viernes, mayo 14, 2010

Charly García: Misión Israel

A punto de subir otra vez a escena, esta vez en un pub de Tel Aviv, el Barbie, donde también tocan las estrellas locales, Charly García hace con Clarín su balance de esta visita que, confiesa, lo conmovió más de lo que esperaba. "Fue el lugar más alejado al que llegué en toda mi carrera para tocar, y la verdad es que me partió la cabeza, la onda de la gente, la emoción de los argentinos que viven acá, los lugares". ¿Te lo esperabas? "Me lo venían diciendo, y lo empecé a presentir cuando llegamos, pero una cosa es cómo te lo imaginás, y otra es cómo lo vivís. No te das cuenta hasta que no ves a tanta gente junta llorando en Israel cuando tocás el Himno, o Canción para mi muerte. Eso me conmovió muchísimo".

Asegura que el miedo por venir a un lugar de conflicto no jugó papel alguno en su decisión. "No, no tuve miedo en absoluto. Por televisión, en la Argentina se ve sólo lo malo, que es lo mismo que pasa con la Argentina, con cosas que se ven desde afuera y después cuando mirás más de cerca te das cuenta que no son tan así".

En general, los judíos suelen mamar desde chiquitos lo que simboliza el Muro de los Lamentos, y al verlo por primera vez se emocionan hasta las lágrimas. A Charly, sin ser judío, le pasó algo parecido, al punto de sorprender a la gente de su propio equipo. "Fue algo muy raro", intenta explicar ahora el cantante. "Sentí una emoción muy grande, es como que te das cuenta de un montón de cosas, la historia, la sabiduría, me movilizó la energía que tiene ese Muro, es algo que la gente que no lo vive no lo puede entender porque a cada persona le pega de modo único, y a mí me pasó algo que no me había ocurrido jamás en mi vida".

Desde afuera no pareció que lo hubiera conmovido tanto el premio honorífico que recibió, cuando el Centro Shimón Peres por la Paz lo nombró Embajador de la Paz por la Juventud. "Al contrario", responde. "Fue una de las razones que me hicieron sentir unas ganas tremendas de venir. Recibir un premio siempre es importante, porque es un reconocimiento que tiene que ver con las letras, con la historia musical de uno, y eso es siempre un orgullo. Más todavía si tiene que ver con los derechos humanos".

A nivel operativo, el cargo que acaba de asumir Charly lo va a llevar al intercambio de información sobre las actividades y proyectos del Centro Peres por la Paz, centrados en promover el entendimiento entre palestinos e israelíes con vistas a la paz. "Más allá de eso, quedamos en que cuando yo vaya a tocar a Miami, o a otros lugares donde el Centro tiene participación, me van a proponer hacer cosas juntos", detalla.

Viniste a Israel transformado y eso se notó en el escenario. ¿Te vas más transformado todavía?

No, bueno, la transformación es un proceso, uno va tratando todos los días un poquito más, de ir mejorando, aportando creatividad y conocimiento, creciendo. Me voy habiendo vivido una experiencia increíble y con muchas ganas de volver a Israel en el futuro.

SIEMPRE LOCAL. Charly canta para el delirio de sus fanáticos. En la platea pudieron verse banderas celestes y blancas y camisetas de la Selección Argentina. Anoche volvió a tocar en un pub.

Por: Marcelo Kisilevski

Verdadera y nostálgica fiesta, eso es lo que fue el show de García en el Anfiteatro Cesarea.

Un renovado Charly García subió al escenario en el Anfiteatro Cesarea en Israel el miércoles y casi no lo podía creer: cinco mil personas de tres generaciones, casi todos argentinos residentes en Israel, ovacionaron durante dos horas al que consideran su ídolo y un prócer del rock nacional, ése que los formó desde la adolescencia en el país que, en algún momento, decidieron abandonar.

El "Anfi" de Cesarea fue construido por el rey Herodes en el siglo 1 (AC) frente al Mar Mediterráneo. Hoy sirve de sala de conciertos para las mejores bandas, por su acústica incomparable. En Israel, es como llenar el Luna Park: el cantante que llena el "Anfi" sabe que ha llegado a la cima. Charly vino por primera vez a Israel, y lo llenó sin mayores esfuerzos.

El público disfrutó de un García recuperado, reconciliado, de buen humor. "No lo puedo creer, no esperaba este recibimiento. ¡Gracias Israel!", repetía. "No puedo creer que 'Say No More' haya llegado hasta acá", dijo, mientras desde la platea le enarbolaban una bandera con el logo. A la calidez del público, Charly retribuyó con un "¡Rakévet, matós!" ("¡Tren, avión!" en hebreo) repetido varias veces con Hilda Lizarazu antes del tema No voy en tren.

Contra las fantasías de algún veterano, que esperaba mucho Sui Generis, como máximo Serú Girán, Charly recorrió prácticamente toda su discografía, con temas como Demoliendo hoteles, Rap del exilio, Filosofía barata, Rezo por vos, Vicio y Yendo de la cama al living, entre otros. Incluso remató con Canción para mi muerte, solo él, el piano y el público, en un último bis de abrazo.

