillo superior del saco. Paulina Karadagián, la hija del histórico luchador de catch de Titanes en el Ring, tiene los ojos puestos en cualquier parte. Si hubiera seis más, podrían ser los apóstoles. Una banda de rockeros y de pecadores, de rotas y de rotos, en una foto para la eternidad. Para algunos, ese día la casa del Señor fue tomada por espíritus ajenos. Pero no hay duda: si algún desprevenido paseante o algún necesitado de oración pasaba por esa cuadra preguntando “¿Che, acá es lo de Cristo?” tenía que darse cuenta de entrada: “sí, claro que sí, vos sabés que sí”.

Arrancaban los 2000. Un país estallado buscando un símbolo de paz. Charly, todavía, estaba en su etapa bélica. La de los recitales en el Roxy, el brazalete “Say No More”, el disco Influencia y los coletazos de El Aguante. Los años de la respuesta a Lanata (“yo pienso que vos sos un pelotudo”), y la banca final a Menem, su amigo, al que antes había criticado y a quien alguna vez, según el mismo dijo, le había tocado “Los Dinosaurios” para probar su humanidad. “Le arranqué un par de lágrimas. (…) Es humano. Creo que nadie lo vio llorar nunca a Mendez, salvo cuando se le murió el hijo”—dijo tiempo después. Uno a uno, como tantos otros, pasando por las pruebas humanas de García.

Prueba humana parecía, en esos años, ver a Charly encendiendo el cirio pascual con don Gerardo.  “Mi música es satánica. Acá no la puedo tocar”, decía entre risas el García que ahora tenía la misión de proteger a los hijos de Pipo. “Soy protector, pero también apiolador”. Parece joda, pero no. Los profetas, todos, eran un poco eso.



García ya tenía experiencia en el arte de profetizar. Bíblicamente, la profecía no es un arte adivinatorio, sino una advertencia. “El profeta advierte a Israel acerca del juicio de Dios y promete la salvación del mismo Dios. Tanto la advertencia como la promesa son condicionales. Dependen de la libre respuesta del pueblo de Israel”, dijo alguna vez el sacerdote Albert Nolan. Que los Dinosaurios, los milicos, iban a desaparecer: profecía de un Charly que sabía que, aun cuando estuviesen condenados a ello, había algo que dependía de otros. ¿Hubieran desaparecido sin rondas de las Madres, sindicalistas críticos, ciudadanos hartos, militantes que volvían del exilio con la bronca entre los dientes?

En 1984, apenas a la salida de la dictadura, ese Charly que es siempre todos los Charlies, cantaba la canción con todos de la democracia. Una canción a cara lavada: dale para adelante, pero sin caretas. “Aquí para ser un ideólogo tenés que ser una persona ejemplar, un buen padre de familia, un chico bueno y controlado. Es todo una gran mentira tipo boy scout, somos todos buenos. A mí me gusta mostrarme entero, con mis partes buenas y malas”, le decía a Pipo Lernoud en la revista Cantarock. Mientras, le confesaba que había llegado a pensar “en un delirio, en ponerle acompañamiento de rock sinfónico al Manifiesto Comunista de Marx. ¿Te imaginás? Proletarios del mundo, uníos sonando tipo Yes. Los psicobolches se hubieran escandalizado”. Se cayó la dictadura, se está por caer el muro, pero los muros mentales y las dictaduras espirituales todavía están ahí.  “Yo quiero sacarme todo de adentro: la profesora de piano, el colegio, los militares, toda esa culpa que llevamos. Es un BASTA enorme: bancate ese defecto. (…) Está lleno de policías de la mente que nos vigilan las conciencias y no dejan vivir en paz. Llega la democracia, se supone que se van los milicos, pero el milico interior de cada argentino sigue ahí. Ante eso, el rock tiene que decir: váyanse a freír mondongo, loco. No hay más espacio para hacerse el careta a la sombra de los misiles (…). Hay que vivir nuestra vida, aunque sea de prepo”.

