La edición de agosto de Rolling Stone que sale mañana a los kioscos tiene en su portada a un rejuvencido Charly García que anticipa su regreso a los escenarios.
En una sesión de fotos exclusiva, el fotógrafo Fernando Gutiérrez capturó el nuevo semblante de García, durante una tarde del mes de julio en un estudio improvisado en las salas de ensayo del barrio de Villa Urquiza, donde el músico ensaya desde este mes para su regreso a escena con su banda formada por el Zorrito Fabian Von Quintiero, Hilda Lizarazu, el guitarrista Carlos "Negro" García López y el trío de músicos chilenos conocido como The Prostitution, que lo acompañó en sus últimos shows.
En las fotosgrafías, para las que el propio músico eligió vestirse con una campera de cuero y mostrarse con un peinado prolijo y lentes, se lo vio sonriente, de buen humor y con buen semblante... como rejuvenecido.
La sesión -que forma parte de la larga entrevista que García concedió en exclusiva a RS- duró una tarde completa y, además, el músico posó junto a los integrantes de su banda durante el ensayo en el que, como viene haciéndolo, la banda repasó buena parte del repertorio clásico de García, basado en sus discos de la década del 80.
En ese sonido y esas canciones, sostiene García, estará basado el repertorio de los shows de regreso que ya empieza a palpitarse y que planea iniciar en septiembre en Perú y llegar a un estadio de Buenos Aires, el día de su cumpleaños 58, el 23 de octubre.
Ese será, en definitiva, un paso más en la recuperación de García tras un largo año de internaciones y tratamientos quien tiene compuesto además un tema nuevo ("Deberías saber por qué") que, según proyectan en su productora, comenzará a sonar en las radios la semana próxima.
Fuente: Rolling Stone
miércoles, julio 29, 2009
Tapa de Rolling Stone
Charly García volverá a escena en septiembre
Ya está todo listo. O al menos así lo entienden a su alrededor. Charly García volverá a los escenarios luego de un año de internaciones varias, y el desembarco tendrá la magnitud y los medios de las cruzadas modernas del marketing y la difusión. Una entrevista exclusiva con un medio especializado (la edición local de la revista Rolling Stone , de la cual García asume el papel de padrino), una canción nueva que la semana próxima sonará a la misma hora en diversas radios de América latina, una publicidad "de expectativa" con sus consecuentes secuelas, una gira que paseará desde fines de septiembre por ciudades latinoamericanas y que tendrá su corolario en Buenos Aires, en octubre, en un estadio al aire libre.
La espera, para el ansioso Charly y para sus fans, llegó a su fin. Este nuevo capítulo de la increíble vida del señor García.
"«Che, si en verdad me tomás en serio, deberías saber por qué. En el fondo no es un misterio, deberías saber por qué te vas, ahí nomás, todos van hasta ahí nomás. Che, si te ponés la camiseta deberías saber por qué». Sólo un adelanto del hit que no van a poder parar de cantar. Cada vez falta menos..." El remitente de este mensaje que se divulga velozmente por Internet es el actual manager de García, Fernando Szereszevsky, y los destinatarios, los fieles aliados/seguidores que saborean la inminencia de un nuevo regreso de su ave fénix predilecto.
García volverá al ruedo mediático pasado mañana, como portada de la Rolling Stone, en el marco de una extensa e íntima entrevista a cargo de Ernesto Martelli ?editor periodístico de la revista?, en la que vuelca su visión desintoxicada de los hechos y se muestra en su estética versión 09 a lo largo de una imperdible sesión fotográfica, a cargo de Fernando Gutiérrez. "Estoy haciendo un esfuerzo muy grande; cuando vean los resultados van a flashear", le dijo a Martelli, para luego confesarle su mayor miedo: "En un momento llegué a pensar que no iba a volver a tocar".
Charly y los enfermeros
Mientras tanto, García ensaya canciones de todo su repertorio (varias extraídas de sus primeros discos solistas) y retoca hasta último momento las nuevas composiciones junto con Hilda Lizarazu, Carlos Alberto "Negro" García López (ambos ex integrantes del grupo Los Enfermeros, que acompañó al bigote bicolor a mediados de los años 80), Fabián Quintiero y el trío de músicos chilenos que lo acompaña desde hace tiempo, compuesto por el guitarrista Kiuge Hayashida, el bajista Carlos Ludwig González y el baterista Toño Silva Peña. "Charly está al frente de una banda en la que su voz está bien al frente ?asegura Martelli?, delante de dos potentes guitarras y de dos teclados, además de una batería y una máquina de ritmos para la reproducción de los temas en sus versiones originales."
Pero la influenza García no detendrá su marcha con esta aparición en los medios gráficos, y el jueves próximo será el turno de las radios: una de las canciones que compuso en este último año se podrá escuchar en varias emisoras al mismo tiempo, como adelanto de lo que será su próximo álbum. Y en seguida los medios visuales tendrán su porción de Charly también: Say No More filmará un videoclip y su consabida cobertura colmará las expectativas de noticieros del espectáculo y páginas de Internet dedicadas al mundo del entretenimiento.
Entonces sí llegará la hora de subir a un escenario y hacer público lo que hasta aquí no pasó más allá de las cuatro paredes del estudio de Villa Ortúzar donde ensaya en jornadas de cuatro horas diarias. A fines de septiembre comenzará una gira por América latina (aún sin confirmación, el inicio podría ser en Perú) con la firme intención de cerrar el tour en un estadio porteño (a metros de la General Paz) la mismísima noche de su cumpleaños 58 (el 23 de octubre próximo).
¿Preparados?
Un nuevo mensaje virtual del hombre que por estos días maneja la agenda de García con orden y recelo invita a soñar: "Hoy debatíamos en el ensayo: ¿estará la gente preparada para ver un show perfecto de García, lleno de música, los temas superorquestados, Charly cantando en gran forma, sin rotura de guitarras ni esperas interminables, donde las estrellas sean su sagrada música y su felicidad? Les aviso que se viene algo muy grosso que muchos menores de 25 ni en sueños pensaron ver alguna vez... Charly deluxe... ¡¡Cada vez falta menos!!".
De regreso a Capital Federal ?vive en un departamento de Barrio Norte mientras refaccionan su histórico hogar de Coronel Díaz y Santa Fe? luego de su larga estadía en la casaquinta que Palito Ortega tiene en Luján y que le sirvió de refugio durante los últimos meses de internación a medias, Charly García se prepara para volver de la manera que más y mejor conoce: a puro impacto.
Por Sebastián Ramos
Fuente: La Nacion
La espera, para el ansioso Charly y para sus fans, llegó a su fin. Este nuevo capítulo de la increíble vida del señor García.
"«Che, si en verdad me tomás en serio, deberías saber por qué. En el fondo no es un misterio, deberías saber por qué te vas, ahí nomás, todos van hasta ahí nomás. Che, si te ponés la camiseta deberías saber por qué». Sólo un adelanto del hit que no van a poder parar de cantar. Cada vez falta menos..." El remitente de este mensaje que se divulga velozmente por Internet es el actual manager de García, Fernando Szereszevsky, y los destinatarios, los fieles aliados/seguidores que saborean la inminencia de un nuevo regreso de su ave fénix predilecto.
García volverá al ruedo mediático pasado mañana, como portada de la Rolling Stone, en el marco de una extensa e íntima entrevista a cargo de Ernesto Martelli ?editor periodístico de la revista?, en la que vuelca su visión desintoxicada de los hechos y se muestra en su estética versión 09 a lo largo de una imperdible sesión fotográfica, a cargo de Fernando Gutiérrez. "Estoy haciendo un esfuerzo muy grande; cuando vean los resultados van a flashear", le dijo a Martelli, para luego confesarle su mayor miedo: "En un momento llegué a pensar que no iba a volver a tocar".
Charly y los enfermeros
Mientras tanto, García ensaya canciones de todo su repertorio (varias extraídas de sus primeros discos solistas) y retoca hasta último momento las nuevas composiciones junto con Hilda Lizarazu, Carlos Alberto "Negro" García López (ambos ex integrantes del grupo Los Enfermeros, que acompañó al bigote bicolor a mediados de los años 80), Fabián Quintiero y el trío de músicos chilenos que lo acompaña desde hace tiempo, compuesto por el guitarrista Kiuge Hayashida, el bajista Carlos Ludwig González y el baterista Toño Silva Peña. "Charly está al frente de una banda en la que su voz está bien al frente ?asegura Martelli?, delante de dos potentes guitarras y de dos teclados, además de una batería y una máquina de ritmos para la reproducción de los temas en sus versiones originales."
Pero la influenza García no detendrá su marcha con esta aparición en los medios gráficos, y el jueves próximo será el turno de las radios: una de las canciones que compuso en este último año se podrá escuchar en varias emisoras al mismo tiempo, como adelanto de lo que será su próximo álbum. Y en seguida los medios visuales tendrán su porción de Charly también: Say No More filmará un videoclip y su consabida cobertura colmará las expectativas de noticieros del espectáculo y páginas de Internet dedicadas al mundo del entretenimiento.
Entonces sí llegará la hora de subir a un escenario y hacer público lo que hasta aquí no pasó más allá de las cuatro paredes del estudio de Villa Ortúzar donde ensaya en jornadas de cuatro horas diarias. A fines de septiembre comenzará una gira por América latina (aún sin confirmación, el inicio podría ser en Perú) con la firme intención de cerrar el tour en un estadio porteño (a metros de la General Paz) la mismísima noche de su cumpleaños 58 (el 23 de octubre próximo).
¿Preparados?
Un nuevo mensaje virtual del hombre que por estos días maneja la agenda de García con orden y recelo invita a soñar: "Hoy debatíamos en el ensayo: ¿estará la gente preparada para ver un show perfecto de García, lleno de música, los temas superorquestados, Charly cantando en gran forma, sin rotura de guitarras ni esperas interminables, donde las estrellas sean su sagrada música y su felicidad? Les aviso que se viene algo muy grosso que muchos menores de 25 ni en sueños pensaron ver alguna vez... Charly deluxe... ¡¡Cada vez falta menos!!".
