De pronto apareció en el panorama nacional este flaco rubio y loquito que vestía frac blanco mientras saltimbanqueba sobre el escenario del Luna Park delante de 30.000 personas. Toda la chismografía periodística se ocupó de él señalándolo como un talento juvenil y renovador. Charly -o como le dicen los íntimos, “García”- dió la espalda al asunto y se dedicó a preparar un nuevo grupo: La Máquina de Hacer Pájaros y juntarse con sus amigos para grabar PorSuiGieco.
Ahora, La Máquina ha lanzado sus primeros pájaros a volar y Charly ha demostrado de sobra que su popularidad no es lo único que ha crecido en él desde que comenzó con Nito Mestre fundando Sui Generis. Como tecladista y como compositor está empezando a ser tomado muy en serio, y quien escucha sus letras se da cuenta de que hay algo más. Es de ese “algo más" de lo que gusta hablar Charly, aunque la conversación gire alrededor de la música argentina, la extranjera, el estrellato o los sintetizadores. Así pasó en este reportaje, que él terminó diciendo: “Hacía mucho que no hablaba tanto".
Charly García: "No te dejes desanimar"
¿Quien entiende las letras?
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No dejarse desanimar por el bajón de la ciudad |
-¿Cómo ves tu evolución desde que empezaste hasta ahora, y cómo vez al público?
-Cuando yo empecé a componer, pensé que los que me iban a escuchar iban a ser tipos más o menos de mi edad porque a ellos les estaba pasando lo mismo que a mí: irme de mi casa, etc. Siempre uno habla de lo que le pasa. Si yo digo "pobre ese tipo que no se puede sacar la corbata", a lo mejor el que no está pudiendo sacarse la corbata del todo soy yo. Entonces escribí sobre esa etapa en que uno pasa de la vida familiar a su propia vida independiente, hasta que eso terminó y me pareció que ya había dicho lo que tenía que decir. Y ahora tengo que contar lo que me pasa en este momento.
Desde el principio fue muy mágico subir a tocar y que no me conociera nadie y sin embargo me escucharan. Había una total comunicación. Con el tiempo se fue sumando otro público, chicos jóvenes, estudiantes, que a veces no entienden la letra o no están muy en el rock pero les gusta igual.
-¿A vos te parece que tu música más reciente es más difícil?
-Lo que pasa es que buscamos un nuevo estilo. En el primer LP de La Máquina hay temas con ondas musicales muy distintas. Y todavía estoy buscando ese lenguaje y ese estilo. Y sobre todo estoy viendo de qué voy a hablar. Es genial cuando uno encuentra un argumento para decir lo que quiere. Pero a veces para decirlo hay que dar muchas vueltas, y es allí donde la gente se pierde. Yo trato de cargar las cosas con símbolos e imágenes que pueda entender todo el mundo. En el primer LP hay temas que hablan de todo el asunto de la separación de Sui Generis, pero de una forma medio irónica. No sé, yo escribo y veo lo que pasa. Antes a lo mejor era todo más claro. Nuestros problemas eran más simples. Había que romper con toda una mentalidad. Ahora, que mucha gente ya dio ese paso, hay que seguir hablando. Por eso estoy pasando como un momento de transición, pero estoy tranquilo.
No puedo hablar de nuevas cosas con viejas palabras. ¿Qué puedo hacer si ahora no me entiende todo el mundo y lo de la máquina resulta un poco oscuro? Hay que inventar un lenguaje nuevo.
Sé que la gente que tiene que entender va a entender. De todos modos, lo que más me importa es tocar, grabar discos y estar sobre un escenario comunicándome.
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Los músicos a veces se la creen... |
-Las letras de La máquina hablan del hecho de haberse convertido en un superstar, cosa que de alguna manera continúa esa tradición de Sui Generis de hablar de lo que te está pasando...
-Sí, hablan de eso. Después de la separación de Sui Generis pasé una etapa en la que estaba muy deprimido. Fui al psicoanalista y todo. Porque cuando empezamos con Nito estábamos en segundo o tercer año del bachillerato, y después de tantos años de estar con alguien yo me encontré solo. Cuando te separas de un grupo es como si hubieras perdido la familia, los amigos, todo. Después del Luna Park y la película, empecé a ver desde afuera toda la bola que se había armado con S.G. Sobre todo la relación de las chicas y los chicos conmigo. Empecé a analizarlo y me pareció raro, hasta gracioso. Yo no hago nada para que me tengan de ídolo, yo sólo canto y toco en el escenario. Y en el Luna Park tenía visiones de gente que lloraba, de madres e hijas sufriendo la separación del grupo. Y entonces empecé a componer sobre eso.