La religión era –podía ser— otra de esas policías. El rock argentino, que tradicionalmente la había visto con recelo, había guardado para ella esa dosis de misterio y cercanía que producía, en los sesenta y los setenta, una escena variopinta en la que, vaya a saber por qué, curas, pastores y monjas, también se plantaban. Si la fusión entre religión, peronismo e izquierda había dado lugar a una versión propia de la Teología de la Liberación, la fusión entre cristianismo y rock había incubado una teología mística que combinaba hippismo, Cristo y liberación nacional y espiritual. ¿Cuál de las dos revoluciones era más fiel al espíritu? Gorrión con su Rock de la Misa Criolla, Vox Dei con su Biblia, Invisible y su Durazno Sangrando, Porchetto con su Cristo Rock. Salvadora a veces, opresora tantas otras, la religión también es un objeto no identificado del rock nacional.

¿Y Charly? El pibe que había debutado en el Cristo Rock de Porchetto, que había creado Sui Generis, sacaba en el 87 un disco inexplicable. Parte de la religión. “No tener una religión es también una religión”, le decía, ese mismo año, a Eduardo Berti y Jorge Warley en la revista El Porteño. “El disco se llama Parte de la religión como podría llamarse Parte de las costumbres o Qué le vas a hacer…”. “Yo trato de escapar a esquemas de pensamiento rígidos tipo Bueno, yo soy marxista y toda mi vida voy a pensar igual, nadie me conmoverá ni me hará cambiar. Quiero estar abierto, como digo en una canción, ir a la derecha, a la izquierda, pero siempre adelante”. La religión, que en los sesenta y los setenta, podía aparecer como liberación, ya se mostraba, a fines de los ochenta, como una rigidez. No era fe: era dogma. García quería desterrarlo. Pero solo se puede desterrar aquello que se conserva.



En Parte de la religión, Charly parece decir: “miren, es esto”. Mentir, sentir culpa, hasta matar. ¿Es parte? Claro. Y también el martirio: Rezo por vos como cumbre de la fe. Abrazar la cruz, cargarla y llevarla. Encenderse de amor. De amor sagrado. Es parte de la religión. Y de la vida misma.

Hay una colección de temas de misterio. No religiosos, no teológicos: de misterio. En definitiva, la fe –que es el verdadero fundamento, no la religión, no las instituciones— consiste en encontrarse primero con ese territorio.  De “Nuevos Trapos” a “Ojos de videotape”, hay un repertorio. No hablan de eso, pero hablan de eso. Lo que te interesa y te inquieta, siempre está en la canción que te gusta. Al final, a la hora de interpretar, todos somos Capusotto diciendo “está hablando del fazo”. Bueno, a veces Charly, también “está hablando de Dios”.

¿Escuchan el teclado? Es un riff. Uno de esos conocidos. Una melodía dulce, casi circular, con aire de hit oscuramente hipnótico. Es la introducción de Adela en el Carrousel. Es Charly abriendo un show en Montevideo en el 87. Un Charly joven pero maduro, con esa presencia escénica sólida y casi prolija que caracterizaba a los recitales de fines de los 80. En el Palacio Peñarol de Montevideo, el público y Charly conectan bien. Las palmas se sincronizan con el tema y la cosa parece un culto, una misa, una reunión religiosa. Un rato más tarde, Charly improvisa un tango. La gente no lo sigue, no lo arenga, no corea. Y García se frustra:  “Ni sus propias canciones conocen”, “¿nadie la conoce?” – les tira, en un reto al borde de la indignación. Después afloja y con una mueca de risa se calza la guitarra para el próximo tema: “no se los voy a enseñar porque no hay tiempo y porque por lo visto el tango pega a los 35, antes no”, manda. El público se ríe. Todos salimos ganando cuando somos nosotros mismos.