De regreso a Capital Federal ?vive en un departamento de Barrio Norte mientras refaccionan su histórico hogar de Coronel Díaz y Santa Fe? luego de su larga estadía en la casaquinta que Palito Ortega tiene en Luján y que le sirvió de refugio durante los últimos meses de internación a medias, Charly García se prepara para volver de la manera que más y mejor conoce: a puro impacto.
Por Sebastián Ramos
Fuente: La Nacion
viernes, julio 24, 2009
¿La vuelta de Charly García?
"Mr Charly Garcia inventó esta ciudad", canta Javier Calamaro en su homenaje a Lynyrd Skynyrd Sweet Home Buenos Aires. Y el hermano de Andrés no está del todo desencaminado, sobre todo si se tiene en cuenta que Buenos Aires es una ciudad donde el rock importa tanto como el fútbol, donde los fans son hinchas y donde el pulso de la música popularizada por Elvis sigue marcando los vaivenes de la ciudad, a pesar de todo. Ahora parece que Charly, ídolo absoluto del rock en Argentina, y que llevaba meses internado, puede volver al ruedo.
Según un artículo de la edición argentina de Rolling Stone, Charly retomó los ensayos hace unas semanas como preparación para una supuesta gira que comenzará en Perú a finales de septiembre. El semanario señala que un García "atento y concentrado" ensaya versiones de temas clásicos de su repertorio, principalmente de Yendo de la cama al living y Clics modernos, dos de sus discos en solitario.
Atento y concentrado porque en sus últimas apariciones el autor de Ojos de videotape fue protagonista de varios escándalos (llegó a agredir a un ingeniero de sonido en uno de sus conciertos) en sus apariciones públicas. Vapuleado por gran parte de los medios y la opinión pública argentina, Charly fue internado en un centro psiquiátrico hasta octubre del año pasado, cuando se trasladó a la casa de su amigo "Palito" Ortega, famoso músico argentino.
A pesar de sus controversias, Charly llena siempre que toca, y su influencia es vital en el rock en español. Con una carrera que abarca más de 40 años, gran amigo de otros imprescindibles como Joaquín Sabina o Fito Paéz (a quien tutoreó en sus comienzos), el músico argentino es dueño de un legado que ha marcado a generaciones enteras de amantes del rock latinoamericanos.
Desconocido en España
A pesar de ser poco conocido en España y de que gran parte de sus discos no están editados en el país, grupos como Tequila o Los Rodríguez hubiesen sido imposibles sin la existencia de Charly y su música. Artistas como Miguel Ríos o Ariel Roth han versionado sus canciones, llenas de melodías de una belleza tan fácil de comprender como difícil de elaborar.
Si la gira se confirma será la primera en muchos años; quedará por ver si, como el ave Fénix, Charly conseguirá resurgir de sus cenizas. Como cantó en una de sus canciones: "Pero si insisto, yo sé muy bien que conseguiré".
Charly Garcia junto a las Madres de Plaza de Mayo, en un concierto en Buenos Aires a finales de los 90
Fuente: Diario El Pais (España)
Según un artículo de la edición argentina de Rolling Stone, Charly retomó los ensayos hace unas semanas como preparación para una supuesta gira que comenzará en Perú a finales de septiembre. El semanario señala que un García "atento y concentrado" ensaya versiones de temas clásicos de su repertorio, principalmente de Yendo de la cama al living y Clics modernos, dos de sus discos en solitario.
Atento y concentrado porque en sus últimas apariciones el autor de Ojos de videotape fue protagonista de varios escándalos (llegó a agredir a un ingeniero de sonido en uno de sus conciertos) en sus apariciones públicas. Vapuleado por gran parte de los medios y la opinión pública argentina, Charly fue internado en un centro psiquiátrico hasta octubre del año pasado, cuando se trasladó a la casa de su amigo "Palito" Ortega, famoso músico argentino.
A pesar de sus controversias, Charly llena siempre que toca, y su influencia es vital en el rock en español. Con una carrera que abarca más de 40 años, gran amigo de otros imprescindibles como Joaquín Sabina o Fito Paéz (a quien tutoreó en sus comienzos), el músico argentino es dueño de un legado que ha marcado a generaciones enteras de amantes del rock latinoamericanos.
Desconocido en España
A pesar de ser poco conocido en España y de que gran parte de sus discos no están editados en el país, grupos como Tequila o Los Rodríguez hubiesen sido imposibles sin la existencia de Charly y su música. Artistas como Miguel Ríos o Ariel Roth han versionado sus canciones, llenas de melodías de una belleza tan fácil de comprender como difícil de elaborar.
Si la gira se confirma será la primera en muchos años; quedará por ver si, como el ave Fénix, Charly conseguirá resurgir de sus cenizas. Como cantó en una de sus canciones: "Pero si insisto, yo sé muy bien que conseguiré".
Charly Garcia junto a las Madres de Plaza de Mayo, en un concierto en Buenos Aires a finales de los 90
Fuente: Diario El Pais (España)
jueves, julio 23, 2009
Charly García ya prepara su regreso
En pleno proceso de recuperación, el músico ensaya con su banda.
Versiones de temas clásicos del repertorio de Charly García, basados en sus primeros discos solista (Yendo de la cama al living, Clics modernos) y una banda numerosa dirigida al detalle por un Charly atento y concentrado.
Así transcurren, desde hace un par de semanas, los ensayos de García que, en pleno proceso de recuperación de su adicción y tras un largo proceso de internaciones y meses viviendo en la quinta de Palito Ortega en Luján, se encamina hacia su regreso público a los escenarios.
La cantante Hilda Lizarazu (que cantó con Charly durante fines de los 80 y comienzos de los 90), el guitarrista Carlos Alberto "Negro" García López (quien también formó parte de la banda de García durante casi diez años) y el tecladista Fabián "Zorrito" Quintiero se suman al trío de músicos chilenos que venía acompañando a García en sus últimas presentaciones: el guitarrista Kiuge Hayashida, el baterista Toño Silva Peña y el bajista Carlos Ludwig González.
Así, con sesiones diarias y en jornadas programadas de cuatro horas, Charly está al frente de una banda en la que su voz está bien al frente, delante de dos potentes guitarras y de dos teclados, además de una batería y una máquina de ritmos para la reproducción de los temas en sus versiones originales.
Aunque los planes no fueron confirmados, según pudo saber RS, las gestiones avanzan para que el regreso de García a los escenarios podría darse en América Latina (podría ser en Perú) hacia fines de septiembre.
Fotos: Fernando Gutierrez
Fuente: Rolling Stone
Versiones de temas clásicos del repertorio de Charly García, basados en sus primeros discos solista (Yendo de la cama al living, Clics modernos) y una banda numerosa dirigida al detalle por un Charly atento y concentrado.
Así transcurren, desde hace un par de semanas, los ensayos de García que, en pleno proceso de recuperación de su adicción y tras un largo proceso de internaciones y meses viviendo en la quinta de Palito Ortega en Luján, se encamina hacia su regreso público a los escenarios.
La cantante Hilda Lizarazu (que cantó con Charly durante fines de los 80 y comienzos de los 90), el guitarrista Carlos Alberto "Negro" García López (quien también formó parte de la banda de García durante casi diez años) y el tecladista Fabián "Zorrito" Quintiero se suman al trío de músicos chilenos que venía acompañando a García en sus últimas presentaciones: el guitarrista Kiuge Hayashida, el baterista Toño Silva Peña y el bajista Carlos Ludwig González.
Así, con sesiones diarias y en jornadas programadas de cuatro horas, Charly está al frente de una banda en la que su voz está bien al frente, delante de dos potentes guitarras y de dos teclados, además de una batería y una máquina de ritmos para la reproducción de los temas en sus versiones originales.
Aunque los planes no fueron confirmados, según pudo saber RS, las gestiones avanzan para que el regreso de García a los escenarios podría darse en América Latina (podría ser en Perú) hacia fines de septiembre.
Fotos: Fernando Gutierrez
Fuente: Rolling Stone
martes, julio 21, 2009
Vuelve el mas grande
"Queridos Aliados: Evidentemente estan mas ansiosos de lo que imaginaba, yo no dije que en Agosto volvia a los escenarios, dije que en agosto "vuelve el mas grande", no necesariamente tiene que ser un show, puede ser un disco, una cancion, un hecho saliente...... no desesperen, falta poco muy poco para que todo suceda......."
Fernando Szereszevsk en Facebook
Fernando Szereszevsk en Facebook
En agosto vuelve el mas grande
"Queridos amigos: Ante la gran ansiedad que noto en los mensajes que envian, solo puedo decirles una sola cosa......"En agosto vuelve el mas grande" En unos dias cuento mas!!!"
Fernando Szereszevsk en Facebook
Fernando Szereszevsk en Facebook
jueves, julio 16, 2009
Treinta años de La Grasa de las Capitales
Atención: aquí la nota de tapa… ¡completa!
Por un desafortunado error, la nota central de La Grasa de las Capitales fue impresa de manera incompleta. Aquí se puede leer en su totalidad.
Fuente: Revista La Mano en Facebook
Un rayo en la oscuridad
Hace tres décadas salió el segundo disco de Seru Girán, el que terminó de convencer al público y a la prensa del valor de la unión de Charly García, David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro. Hoy, Sergio Marchi reconstruye la historia.
Bisagra: dos veces grasa. Un viejo chiste del inolvidable Minguito Tinguitella, entrañable personaje del actor Juan Carlos Altavista, que encarnó al primer cartonero de la Argentina o al último linyera. En el rock se habla mucho de los discos “bisagra” que configuran un punto de cambio en la carrera de una banda; álbums decisivos no sólo en una trayectoria sino también en una escena musical. En ese sentido, La grasa de las capitales, segundo LP de Seru Girán, es un caso de manual: sin él, el rock nacional hubiera sido muy diferente, ya que fue la piedra basal sobre la cual Seru Girán fundó su mito de cuarteto imbatible, colaborando de manera importante con la recuperación del rock argentino, que en 1978 había visto caer su nivel de actividad de manera alarmante. Claro que ellos estaban muy lejos de saber cuál iba a ser su destino. Lo único seguro para la banda de Charly, David, Pedro y Moro era que las cosas no habían salido como esperaban. Ayer, tal como hoy, el villano de turno era la prensa.
