domingo, mayo 31, 2020

El comunicado de la familia de Charly García sobre su estado de salud

La familia de Charly García emitió este domingo un comunicado luego de que se conociera la noticia de su internación el sábado , en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento.

Tras aclarar que el primer hisopado por coronavirus dio negativo, su entorno hizo mención al actual estado de salud del músico.

"La evolución clínica es buena, actualmente se encuentra en una habitación común y de buen ánimo, deberá permanecer pocos días más internado, para cumplir tratamiento antibiótico", informaron y también detallaron a quiénes quiere agradecer Charly por el cuidado que está recibiendo en el IADT: "A los médicos, médicas, enfermeros, enfermeras, kinesiólogos, kinesiólogas, camilleros, camilleras, que trabajan con tanta dedicación y empeño, y en especial a su médico de cabecera, Dr. Sebastián Grinspon que está siempre, cada día, a su lado".


Charly García fue internado de urgencia este sábado, por un cuadro febril y fuertes dolores musculares. Como sus síntomas eran similares a los producidos por el coronavirus, se le hizo un primer hisopado, que dio negativo, aunque de todas formas se le realizará un segundo testeo. El músico, de 68 años, ingresó al Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento con 38 grados de fiebre. En la mañana y tarde de este domingo se le está realizando una batería de estudios.

Cuatro meses atrás, el artista había sido internado por un fuerte golpe en su cadera, producto de una caída en su casa , por lo cual debió suspender su show en el festival Cosquín Rock 2020. En 2015, García fue sometido a una operación en la que se le colocó una prótesis de cadera, y en marzo de 2016 lo intervinieron para quitarle un clavo que le habían colocado en la operación anterior.


Fuente: La Nación

El blog de Charly García (hecho por DIOS)

jueves, mayo 21, 2020

Charly García y Roberto Pettinato grabaron juntos el primer disco de jazz del prócer del rock argentino

Roberto Pettinato se propuso grabar un disco que homenajeara a Charly García, pero los planes cambiaron sobre la marcha, y el propio Charly se sumó al proyecto como uno más. (Foto: Gentileza R.P.)
Un sonido totalmente limpio y puro. Roberto Pettinato le dijo que no quería canciones como No voy en tren, voy en avión, y Charly le respondió que a él tampoco le gustaba ese hit. Debían ser temas de duraciones largas que permitieran que Pettinato pudiera meter su saxofón.

Charly y Mecha, su mujer y curadora del proyecto, le entregaron a Pettinato buena parte del material encapsulado en iPad’s de Pandora que Charly iba rompiendo con el uso, y el ex Sumo debía ocuparse de arreglar. Ahí se encontraron las amígdalas harapientas del más melancólico de todos los García que conocemos.

El álbum empezó siendo un homenaje, pero se volvió incontenible hasta para el propio Charly. En Pettinato plays García, el prócer canta tres temas con una voz orgánica hecha de gárgaras de fibra de vidrio. Crudo, nada que ver con el timbre metálico de Random (2017), el asombroso regreso del mejor Charly posible. Acá es otra cosa, es un tipo diciendo: “Soy esto, esto es lo que hay”. En barbijo y en pelotas. O como nos cantaba en Hipercandombe: “Y si te asusta este canto final, o no le encuentras sentido, podés cambiar el dial”.

Charly está presente en todo el álbum. Canta en tres temas y toca en siete de los 11 tracks. Se grabó todo en una sola jornada maratónica que pagó el propio Pettinato. De 10 AM hasta la medianoche. En algún momento apareció García y descompuso la grabación que estaba en marcha para meterse más, más y más.

La idea que lo entusiasmaba era desenterrar canciones con melodías impresionantes a las que nadie le había dado bola. Participaron Andrés Marino, pianista y compositor, Omar Menéndez, en batería, Hernán Cassibba en bajo y Roberto en saxofón. Por lo demás, en piano, órgano, mellotrón, voces, coros, guitarras y ¡vibráfono!, Charly.

​Un cuarteto de jazz tradicional más la extraordinaria voz del ícono como a punto de retirarse a una caverna glacial.

Meses de conversaciones entre Mecha, Charly y Pettinato. La grabación está cumpliendo justo un año.

-¿Siempre te gustó García como para hacerle un homenaje?

