viernes, junio 09, 2017

Los caminos del rock que conducen al Papa Francisco

Es sabido, los senderos del Señor son insondables. Y, por otra parte, el dicho asegura que todos los caminos conducen a Roma. Y allí es precisamente donde vamos a terminar esta columna, en Roma, en el Vaticano.

En una charla informal con Fabián “El zorrito” Quintiero -cocinero y músico, mano derecha de Charly García, alguna vez “el cuarto Soda Stereo” y el único que aparece fotografiado en un disco con los otros tres- me contaba que por estos días iniciaba un viaje familiar (su hermano, su hijo, su primo) por Italia, que tenía como destino principal Calabria, sitio que no conoce y en donde nacieron sus padres, y que iba a terminar el 21 de este mes en la Santa Sede. Pero no nos apuremos.

Hablando de cómo se inició en la música, Quintiero recordó que cuando cursaba tercer grado en la escuela Costa Rica, de Saavedra, una maestra pasó por las aulas buscando postulantes para el grupo de folclore del colegio. El y un compañerito -Guille- levantaron la mano y allí fueron, a ensayar zambas y chacareras con otros alumnos más grandes, de séptimo grado. Además de despuntar su temprana pasión por las melodías, formar parte de “la banda del colegio” habilitaba para salir de clase bastante seguido, rumbo al salón de música. En los ratos libres, los chicos de séptimo se salían del repertorio folclórico y le daban al rock nacional: Almendra, Los Gatos, Vox Dei y... Sui Generis. En ese ámbito escolar, Quintiero conoció las canciones de Charly García.

Los años pasaron. El Zorrito mutó de guitarrista amateur y fan del rock argentino a músico profesional, con paradas importantes en roles de tecladista y bajista de bandas como Suéter, los Ratones Paranoicos, el mismo García y los mencionados Soda. Guille, su compañerito, también siguió su vocación temprana, que no era la precisamente la música. Estudió Teología, se consagró como religioso y hoy es también mano derecha de un número uno, el Papa Francisco.

Hablamos de Guillermo Karcher, a quien el mundo conoció en la asunción de Francisco, sosteniéndole el micrófono. Pues bien, Guille -al menos así lo continúa nombrando El zorrito: “No le voy a decir Monseñor, jaja”- ocupa un lugar importante en la Oficina de Protocolo del Vaticano, como maestro de ceremonias. Su condición de argentino y su conocimiento profundo de Jorge Bergoglio, ahora Francisco, a quien le había organizado la ceremonia de consagración episcopal en 1992, en la Catedral de Buenos Aires, lo hacen un hombre influyente en el entorno papal.

Es él quien llevará a Quintiero y los suyos a conocer al Papa, en una audiencia el 21, y también quien va a mostrarle la foto que el Zorrito aún conserva de los dos compañeritos de colegio al Sumo Pontífice.

Pero esto no es todo, Fabián Quintiero va a llevarle al Papa algún regalo más. Y bien importante: una copia en vinilo de Random, el último disco que hasta aquí grabó Charly García. Allí hay una canción que nombra al Papa. Se llama La máquina de ser feliz y sobre el final Charly entona: “La máquina de ser feliz la tiene el Papa, la tengo yo”. Al disco le sumará una carta de puño y letra que Charly le escribió a Francisco. ¿Conoceremos alguna vez su contenido?

Esta semana se divulgaron fotos y videos de Charly, luego de compartir una cena con Palito Ortega y Cacho Castaña, tras la ceremonia de los Premios Gardel. En esos registros, se lo vio muy desmejorado, con dificultades para tenerse en pie, producto de su problema en las caderas. ¿Sería mucho pedir que el Papa Francisco incluya en sus oraciones la recuperación del ícono vivo de nuestro rock (y de nuestra música, no seamos ingratos ni exclusivos)? Nadie como él tan cercano a Dios. Y tan argentino. Y sería una gestión que le agradeceríamos, y mucho, al Zorrito Quintiero y a su compañerito de escuela, el Guille Karcher.

Fuente: Clarín

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

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