Tocó esta noche en Vélez, ante más de 40 mil seguidores que desafiaron el temporal. Fue su retorno a los escenarios argentinos tras un año y medio de ausencia. Luis Alberto Spinetta, invitado de lujo en el escenario.
UN ROMANCE INDESTRUCTIBLE. Pese al temporal, Charly García hizo delirar a los fanáticos.
Detrás de un telón rojo, el escenario. De este lado, 40 mil personas, o más, y expectativa, tensión, ansiedad acumulada durante meses. Y como acompañante, un temporal de viento y lluvia que sólo consiguió acelerar las pulsaciones. En la noche de Liners algo importante estaba por suceder. En la vida de la música también. Y se percibía en el aire.
Telón abajo. "Fuera lluvia", bramó Charly García como si fuera una oración pagana y vestido de negro. Entonces sí, después de un año y medio, su magia volvió a invadir los escenarios porteños. Como en Perú, exactamente un mes atrás, como en Chile hace algo menos, "El amor espera" abrió el fuego de una noche que para muchos sólo fue posible merced a un milagro. Para otros, en cambio, García incluido, fue el resultado de una combinación de "huevo y aguante", de mucho trabajo y de las enormes ganas de cumplir el objetivo de volver a cantar.
"Rap del exilio", "No soy un extraño", "Cerca de la revolución". Las primeras canciones de una treintena que después de muchos años volvieron a sonar como habían sido creadas. Y que marcaron parte de la vida de miles de los que ayer se reencontraron con el cantante, con el pianista.
El punto alto de la noche fue la presencia de Luis Alberto Spinetta, a quien presentó como "mi ídolo y maestro". Juntos cantaron, para regocijo de todo, "Rezo por vos". A esa altura, poco importaba la ausencia de las pantallas de video laterales, decidida por los organizadores debido al fuerte viento. Que también complicó la puesta en escena ensayada por Pichon Baldinu.
Hubo una internación, en junio del año pasado, después de una noche más de juegos peligrosos. Dos internaciones, tres. Hubo meses de encierro en la estancia de Palito Ortega, con entrada restringida. Hubo tristeza. Adentro y afuera. Hubo un escenario en Luján. Hubo amigos. Y enemigos. Pero ayer García volvió a ser quien era antes de todo eso. "Chipi-chipi", "Fanky", y una puesta de Pichón Baldinu, que crecía en intensidad a medida que la noche avanzaba.
Pero lo más destacado fue la música de Charly, en estado puro, y en un recorrido con escala en "Piano Bar", "Clics Modernos", "Yendo de la cama al living", "Parte de la religión" y una lista interminable de clásicos. Y su creador ahí, caminando, tocando, cantando, dirigiendo a su banda como una orquesta. Todo bajo control. Abajo, una fiesta, como en las tribunas.
Fuente: Clarin
No hay comentarios. :
Publicar un comentario