-Charly tiene muchos efectos en la voz. Es maravillosa para hacerla sonar como la del Polaco Goyeneche. Siempre creí que su música estaba guardada dentro de otra cosa diferente y a veces tapada, quizás, por los teclados. Me decía: '¿Qué pasa si la limpio y hago que suene absolutamente pelada?' Con el cuarteto de jazz formado y activo, un día escuché un disco de Bob Dylan que Charly escuchaba. El disco era totalmente fuera de la armónica o la guitarra. Era Dylan, que había sido acusado de no tener voz, quien decide cantar temas clásicos de jazz como Stormy Weather y otros, con orquesta. Al oírlo sentí que realmente era Charly. Muchas veces, uno escucha una música y piensa en otra cosa. Escucha e imagina. Escucha y puede surgir algo nuevo, serio o gracioso. Algo así nos pasaba de chicos cuando alguien ponía los Bee Gees y pensábamos en ovejas...

Pensó en García.

"Con Charly y Mecha, su mujer y compañera de toda la vida, incluso mi hija Tamara presente, ya habíamos pasado varios cumpleaños y fiestas de Fin de Año en donde se tocaba, se hablaba y a veces el día te sorprendía con un proyecto que en segundos todos olvidábamos. Empecé a llevar el saxofón a su casa y tocamos muchas veces varios temas. Algo de eso iba a quedar. En un momento tocó Happy and Real (NdR: incluida en Tango 4, Influencia y Kill Gil), y me pareció tan genial y única que le dije: '¡Estos temas de Broadway son increíbles!'".

-Naah, es mío… -devolvió Charly.

-¡¿Queeé?!

-Es un tema que alguien calificó como “la mejor balada que escuche en los últimos 20 años" -agregó García.

Charly García, en plena grabación, al estilo de los viejos discos de jazz: todo en una toma y en un solo día. (Foto: Gentileza R.P.)

Pettinato: “De pronto, en un corto encuentro que tales fueron las palabras de... ¡Tony Bennett! (...) Empezamos a trabajar sin darnos cuenta en lo que, como bien dice Mecha, es el único disco de Charly de jazz. Yo había decidido que mi idea era lo suficientemente sólida como para ser aceptada o rechazada por igual. El proyecto consistía en hacer los temas menos conocidos de Charly, pero con un tratamiento de melodía de compositor que toca un mandala, mostrando el ser brillante que es, tan pero tan lejos de todos los demás".

Charly pondría condiciones. Necesitaba saber cuáles serían esas canciones.

-En la voz del tema de difusión se lo escucha virgen, despojado, demasiado lejos del maquillaje tecnológico de Random.

-Sí, pero no es la voz de un tipo hecho. ¡Es Goyeneche!

“El proyecto consistía en hacer los temas menos conocidos de Charly, pero con un tratamiento de melodía de compositor que toca un mandala, mostrando el ser brillante que es, tan pero tan lejos de todos los demás”.

Pettinato llora. Ocurre. Llora de emoción. ¿Alguien vio a Pettinato adulto emocionarse?

“Es el disco más melancólico de Charly. Lo que te pido, le dije yo, son los temas que merecen ser revisados y vueltos a vestir. Esa misma magia escondida tendría que estar presente en todo el material".

La idea: crear una obra de 50 minutos. Charly fue el “supervisor” y Mecha, su mujer, “la curadora del proyecto”. Hubo cientos de llamados y explicaciones por celular:

-Necesito temas con cierta lírica –explicaba Pettinato.

-¿Lírica cómo qué? –Mecha.

El laboratorio. Charly García, Roberto Pettinato y compañía, monitoreando el resultado del encuentro musical. (Foto: Gentileza R.P.)

-Temas con melodías largas, melodías que el saxofón pueda adoptar sin quedar envuelto en música para supermercado. Evitemos los No voy en tren voy en avión.

-No te preocupes, Charly me dice que a él tampoco le gusto nunca esa canción (Mecha).

Ahí es que García, “con sus antenas que todo lo ven y todo lo pescan”, comenzó a recorrer su repertorio. Surgen 20 trajes verdes (Seru Giran), Total Interferencia (Piano Bar), Transatlántico art decó (Pubis angelical). Y Say No More.

Entre un cuarteto al borde del estilo Coltraniano, “pero suave y elástico”, surgió la versión que Charly en un comienzo apenas reconoció de Say No More.

"¡Quedó otro tema!”, dijo lanzando una carcajada.

Otros temas incluidos son Tango en Segunda y Vos también estabas verde. Esas eran algunas de las elegidas, hasta que llegó el momento fantástico:

"Mecha me llama y me dice: 'Charly suele jugar con las iPads pero se le rompen. Tengo 12 rotas para ser reparadas algún día'. Yo le pregunto: '¿Pero hay música adentro?' '¡Por supuesto!', me responde... Miles de temas que le fueron saliendo y los grababa ahí'".