Durante un tiempo, a inicios de 1990, Charly parodió la religión cantando con el delirante Pipo Cipolatti. Bajo el nombre de “Los Parroquia” entonaban las estrofas de “Vamos juntos, vamos ya”, un tema de Los Twist que, de modo improvisado e histriónico, respondía al discurso de los primeros pastores que se plantaban de mañana, de noche y de día en la todavía oscura Plaza Miserere. Como dos salvadores de almas, Charly y Pipo entonaban: “Yo bebía mucho para ser feliz/ Todo tipo de licores / Vodka, ron y anís! / Pero hallé a Jesucristo / Y ahora canto así (…) Yo era mujeriego, también jugador / En las chicas y en los naipes / Buscabas la solución / Pero un día fui a misa / Y Cristo me iluminó”. Paradójicamente, lo cantaban en la mítica “Capilla del Rock”.

Pero Charly iba a decir más. Al año siguiente, en Tango 4, su disco con Pedro Aznar, volvía a escucharse el sonido de Dios. Pero sin sorna. Si en Parte de la religión suena  un viernes santo –lúgubre, dulce y misterioso— que se mueve entre la creencia y el escepticismo, en Tango 4, se abre una mañana clara de domingo de resurrección donde ese misterio ya no es un problema: es un espacio sobre el cual construir y delinear nuevas preguntas espirituales sobre el sentido de la vida y de las cosas. Es, en definitiva, la fe.  El disco incorporaba Solo Dios Sabe un cover de los Beach Boys (¿Qué sabrá Dios sobre aquella mañana en la que Charly apadrinó a los gemelos Cipolatti en una iglesia en retiro? ¿Qué sabrá Dios de las profecías de Charly en los Dinosaurios o de la comunión de García cuando conectaba con su público como nunca nadie en el comulgar de sus recitales?). Incluía, también, 30 denarios, un tema que revisitaba la experiencia de Judas y Cristo, y en el que Alfredo Alcón interpretaba un versículo del Evangelio de Lucas y dos textos del libro de los Salmos. “He sido Jesús y también Judas” – le decía Charly a Guillermo Allerand en una entrevista de ese mismo 1991. Y remataba “Judas no era tan malo, estaba cumpliendo un papel”. “En el futuro ya no va a haber más traidores. (…) Uno podrá manifestar lo que quiera —tal vez suene un poco utópico— sin tener que hacer el papel de traidor o el papel de mártir, porque va a haber otros papeles… Papeles un poco más sanos”.

Charly hizo su propio papel: un poco Judas, un poco Jesús, un poco cada uno de nosotras y nosotros. Se construyó a sí mismo y nosotros lo construimos a él. Ubicado en el panteón de los semidioses paganos, se colocó en ese territorio sagrado en el que lo humano y lo divino pueden fundirse en lo que llamamos fe. No hay nada más divinamente humano que un panteón de Dioses populares. Encontramos fe en uno que puede no tenerla, buscamos un símbolo de paz en uno que se plantaba y se planta en pie de guerra contra todo, incluso a veces contra él mismo. Escuchar a Dios en un tema de Charly no es difícil: al fin y al cabo, para el que cree, Dios puede hablar por boca de todos.

En esta “pascua garcística” hay resurrección porque hay transformación.  En la vida de Charly entran muchas vidas en una. Nuestras vidas cobran un sentido particular cuando son transformadas. Charly lo hizo, no sólo con la suya: también y sobre todo con las nuestras.

No es necesario llevar a Charly a las iglesias, aunque sería bienvenido que un día fuera así. Cantemos juntos: “Si estas palabras te pudieran fe, si esta armonía te ayudara a creer, yo sería tan feliz en el mundo que viviría arrodillado a tus pies”. Repitamos juntos: “Y aunque cambiemos de color las trincheras, y aunque cambiemos de lugar las banderas, siempre es como la primera vez. Y mientras todo el mundo sigue bailando, se ven dos pibes que aún siguen buscando, encontrarse por primera vez”. Entonemos juntos: “Desprejuiciados son los que vendrán y los que están, ya no me importan más, los carceleros de la humanidad no me atraparán dos veces con la misma red”.

Feliz cumpleaños. ¿Y amén?

