¿Le desearon ya feliz cumpleaños a Carlos Alberto García Moreno de Lange? ¿Cómo que no lo conocen? De vuelta de un año de recuperación por adicciones, nuestro Charly suma a partir de hoy 58 abriles de música, poesía y demasiado ego, y lo festejará esta noche con un recital -con entradas agotadas- en el estadio Vélez Sarsfield.
García, el virtuoso rockero de oído absoluto más grande que el país tuvo y gracias a la vida sigue teniendo, primera y obligatoria referencia del cancionero nacional, artífice del rock que denunció las injusticias de los años de plomo, continúa transitando el camino de la cultura y trascendiendo las fronteras de sus propias canciones.
Desde sus orígenes en el barrio de Caballito, su conexión con la música fue casi intuitiva, así como su interés en la mitología griega, las cuestiones del cosmos y los dinosaurios.
De su madre, productora de shows musicales para radio -especialmente de música folclórica- García consiguió sus primeros discos. Su vocación musical llegó de la mano de un pianito de juguete que sus padres le regalaron: con apenas tres años, aprendió a extraer del instrumento los sonidos más rudimentariamente melódicos. Entonces, lo llevaron a la casa de un vecino que tenía un piano y lo sentaron frente al instrumento: quedaron atónitos cuando Charly (en potencia) comenzó a tocar como si hiciera meses que practicaba. Se trataba, sin dudas, de un prodigio.
Su paso por el conservatorio lo paseó por la música clásica de Mozart, Chopin y Bach. Un hecho decisivo que forjó el espíritu y la personalidad del pequeño fue el viaje que sus padres emprendieron solos hacia Europa, que él, por entonces, vivió como un insondable abandono (hoy en día se puede ver la crisis nerviosa provocada en ese entonces, en su mancha blanca en la cara que le dan el toque bicolor a su bigote). Así fue que, con toda su sensibilidad en llamas, se refugió en su piano y en su música, perfeccionando su virtuosismo natural.
Ya de vuelta en el país, la madre de Charly comenzó a trabajar como productora de Folklorísimo, conociendo a grandes artistas como Ariel Ramírez, Alfredo, el Withargoy y Mercedes Sosa. Todos lo escucharon tocar y tuvieron la misma reacción: la perpejlidad ante su talento. Los Beatles, los Rolling Stones, Dylan, los Byrds y los Who fueron sus maestros luego, que forjaron al enorme músico de rock’n’roll.
Su primera formación musical profesional fue Sui Géneris, y luego llegaron formaciones con León Gieco, Pedro Aznar y otros como PorSuiGieco, La Máquina de Hacer Pájaros, Billy Bond and the Jets y Serú Girán antes de iniciar una carrera en solitario a comienzos de los años 80. Sus álbumes más famosos fueron Alta fidelidad, Clics modernos, Cómo conseguir chicas, Demasiado ego, Influencia, Filosofía barata y zapatos de goma, La hija de la lágrima, La Máquina de Hacer Pájaros, Piano bar, Say no More y Yendo de la cama al living.
Pero otra cara del músico es la que lo vio destrozar guitarras. Charly también se caracterizó por una irreverencia adolescente a prueba de grafitis con aerosol que lo inmiscuyeron en numerosas internaciones por adicciones, en 1991, 1994 y 2008. Recitales en los que Charly se ausentó, tocó sólo dos temas e insultó a su público así como a paparazzis, u ocasiones en las que se exhibió desnudo son parte de los arcones de su éxito. Quizás el episodio más recordado sea su sambullida en una pileta de Mendoza, a la que se lanzó desde el noveno piso de un hotel.
El año pasado, en paralelo a las últimas incursiones con escándalo fue internado en terapia intensiva por neumonía hasta que, acompañado por Nito Mestre y allegados, fue trasladado (en el avión presidencial) al hospital Argerich. Superada la neumonía, mediante la intervención judicial y el consentimiento de sus familiares, quedó en manos de los médicos de un instituto neuropsiquiátrico para iniciar un tratamiento para remediar su cuadro de excitación psicomotriz.
El estado general de salud de Charly mejoró notablemente hospedado en la quinta de su amigo Palito Ortega en Luján, y el músico fue externado a principios de año. Sus fanáticos le achacan pasar a ser una versión edulcorada del verdadero genio, sobre todo después de verlo en un breve recital gratuito y sorpresivo en la plaza Belgrano, frente a la Basílica de Luján, su primera aparición tras el tratamiento al que se sometió, aunque sólo un ícono como es Charly García pudo estrenar una canción -Deberías saber por qué, la última, en agosto pasado- transmitida en cadena naciona por radios de Argentina y del resto de Latinoamérica. Lo cierto es que parece que hay Charly para rato. Say no more.
"Quizás porque no soy de la nobleza puedo nombrarte mi reina y princesa" (Quizás porque, Sui Generis)
"La gente que ves vive en soledad. Y muerto el verde sólo hierro crecerá. Viejas en la esquina mendigan su pan. En las oficinas muerte en sociedad todos viejos hoy, sin saber mirar la espantosa risa de la pálida ciudad. Lunes es el día triste y gris de soledad"(Lunes otra vez, Sui Generis)
"Un amor real es como dormir y estar despierto" (Pasajera en trance)
"Dios es empleado en un mostrador, da para recibir" (Confesiones de Invierno, Sui Generis)
"No existe una escuela que enseñe a vivir" (Desarma y sangra, Serú Girán)
"El se desmayó, delante de mí, no fueron las pastillas fueron los hombres de gris" (Nos siguen pegando bajo)
"He muerto muchas veces, acribillado en la ciudad... Pero es mejor ser muerto, que un numero que viene y va" (El fantasma de Canterville)
Fuente: Diario Hoy
viernes, octubre 23, 2009
Charly: La máquina de hacer música
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