En un reportaje del Expreso Imaginario realizado por Pipo Lernoud y Raúl B. Ichi titulado “Desmenuzamos a Seru Girán”, Charly García ya despotricaba contra la corresponsal de Córdoba, Patricia Perea, quien después obtendrá del bicolor un apelativo imborrable: Peperina. “Para mí es alguien que no entiende nada de nada –arrancaba García en aquella nota– y sin embargo manda una carta al Expreso y se la publican. No sé; yo creo que ustedes no piensan que Seru Girán es un desastre, que tocamos mal y engañamos a la gente. Eso es mentira, más allá de las cuestiones éticas, filosóficas o lo que le quieras meter (...) Me parece que hay tocos contra nosotros. (...) Tocamos en Córdoba y la gente se volvió loca. Después salen con que somos una porquería… yo ya no entiendo nada”.
Las críticas que Seru Girán había recibido por su accidentado debut en el Festival de la Genética Humana a mediados de 1978 fueron feroces, pero justificadas: la gente había llenado el Luna Park para ver a la banda y, tuvo que bancarse varios otros artistas, entre ellos a un engendro brasileño llamado Casa Das Máquinas que metía ruido a dos baterías, y para colmo, ya al final, Seru tocó solo tres temas. Poco después, se presentan en Obras con una orquesta y todos los chiches, pero el público parece no disfrutar. El hoy valorado primer álbum de Seru Girán es recibido con frialdad, y una serie de conciertos en el teatro Premier no termina de convencer a nadie. 1979 pintaba fulero.
“Como grupo humano –recuerda hoy David Lebón– estábamos al mango. Porque el grupo era bueno, pero capaz que vinimos muy creídos de Brasil. Lo que sí sé es que no creímos en lo que pasaba afuera, sino en nosotros mismos y seguimos a muerte. Vendíamos los shows con Charly en moto. Vos sabés lo que es el flaco: no puede conducir ni un triciclo, entonces yo manejaba una moto que nos habíamos comprado en Buzios. Y nos íbamos a vender shows con una valijita: ¡ni teníamos manager! Melgarejo nos vendió unos shows, Badía nos ayudó a hacer el Obras y después cayó Grinbank por casualidad, porque a Raúl Porchetto se le cortó la luz en el lugar donde tocaba, cruzó al lugar de enfrente y nosotros estábamos ahí y quedamos en hablarnos”.
“Creo que se trató de volver a arrancar desde cero –reflexiona ahora Pedro Aznar vía mail–. Habíamos aparecido como un supergrupo, como se llamaba por entonces a una banda que juntara a dos o más músicos célebres. Eso creó un nivel de expectativas y exigencias inhumanas. Había que volver a las divisiones inferiores y empezar a construir desde abajo. Y resultó”.
“El primer disco había sido medio hermético –reconoce Charly García hoy, en exclusiva desde su nueva morada en Luján y demostrando que la memoria la tiene intacta–; debutamos en lo de Genética Humana y fue un fracaso, después Obras fue otro fracaso. Cuando volvemos a tocar a Buenos Aires, nos encontramos con una respuesta muy negativa, sobre todo de parte de la prensa, pero eso sirvió para acercarnos, y a la vez fue un incentivo como para que saliéramos a conquistar a la gente”.
El resultado de ese proceso fue La grasa de las capitales, donde Seru cambia de andén y utiliza sobre todo las letras de Charly como eje para una crítica descarnada hacia la sociedad, hecho que convirtió a la obra en uno de los discos conceptuales más exitosos del rock argentino. Claudio Kleiman, presente en la grabación del disco, se acuerda de ese momento tan particular en la vida del grupo. “Las críticas fueron determinantes para la onda del disco, que fue una gran revancha para Seru. Volvieron a vivir en la Argentina y se dieron un baño de realidad. La Grasa tiene mucho de Charly con su antena percibiendo el momento”.
Pero había otro ingrediente: las relaciones con Music Hall eran insostenibles y por eso el grupo no graba en el estudio de la compañía en la calle J.E. Uriburu 40, sino en Ion con la operación técnica de Amílcar Gilabert. “La grabación se inicia durante las gestiones que estaban haciendo los chicos para desengancharse de esa empresa que no los ayudaba ni los difundía. Y ese disco fue el precio para poder salir del sello”, confirma el ingeniero de sonido.
Alfredo Rosso, empleado de Music Hall en aquellos años, agrega que “había habido alguna goma de cuando se grabó el disco de Porsuigieco. Charly no se iba a quedar en un lugar en el que controlaban las horas, si se fumaba o si se llevaba comida al estudio. Tampoco quería firmar para Pamsco, la editorial de la compañía. Y se llevaba mal con la mujer de Celasco, el dueño de Music Hall”.
Lado A: el cielo siempre estuvo más allá.
“En La grasa yo estaba con bronca –afirma Charly– contra todo. El tema lo debo haber hecho inconscientemente y potenciado por el rechazo a la banda. La grasa es un candombe, pero la parte del medio –la silba– es influencia directa de Chick Corea, al que yo escuchaba mucho. Sí, ese arreglo es un moño, pero es el tipo de cosas que vos se las silbabas una vez a Pedro y él ya las tocaba. El coro del comienzo no tiene nada que ver con Queen, yo no los escuchaba, y el ruido de fritura se hizo con aceite, sartén y un micrófono para grabarlo”.
Amílcar confirma esto: “Para ser más precisos, es fritura de papas fritas. Lo grabé en casa; por lo general en los discos no se usan efectos pregrabados que tienen derechos de reproducción y lo que uno fabrica no”. Y es Charly el dueño de la voz del proto-rap del medio, efecto conseguido “con un tratamiento que usa principios de lo que hoy llamamos delay”, informa Gilabert.
“Yo tenía en mente algo así como una transmisión de radio”, concluye Charly. En la misma canción aparece un adelanto de la época: los rototoms de Oscar Moro; unos cascos de batería chatos y afinables rotando el cuerpo de la batería. “Para la mezcla de ese sonido –completa Amílcar– usábamos la sala vacía de Ion como cámara natural. Y en vivo hacía lo mismo, pero con el semiremolque vacío donde llevábamos los equipos”. Los rototoms son como una plaga dentro del disco y a la vez parte indisociable del mismo. “En un momento se puso un poco insistente ese sonido, por cierto –reconoce ahora Pedro–, pero cada época tiene sus vicios sonoros”.
San Francisco y el lobo soprendía porque era un tema acústico dentro de un grupo eléctrico y compuesto por un guitarrista eléctrico como Lebón. “El tema –revela David– está inspirado en Blackbird, y la letra es la historia de San Francisco de Asís, pero desde la perspectiva del lobo. El bicho se comía las ovejas, entonces San Francisco lo invita al pueblo y le ofrece que lo traten como un perro, a cambio que no mate más ovejas. Claro, el lobo baja y lo tratan como a un perro: le dan patadas en el orto, lo tratan como el culo, y se rebela. Por eso dice: ‘Volveré a ser feroz’. ‘Yo soy un lobo, déjenme de romper los huevos, ustedes son unos pelotudos’”.
Pedro Aznar agrega que “David había viajado recientemente a Estados Unidos a un encuentro del Gurú Maharah Ji, y trajo dos guitarras Ovation electroacústicas, una para él y la otra para mí, y varios pedales de efectos. Hicimos abundante uso de esos nuevos recursos”.
Perro andaluz termina siendo una canción de lo más engañosa. Para comenzar, Charly hoy confiesa entre risas que “jamás ví la película. Simplemente me gustó el título. Y la canción no tiene destinataria tampoco: es un tema sobre la hipocresía. La parte del medio que hace el bajo de Pedro es de una canción que hice cuando era chico”. ¿Y se nota la influencia de Steely Dan, que Charly escuchaba mucho? “No –desmiente García–, porque los acordes son clásicos y no tienen las alteraciones de los que usaba Donald Fagen”. ¿Y ese arreglo difícil del medio? “Simplemente, ensayo –simplifica Charly–; sabíamos de la capacidad instrumental de la banda entonces nos exigíamos mucho, pero para bien, sabiendo que lo podíamos hacer, además, porque estábamos bien entre nosotros”.
Todos los entrevistados coinciden: la armonía interna era muy sólida. “Llevó un cierto tiempo para que el sonido se consolidase, sí –explica Pedro–. Eramos una banda con una enormidad de recursos, dadas las múltiples habilidades de cada uno de nosotros. Compatibilizar todo eso y encontrarle un lenguaje común requirió un tiempo de experimentación, pero en este disco eso empezó a dar frutos”. Amílcar Gilabert se contiene: “No me quiero mostrar como fanático, pero era muy placentero trabajar con ellos. Podía haber pequeñas desinteligencias, pero nunca graves: eran producciones con mucha sonrisa, muy felices”.
“Si en la música que escuchas ya no hay vida/ si la letra ya no tiene inspiración/ si aunque aumentes el volúmen ya no hay fuerza/ son los tiempos que están huecos de emoción”, dice uno de los mejores versos del disco, perteneciente al tema Frecuencia modulada, cuya música es de David y la letra es de Charly. “Es la primera vez que hacía un solo con una guitarra acústica”, confiesa hoy David. “Me asombró que David hiciera un tema de disco music –ríe Kleiman, testigo de la grabación–. Un tema disco que se burlaba de la disco, con ese humor tan particular de Charly, que lo contagió a David. El formato de FM era medio novedoso en 1979, pero ya empezaba a estandarzarse como receptáculo de la música concheta que sería la característica de las FM”.
Paranoia y soledad marca el debut como compositor de Pedro Aznar en el seno de la banda; una canción que sonaba completamente diferente a las demás. “Cuando le mostré el demo a Charly –cuenta Pedro–, le dije que no sabía si era adecuado al sonido y estilo del grupo, y él comentó que sería bueno que yo aportara compositivamente al disco, y que si era necesario, tocara todo yo mismo. Así fue que se estableció que yo sumara algo de lo mío en cada álbum de Seru, por distinto que fuera al resto del material. Fue un gesto muy generoso y abierto de su parte, por el que siempre le voy a estar agradecido”.