 

Por Iván Vivas y Mariano Schuster

Fuente: Panamá Revista

El blog de Charly García hecho por DIOS)

lunes, octubre 23, 2023

Los 72 años de Charly García

En su cumpleaños de 2007, Charly casi desata un incendio. Ph: Maximiliano Vernazza
 

“Tengo un gran recuerdo del día que Charly cumplió 54 años: hizo un show increíble en el Gran Rex. Me impresionó porque presentó a Palito Ortega de manera muy especial: ‘Les presento a mi nuevo amigo’, dijo. Comenzó a acariciar los teclados y Palito se puso a cantar ‘Corazón de hormigón’, el tema que García compuso cuando tenía tan solo nueve años”, rememora Maximiliano Vernazza, uno de los fotógrafos que más retrató al rockstar en los últimos 25 años y que además supo ganarse su confianza. “Para mí esa noche fue muy particular porque a partir de esa nueva amistad con Palito empezó la recuperación de Charly: Palito le abrió las puertas de su casa y de su familia, hizo mucho para que estuviera bien y juntos lo lograron”.

Charly García en los camarines del Gran Rex, con las manos pintadas y en tiempos de su alter ego Say No More. Ph: Maximiliano Vernazza

 

En la composición de “Corazón de hormigón”, Charly aludía a cierta severidad o aspereza de su madre. Ese 23 de octubre de 2005 incorporaba a su círculo íntimo a alguien que le brindaría todo: “Charly lo abrazó y le agradeció con mucho cariño en el camarín, donde él mismo cortaba la torta simulando estocadas con el cuchillo. Todo más que divertido; a sus amigas invitadas les pedía que subieran a unos muebles tipo placares y las colocaba como si fueran sus muñecas. Esa noche también estaba Luciana Salazar, sobrina de Ortega, a quien Charly sumó a los teclados sobre el escenario; se hicieron muy amigos”.

Charly García junto a Luciana Salazar el día que el músico cumplió 54 años. Ph: Maximiliano Vernazza

 

Maximiliano recuerda también que tiempo después Luciana hizo “una nota increíble” en la intimidad del emblemático departamento del ídolo, en Coronel Díaz y Santa Fe, donde hoy reside, como invitada especial para una participación en el programa Argentinos por su nombre, que conducía Andy Kusnetzoff.

Festejo con el primer manager de los Rolling Stones
En 2006, García volvió a celebrar en el Gran Rex y allí también estaba Vernazza con su cámara: “Fue otro momento imborrable con Deborah de Corral y Andrew Oldham, productor de su disco Kill Gil, primer manager de los Rolling Stones y que trabajó también con Juanse y Los Ratones Paranoicos; un groso. No me olvido que cuando fue a grabar a Nueva York también lo acompañé. Andrew después de una larga jornada de trabajo le decía a Charly: ‘Andá a dormir y descansar, te veo mañana temprano’. García me miraba con complicidad y me decía: ‘Mirá si estando en esta ciudad, haciendo semejante disco, me voy a ir a dormir’. Al otro día lo esperaban a las diez y llegó como a las cuatro de la tarde”, cuenta y larga una carcajada.

Charly García en 2006, con Andrew Oldham, el primer manager de los Rolling Stones y productor de su disco Kill Gil. Ph: Maximiliano Vernazza

Con Déborah de Corral en el escenario del Gran Rex, en el festejo de su cumpleaños número 55. Ph: Maximiliano Vernazza

La puerta del departamento de Charly García, en Coronel Díaz y Santa Fe, el 23 de octubre de 2006. Como todos los años, sus fans esperaban para saludarlo. Ph: Maximiliano Vernazza

 

El amor de Gustavo Cerati, Nacha y Juanse
El teatro Roxy de Colegiales fue el sitio elegido por el relacionista público Gaby Álvarez para el festejo de 2007, con invitados de lo más variados: Charly compartió escenario nada menos que con el inolvidable Gustavo Cerati, con Nacha Guevara, con Juanse y con Alan Faena. ¿El resultado? Otra actuación memorable de Charly, con sus invitados tomando champagne sobre el escenario y el público que colmó la sala rugiendo por recibir tanto talento. Quien esto escribe acompañó como periodista a Maxi esa noche emblemática: “Lo sorprendieron con una torta gigante que tenía una chica adentro. Recuerdo que en secreto le dijo a Cerati que tenían que hacer un show juntos. En camarines sopló las velas y, en medio del brindis íntimo, Charly aprovechó la ocasión para irse. Yo siempre estaba atento a todos sus movimientos y lo seguí, como de costumbre. El pasillo era largo, como si fuera un túnel de una cancha de fútbol; caminaba despacio, me miró y lanzó la frase que me quedó grabada: ‘Al final, siempre me voy solo’”, detalla Vernazza.