Las grabaciones desencontradas sólo podrían escucharse si alguien arreglaba los aparatos. Uno tenía rota la pantalla, otro estaba pintado como ya imaginamos, otro estaba deformado...

Pettinato se ocupó. “Apenas audible encontré algo que me llamó la atención. Era una cosa hecha en un órgano como los de las catedrales, con esa misma cadencia que ameritan los coros de niños de Viena. Le pedí a mi pianista Andy Marino que por favor lo pasara a papel y que sacara las notas porque yo no lo entendía”.

Charly solía monitorear lo que se tocaba. Los ensayos ocurrían en casa de Pettinato, pero él no iba. “Yo todo se lo pasaba a Mecha, y Mecha a él. El material iba y venía por iPhone para que él viera cómo iba quedando”.

-Soy yo, Petti. El tema del órgano está buenísimo.

-¿De quién es? –pregunta García.

-¡¡Tuyo!!

-Ahhhh (Charly riéndose), entonces está muchísimo mejor.

Charly García, especialista en romper iPads, compuso un tema después de la única vez que visitó una iglesia. (Foto: Gentileza R.P.)

El boceto estaba en un Ipad vencido. Mecha cuenta que es un tema que hizo la única vez que García visitó una iglesia. “No me acuerdo donde, pero sé que fuimos. Entró y salió. A la noche compuso eso".

-¿Qué nombre le ponemos? –soltó Roberto.

-No sé, fijate vos –dijo García. No está ni registrado.

-Bueno pongámosle Ipad Chuch Number 9, en recuerdo de los Cloud 9, de George Harrison, y Revolution 9, de Los Beatles.

De pronto en otro Ipad Pettinato descubre Película sordomuda (Influencia, 2002), tocada por Charly al piano en su versión original.

“Era como un tema de Jerry Roll Morton o algo así. Le digo al pianista: veamos qué contiene si lo tocamos despacio, que cada nota suene y tenga su valor... Bué, ni hablar: nos encontramos con una balada tremenda”.

Con dos meses de ensayar casi a diario y vueltas y vueltas y vueltas y aún más, el repertorio estaba casi terminado. Serían 11 temas y lo que pudiera suceder en el estudio, si es que Charly se dignaba a ir. Estaba invitado, claro, pero la idea original era que simplemente tocara y cantara Happy and Real. Eso era todo.

El álbum se grabaría como los discos de jazz, es decir, en un día, en una jornada de aproximadamente 12 horas. La obra de 50 minutos 4 segundos estaba en camino. Para lograr esto, los temas irían unidos con sonidos y trabajos de collage sonoros.

Pettinato: “Es algo que hice en honor a Charly a propósito porque sé que desde los tiempos de Say No More, siempre le gustó”.

Entraron al estudio un día de mayo de 2019. Petti lo cuenta todo con detalles de orfebre.

“Comenzamos a grabar los temas sin ningún tipo de descanso ni nada. El entusiasmo lo podía todo. La pregunta era siempre la misma de parte de los músicos: '¿Viene Charly?' Yo no sabía qué responder. Llamaba a Mecha y me decía: 'Ya está vestido'”.

Mecha, por el tema delicado de la cadera de Charly, pregunta si hay escaleras en el estudio. “No sé por qué en ese momento le dije: 'No pasa nada, no hay'. Después de horas grabando me había olvidado que eran dos pisos por escalera. Cuando me doy cuenta del pequeño detalle, llamé para avisar, imaginando lo peor”.

Al rato le devuelven el mensaje: "Estamos en un taxi".

Lentamente, “con su outfit rockero con campera negra”, peldaño a peldaño, bajaba Charly García con una sonrisa grande como un parque, buscando el piano al que después calificó así: "Me encantan estos que se compran acá en Juan B. Justo".

“Comenzaron las sesiones de nuevo porque quería tocar y después agregar aún más cosas –explica Pettinato-: sonidos, guitarras, mellotrón. Y lo quería hacer incluso en los temas que ya estaban hechos. Ya era mucho más que una colaboración, y muchísimo más aún que una participación en un solo tema. El proyecto le había encantado y estaba feliz pidiendo una guitarra para usarla como efecto. En un momento, no lo olvidaré nunca, al escuchar iPad Church Número 9, me dice al oído: ‘Este tema está bueno’”.

Días después se juntaron todos y más adelante Mecha le fue enviando pequeños videos de Charly escuchando los temas y diciendo: "¡¡¡Este disco es internacional!!!!!". O, "muyyy finoooo. Es una película".