Ni lerdo ni manco, Pedro tocó todos los instrumentos de su canción, incluyendo las campanas tubulares que popularizara Mike Oldfield en 1973. Paranoia y soledad parece hoy una angustiante postal envíada desde el fondo de una época difícil como lo fue 1979, en plena dictadura militar. “Sí, habla de eso –confirma Aznar– y del paisaje interior también: habla del lugar intolerante, chato, reprimido, atrasado, sangriento y brutal que era nuestro país en esos tiempos. Yo tenía diecinueve, estaba despertando a la vida lleno de esperanzas, ilusiones, sueños, anhelos y la incongruencia entre el adentro y el afuera eran causa de una angustia muy grande”.
Lado B: El cielo es tan azul pintado.
Igual de denso que Paranoia y soledad era Noche de perros, aunque sonaba como una canción más rockera, con alguna deuda a Pink Floyd y un claro parecido a Hey you, de The wall, por lo que es necesario aclarar que la obra de Waters se editó seis meses después que La grasa de las capitales. “Esa canción –revela Lebón– la compuse mucho antes del disco, tal vez en Buzios, pero fue reformulada entre todos. Tenía la suerte de tener al lado dos tipos superdespiertos como Charly y Pedro. Esa sección de los acordes del final es muy linda, y cuando la toco siempre estoy esperando esa parte para meter el solo”.
Una de las características del álbum es que Pedro pareció haber alcanzado un status de par frente a David, Charly y Moro, que tenían una trayectoria mucho más amplia. “Eso era un poco frustrante al principio, pero lo resolví escudándome en una arrogancia a toda prueba”, asegura Pedro entre risas. “Hay algunas participaciones mías que están más cerca de lo compositivo que del terreno específico de los arreglos, como por ejemplo en Noche de perros, donde la melodía de la introducción que toco en el bajo (que se convirtió en carta de presentación de la canción) es mía, como así también el riff del final que le da marco al solo de guitarra. Mi instinto de arreglador encontró en Seru Girán el mejor vehículo”.
“Viernes 3 AM la hice en quince minutos –confiesa Charly–; la escribí en un departamento en el que vivía en San Telmo, y lo primero que hice fue la letra. Y cuando comencé a buscarle la poesía, inmediatamente vino la música. Puede ser similar a lo que hace Bob Dylan, que cuenta una historia de comienzo a fin y que no tiene estribillo”. Bueno, un estribillo para una canción que habla tan claramente del suicidio no parece lo más apropiado, pero García mete el freno. “No sé si la canción habla de suicidio, porque un ‘bang’ también puede ser un despertar, una explosión, o una forma contemplativa de la angustia”.
“Las melodías a dos voces que se escuchan en la coda –completa Aznar– las tocó Charly improvisando en un mini-Moog modificado para que pudiese tocar dos notas simultáneas en vez de una. Mi solo de bajo del final lo improvisé, después lo memoricé y lo grabé de nuevo en otra pista para darle un efecto de doblaje. Mucha gente me pregunta hasta hoy como logré ese timbre. No es un pedal, no es un efecto. ¡Es trabajar el doble!”. García finaliza diciendo: “Dejé de tocarla durante un tiempo porque algunas madres me dijeron que sus hijos se suicidaron escuchando la canción”.
Los sobrevivientes es otra de las canciones que parecen “fuera” del disco, pero que sin embargo es una de las que otorga ese gusto tan especial que tiene La grasa de las capitales; un sabor exquisitamente porteño. “La grabé toda menos la parte de batería que es de Moro, que hace las campanas con el rototom –clarifica Charly. Habla del exilio, sí, pero es más una autocrítica de nuestros defectos. Y también habla de las virtudes, de lo raro que podemos ser, y del ser de acá”.
Es un tema que Charly decidió resucitar cuando grabó su CD con Mercedes Sosa, Alta fidelidad, que estuvo por llamarse de otra manera al recordar Charly la letra. “Quería llamarlo Somos de acá, pero después me convencieron de que le pusiera algo que pudiera entenderse fuera del país”.
Canción de Hollywood es probablemente una de las canciones más perfectas desde lo conceptual, y una de las menos valoradas dentro del repertorio de Charly. David Lebón coincide con esta apreciación: “Es uno de sus mejores temas; cuando lo escuché grabado no podía creer que fuéramos nosotros. Seru era increíble. Charly era como la pimienta, Pedro la sal, yo el tuco y Moro el queso: se armaba una comida que no podía ser. Había mucho equilibrio dentro de la banda”.
“Ese tema lo compuse en Los Angeles –asegura García– y lo hice onda ‘¿y esto es Hollywood?’ Fui para mezclar el primer disco de Serú, y la impresión que tuve es que Hollywood existe solamente en las películas”.
Pedro recuerda que el demo de la canción, una de las primeras que se compusieron para el disco, se grabó en su casa paterna. “Nosotros ensayábamos en la casa de mis viejos en Liniers –cuenta Aznar–, y yo tenía un piano vertical y un pequeño estudio casero. Ahí armamos el demo de Canción de Hollywood. Eso fue antes de que tuviera mi primer grabador de cinta abierta de cuatro canales, así que lo hicimos regrabando entre dos grabadores a cassette. ¡El soplido que se iba sumando con cada nueva toma terminó siendo un huracán!”.
La tapa
La proverbial frutilla sobre el postre del álbum, la constituyó la tapa: una sátira a la revista Gente en la que los cuatro miembros de Seru Girán aparecían caracterizados respondiendo a distintos estereotipos. Pese a lo ingenioso y logrado de la idea, las posteriores reediciones en CD, literalmente masacraron el arte de la portada. Era el último disco de Seru Girán para Music Hall (después se harían independientes), pero no el último crímen del sello: Pic Nic de Charly García, una espantosa compilación que incluía Música del alma y El fantasma de Canterville, que no pertenecen a Serú, fue editada como modo de obtener algún dinero aprovechando que el grupo estaba en un irrevocable ascenso.
Alfredo Rosso todavía se ríe por el arte de tapa. “La foto –explica– era una muy chota, donde están sentados en el piso con unas plantas. Y a David se le ve un bulto que para la época del proceso era pornográfico, entonces le hicieron un air brushing (sin que la técnica estuviera inventada) y literalmente le achicaron las bolas. Imaginate lo desopilante del asunto, con los empleados de la compañía corriendo de aquí para allá, pensando que podían perder su puesto por un bulto”.
Treinta años más tarde, La grasa de las capitales continúa siendo no solo una gran obra, sino que su temática permanece decididamente actual. “Lo recuerdo como un disco muy trabajado –reflexiona Charly–, con algo de furia y mucho ensayo. Y como dice Pedro, tal vez adelantado a su tiempo. Pero eso es porque las cosas no parecen haber cambiado demasiado”.
Pedro Aznar, simplemente, recita: “No transes más/ Con la cantina, con la cantora/ con la televisión gastadora/ Con esas chicas bien decoradas, con esas viejas todas quemadas/ Gente re-vista, gente careta: la grasa inunda cual fugazetta/ ¡No se banca más!”. Y pone el punto final con una pregunta que se contesta sola: “¿Cómo no va a estar vigente?”.
Por un desafortunado error, la nota central de La Grasa de las Capitales fue impresa de manera incompleta. Aquí se puede leer en su totalidad.
Fuente: Revista La Mano en Facebook
Un rayo en la oscuridad
Hace tres décadas salió el segundo disco de Seru Girán, el que terminó de convencer al público y a la prensa del valor de la unión de Charly García, David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro. Hoy, Sergio Marchi reconstruye la historia.
Bisagra: dos veces grasa. Un viejo chiste del inolvidable Minguito Tinguitella, entrañable personaje del actor Juan Carlos Altavista, que encarnó al primer cartonero de la Argentina o al último linyera. En el rock se habla mucho de los discos “bisagra” que configuran un punto de cambio en la carrera de una banda; álbums decisivos no sólo en una trayectoria sino también en una escena musical. En ese sentido, La grasa de las capitales, segundo LP de Seru Girán, es un caso de manual: sin él, el rock nacional hubiera sido muy diferente, ya que fue la piedra basal sobre la cual Seru Girán fundó su mito de cuarteto imbatible, colaborando de manera importante con la recuperación del rock argentino, que en 1978 había visto caer su nivel de actividad de manera alarmante. Claro que ellos estaban muy lejos de saber cuál iba a ser su destino. Lo único seguro para la banda de Charly, David, Pedro y Moro era que las cosas no habían salido como esperaban. Ayer, tal como hoy, el villano de turno era la prensa.
En un reportaje del Expreso Imaginario realizado por Pipo Lernoud y Raúl B. Ichi titulado “Desmenuzamos a Seru Girán”, Charly García ya despotricaba contra la corresponsal de Córdoba, Patricia Perea, quien después obtendrá del bicolor un apelativo imborrable: Peperina. “Para mí es alguien que no entiende nada de nada –arrancaba García en aquella nota– y sin embargo manda una carta al Expreso y se la publican. No sé; yo creo que ustedes no piensan que Seru Girán es un desastre, que tocamos mal y engañamos a la gente. Eso es mentira, más allá de las cuestiones éticas, filosóficas o lo que le quieras meter (...) Me parece que hay tocos contra nosotros. (...) Tocamos en Córdoba y la gente se volvió loca. Después salen con que somos una porquería… yo ya no entiendo nada”.
Las críticas que Seru Girán había recibido por su accidentado debut en el Festival de la Genética Humana a mediados de 1978 fueron feroces, pero justificadas: la gente había llenado el Luna Park para ver a la banda y, tuvo que bancarse varios otros artistas, entre ellos a un engendro brasileño llamado Casa Das Máquinas que metía ruido a dos baterías, y para colmo, ya al final, Seru tocó solo tres temas. Poco después, se presentan en Obras con una orquesta y todos los chiches, pero el público parece no disfrutar. El hoy valorado primer álbum de Seru Girán es recibido con frialdad, y una serie de conciertos en el teatro Premier no termina de convencer a nadie. 1979 pintaba fulero.