Para el empresario argentino israelí Freddy Zyskrot, que trajo a Charly García al país en impecable producción y marketing, "fue un orgullo a traer al número uno del rock nacional, dando la posibilidad a los argentinos, latinos y también israelíes, de ver sus recitales tal como los ofrece hoy en día en Argentina. El show fue una verdadera fiesta".

Antes de los bises, Charly fue nombrado formalmente Embajador de La Paz por la Juventud, por el Centro Shimón Peres por la Paz, que el cantante había visitado dos días antes. Se trata de una ONG israelí que realiza múltiples proyectos conjuntos israelo-palestinos para impulsar la paz entre ambos pueblos. Charly visitó también la Vía Dolorosa y el Santo Sepulcro en Jerusalén y el Mar Muerto, pero no pudo flotar en las aguas saladas debido a una fuerte tormenta de viento. Ayer actuaba por segunda y última vez en Barbie, un famoso pub telavivense.

Laila Malkus, una cantante argentina que hace carrera en Israel desde los '90 con su género "latino-israelí", dijo a Clarín luego del espectáculo que "Charly me alucinó, sigue siendo un grande como siempre, fue un show super profesional y dejó todo en el escenario. Charly es el símbolo de la época más linda de todos los que estamos acá. Cuando dejás la Argentina podés dejar el churro y el alfajor, pero a Charly te lo llevás con vos."

Kipá en el Muro de los Lamentos

La expectativa con la visita a Israel invadió a toda la banda de Charly. Al punto tal que decidieron llegar al país de la Biblia con algo que los distinguiera a ellos y que los uniera al lugar. De ahí a pensar en una kipá (solideo, el "gorrito" que se colocan los judíos en la cabeza) bordado con el logo de Say No More había un solo paso.

"Primero consultamos a rabinos en Israel para saber si no era ofensivo poner un logo en una kipá, y nos dijeron que no había problema. La hicimos, y fue muy loco ver a quince tipos, no precisamente judíos, en el Muro de los Lamentos con las kipót (kipá en plural) todas iguales, honrando el lugar", cuenta Fernando, el manager de García.

'Say no more' (No digas más) es una frase tomada de una película de los Beatles con la que Charly García se identificó, y pasó muy pronto de ser un chiste interno a un sello distintivo. La reminiscencia que el logo o su uso en un brazalete puede tener con el nazismo, hizo arquear más de un par de cejas en el Muro.

Por eso, podría resultar chocante la combinación del logo de Charly con uno de los símbolos más visibles del judaísmo. El propio García explicó más de una vez que su logo es justamente ese grito, que dice todo lo contrario: no al fascismo, no al nazismo.

Una señal de recogimiento

Estamos yendo hacia el lugar donde todo ocurrió", les dijo Charly con reverencia a sus músicos y colaboradores ya antes de llegar a Israel. Fernando Szereszevsky, su manager y amigo, describe a Charly como una persona sumamente culta, muy interesada en la historia, que consume con fruición libros y documentales.

Galim Producciones, la productora local, les organizó un itinerario completo, en especial por la Ciudad Vieja de Jerusalén, que incluyó la Vía Dolorosa, hoy en día una calle en el Barrio Cristiano, que conduce hacia la Iglesia del Santo Sepulcro, donde Charly reaccionó con gran interés y emoción, prestando suma atención a cada palabra del guía.

"Al llegar al Muro de los Lamentos, Charly se transformó", según relata Szereszevsky. "Lo acompañamos, y en un momento lo dejamos solo, como si nos lo hubiera pedido sin hablar. Se quedó como rezando, meditando, muy emocionado. Fue muy fuerte, como algo íntimo de él. Nosotros mismos nos sorprendimos".

"Pensá que para él todo esto es muy fuerte", continúa el manager, "en especial después de todo lo que le había pasado: volver al escenario, y que lo quieran, y lo que pasó en el show en Cesarea, que fue tan especial. Uno de los momentos culminantes fue ver a cinco mil personas llorando con él durante su versión del Himno Nacional. Charly está muy feliz".

Golpe al corazón

"Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad"... No en vano Charly terminó su primer show en Israel con las inoxidables estrofas de "Canción para mi muerte". Muchos de los que allí estaban recordaban, a través de su música, un tiempo en que fue hermoso y eran libres de verdad: su juventud en la Argentina. Luego se fueron por razones varias (económicas, profesionales, exilios). Pero Charly en general, y aquella canción en particular, había quedado en sus corazones.

Por: Walter Domínguez




Fuente: Clarín

4 comentarios :

Estos Lugares dijo...

que buena la primera foto !!!!!!

DIOS dijo...

A mí también me encantó, por eso la puse primera (aunque en la nota de Clarín no lo era).

Servidor de Nadie dijo...

Buenisimo el blog t seguimos desde Costa Rica!!!

Por cierto no sabes q si Charly estara aca el 31 de julio, ya q anda el rumor por aqui....

Saludos, SNM \m/ \m/

Fernando Romero dijo...

Dios, fan de Charly!! muy buen blog muy buen blog te sigo desde readeer y ya contare mi experiencia de ver a Charly en mi ciudad

me haz convencido de asistir!!
saludos