"El secreto fue haber estado ahí. No hay pena ni gloria en eso, simplemente fue haber estado allí. Nos hizo convivir con una época espléndida de cambios profundos, intensos, que luego derivaron en nuevas costumbres sociales y culturales. Ese fue el secreto del suceso de la Pelo, como se la conocía entonces. Estuvo ahí para contarte cómo era la música que escuchabas, quién la tocaba, cómo lucía. El paisaje era virginal y, de pronto, estábamos contagiados por el poder y la vitalidad que hicieron de los ´70 y los ´80 dos décadas tan apasionantes para vivir", escribe Cibeira.
En estas páginas se recupera el pulso de esas décadas con una lectura precisa, entusiasta y nada melancólica de lo que generó la revista en un mundo que creó voces y sonidos fundantes.
Dice Ripoll en el prólogo: Muchos se preguntan hoy cuál es el motivo por el que la revista se llama Pelo. Me pareció que en ese momento era la palabra más contracultural e irritativa y que, por otra parte, signi caba la expresión silenciosa y pací fica del deseo de libertad para la expresión y para la individualidad. Tener el pelo largo, o de un modo no convencional, era una forma de resistencia, de decir no, de decir no queremos ser iguales a todo lo instituido.
Pelo, el rock y la dictadura
Durante su vida editorial, la revista Pelo atravesó la violenta decadencia y caída del gobierno peronista, la sanguinaria dictadura militar y el regreso a la democracia. El régimen militar no se concentró específicamente en el movimiento de rock, pero no dejó de censurar, perseguir y hostigar a sus miembros y seguidores. Y el rock nacional fue pasando de una actitud distante a transformarse en el espacio donde los jóvenes expresaban su rechazo a la dictadura.
Desde aquellos tempranos escarceos de mediados de los 70 hasta la llegada de la dictadura, tuvimos certeza de que estábamos siendo observados. A través de algunos comentarios de personajes cercanos al poder pudimos constatar que en los servicios de Inteligencia existían archivos sobre la editorial, sus periodistas y publicaciones. Fue algo que nos inquietó mucho, a pesar de que los mismos contactos aseguraron que en esos momentos todos los que hacían algo que tuviera exposición pública eran espiados.
La dictadura trató en varias oportunidades de captar de alguna manera eventos, artistas, personajes y empresas vinculadas al rock. Desde alguno de los servicios de Inteligencia siempre aparecía una iniciativa para tratar de conseguir consenso sobre nebulosos proyectos vinculados a la juventud. Pelo siempre tuvo una posición clara respecto de este tema. En un sentido, no podían caber dudas respecto de la identificación de la gente con la música de rock nacional, un movimiento con características tan particulares y claras como para formar parte de la llamada cultura nacional. Pero la verdad es que el rock, con sus ideales libertarios y humanitarios, no necesitaba de la homologación oficial para existir o manifestarse. Es más, la cultura oficial siempre había sido un obstáculo para el movimiento.
Reunión histórica en la redacción de Pelo: Spinetta y García en la sesión de fotos luego de una extensa entrevista |
Juan Manuel Cibeira, en 1972, Juan Manuel Cibeira estudiaba diseño grá fico y moría por el rock que brotaba inundando el planeta. Tanto fervor por la música lo impulsó a presentarse en la editorial que publicaba la revista Pelo, la única publicación que se dirigía a los nuevos rockeros. Sorpresivamente, consiguió una oportunidad como cronista.
Desde ese momento estuvo vinculado a la revista, ascendiendo por los diversos escalones del periodismo hasta llegar a dirigirla. Fueron muchos años, con mucho rockanroll y un intenso aprendizaje profesional en una publicación que fue única protagonista del nacimiento y primeros años del movimiento conocido como rock nacional.
En esos años de gran efervescencia creativa la revista Pelo acompañó y registró en más de dos décadas todo el acontecer musical juvenil nacional e internacional. En 1996, se retiró de la editorial, donde llegó a dirigir varias publicaciones.
Posteriormente, realizó varios emprendimientos editoriales de diferentes rubros, como revistas de música pop y de salud. También trabajó para la industria discográfi ca.
Charly García en uno de los mejores recitales de la historia, la presentación de "Yendo de la cama al living" en el estadio de Ferro en 1982 |
El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)
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