jueves, octubre 24, 2013

#FelizCumpleCharly: La crónica

Pleno corazón de San Telmo, lugar indicado, “La panadería de Pablo”. Entro y me recibe mi querido Alejo Pont Lezica, mucha gente en un rincón y obviamente allí estaba el cumpleañero, como dice mi madre. En el camino Mecha, anfitriona y muy buena onda, nos acercamos juntos al agasajado y un abrazo con un beso que quedará plasmado por siempre. Le doy los dos regalos que había elegido para la ocasión. El primero, un mini libro de los Beatles que me viene acompañando hace muchos años en mi mesa de luz (que lindo regalar algo que querés mucho), abre el paquete y me dice, “un libro para enanos” (risas), mientras lo ojea curiosamente. El segundo era un almohadón negro con la cara de los fab four estampada en blanco, igual que el álbum “with the Beatles”. Lo agarra y apoya su cabeza del lado derecho sobre ellos. Un par de fotógrafos inmortalizan el momento (espero encontrarlos pronto, je). Otro abrazo, otro beso, y otro deseo de FELIZ CUMPLEAÑOS.

En la vorágine de gente, aunque no éramos más que 50 personas, me siento en la primera silla que veo, que justo estaba en la punta de una mesa. Gente amiga alrededor, charlas, como un cumpleaños más. Pero éste tenía algo particular y era quien cumplía 62, era el músico mas importante en la historia del rock de la región (pongan ustedes los límites de la misma). Entonces a una seña, se cuelga el bajo, los chilenos prestos van a su lugar, Toño a la batería, Kiuge a la guitarra y quedaba el bajista Carlos González que agarra otra guitarra, su instrumento ya tenía dueño. El Negro García López, Fernando Samalea y el Zorrito completaban la banda improvisada. ¿Improvisada?

Charly que dice que lo más apropiado es empezar con “Birthday” del álbum blanco y su capricho es ley. La música empieza a sonar, el clima es de fiesta. Engancha la canción de McCartney con “Rain” de Lennon, pero a la mitad de la canción la canta en español, improvisando la letra, pero cayendo perfectamente cada sílaba donde corresponde. No olvidar que éste señor tiene oído absoluto. De su boca salen frases como “lluviaaaaaaaa, si llueve y se inunda, vivís en Argentinaaaaa” SNM.

El DJ de lujo, el ya nombrado Pont Lezica, tira desde sus bandejas la versión de Ringo Starr de “Love me do”, instantáneamente The Prostitution se empalma y las palmas de los invitados ayudan al brillo de la noche.

García, se va a los teclados, al mismo súper mueble atril que tenía en el Colón, lo llama a Juanse y juntos cantan “La sal no sala”. “Aunque ahora parece que la sal, sala”, dispara el bigote bicolor.

Un par de canciones más y Carlitos dice que comamos, que nos va a dar una sorpresa. Aunque advierte a sus colegas invitados: “los músicos no comen”.

Exquisita pizza  y de postre una mousse de dulce de leche tibia con helado de banana. Aplausos de pie para Pablo Massey dueño del lugar.

García devela el misterio y cuenta que tiene el crudo del video del Teatro Colón. El nos regalaba a nosotros! ¿No es al revés? Que pasemos al patio cerrado de al lado, pocos lo entienden en el murmullo general. Arranca en punta y se instala en un sillón rojo justo frente a la gran pantalla. No hay parlantes en esa parte, con un par de señas, más de seis técnicos se ponen a trabajar (era bastante complicado armarle el sonido donde solo había un enchufe común).

Mientras tanto se proyecta el show que dio McCartney en 1999 en The Cavern Liverpool, con David Gilmour, Ian Pace, entre otros. Usen sus mentes. Gente que iban y venían, la mayoría seguía comiendo y charlando. Y García sólo, mirando el dvd, sin dudarlo me senté a su derecha. Iban pasando las canciones y allí me encontraba, con Charly viendo a Macca los dos solos. La conversación surgió espontáneamente. Comenzó él: “fijate, todos siguen a Paul, como que tienen miedo a equivocarse” (puta, es cierto. Y ese video lo vi decenas de veces). Pasa una canción que no recuerdo, ni me importa, y me comenta “este tema es uno de los que tocó cuando audicionó para la banda de Lennon” (me encantó la distinción y donde ponía a cada uno). ¿Cuál es disco que más te gusta de Paul? “Flowers in the dirt” me tira. No sé si porque es el primero que se le ocurrió o porque es verdad, pero si fue contundente.