Con Gustavo Cerati, sobre el escenario del Teatro Roxy, el día que cumplió 56 años. Ph: Maximiliano Vernazza

Un escenario delirante: una chica sale de adentro de la gran torta, Charly observa la escena y detrás de él sus invitados especiales: Gustavo Cerati, Nacha Guevara y Alan Faena, entre otros. Ph: Maximiliano Vernazza

Después del show, García sopla velitas en camarines y casi desata un incendio. Ph: Maximiliano Vernazza


El concierto subacuático con su amigo Spinetta
“Este es el primer concierto subacuático del mundo”, bromeó ante más de 40 mil personas que soportaban una lluvia torrencial y lo ovacionaban en 2009 cuando celebró sus 58 en Vélez, con un súper concierto. Venía de muchos meses de ausencia afrontando problemas de salud y recuperaciones, donde su amigo Palito Ortega continuaba siendo fundamental. Lo acompañaron el Negro García López en guitarra, el Zorrito Fabián Quintiero en los teclados, Hilda Lizarazu en voces y los chilenos Kiushe Hayashida en guitarras, Carlos González en bajo, Tonio Silva en batería.

En 2009 festejó su cumpleaños con un concierto en el estadio de Vélez Sarsfield que marcó su regreso tras meses de aislamiento por su proceso de recuperación. Se desató un diluvio y el mismo Charly lo bautizó como el "concierto subacuático". Sobre el escenario, Charly recibió al Flaco Spinetta. Juntos cantaron "Rezo por vos". Ph: Maximiliano Vernazza

Después del show en Vélez, los festejos siguieron en un bar de Palermo. Pedro Aznar le acercó la torta de cumpleaños. Atrás, el Negro García López y Gillespi. Ph: Maximiliano Vernazza

Después de soplar velitas, arengado por el Negro García López, Charly García empezó una guerra de tortazos, al mejor estilo de Los Tres Chiflados. Ph: Maximiliano Vernazza

 

Pero el invitado especial era nada menos que Luis Alberto Spinetta, que interpretó junto a García “Rezo por vos”. Así lo vivió Maximiliano desde el detrás de escena: “Cuando Spinetta llegó Charly juntaba sus manos simulando un rezo como anunciando que llegaba Dios. Siempre era muy generoso y excelente anfitrión con la gente que quería, los sentía como de su familia. Tuvieron una larga charla en camarines, hablaron de tocar juntos y luego me dijo: ‘Hoy vino Dios, ¿lo viste, no?’. El festejo continuó en un bar de Palermo con íntimos. Estaba el Negro García López, Mecha, su novia, siempre a su lado acompañándolo como en todos sus cumples y Pedro Aznar, que acercó la torta. Y previo a hacer un minishow más que especial para sus invitados, hubo guerra de tortazos onda Tres Chiflados que empezó Charly, por supuesto”.

Charly junto a Palito y Rosario Ortega. Ph: Maximiliano Vernazza

Feliz con su hermano Daniel
La de 2013 fue otra celebración súper íntima en La Panadería, el restó de Pablo Massey según Vernazza y su lente atenta: “Fue una noche diferente, tuvo la presencia singular de su hermano Daniel. Lo vi muy feliz charlando y riéndose con él, bien rodeado de los que considera su familia: Palito, Rosario, Mecha, el Zorrito, el Negro, que ya no está, lamentablemente... Lo que rescato siempre es la alegría en cada festejo, su música que emociona apenas la escuchás; me siento un privilegiado de haber podido compartir con él tantas emociones”, resume Maximiliano, que se ganó la confianza del ídolo.

