LA BANDA EN PLENO. Excelente sonido, muy buena puesta en escena y luces de primer nivel. El show estuvo a la altura de las circunstancias. Charly se apoyó en la solvencia de sus músicos, con "El Negro" García López a la cabeza. LA GACETA / FRANCO VERA
Empezó a sonar "Demoliendo hoteles" y Charly García ahogó la desbordante ovación con la que lo había recibido la multitud en la plaza Independencia.
El músico, que llevaba más de seis años sin tocar en la provincia, hizo delirar a todos. Chicos y grandes, familias completas y hasta los policías de la custodia cantaron -estos con marcial moderación- los clásicos de Charly que fueron sucediéndose.
"Promesas sobre el bidet", "El amor espera", "Rezo por vos" y "Cerca de la revolución" fueron algunos de los temas que interpretó al frente de su banda. "El Negro" García López (en guitarra, "Zorrito" Von Quintiero (teclados) Hilda Lizarazu (voz y coros) y el trío chileno Kiuge Hayashida (guitarrista), Carlos Ludwig González (bajo) y Toño Silva Peña (batería) son sus más fieles acompañantes, los que lo sostienen y acompañan. Al cierre de esta edición, ellos seguían sobre el escenario tocando junto al ícono del rock argentino.
Charly ya no es el mismo. Y no sólo porque su voz suena menos limpia y clara, sino porque subió de peso y porque lleva una férula en la pierna derecha, a causa de un accidente que sufrió recientemente. Por ello, dos asistentes debieron llevarlo en andas hasta el piano, donde se quedó sentado el resto de la noche.
Pero él regresó de infiernos peores. Conoce los subsuelos como pocos y los achaques no parecen ser lo suficientemente fuertes como para detenerlo. En este nuevo capítulo de su vida está más sosegado, pero igual de impetuoso frente al piano.
Banderas en el corazón
Pasaron "Fanky" y "Estoy verde", entre otros temas con los que Charly repasó su historia, la del rock argentino, para un público tan heterogéneo como alegre y dispuesto a disfrutar de una noche distinta.
El imponente escenario, las pantallas led distribuidas por toda la plaza, las torres de sonido y las sofisticadas cámaras de televisión robotizadas que registraron todo el show le aportaron un clic moderno al concierto. Fue un recital sólido, más allá de las flaquezas de la voz del cantante, porque la ajustada banda le puso calor a la noche tucumana.
Con un tapado tan negro como el resto de su atuendo y un gorro de lana, Charly desgranó sus canciones mientras desde abajo del escenario la multitud lo acompañaba y aplaudía con pasión. Las banderas -argentinas y de bandas de rock- flamearon hasta el final de un show que quedará grabado en el inconsciente colectivo de los tucumanos por muchos años.
Apareció el teclado y todos contentos
Los organizadores del show de Charly García debieron conseguir un teclado y un equipo para que el músico pudiera ensayar en el camarín. Antes de salir a escena, y durante casi 40 minutos, Charly utilizó un Korg TR, propiedad del músico tucumano Nicolás Aiziczon. El camarín, en tanto, debió ser instalado en la planta baja de la Casa de Gobierno (estaba armado en la oficina de un alto funcionario, en el primer piso), porque la lesión que padece en la pierna derecha le impide a Charly subir escaleras. Por lo que se pudo averiguar, no realizó pedidos extravagantes para los momento previos al recital, aunque sí exigió alojamiento en uno de los dos mejores hoteles de la ciudad. Ayer circuló la versión de que Charly había llegado el jueves, cerca de la medianoche, en el avión presidencial, porque no quiso correr riesgos con los paros y demoras de los vuelos de línea.
Fuente: La Gaceta
1 comentario :
Qué lindo verlo así.
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