La mujer de Charly se comunicó con Pettinato durante la presente pandemia, “hoy, hace horas nomás”, para darle un mensaje claro. “Hay que sacarlo ahora. Es como una alegría para la gente". Y chau.

Es por eso que se está preparando su salida en las redes y plataformas. “Y cuando la naturaleza lo decida, podremos editarlo en disco físico”, adelantaron los interesados.

“El asunto de la voz fue un tema aparte. Yo le dije: ‘Te pondré un micrófono en la garganta. No cantarás con ningún esfuerzo. Tu garganta será como un codo sobre el piano de un hotel 5 estrellas, vos en el lobby tocando para los presentes´. Todo lo que se escucha fue grabado en una sola toma y en una sola versión”, cuenta Pettinato.

“García logró que el disco se convirtiera en una obra. Su voz, sus tempos, su forma de equilibrar y sostener en dinámicas todas las canciones, convirtieron este disco en un ladrillo difícil de romper. Tal vez no sea un álbum cómodo, pero así son aquellos que llevaron el rock siempre un inesperado paso más allá. Un paso que tanto lo hizo reír cuando le dije: ‘¡Qué disco, diossss...! Cuando lo escuches te vas pedir un autógrafo a vos mismo!".


Por Hernán Firpo

Fuente: Clarín

El blog de Charly García (hecho por DIOS)

martes, mayo 05, 2020

Hello! MTV Unplugged a 25 años


En medio de un renacimiento creativo y musical que supuso “La Hija de la Lágrima”, Charly García haría historia al ofrecer el primer concierto acústico de la versión latinoamericana de MTV Unplugged. El resultado: un recital que funge como repaso, homenaje a un carrera única y donde los errores son elementos que demuestran el tamaño de la leyenda argentina.


A mediados de la década de 1990, el rock en español experimentaba un momento lleno de hitos que lo marcarían profundamente. Separaciones y debuts se daban en oleada gracias al boom que supuso la llegada de MTV al continente. Sin embargo, un caso aislado estaba en efervescencia: el renacer de Charly García.

Su séptimo álbum solista “La Hija de la Lágrima” había finalizado una etapa llena de colaboraciones y reuniones que desgastaron su estilo, llevando al músico porteño a una obligatoria evolución en su sonido, pasando del pop meloso, el rock convencional a un rock experimental lleno de simbolismos pero de múltiples momentos de genialidad renovada.

Para aquella época, la serie Unplugged había llegado al continente y el inicio fue alejado de la base “desenchufada” del propio concepto con instrumentos eléctricos. Sería justamente con García que la música en español seguiría el camino acústico que se ha mantenido por más de 20 años y que ha dado grandes episodios a la altura de su contraparte en inglés.


EL CONCIERTO
Entre limusinas, conversaciones y ensayos limitados, Charly preparó su MTV Unplugged como una manera de repasar de su carrera a través de varios de los clásicos en su carrera. Si bien, en un principio el compositor fue escéptico respecto a este proyecto, lo cierto es que poco a poco fue cediendo e incluso, lo concibió con tanto ahínco que resultó en un concierto de vibras espectaculares: todo se escuchaba genial.

Con el cabello teñido de rubio para honrar a Kurt Cobain que había fallecido un año antes, García junto a la legendaria guitarrista María Gabriela Epumer, el emblemático tecladista Fabián Quintiero, el experimentado baterista Fernando Samalea así como los hermanos Erika y Ulises Di Salvo en violín y chelo respectivamente, recorrió toda una extensa vida artística en magistrales versiones renovadas.

“Yendo de la cama al Living” fue la apertura-preámbulo de un concierto que iba combinar la calidad traducida en arreglos acústicos sólidos con una excentricidad propia del de bigote bicolor, reflejada por la convivencia entre un piano de cola y una muñeca que intervenía con frases aleatorias pero que le da una magia única: un sello que esta bien representado en el título de esta presentación.



“Rezo por vos” fue el momento obligatorio para cumplir con el eterno homenaje al amigo y referente Luis Alberto Spinetta. Una nueva lectura que crece por la bella sección de cuerdas, la ambivalencia piano-órgano y la voz artificial de la muñeca.



Tras una versión más blues de su clásico “Fanky”, llega el turno a la genial “Pasajera en trance”, canción perteneciente a “Tango”, primer álbum entre García y el bajista Pedro Aznar. Aquí se reinventa y consagra como clásico, gracias sobre todo al aporte de Gabriela Epumer, uno de los puntos más altos de este Unplugged.