Charly en su cumpleaños de 2013, con su hermano Daniel. Detrás de ellos asoma Mecha lñigo, novia de Charly. Ph: Maximiliano Vernazza

En 2013, Charly García reunió a sus amigos en La Panadería de Pablo Massey.  Ph: Maximiliano Vernazza

Charly García junto a Maximiliano Vernazza, el fotógrafo que lo acompaña desde hace 25 años. Ph: Maximiliano Vernazza

Saludos en pandemia
Un mal paso y una caída lo dejaron fuera de la grilla de Cosquín Rock. Su regreso al festival cordobés no pudo ser. Y luego llegó la pandemia. Tras varios meses de encierro se asomó por el balcón de su departamento para agradecer a los fans que lo saludaron en el día de su cumpleaños.

Barbijos, brazaletes Say No More, tatuajes y hasta máscaras con la cara de Charly se vieron en ese octubre pandémico en la avenida Coronel Díaz. Por el lado de los artistas, también hubo mensajes de cariño. En un video realizado por la compañía discográfica con la que Charly tiene contrato, quedaron condensados los de un amplio arco estético. De Pedro Aznar y David Lebón a Soledad Pastorutti, de los Miranda! y Lali a Kevin Johansen, Carlos Vives, Fito Páez y Juanse.


Un ídolo de siete décadas

Charly García en su departamento de la calle Coronel Díaz. Ph: Fabian Marelli

Cuando en 2021 Charly García cumplió 70 años, la comunidad artística se reunió para celebrarlo con shows en vivo y múltiples muestras de cariño en las redes sociales. De hecho, el propio Charly sorprendió a todos y tocó en vivo en el CCK, en uno de los cuatro bloques de conciertos que habían sido programados para homenajearlo.

Sentado a uno de los teclados, de traje blanco y sombrero y remera (con la estampa de un escorpión) negros comenzó su set con “Cerca de la revolución”. Luego de los recitales homenaje, el artista celebró su cumpleaños en el hotel Faena de Puerto Madero donde muchísimos amigos y colegas se acercaron para festejar a su lado.

El año pasado, Charly García decidió volver al ruedo y festejó sus 71 años con un gran evento en Palermo. En aquella ocasión, el ícono del rock argentino eligió el Bebop Club para el festejo y la convocatoria fue un éxito: desde su hijo Migue, Palito Ortega y Juanse hasta Lali Espósito y Nito Mestre, nadie quiso faltar a la cita, que incluyó un regalo para todos los presentes: el compositor subió al escenario junto a Rosario Ortega y brindó un show que hizo cantar a todos.

Así llegaba Charly Garcia al festejo de su cumpleaños número 71, en Bebop Club. Ph: Gerardo Viercovich


Además de charlas, tragos y mucha complicidad, la noche tuvo su gran momento cuando García compartió con los presentes temas como “Adela en el Carrousell”, “No voy en tren” y “Yendo de la cama al living” junto a Rosario Ortega y el resto de su banda capitaneada por el Zorrito Fabián Quintiero. Entre el público, Jey Mammon, Andrea Rincón, León Gieco, Joaquín Levinton y Tamara Pettinato disfrutaron como un grupo más de fans.

Los saludos para Charly en cada cumpleaños son un capítulo aparte. Algunos son convencionales, pero no por eso menos cariñosos que el resto. La mayoría, especialmente los de quienes compartieron algo de sus vidas con el astro, manifiestan un franco agradecimiento y hasta una devoción que traspasa los límites de la música y del afecto. Será cuestión de esperar para ver qué se trae entre manos el ídolo del rock nacional para su cumpleaños número 72.

Por Miguel Braillard

Fuente: La Nación

El blog de Charly García (hecho por DIOS)

domingo, octubre 01, 2023

Está cuidado por toda la familia y recuperándose

 

La última imagen oficial de Charly Garcia, publicada el 15 de agosto en sus redes sociales.

Josi García Moreno es la hermana menor de Charly García. Está harta y triste por las cosas que se dicen de la familia del querido músico, que hace tiempo está unida por primera vez en muchos años para apoyarlo, todos alineados y en constante comunicación. Se refiere a su cuñada Mecha Iñigo, su hermano Daniel, su sobrino Migue, y sus propios hijos y demás sobrinos.

