Una vez iniciado, el show fue impecable, casi antológico. (Foto: Rolando Andrade Stracuzzi) |
Al final cabe pensar que ser tan imprevisible y mercúrico está en su naturaleza y que no cambiará. Porque Charly ha sido capaz de iniciar un show dos, tres y hasta ocho horas tarde. También ha cancelado conciertos sin previo aviso, con toda la gente en la sala. Pero ninguno se queja. Todo eso es parte del mito que lo precede, y nadie se sorprende ni protesta.
El miércoles a la noche, un Luna Park totalmente lleno aguardó con buen humor y paciencia infinita su vuelta al escenario, apenas matizando cada 15-20 minutos con un grito de “¡Olé olé olé, Char-ly, Char-ly!” para recordarle que estaban ahí, al pie, haciendo el aguante, como dice su canción.
La espera parecía haber valido la pena, porque cuando regresó se sentó al piano y se animó a la difícil “Desarma y sangra”. Fue ovacionado de manera extraordinaria, pero al finalizar el tema dijo “Bueno, ahora chiques a sus casas” y dejó a todos con cara de sorpresa e incredulidad, incluso a los músicos de su banda, que estaban calzando sus instrumentos para seguir con más canciones.
Vayamos al comienzo. El recital estaba pautado para las 20:30 y a esa hora comenzó a sonar por los parlantes el tema “No llores por mí, Argentina”, que la gente celebró como si ya fuera parte del recital. Pero solo fueron unos pocos versos. Arengado y con ganas de seguir cantando, el público entonó unos gritos de “¡Alberto presidente!” con fuerza y luego se sentó a esperar. Charly subió al escenario a las 20:55 y ahí sí llegó una versión en vivo del famoso hit de Serú Girán que había sonado casi media hora antes.
Una vez iniciado, el show fue impecable, casi antológico. Porque ver a Charly García en vivo es como asistir a un concierto de unos pocos clásicos del rock que siguen en actividad, como los Rolling Stones o Roger Waters.
Charly se canta y se celebra a sí mismo, como Walt Whitman. De paso, arma una fiesta, hace temas que todos tienen tatuados en el alma, y cantarlos juntos es una verdadera felicidad. Lo acompaña su fiel trío de músicos chilenos (Kiuge, Carlos y Toño), más el infaltable Zorrito Quintiero y la sólida Rosario Ortega.
Así, los hits históricos se suceden a la par de los temas de “Random”, su disco de 2017, en una impresionante ilación de éxitos: “Yendo de la cama al living”, “King Kong”, “Lluvia”, “Rivalidad”, “Parte de la religión”, “Otro”, “Canción de 2x3”, “El aguante”, “Rezo por vos” y “Demoliendo hoteles”.
Lo dicho, una hora excelente y magistral, con buenas luces, proyecciones de escenas de películas clásicas de la historia del cine, y la omnipresente “torre de Tesla” que da título a sus últimos shows. Pero a las 21:50 llegó el no va más. Y casi una hora después, con picardía, dijo “¿Todavía están ahí?”, exigió un whisky e hizo el tema final.
Quedan en el tintero algunas perlas de esa gran hora, como los guiños a los Beatles (“You say you got a revolution”, dijo antes de hacer “Cerca de la revolución”) y a Lennon (repitió “Love love love” al final de “Asesíname”), un jueguito tipo slide con su guitarra y un encendedor, las bromas sobre la ley de la gravedad, y su reflexión tras una gran ovación: “Todos me aman, pero a algunos no les creo”. No, Charly, todos te aman.
Todo el Luna Park te ama y nadie se queja, aunque estaría bien que a veces los trates mejor.
Por Marcelo Fernández Bitar
Fuente: Clarín
El blog de Charly García (hecho por DIOS)
1 comentario :
Vamos por partes:
1) King Kong no es un éxito. Es tan rompe bolas como "In the city that never sleep"(sleep along).
2) La etapa SNM de empezar los recitales dos, tres u ocho horas después o tan siquiera venir y tocar ya fue superada.
3)No podemos pedir más...( o sí ?) creo que toda la previa de las entradas, los aliados que duermen en la puerta de un Gran Rex o del galpón choto que es el Luna Park, los que pululamos por una entrada en la bosta de paginachota de Ticketculo ó como se llame la de turno, los que piden prestado para comprar una entrada aunque sea en un lateral cabecera mirando el recital por pantalla como si lo vieran por streaming y los que estamos más que pendientes del mundo García (como vos, yo y tanto otros como vos y como yo) queremos más.
No es una ambivalencia por prestación (200 pesos por tema si vamos al caso incluyendo el costo del servicio y si te lo ponen en el OCA del Obelisco cuentan 200 pesos más) pero el hambre de García que genera este sujeto bien vale que todos (todas, todes, todxs y Toddy como el chocolate) pidamos más.
Quedó la vara alta muy alta y una hora no me alcanza y creo que a la mayoría nos pasó, aunque hablo por mí y cada vez que se rumorea que Charly va a tocar me sale una ansiedad como de año nuevo.
Resumen: como decía el negro Rada "TOCÁ CHE FLACO CHARLY, TOCÁ QUE ESTA ES TU HINCHADA" aunque a veces esta hinchada NECESITA UN GOL.
PD: !! QUE LINDO VERLO DE PIE¡¡
Publicar un comentario