“Como grupo humano –recuerda hoy David Lebón– estábamos al mango. Porque el grupo era bueno, pero capaz que vinimos muy creídos de Brasil. Lo que sí sé es que no creímos en lo que pasaba afuera, sino en nosotros mismos y seguimos a muerte. Vendíamos los shows con Charly en moto. Vos sabés lo que es el flaco: no puede conducir ni un triciclo, entonces yo manejaba una moto que nos habíamos comprado en Buzios. Y nos íbamos a vender shows con una valijita: ¡ni teníamos manager! Melgarejo nos vendió unos shows, Badía nos ayudó a hacer el Obras y después cayó Grinbank por casualidad, porque a Raúl Porchetto se le cortó la luz en el lugar donde tocaba, cruzó al lugar de enfrente y nosotros estábamos ahí y quedamos en hablarnos”.
“Creo que se trató de volver a arrancar desde cero –reflexiona ahora Pedro Aznar vía mail–. Habíamos aparecido como un supergrupo, como se llamaba por entonces a una banda que juntara a dos o más músicos célebres. Eso creó un nivel de expectativas y exigencias inhumanas. Había que volver a las divisiones inferiores y empezar a construir desde abajo. Y resultó”.
“El primer disco había sido medio hermético –reconoce Charly García hoy, en exclusiva desde su nueva morada en Luján y demostrando que la memoria la tiene intacta–; debutamos en lo de Genética Humana y fue un fracaso, después Obras fue otro fracaso. Cuando volvemos a tocar a Buenos Aires, nos encontramos con una respuesta muy negativa, sobre todo de parte de la prensa, pero eso sirvió para acercarnos, y a la vez fue un incentivo como para que saliéramos a conquistar a la gente”.
El resultado de ese proceso fue La grasa de las capitales, donde Seru cambia de andén y utiliza sobre todo las letras de Charly como eje para una crítica descarnada hacia la sociedad, hecho que convirtió a la obra en uno de los discos conceptuales más exitosos del rock argentino. Claudio Kleiman, presente en la grabación del disco, se acuerda de ese momento tan particular en la vida del grupo. “Las críticas fueron determinantes para la onda del disco, que fue una gran revancha para Seru. Volvieron a vivir en la Argentina y se dieron un baño de realidad. La Grasa tiene mucho de Charly con su antena percibiendo el momento”.
Pero había otro ingrediente: las relaciones con Music Hall eran insostenibles y por eso el grupo no graba en el estudio de la compañía en la calle J.E. Uriburu 40, sino en Ion con la operación técnica de Amílcar Gilabert. “La grabación se inicia durante las gestiones que estaban haciendo los chicos para desengancharse de esa empresa que no los ayudaba ni los difundía. Y ese disco fue el precio para poder salir del sello”, confirma el ingeniero de sonido.
Alfredo Rosso, empleado de Music Hall en aquellos años, agrega que “había habido alguna goma de cuando se grabó el disco de Porsuigieco. Charly no se iba a quedar en un lugar en el que controlaban las horas, si se fumaba o si se llevaba comida al estudio. Tampoco quería firmar para Pamsco, la editorial de la compañía. Y se llevaba mal con la mujer de Celasco, el dueño de Music Hall”.
Lado A: el cielo siempre estuvo más allá.
“En La grasa yo estaba con bronca –afirma Charly– contra todo. El tema lo debo haber hecho inconscientemente y potenciado por el rechazo a la banda. La grasa es un candombe, pero la parte del medio –la silba– es influencia directa de Chick Corea, al que yo escuchaba mucho. Sí, ese arreglo es un moño, pero es el tipo de cosas que vos se las silbabas una vez a Pedro y él ya las tocaba. El coro del comienzo no tiene nada que ver con Queen, yo no los escuchaba, y el ruido de fritura se hizo con aceite, sartén y un micrófono para grabarlo”.
Amílcar confirma esto: “Para ser más precisos, es fritura de papas fritas. Lo grabé en casa; por lo general en los discos no se usan efectos pregrabados que tienen derechos de reproducción y lo que uno fabrica no”. Y es Charly el dueño de la voz del proto-rap del medio, efecto conseguido “con un tratamiento que usa principios de lo que hoy llamamos delay”, informa Gilabert.
“Yo tenía en mente algo así como una transmisión de radio”, concluye Charly. En la misma canción aparece un adelanto de la época: los rototoms de Oscar Moro; unos cascos de batería chatos y afinables rotando el cuerpo de la batería. “Para la mezcla de ese sonido –completa Amílcar– usábamos la sala vacía de Ion como cámara natural. Y en vivo hacía lo mismo, pero con el semiremolque vacío donde llevábamos los equipos”. Los rototoms son como una plaga dentro del disco y a la vez parte indisociable del mismo. “En un momento se puso un poco insistente ese sonido, por cierto –reconoce ahora Pedro–, pero cada época tiene sus vicios sonoros”.
San Francisco y el lobo soprendía porque era un tema acústico dentro de un grupo eléctrico y compuesto por un guitarrista eléctrico como Lebón. “El tema –revela David– está inspirado en Blackbird, y la letra es la historia de San Francisco de Asís, pero desde la perspectiva del lobo. El bicho se comía las ovejas, entonces San Francisco lo invita al pueblo y le ofrece que lo traten como un perro, a cambio que no mate más ovejas. Claro, el lobo baja y lo tratan como a un perro: le dan patadas en el orto, lo tratan como el culo, y se rebela. Por eso dice: ‘Volveré a ser feroz’. ‘Yo soy un lobo, déjenme de romper los huevos, ustedes son unos pelotudos’”.
Pedro Aznar agrega que “David había viajado recientemente a Estados Unidos a un encuentro del Gurú Maharah Ji, y trajo dos guitarras Ovation electroacústicas, una para él y la otra para mí, y varios pedales de efectos. Hicimos abundante uso de esos nuevos recursos”.
Perro andaluz termina siendo una canción de lo más engañosa. Para comenzar, Charly hoy confiesa entre risas que “jamás ví la película. Simplemente me gustó el título. Y la canción no tiene destinataria tampoco: es un tema sobre la hipocresía. La parte del medio que hace el bajo de Pedro es de una canción que hice cuando era chico”. ¿Y se nota la influencia de Steely Dan, que Charly escuchaba mucho? “No –desmiente García–, porque los acordes son clásicos y no tienen las alteraciones de los que usaba Donald Fagen”. ¿Y ese arreglo difícil del medio? “Simplemente, ensayo –simplifica Charly–; sabíamos de la capacidad instrumental de la banda entonces nos exigíamos mucho, pero para bien, sabiendo que lo podíamos hacer, además, porque estábamos bien entre nosotros”.
Todos los entrevistados coinciden: la armonía interna era muy sólida. “Llevó un cierto tiempo para que el sonido se consolidase, sí –explica Pedro–. Eramos una banda con una enormidad de recursos, dadas las múltiples habilidades de cada uno de nosotros. Compatibilizar todo eso y encontrarle un lenguaje común requirió un tiempo de experimentación, pero en este disco eso empezó a dar frutos”. Amílcar Gilabert se contiene: “No me quiero mostrar como fanático, pero era muy placentero trabajar con ellos. Podía haber pequeñas desinteligencias, pero nunca graves: eran producciones con mucha sonrisa, muy felices”.
“Si en la música que escuchas ya no hay vida/ si la letra ya no tiene inspiración/ si aunque aumentes el volúmen ya no hay fuerza/ son los tiempos que están huecos de emoción”, dice uno de los mejores versos del disco, perteneciente al tema Frecuencia modulada, cuya música es de David y la letra es de Charly. “Es la primera vez que hacía un solo con una guitarra acústica”, confiesa hoy David. “Me asombró que David hiciera un tema de disco music –ríe Kleiman, testigo de la grabación–. Un tema disco que se burlaba de la disco, con ese humor tan particular de Charly, que lo contagió a David. El formato de FM era medio novedoso en 1979, pero ya empezaba a estandarzarse como receptáculo de la música concheta que sería la característica de las FM”.
Paranoia y soledad marca el debut como compositor de Pedro Aznar en el seno de la banda; una canción que sonaba completamente diferente a las demás. “Cuando le mostré el demo a Charly –cuenta Pedro–, le dije que no sabía si era adecuado al sonido y estilo del grupo, y él comentó que sería bueno que yo aportara compositivamente al disco, y que si era necesario, tocara todo yo mismo. Así fue que se estableció que yo sumara algo de lo mío en cada álbum de Seru, por distinto que fuera al resto del material. Fue un gesto muy generoso y abierto de su parte, por el que siempre le voy a estar agradecido”.
Ni lerdo ni manco, Pedro tocó todos los instrumentos de su canción, incluyendo las campanas tubulares que popularizara Mike Oldfield en 1973. Paranoia y soledad parece hoy una angustiante postal envíada desde el fondo de una época difícil como lo fue 1979, en plena dictadura militar. “Sí, habla de eso –confirma Aznar– y del paisaje interior también: habla del lugar intolerante, chato, reprimido, atrasado, sangriento y brutal que era nuestro país en esos tiempos. Yo tenía diecinueve, estaba despertando a la vida lleno de esperanzas, ilusiones, sueños, anhelos y la incongruencia entre el adentro y el afuera eran causa de una angustia muy grande”.
Lado B: El cielo es tan azul pintado.
Igual de denso que Paranoia y soledad era Noche de perros, aunque sonaba como una canción más rockera, con alguna deuda a Pink Floyd y un claro parecido a Hey you, de The wall, por lo que es necesario aclarar que la obra de Waters se editó seis meses después que La grasa de las capitales. “Esa canción –revela Lebón– la compuse mucho antes del disco, tal vez en Buzios, pero fue reformulada entre todos. Tenía la suerte de tener al lado dos tipos superdespiertos como Charly y Pedro. Esa sección de los acordes del final es muy linda, y cuando la toco siempre estoy esperando esa parte para meter el solo”.
Una de las características del álbum es que Pedro pareció haber alcanzado un status de par frente a David, Charly y Moro, que tenían una trayectoria mucho más amplia. “Eso era un poco frustrante al principio, pero lo resolví escudándome en una arrogancia a toda prueba”, asegura Pedro entre risas. “Hay algunas participaciones mías que están más cerca de lo compositivo que del terreno específico de los arreglos, como por ejemplo en Noche de perros, donde la melodía de la introducción que toco en el bajo (que se convirtió en carta de presentación de la canción) es mía, como así también el riff del final que le da marco al solo de guitarra. Mi instinto de arreglador encontró en Seru Girán el mejor vehículo”.
