Charly García debe tener, más o menos, la edad de mi viejo. Físicamente, son muy parecidos. El mismo pelo, la misma nariz, los mismos lentes y, aunque parezca increíble, el mismo bigote: un lado más canoso que el otro (creo que Charly más bien se lo pintaba: ¿Charly García intentando parecerse a mi viejo?).
No son similitudes que mi viejo haya buscado, no fue que se dejó el pelo largo ni el bigote así para parecerse a Charly; es más, creo que ni le gusta. A mi viejo le gusta Sui Géneris pero si tuviese que elegir entre Charly o Nito, creo que elegiría a Nito. Le gustan también los Beatles y los Rolling Stones pero ocurre que no se parece ni a Paul ni a Mick, se parece a Charly.
Y pese a que Charly no figura en su “top ten” particular de cantantes de rock, me atrevería a decir que vive bastante orgulloso de este parecido. Asoma su sonrisa cada vez que se lo dicen, una sonrisa idéntica a la de Charly.
Ahora no me molesta en lo más mínimo que mi viejo se parezca a Charly. Esto quiere decir que antes sí me molestaba, no mucho pero sí lo bastante como para agarrarle un poco de tirria, no a mi viejo (que siempre ha sido bueno conmigo: cuando era niño me hacía “caballito” en sus hombros) sino más bien contra García Moreno, alias Charly.
Cada vez que mis amigos y yo nos juntábamos a escuchar un disco o un casete del rockero argentino -mientras nos teñíamos de púrpura el hígado con un ladrillo de vino barato- no faltaba el listo que soltara en mitad de una canción -ya fuera “Demoliendo hoteles” o “Nos siguen pegando abajo”- algo así como “el viejo de este huevón se parece a Charly como mierda”. Y el resto cantaba a coro “¡no jodas!”. Yo me hacía el habitante lunar (eufemismo), me fingía muy concentrado en la letra, en los acordes de la guitarra, en el teclado? conmigo no era; con mi viejo, menos.
Hasta que uno de ellos, siempre el mismo, no se aguantaba las ganas de ser más directo: “¿No jodas que te da roche que tu viejo se parezca a Charly?”. Es que no se parecen, atinaba a defenderme. Pero si son igualitos, decía otro, y terminaban riéndose todos. No me cabe duda que este incidente, repetido cada dos o tres fines de semana, contribuyó a que, en adelante, escuchara más a Spinetta, y a que odiara, profundamente, ambos bigotes, el de mi viejo y el de Charly, que no sé cuál fue primero.
Hasta hoy me siguen diciendo lo mismo: tu viejo es igualito a Charly. Después de muchos años de estar oyendo la misma cantaleta, por primera vez reconozco que sí, efectivamente, mi viejo se parece como mierda a Charly García. Ya no me molesta (canciones como “Eiti Leda”, “Promesas sobre el bidet” o “Asesíname” -por citar unas cuantas- terminaron reconciliándome con el buen Carlos Alberto) pero si llego a ir al concierto no será, espero, acompañado de mi viejo. No sabría hacia qué lado mirar. En mi peor pesadilla, Charly hasta lo invita a subir al escenario…
Por Daniel Martinez Lira
Fuente: El Búho
sábado, agosto 27, 2011
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2 comentarios :
Es mucho pedir una foto de tu viejo?
Y capaz te pareces a Migue Garcia.
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