Ya el lugar se había llenado y estábamos a punto de ver el crudo de uno de los recitales del Teatro Colón. Miro a mis costados y a mi derecha Carlitos González el bajista chileno. A la izquierda de Charly, Bernardo Baraj, el sensacional saxofonista, luego Alejo Pont Lezica y toda la gente en el piso y en otro sillones.

Obviamente, jamás dejé el privilegiado lugar de estar a la derecha de García. Supongo que coinciden. Aunque debo reconocer que en un momento vi a Fabián Von Quintiero parado y me dio pudor. Pero no el suficiente, como para darle el lugar. “Vos lo tenés siempre, Zorrito”.

Arranca el recital y el protagonista estaba obnubilado, mirando y escuchando como si fuera la historia de su vida. Y lo era, claro que lo era.

Algunos problemas con el sonido y repasemos, más de 20 músicos, una decena de técnicos, un par de ingenieros de sonido, etc, etc. Nadie logra que suene como “el quía” quería. ¿Qué ocurre? Lo de siempre, je. Se para, toca varios botones y perillas y mágicamente se escucha sustancialmente mejor. Con una sonrisa pícara vuelve a su lugar. Menos mal, se lo había cuidado, jaja.

Baraj que le pregunta que recital estábamos viendo, “el segundo” contesta con los dedos índice y mayor. Nadie allí excepto cuatro personas había visto el video, ni la mismísima banda. Todos encandilados.

Comienza los acordes de “No te dejes desanimar”, de La máquina de hacer pájaros”, me acerco a su oído y le digo, “es una maravilla lo que hiciste con esta canción”, me mira a los ojos y con una sonrisa única me contesta con un contundente, maravilloso y honesto: “si”. Lo abrazo y le agradezco una vez más.

Está tocando el saxo Bernardo Baraj con esa performance de excelencia que tuvo y en el medio del tema “Constant Concept”, el adorable Negro García López, le grita: “vos no desafinas nunca, ¿no?”. Carcajada general.

Seguimos, termina la primera parte, aplausos generales y sin el intervalo que tuvimos en los show, arranca la segunda.

Recuerden que tenía a mi derecha a Carlos González, el bajista chileno.” ¿Cómo lo viviste? ¿Cómo es? Con una emoción que le salían por los poros, me dice “fue increíble, superó todo”, y sobre el teatro mismo agrega, “esa lugar es un instrumento más”, “es inexplicable”. Mientras seguía con su clásico sombrero y su mirada fija en la pantalla.

Llega el momento de “Eiti Leda”, los invitados cantamos también y explota el lugar, a la par de cómo explotaba el Coliseo porteño. Al unísono todos empezamos a gritar: “al Colón, al Colón”!!! García, no pudo dejar de sonreír.

“Esto es tuyo Charly” le digo con mi mano en su hombro, nuevamente me dice con orgullo: “si” moviendo su cabeza.

Querido lector, hago un break. NUNCA lo vi a Charly concentrado, mirando y disfrutando de su música durante dos horas. Está viviendo eso, se da cuenta, les doy mi palabra, de lo que hizo desde el álbum “Vida” a ésta parte. Y goza, mucho. Porque es muy diferente al dolor. Y de eso también tuvo bastante.

Es el momento de él. De vivir en las entrañas todo lo que creó. En lo personal, no me interesa ni una sola composición más del músico más prolífero y genial de Argentina. Todavía escucho estúpidos colegas que le piden material nuevo. Escuchen los 40 discos que hizo, que seguramente no entendiste ni un cuarto de lo que dice y toca; le he contestado a más de uno.

Volvamos a la fiesta. Llega el turno de “Happy and real” con Bernard Fowler. “Tiene 200 watts en la voz” me dice contento el bajista chileno, que se llevó un gran aplauso en el sólo de Eiti Leda (me había olvidado).

Termina con “Inconsciente colectivo” y un aplauso contundente llena el recinto. Se prenden las luces y varios lagrimeando. Sobre todo aquellos que estuvieron del lado del escenario y habían podido vivenciar desde la butaca donde estuvimos el resto.

Un par de tragos, saludos entre todos, la felicidad estaba en el ambiente. Abrazos por todos lados y despidiéndonos de una noche mágica. Denominador común las caras felices y la música en el alma.

Charly García lo había hecho una vez más.

SAY NO MORE.

Por Martín Aragón @martinaragon

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

2 comentarios :

walter dijo...

excelente y que envidia sana!!

walter dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.