“Viernes 3 AM la hice en quince minutos –confiesa Charly–; la escribí en un departamento en el que vivía en San Telmo, y lo primero que hice fue la letra. Y cuando comencé a buscarle la poesía, inmediatamente vino la música. Puede ser similar a lo que hace Bob Dylan, que cuenta una historia de comienzo a fin y que no tiene estribillo”. Bueno, un estribillo para una canción que habla tan claramente del suicidio no parece lo más apropiado, pero García mete el freno. “No sé si la canción habla de suicidio, porque un ‘bang’ también puede ser un despertar, una explosión, o una forma contemplativa de la angustia”.
“Las melodías a dos voces que se escuchan en la coda –completa Aznar– las tocó Charly improvisando en un mini-Moog modificado para que pudiese tocar dos notas simultáneas en vez de una. Mi solo de bajo del final lo improvisé, después lo memoricé y lo grabé de nuevo en otra pista para darle un efecto de doblaje. Mucha gente me pregunta hasta hoy como logré ese timbre. No es un pedal, no es un efecto. ¡Es trabajar el doble!”. García finaliza diciendo: “Dejé de tocarla durante un tiempo porque algunas madres me dijeron que sus hijos se suicidaron escuchando la canción”.
Los sobrevivientes es otra de las canciones que parecen “fuera” del disco, pero que sin embargo es una de las que otorga ese gusto tan especial que tiene La grasa de las capitales; un sabor exquisitamente porteño. “La grabé toda menos la parte de batería que es de Moro, que hace las campanas con el rototom –clarifica Charly. Habla del exilio, sí, pero es más una autocrítica de nuestros defectos. Y también habla de las virtudes, de lo raro que podemos ser, y del ser de acá”.
Es un tema que Charly decidió resucitar cuando grabó su CD con Mercedes Sosa, Alta fidelidad, que estuvo por llamarse de otra manera al recordar Charly la letra. “Quería llamarlo Somos de acá, pero después me convencieron de que le pusiera algo que pudiera entenderse fuera del país”.
Canción de Hollywood es probablemente una de las canciones más perfectas desde lo conceptual, y una de las menos valoradas dentro del repertorio de Charly. David Lebón coincide con esta apreciación: “Es uno de sus mejores temas; cuando lo escuché grabado no podía creer que fuéramos nosotros. Seru era increíble. Charly era como la pimienta, Pedro la sal, yo el tuco y Moro el queso: se armaba una comida que no podía ser. Había mucho equilibrio dentro de la banda”.
“Ese tema lo compuse en Los Angeles –asegura García– y lo hice onda ‘¿y esto es Hollywood?’ Fui para mezclar el primer disco de Serú, y la impresión que tuve es que Hollywood existe solamente en las películas”.
Pedro recuerda que el demo de la canción, una de las primeras que se compusieron para el disco, se grabó en su casa paterna. “Nosotros ensayábamos en la casa de mis viejos en Liniers –cuenta Aznar–, y yo tenía un piano vertical y un pequeño estudio casero. Ahí armamos el demo de Canción de Hollywood. Eso fue antes de que tuviera mi primer grabador de cinta abierta de cuatro canales, así que lo hicimos regrabando entre dos grabadores a cassette. ¡El soplido que se iba sumando con cada nueva toma terminó siendo un huracán!”.
La tapa
La proverbial frutilla sobre el postre del álbum, la constituyó la tapa: una sátira a la revista Gente en la que los cuatro miembros de Seru Girán aparecían caracterizados respondiendo a distintos estereotipos. Pese a lo ingenioso y logrado de la idea, las posteriores reediciones en CD, literalmente masacraron el arte de la portada. Era el último disco de Seru Girán para Music Hall (después se harían independientes), pero no el último crímen del sello: Pic Nic de Charly García, una espantosa compilación que incluía Música del alma y El fantasma de Canterville, que no pertenecen a Serú, fue editada como modo de obtener algún dinero aprovechando que el grupo estaba en un irrevocable ascenso.
Alfredo Rosso todavía se ríe por el arte de tapa. “La foto –explica– era una muy chota, donde están sentados en el piso con unas plantas. Y a David se le ve un bulto que para la época del proceso era pornográfico, entonces le hicieron un air brushing (sin que la técnica estuviera inventada) y literalmente le achicaron las bolas. Imaginate lo desopilante del asunto, con los empleados de la compañía corriendo de aquí para allá, pensando que podían perder su puesto por un bulto”.
Treinta años más tarde, La grasa de las capitales continúa siendo no solo una gran obra, sino que su temática permanece decididamente actual. “Lo recuerdo como un disco muy trabajado –reflexiona Charly–, con algo de furia y mucho ensayo. Y como dice Pedro, tal vez adelantado a su tiempo. Pero eso es porque las cosas no parecen haber cambiado demasiado”.
Pedro Aznar, simplemente, recita: “No transes más/ Con la cantina, con la cantora/ con la televisión gastadora/ Con esas chicas bien decoradas, con esas viejas todas quemadas/ Gente re-vista, gente careta: la grasa inunda cual fugazetta/ ¡No se banca más!”. Y pone el punto final con una pregunta que se contesta sola: “¿Cómo no va a estar vigente?”.
En la intimidad con Charly García
El trío del músico nos contó sobre el colapso y recuperación del ídolo trasandino
Conocen a Charly García como la palma de la mano. Fueron testigos de su colapso, lo acompañaron cuando reapareció en marzo en la ciudad de Luján después de su tratamiento y hoy protagonizarán la próxima gira por Latinoamérica que desarrollará el músico.
La banda soporte de García está liderada por los chilenos: Kiuge Hayashida (guitarra y coros), Toño Silva Peña (batería) y Carlos Ludwing González (bajo). Todos músicos de reconocida trayectoria.
Ellos estuvieron de paso ayer por Antofagasta brindando un par de presentaciones para eventos privados.
Lo próximo de este "power trío" es la gira latinoamericana con García.
"El 16 de julio nos vamos a ensayar un mes a Argentina. La gira latinoamericana -que también lo traerá a Chile -arranca en septiembre con un Charly renovado, con algunos kilos demás y con un equipo de profesionales a su lado, entre ellos un médico que lo cuidará en todo momento", afirmó Hayashida (H).
En este sentido Toño Silva (S) dijo que sería un agrado tocar en Antofagasta. "Hay expectativas en todo el continente por ver a este Charly renovado. Ojalá podamos hacerlo aquí. Todavía no están definidas las ciudades".
Contacto
-¿Cómo llegaron a tocar con García?
-(H) Fue en 2001, en Santiago, cuando tocábamos en una discoteca que se llamaba Estudio 54. Esa vez trajeron a García, en el recinto le dijeron que nosotros podíamos acompañarlo. Nos escuchó escondido y le gustó.
Después hicimos dos conciertos, ahí se le ocurrió que podía hacer algo más extenso con nosotros.
¿Cómo es Charly en la intimidad?
-(S) Es un personaje bien auténtico pues tiene momentos de ternura y de amistad. Es muy cálido como persona pero tiene su carácter.
-(H) Los momentos de rabia son cuando no le funciona algo. Es muy apasionado y comprometido. Está constantemente trabajando, no para de componer ya que la música es su vida, entonces cuando algo falla se altera mucho.
-(Carlos Ludwing, C) El personaje de locura que tiene es parte del show. Se disfraza y se pinta la cara.
-¿Cómo fue lo de la caída del noveno piso a un piscina en Mendoza?
- (C) Había tenido un problema con un periodista, entonces lo fueron a arrestar. Le dijo a la policía que era Charly y le contestaron que éramos todos iguales ante la ley. Así Charly le gritó 'mi salida es por acá' y se tiró (risas).
Valoración
¿Qué valoran de estar con él?
-(C) Es exigente pero también nos ha dado lugar para que nos expresemos. Hemos aportado ideas propias. Charly incluso ahora grabó un disco que por razones legales no participamos. Sin embargo hubo un tema -se llama "Mundo B"- que no le gustó con la otra banda y así lo regrabamos nosotros.
-¿Qué razones legales?
-(S) La jueza no estaba de acuerdo que fuéramos parte de la nueva reintegración al staff de Charly. Esto porque de él se hizo cargo la justicia argentina y el gobierno.
Prócer
-¿Charly como patrimonio nacional o algo así?
-(H) Prócer (risas). Hay una jueza a cargo de esto y un abogado que le maneja los dineros. Además sacaron a todo el entorno. Como estábamos en ese grupo de su etapa de locura, la jueza no permitió que nos acercáramos. Por esto para la nueva gira Charly pidió que fuéramos la banda de él. Para nosotros esto es un gran honor.
(C) De hecho "Palito" Ortega -el protector de García- nos dijo que costó mucho traernos de vuelta y que tuviéramos en cuenta el cariño de Charly.
-¿Qué le gustaba tomar a Charly en su etapa de locura?
-(H) Whisky puro.
-¿Porqué colapsó?
-(H) No estaba pasándola bien con sus discos. Estaba saturado.
-(S) Las cosas no le estaban resultando como él quería. Felizmente se reinventó.
-¿Qué significó para él la muerte de Gabriela Epumer?
-(H) Nosotros trabajamos un año y medio con ella. Era la guitarra líder y única mujer en la banda. Fue muy triste para él. Alcanzamos a hacernos bien amigos, compartimos hartas giras ya que era una mujer muy sana que lamentablemente murió de un edema pulmonar, fue un resfrío mal cuidado.
Fuente: El Mercurio
Conocen a Charly García como la palma de la mano. Fueron testigos de su colapso, lo acompañaron cuando reapareció en marzo en la ciudad de Luján después de su tratamiento y hoy protagonizarán la próxima gira por Latinoamérica que desarrollará el músico.
La banda soporte de García está liderada por los chilenos: Kiuge Hayashida (guitarra y coros), Toño Silva Peña (batería) y Carlos Ludwing González (bajo). Todos músicos de reconocida trayectoria.
Ellos estuvieron de paso ayer por Antofagasta brindando un par de presentaciones para eventos privados.
Lo próximo de este "power trío" es la gira latinoamericana con García.
"El 16 de julio nos vamos a ensayar un mes a Argentina. La gira latinoamericana -que también lo traerá a Chile -arranca en septiembre con un Charly renovado, con algunos kilos demás y con un equipo de profesionales a su lado, entre ellos un médico que lo cuidará en todo momento", afirmó Hayashida (H).