Una seña de identidad para este recital fueron los constantes errores por parte de Charly. Curiosamente, estos fallos que podrían ser imperdonables en otras circunstancias, aquí magnifican la vibra intimista, auténtica y artística que siempre caracterizó al pianista. Esto se ve sobre todo con el meddley de Serú Girán, en el cual están presentes versiones míticas de tres canciones ya inmortales: “Serú Girán” “Eiti Leda” y “Viernes 3 AM”, con un homenaje en cuerdas al bajo virtuoso del ya mencionado Pedro Aznar.



“Cerca de la revolución”, considerada por Rolling Stone “mejor canción del rock argentino, tuvo su lugar como primer momento álgido del desenchufado. Enfundado en una guitarra acústica, García ofrece una gran interpretación de este clásico absoluto, que a la postre, sería reconocida en múltiples recopilaciones tanto del artista como del rock latinoamericano.


De su fenomenal “Piano Bar”, “Promesas sobre el bidet” reafirma la gran transformación que todas las composiciones sufrieron en esta presentación. Cuerdas que se fusionan fenomenal con el órgano y piano con los que García disfruta cual niño. Los voltios elevados dan paso a una nueva canción que pareciera pieza de música clásica.



El tango esta impregnado en muchas vertientes de la música argentina, una raíz de la que no se escapa sino que se retorna casi siempre. Y esto sucedió con “No soy un extraño”, en la cual se dejó de lado esa atmósfera electrónica para moverse por el bandoneón del baterista Salamea, ampliando el significado de lucha social ya reflejado en la versión de “Clics Modernos”.



Retomando su primer álbum cumbre como solista, “Los Dinosaurios” vuelve a reencarnar en un ambiente íntimo, donde los acordes de piano, las cuerdas en tono grave,un bajo sutil y un sentimiento vocal por parte de la dupla Epumer-García que sin duda dignifica el legado de un himno que en el mensaje sigue (desafortundamente) vigente.



Compuesta en 10 minutos, “Chipi Chipi” se convirtió en un clásico instantáneo y en la canción que sin duda revivió la carrera de Charly. Por ello, se hizo infaltable en este concierto, que si bien, respetó en gran medida la original, lo cierto es que esta reinvención es una mezcla genial entre lo extravagante y lo clásico.


El formato acústico ha funcionado en diversas ocasiones para explorar influencias y reinventar la música que se ha compuesto. De esta manera, Charly invoca al rock and roll y al blues para entregar una exquisita reforma de “La Sal No Sala”. Nuevamente, los errores hacen que el brillo sea aún mayor, traduciéndose en otro punto de creatividad total.




El ocaso del recital comenzó con “Nos siguen pegando abajo”, la cual es el momento donde todos los músicos se lucen y el Charly García alocado pero genio, se hace presente. Esta es una de las transformaciones más notables, ya que se pasa del new wave más electrónico a algo más orgánico que deja ver las claras influencias clásicas del propio músico.



Versatilidad y bipolaridad son adjetivos que describen la música del argentino. Por un lado, “Ojos de Videotape” ofrece una calma, algo más clásico y laxo. Por otro lado, “Demoliendo Hoteles” es ese ánimo elevado de plena juventud, rebeldía, carácter contestatario que posee un toque más poderoso gracias a una cuerdas vertiginosas y que sustituyen magistralmente a las guitarras eléctricas. Joya.



“Fifteen forever” es el cierre que resume la esencia del Charly auténtico. Bromista, ocurrente, virtuoso y sorpresivo, el cantante se muestra tal cual es a través de la pequeña charla-petición que da paso a una bella pieza instrumental. Enmascarado con la sombra y jugueteando con un “croar”, García se despide tras una velada excepcional.



25 AÑOS DE REVOLUCIÓN
El “Hello! MTV Unplugged” supuso un auténtico móvil de cambios tanto para el artista como para la música en español. En el caso del compositor, este concierto supuso el punto previo a una nueva etapa experimental encarnado por la frase “Say No More”. En cuanto a la escena del continente, la serie obtuvo el argumento que motivaría a otros artistas a desenchufarse y respetar el formato acústico.

A 25 años de aquel “Hello” dicho por una muñeca, la magia que impregnaba todo, que embellecía los fallos, que suponía la convivencia efectiva entre lo improvisado y lo meticuloso, sigue vigente, fresco pero sobre todo, emociona como aquel 4 de mayo de 1995 en Miami. Por qué la música de Charly García es como aquella “canción sin fin”.



Por Jofe Melu

Fuente Unplugged News

El blog de Charly García (hecho por DIOS)