domingo, junio 19, 2011

Charly García, el mito en su lugar

Unas 5.500 personas vibraron anoche con la leyenda bicolor en el Orfeo Superdomo. El público se deleitó con sus clásicos, incluidos los de Sui Géneris, y también escuchó las canciones de su nuevo disco, "Kill Gil".

Un lujo. Al empezar el show Charly dijo: “No habrán traído bengalas, ¿no?”. El ídolo se mostró en plenitud (Facundo Luque/LaVoz).

Charly García atraviesa un momento delicado de su vida personal, aunque ha encontrado la forma de volverlo energizante.



Lleva adelante un complejo proceso de desintoxicación, pero al mismo tiempo motoriza un renacimiento artístico a partir de la interpretación responsable de piezas legendarias de su repertorio. Debe entenderse por “interpretación responsable” el hecho de revisarlas con el respaldo de una banda inspirada, tratando de encontrar la mejor entonación y eludiendo toda posibilidad de autoboicot, acaso el estigma ineludible de sus shows preinternación. En esos términos pudo vérselo anoche en el Orfeo Superdomo, donde se dieron cita unas 5.500 personas con la idea de escuchar esas canciones y la esperanza de ver al ídolo en buena forma.

A concierto dado, puede decirse que ambas demandas fueron satisfechas. Mofletudo a más no poder y aún con andar enclenque, García puso todo de sí para entretener y emocionar, además de equilibrar muy bien las piezas que todos quieren escuchar ( Cerca de la revolución , Demoliendo hoteles , Pasajera en trance , Rezo por vos y Fanky ) con otras menos transitadas en los últimos tiempos. De estas últimas, hay que destacar una de Serú ( Eiti Leda ) y dos de Sui Generis ( Confesiones de invierno y Canción para mi muerte ). De Kill gil , su disco más reciente, ejecutó No importa . Lo acompañó la banda que viene respaldándolo desde hace tiempo: Carlos García López (guitarra), Fabián Quintiero (teclados), Kiuge Hayashida (guitarra), Tonio Silva Peña (batería), Carlos González (bajo) y Rosario Ortega (la hija de Palito reemplazó a Hilda Lizarazu en coros).

El show, que comenzó con Cerca de la revolución a las 21.34, tuvo proyecciones ad hoc , desplazamientos permanentes del piano de cola al micrófono central, buen humor y éxtasis popular.
Otro dato que abona la idea de un Charly responsable: arribó a Córdoba el viernes, con la idea de afrontar una prueba de sonido extensa y chequear el montaje de modo obsesivo.

También tocó: Los dinosaurios , No toquen , Rock & roll yo , Yendo de la cama al living , y una versión de Popotitos que llegó hacia al final.
Ojalá la próxima consista en la presentación de un nuevo disco de canciones inéditas.

por Germán Arrascaeta

Fuente: La Voz del Interior

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