En este sentido Toño Silva (S) dijo que sería un agrado tocar en Antofagasta. "Hay expectativas en todo el continente por ver a este Charly renovado. Ojalá podamos hacerlo aquí. Todavía no están definidas las ciudades".
Contacto
-¿Cómo llegaron a tocar con García?
-(H) Fue en 2001, en Santiago, cuando tocábamos en una discoteca que se llamaba Estudio 54. Esa vez trajeron a García, en el recinto le dijeron que nosotros podíamos acompañarlo. Nos escuchó escondido y le gustó.
Después hicimos dos conciertos, ahí se le ocurrió que podía hacer algo más extenso con nosotros.
¿Cómo es Charly en la intimidad?
-(S) Es un personaje bien auténtico pues tiene momentos de ternura y de amistad. Es muy cálido como persona pero tiene su carácter.
-(H) Los momentos de rabia son cuando no le funciona algo. Es muy apasionado y comprometido. Está constantemente trabajando, no para de componer ya que la música es su vida, entonces cuando algo falla se altera mucho.
-(Carlos Ludwing, C) El personaje de locura que tiene es parte del show. Se disfraza y se pinta la cara.
-¿Cómo fue lo de la caída del noveno piso a un piscina en Mendoza?
- (C) Había tenido un problema con un periodista, entonces lo fueron a arrestar. Le dijo a la policía que era Charly y le contestaron que éramos todos iguales ante la ley. Así Charly le gritó 'mi salida es por acá' y se tiró (risas).
Valoración
¿Qué valoran de estar con él?
-(C) Es exigente pero también nos ha dado lugar para que nos expresemos. Hemos aportado ideas propias. Charly incluso ahora grabó un disco que por razones legales no participamos. Sin embargo hubo un tema -se llama "Mundo B"- que no le gustó con la otra banda y así lo regrabamos nosotros.
-¿Qué razones legales?
-(S) La jueza no estaba de acuerdo que fuéramos parte de la nueva reintegración al staff de Charly. Esto porque de él se hizo cargo la justicia argentina y el gobierno.
Prócer
-¿Charly como patrimonio nacional o algo así?
-(H) Prócer (risas). Hay una jueza a cargo de esto y un abogado que le maneja los dineros. Además sacaron a todo el entorno. Como estábamos en ese grupo de su etapa de locura, la jueza no permitió que nos acercáramos. Por esto para la nueva gira Charly pidió que fuéramos la banda de él. Para nosotros esto es un gran honor.
(C) De hecho "Palito" Ortega -el protector de García- nos dijo que costó mucho traernos de vuelta y que tuviéramos en cuenta el cariño de Charly.
-¿Qué le gustaba tomar a Charly en su etapa de locura?
-(H) Whisky puro.
-¿Porqué colapsó?
-(H) No estaba pasándola bien con sus discos. Estaba saturado.
-(S) Las cosas no le estaban resultando como él quería. Felizmente se reinventó.
-¿Qué significó para él la muerte de Gabriela Epumer?
-(H) Nosotros trabajamos un año y medio con ella. Era la guitarra líder y única mujer en la banda. Fue muy triste para él. Alcanzamos a hacernos bien amigos, compartimos hartas giras ya que era una mujer muy sana que lamentablemente murió de un edema pulmonar, fue un resfrío mal cuidado.
Fuente: El Mercurio
lunes, julio 13, 2009
El fin de semana siguiente al estallido de Patricio Rey en Racing Club de Avellaneda (18 y 19 de diciembre de 1998), Charly García se presentaba en el Estadio Obras. En ese momento, De La Rúa era el Jefe de Gobierno porteño y sus spots ya recorrían los canales de televisión tratando de afianzar su imagen para las elecciones del ´99. La actualidad económica era decepcionante: datos oficiales aseguraban que el 60% de los trabajadores argentinos ganaban menos de 450 pesos. El nefasto menemismo comenzaba a extinguirse…
Y luego de diez años, García regresaba al mítico Obras (todo un acontecimiento). Las crónicas dirían que el show navideño de Charly convocaría a cinco mil personas y serviría de excusa para presentar “El Aguante”. Pero gracias al “último bondi a Racing”, Los Redondos habían acaparado una gran atención mediática durante los días previos al doblete. Y Charly quería decirles algo… ese mismo sábado 26 del show en Obras, Clarín publicaba lo siguiente:Charly García por Clarín
“Por ahí leí que REM, más Porchetto, igual los Redonditos de Ricota. ¿Por qué los Redonditos de Ricota, siendo independientes de toda la vida, tocan en Racing? Aguante Cárdenas! El otro día con un amigo estuvimos discutiendo dos horas si Skay tocaba mejor la viola que yo. Y por supuesto le dije que yo tocaba mejor. Como dice Juanse: “Redondos, toquen rock! Y déjense de joder”. Toda esa gente que tienen ahí atrás, que los siguen, con las carpas y qué sé yo, me parece bárbaro. Okey. Ahora, me gustaría que ese dinero viniera a mí, porque me considero muchísimo mejor que esa porquería. Estoy hablando de la organización que tienen los Redonditos en cuanto a la seguridad, que permite que maten gente. Vamos a ver qué pasa en Obras. Aguante. Lo demás es mierda. Los que fueron a ver a los Redonditos, vengan a Obras. Pueden traer la remera de los Redonditos, si quieren. Y que vengan los Redonditos también. Están invitadísimos. Paguen la entrada todos, amigos. Y Say No More.”
Fuente: Rock.com.ar
Y luego de diez años, García regresaba al mítico Obras (todo un acontecimiento). Las crónicas dirían que el show navideño de Charly convocaría a cinco mil personas y serviría de excusa para presentar “El Aguante”. Pero gracias al “último bondi a Racing”, Los Redondos habían acaparado una gran atención mediática durante los días previos al doblete. Y Charly quería decirles algo… ese mismo sábado 26 del show en Obras, Clarín publicaba lo siguiente:Charly García por Clarín
“Por ahí leí que REM, más Porchetto, igual los Redonditos de Ricota. ¿Por qué los Redonditos de Ricota, siendo independientes de toda la vida, tocan en Racing? Aguante Cárdenas! El otro día con un amigo estuvimos discutiendo dos horas si Skay tocaba mejor la viola que yo. Y por supuesto le dije que yo tocaba mejor. Como dice Juanse: “Redondos, toquen rock! Y déjense de joder”. Toda esa gente que tienen ahí atrás, que los siguen, con las carpas y qué sé yo, me parece bárbaro. Okey. Ahora, me gustaría que ese dinero viniera a mí, porque me considero muchísimo mejor que esa porquería. Estoy hablando de la organización que tienen los Redonditos en cuanto a la seguridad, que permite que maten gente. Vamos a ver qué pasa en Obras. Aguante. Lo demás es mierda. Los que fueron a ver a los Redonditos, vengan a Obras. Pueden traer la remera de los Redonditos, si quieren. Y que vengan los Redonditos también. Están invitadísimos. Paguen la entrada todos, amigos. Y Say No More.”
Fuente: Rock.com.ar
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Entrevistas
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Las 100 del Canario
30 años de La Grasa de las Capitales
(Por Marcelo Fernández-Bitar) En su número del mes de julio, la revista que dirige Roberto Pettinato le dedica su tapa a los treinta años que cumple el disco "La grasa de las capitales", de Seru Girán.
Originalmente, la tapa del vinilo editado en 1979 era un guiño a revista Gente, algo así como lo más grasa de la época en cuanto a títulos amarillos y pavadas de la farándula local. Ahora, la idea de Pettinato fue adaptar aquella tapa al estilo de la revista Paparazzi, por ser "lo más grasa" de la actualidad.
El contenido de este número incluye una investigación del periodista Sergio Marchi, que habló especialmente con Charly García, David Lebón, Pedro Aznar, el fotógrafo Rubén Andón, el tecnico de grabación Osvel Costa y el periodista Pipo Lernoud, que recuerda que la frase que aparece en el disco ("Los dobles de Seru Girán") fue una devolución de gentilezas de Charly, que se habían ofendido con la hoy famosa crítica que Lernoud hizo de un recital de Seru Girán en la revista Expreso Imaginario, donde dijo que "Fue tan malo que solo podemos pensar que Seru no subió al escenario, sino que mandaron unos dobles".
Además, un seleccionado de periodistas de rock escribe sobre cada canción del disco, desde Juan Ignacio Boido hasta Gloria Guerrero, Alfredo Rosso, Claudio Kleiman, Marcelo Panozzo, Eduardo Berti, Pablo Schanton, Marcelo Figueras, Fernando García y Martín Pérez.
Originalmente, la tapa del vinilo editado en 1979 era un guiño a revista Gente, algo así como lo más grasa de la época en cuanto a títulos amarillos y pavadas de la farándula local. Ahora, la idea de Pettinato fue adaptar aquella tapa al estilo de la revista Paparazzi, por ser "lo más grasa" de la actualidad.
El contenido de este número incluye una investigación del periodista Sergio Marchi, que habló especialmente con Charly García, David Lebón, Pedro Aznar, el fotógrafo Rubén Andón, el tecnico de grabación Osvel Costa y el periodista Pipo Lernoud, que recuerda que la frase que aparece en el disco ("Los dobles de Seru Girán") fue una devolución de gentilezas de Charly, que se habían ofendido con la hoy famosa crítica que Lernoud hizo de un recital de Seru Girán en la revista Expreso Imaginario, donde dijo que "Fue tan malo que solo podemos pensar que Seru no subió al escenario, sino que mandaron unos dobles".
Además, un seleccionado de periodistas de rock escribe sobre cada canción del disco, desde Juan Ignacio Boido hasta Gloria Guerrero, Alfredo Rosso, Claudio Kleiman, Marcelo Panozzo, Eduardo Berti, Pablo Schanton, Marcelo Figueras, Fernando García y Martín Pérez.
miércoles, julio 08, 2009
Estoy meditabundo y cabizbajo y casi me voy por ahí
Hace dos meses se mudó de la casa que tiene Palito Ortega en Luján a un coqueto departamento con jacuzzi en Palermo, donde lo asiste una enfermera y sigue estrictamente con su recuperación. Cumple con una rutina de kinesiología y ejercicios en un gimnasio, hace yoga y meditación, y dedica todo el tiempo libre a ensayar y preparar temas junto a su banda, ansioso por regresar a los escenarios antes de fin de año. Aquí, un García renovado.