Quiere hablar, Pidió hablar. Lo propuso en el grupo de chat familiar llamado como el apodo cariñoso de Mecha hacia Charly, y no le hicieron mayores objeciones. Se puso en contacto con Clarín y por primera vez habló públicamente sobre la salud de su hermano y el rol de toda la familia.

Hoy, a ocho años de su último álbum´y a dos de su último recital, Charly García sigue estando en las noticias y no por motivos musicales. El mes pasado hubo preocupación entre los fans por una internación en un sanatorio, y a principios de 2022 sufrió quemaduras por un accidente hogareño. En cada caso circularon rumores de todo tipo y luego apenas alguna foto en la cuenta oficial @charlygarcia para dar tranquilidad.

En la semana pasada, tras los polémicos posteos y declaraciones poco felices de músicos como Fernando Samalea y Fabiana Cantilo, en las redes sociales apareció el hashtag #FreeCharly y se publicaron opiniones que comparaban su estado actual a episodios trágicos de Britney Spears o incluso Diego Maradona.

Samalea, por ejemplo, tiró la primera piedra con un impulsivo texto en su cuenta de Facebook que luego eliminó, pero ya había hecho todo el daño posible: alimentó a los malpensados y malintencionados.

Charly García en su último concierto, el día de su cumpleaños en el CCK, en 2021
 

"Lamentablemente somos demasiados los músicos amigos de Charly a los cuales se nos impide verlo. Ojalá eso cambie pronto. Lo queremos bien, contento y libre, unido a la música, que es lo que más ama," escribió..

Fabi, por su parte, en muchos reportajes promocionales de sus actuales shows en el Gran Rex, respondió a preguntas sobre Charly y sin pudor dio detalles íntimos de cuándo se conocieron y declaró "No me lo dejan ver".

En ese contexto, más la multiplicación de fans enojados en la puerta del célebre edificio donde vive Charly, llegó el pedido de nota de Josi García Moreno. 

"Lamentablemente somos demasiados los músicos amigos de Charly a los cuales se nos impide verlo. Ojalá eso cambie pronto. Lo queremos bien, contento y libre, unido a la música, que es lo que más ama," escribió..

Fabi, por su parte, en muchos reportajes promocionales de sus actuales shows en el Gran Rex, respondió a preguntas sobre Charly y sin pudor dio detalles íntimos de cuándo se conocieron y declaró "No me lo dejan ver".

En ese contexto, más la multiplicación de fans enojados en la puerta del célebre edificio donde vive Charly, llegó el pedido de nota de Josi García Moreno.

Habla la hermana de Charly

Josi García Moreno es profesora de canto. Aquí en vivo junto a Juan Absatz, tecladista de Fito Páez.

"Charly está con tratamiento y con kinesiólogo todos los días," comienza Josi. "No quiero hablar de eso porque me parece que él tiene derecho a contar lo que quiera contar. Yo lo voy a ver, le aviso Migue que estoy ahí, sube dos pisos y tomamos la leche todos juntos. Estamos ahí, cuidándolo y acompañándolo para que se recupere".

Y agrega: "Lo molesto es que digan que somos un 'entorno'. ¡Somos la familia y estamos acompañándolo! También es molesto que ciertas personas salieron a decir cosas, y ya Charly llamó a algunos y tuvo su intercambio de palabras. Cualquiera que haya ido a los cumpleaños o a verlo últimamente, como David Lebón, Fito Páez, Hilda, León o los Ortega, saben que estamos y que no estamos pre-ocupados sino que estamos ocupados, ocupándonos de ayudarlo".

La familia, unida
"Durante mucho tiempo Charly no quería saber nada ni con la familia ni con nadie, porque hacía la vida que hacía y en mi caso yo hacía otra vida muy distinta. Intentamos vernos y no salió. Pero Charly, en algún momento, por las circunstancias que todo el mundo conoce, tuvo que cambiar de vida. Y todos nos hicimos más grandes," explica su hermana menor, cuyo apodo fue puesto por Charly cuando nació.