García ya está instalado en un departamento de Palermo, pero los fines de semana –junto a su manager, Fernando Szereszevsky– suele visitar a su amigo Ramón Ortega al campo de Luján. Allí Charly volvió a la vida.
En su círculo más íntimo cuentan que volvió a ser aquel muchacho introvertido, tranquilo y tímido de los comienzos de la escuela secundaria, cuando empezaba a transitar el camino de la música. Aquel Carlos Alberto García Moreno (57) al que la fama, con todo lo que ella trae consigo, aún ni siquiera había rozado. Sí, los que lo conocen bien explican que Charly era muy reservado y poco afecto a querer sobresalir; al contrario, prefería pasar desapercibido. Después los tiempos cambiaron: se convirtió en un divo del rock y pagó caros algunos excesos. Hoy, recuperado, vive para componer canciones y su mundo pasaron a ser los teclados, su banda y el regreso tan esperado a los escenarios. Digamos que se transforma en Charly en su versión más explosiva sólo en la sala de ensayos, que visita todos los días en el corazón de Villa Urquiza. Allí se junta con sus viejos compañeros de grupo: El Zorrito Fabián Von Quintiero, Hilda Lizarazu, El Negro Carlos García López, y los músicos chilenos que lo secundaron en los últimos tiempos. Y no para de componer e inventar nuevos temas. Está tan enchufado que su manager, Fernando Szereszevsky, está definiendo los últimos detalles para su regreso, que será en el exterior. Aunque todavía no se puede precisar el país, se sabe que la reaparición será antes de fin de año y con un show que promete ser espectacular.
Pero, ¿cómo está la salud del ídolo? “Cada día mejor: nueve puntos con cincuenta”, arriesgan sus más allegados. Ya hace dos meses que dejó Mi Negrita, la confortable casa de campo de Luján de su amigo Palito Ortega, para mudarse a un coqueto departamento de Palermo, producto de la evolución lograda en el tratamiento que viene cumpliendo estrictamente y cuyos resultados son óptimos. Hay un nuevo García versión salud que ronda los 85 kilos –su peso ideal–, sólo toma su bebida preferida, Coca Cola, fuma sin excesos y realiza una rutina de kinesiología y ejercicios en un gimnasio cercano a su nuevo hogar, ahora interrumpida por prevención frente a la epidemia de gripe A que tanto preocupa a los argentinos. En su flamante depto tiene un jacuzzi que utiliza para relajarse. Con ese fin, Charly también venía concurriendo a clases de meditación y yoga en el espacio Key Biscayne, la marca de su amigo Nicolás Cuño que lo viste desde hace años. No es todo: también tiene un chofer a su disposición las 24 horas. Lo están tratando mejor que nunca. Por eso, suele comentar entre amigos: “Ahora me siento una verdadera estrella de rock. No me falta nada. Cuando estuve en lo de Palito me sentía como en Disneylandia. Todo era alucinante: la casa, el parque, el estudio de grabación. Por eso, los fines de semana, de vez en cuando, voy a visitarlos. Pero acá también estoy como un rey. Hoy mi vida es meditación, yoga, buenos amigos y mucho rock’n roll”.
Está tan metido con la música que sale a recorrer casas para comprar teclados y otros instrumentos con la mejor tecnología. Y sueña con el regreso y un nuevo disco, que saldrá después de una serie de shows que dé en el extranjero, pero también en la Argentina. Ya se especula con el escenario que pisará en nuestro país. Algunos recomiendan un gran teatro, para darle ese sello ceremonioso y distinguido de gran maestro. Otros prefieren algo masivo, que haga estallar de público un estadio como el de Boca o el de River. Habrá que esperar. Ya no falta tanto para su vuelta.
Mientras tanto, García también tiene vida íntima. Y su relación con Mercedes Iñigo, fan suya, más conocida como DJ Mecha, marcha cada vez mejor. También volvió a disfrutar de eso de juntarse con amigos a comer. Hace pocos días fue al teatro Astral a ver El joven Frankenstein, protagonizada por Guillermo Francella, acompañado del Zorrito Fabián Von Quintiero y de su manager, Fernando Szereszevsky. Y luego todos partieron a comer a Bruni, en el Bajo Belgrano, donde se encontraron con otros famosos como Héctor Bambino Veira, Nito Artaza, Miguel Angel Cherutti, Diego Korol y Palito Ortega, uno de los hombres clave para este excelente presente de García. A propósito, cada vez que habla de él, sólo tiene palabras de agradecimiento: “¿Qué significa Ramón para mí? Me demostró que es un excelente amigo. Y ni hablar de su familia, que me hace sentir como uno más. Le agradezco todo lo que hizo y hace por mí, a Fernando también. Y les voy a demostrar que estoy bárbaro el día que vuelva a los grandes escenarios. Ojo que no falta mucho. Les aseguro que pronto Charly vuelve con todo. Ya van a ver”.
Por Miguel Braillard. Fotos: Walter Papasodaro y Angel Otero (prensa Charly)
Fuente: Revista Gente
García ya está instalado en un departamento de Palermo, pero los fines de semana –junto a su manager, Fernando Szereszevsky– suele visitar a su amigo Ramón Ortega al campo de Luján. Allí Charly volvió a la vida.
En su círculo más íntimo cuentan que volvió a ser aquel muchacho introvertido, tranquilo y tímido de los comienzos de la escuela secundaria, cuando empezaba a transitar el camino de la música. Aquel Carlos Alberto García Moreno (57) al que la fama, con todo lo que ella trae consigo, aún ni siquiera había rozado. Sí, los que lo conocen bien explican que Charly era muy reservado y poco afecto a querer sobresalir; al contrario, prefería pasar desapercibido. Después los tiempos cambiaron: se convirtió en un divo del rock y pagó caros algunos excesos. Hoy, recuperado, vive para componer canciones y su mundo pasaron a ser los teclados, su banda y el regreso tan esperado a los escenarios. Digamos que se transforma en Charly en su versión más explosiva sólo en la sala de ensayos, que visita todos los días en el corazón de Villa Urquiza. Allí se junta con sus viejos compañeros de grupo: El Zorrito Fabián Von Quintiero, Hilda Lizarazu, El Negro Carlos García López, y los músicos chilenos que lo secundaron en los últimos tiempos. Y no para de componer e inventar nuevos temas. Está tan enchufado que su manager, Fernando Szereszevsky, está definiendo los últimos detalles para su regreso, que será en el exterior. Aunque todavía no se puede precisar el país, se sabe que la reaparición será antes de fin de año y con un show que promete ser espectacular.
Pero, ¿cómo está la salud del ídolo? “Cada día mejor: nueve puntos con cincuenta”, arriesgan sus más allegados. Ya hace dos meses que dejó Mi Negrita, la confortable casa de campo de Luján de su amigo Palito Ortega, para mudarse a un coqueto departamento de Palermo, producto de la evolución lograda en el tratamiento que viene cumpliendo estrictamente y cuyos resultados son óptimos. Hay un nuevo García versión salud que ronda los 85 kilos –su peso ideal–, sólo toma su bebida preferida, Coca Cola, fuma sin excesos y realiza una rutina de kinesiología y ejercicios en un gimnasio cercano a su nuevo hogar, ahora interrumpida por prevención frente a la epidemia de gripe A que tanto preocupa a los argentinos. En su flamante depto tiene un jacuzzi que utiliza para relajarse. Con ese fin, Charly también venía concurriendo a clases de meditación y yoga en el espacio Key Biscayne, la marca de su amigo Nicolás Cuño que lo viste desde hace años. No es todo: también tiene un chofer a su disposición las 24 horas. Lo están tratando mejor que nunca. Por eso, suele comentar entre amigos: “Ahora me siento una verdadera estrella de rock. No me falta nada. Cuando estuve en lo de Palito me sentía como en Disneylandia. Todo era alucinante: la casa, el parque, el estudio de grabación. Por eso, los fines de semana, de vez en cuando, voy a visitarlos. Pero acá también estoy como un rey. Hoy mi vida es meditación, yoga, buenos amigos y mucho rock’n roll”.
Está tan metido con la música que sale a recorrer casas para comprar teclados y otros instrumentos con la mejor tecnología. Y sueña con el regreso y un nuevo disco, que saldrá después de una serie de shows que dé en el extranjero, pero también en la Argentina. Ya se especula con el escenario que pisará en nuestro país. Algunos recomiendan un gran teatro, para darle ese sello ceremonioso y distinguido de gran maestro. Otros prefieren algo masivo, que haga estallar de público un estadio como el de Boca o el de River. Habrá que esperar. Ya no falta tanto para su vuelta.
Mientras tanto, García también tiene vida íntima. Y su relación con Mercedes Iñigo, fan suya, más conocida como DJ Mecha, marcha cada vez mejor. También volvió a disfrutar de eso de juntarse con amigos a comer. Hace pocos días fue al teatro Astral a ver El joven Frankenstein, protagonizada por Guillermo Francella, acompañado del Zorrito Fabián Von Quintiero y de su manager, Fernando Szereszevsky. Y luego todos partieron a comer a Bruni, en el Bajo Belgrano, donde se encontraron con otros famosos como Héctor Bambino Veira, Nito Artaza, Miguel Angel Cherutti, Diego Korol y Palito Ortega, uno de los hombres clave para este excelente presente de García. A propósito, cada vez que habla de él, sólo tiene palabras de agradecimiento: “¿Qué significa Ramón para mí? Me demostró que es un excelente amigo. Y ni hablar de su familia, que me hace sentir como uno más. Le agradezco todo lo que hizo y hace por mí, a Fernando también. Y les voy a demostrar que estoy bárbaro el día que vuelva a los grandes escenarios. Ojo que no falta mucho. Les aseguro que pronto Charly vuelve con todo. Ya van a ver”.
Por Miguel Braillard. Fotos: Walter Papasodaro y Angel Otero (prensa Charly)
Fuente: Revista Gente
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