Y da más detalles: "Mecha también ayudó para que nos volvamos a ver, y yo terminé viéndolo bastante, después de muchos años. Estuve en cada visita de los médicos, cada internación y cada cumpleaños. Incluso el mío lo pasé en lo de Charly mirando el Mundial. Estoy para lo que haga falta, incluso para ir a un acto de SADAIC con Mecha hace un mes, porque Charly no estaba como para andar moviéndose tanto y no tiene ganas".

El 31 de agosto de este año, SADAIC nombró Socio Honorario a músicos como Charly García y Emilio Del Guercio, aquí junto a Josi García Moreno y Mecha Iñigo

Revuelve el café en un pequeño bar de la calle Tacuarí, se seca unas lágrimas y continúa: "No voy a hablar por él. Lo que sí te puedo decir es que hace muchos cumpleaños que estamos todos juntos. Hace mucho que nos hablamos todos, y hace mucho que tenemos un grupo de familia en Whatsapp. Él no hablaba con mi mamá hace años, y si bien ella ahora no está en condiciones, gracias a Mecha también empezó a hablar por teléfono con mi vieja".

Volver a grabar y tocar
Como bien dice Josi, "Charly no tiene 30 años, no hizo la vida de un deportista y ahora no puede hacer lo que se le cante. Sin embargo la semana pasada volvió al estudio de grabación. Quiso volver y volvió. Pero todo es a medida que lo vaya viendo. Ojalá pueda salir a tocar rapidísimo. Pero no es un niño y estamos todos laburando para lo mismo, desde los médicos, la psiquiatra y nosotros. Estamos todos ahí, tratando de sumar, con Mecha a la cabeza".

La última foto en la cuenta de Instagram de Charly, el 15 de agosto de este año, cuando volvió a su casa después de una internación por fiebre alta.

-Lo último que se supo fue el famoso chequeo general en agosto.

-Fue porque tuvo fiebre. ¡Entonces no es que no está cuidado, está recontra cuidado! Fue el médico a la casa, no le bajaba la fiebre y por las dudas lo internaron. Tiene la salud que tiene y está bien, pero nunca sabés, y si tiene fiebre te preguntás qué es. Entonces fue al Instituto del Diagnóstico, que es como su segundo hogar, y se hizo un chequeo general.

Fuimos con Migue, con Dani, todos, como cualquier familia normal. Solo que cualquier familia normal no tiene que explicar todo. Le sacaron sangre, le hicieron resonancia y listo, se acabó la historia. Bajó la fiebre y volvíó a la casa contentísimo.

-¿De las quemaduras del año pasado le quedaron marcas?

-Un montón. Tiene muchos injertos en la pierna. Fue un mes y medio que estuvo internado ahí, con curaciones y todo eso. ¡Justo a una cuadra de donde está mi madre! Estaría bueno que todos los que arman la bola y dicen que aman a Charly, lo amen de verdad y lo vayan a ver. Nito fue a verlo, por ejemplo. No avisó a nadie, fue y lo vio.

-¿Cuál es la situación de la cadera, no hizo una rehabilitación buena ?

-¿Cómo no va a hacer rehabilitación? No es eso. Es un tipo muy grandote. Para que cualquier persona salga caminando, tiene que estar todo el tiempo, y él lo hizo hasta que se volvió a caer. La cadera fue el primer paso a esta situación de depender de otros. No puede levantarse siquiera a hacerse un café, entonces va pidiendo lo que necesita.

Yo llego y me pide "Ey, sandwichito”, porque le gusta lo que le preparo. Está bueno que esté con alegría y buen humor, porque la idea es que él esté genial y cuanto antes se pueda levantar más y tocar más el piano. Es la idea de todos los que lo queremos bien. Pero para eso hay que sumar y estar a disposición.

-¿Leíste lo último que se publico sobre él?

-No leí la nota. Está clarísimo que no estoy contestando a ninguna nota porque no la leí. Sólo vi la tapa porque me la mandó mi hijo. Me amargué mucho.

Por Marcelo Fernández Bitar

Fuente: Clarín

El blog de Charly García (hecho por DIOS)