Este sábado despide el año en el Luna Park. Pero antes recibió la visita de TXT. y no se privó de nada: habló del presidente actual y de otro al que llama Méndez, de arte y de rock de vida y de muerte. En fin repartió sabiduría maldita como si de un verdadero Satán Claus se tratara
Satán Claus está parado en el centro de la sala, vestido con un traje color sangre que bien podría integrar la colección primavera-verano de gremio de los vampiros, sujetando entre sus piernas abiertas el arbolito con adornos minúsculos que una de sus garras acaba de arrancar de un aparador cercano. La luz y el calor de esta tarde de domingo insoportable atraviesan una gruesa cortina colorada, para condensarse en una especie de fulgor infernal que invade hasta el último rincón del ambiente. Cubiertas por decanas de grafitti e inscripciones de toda calaña, las paredes del departamento desembocan en una especie de bóveda en la que alcanza a distinguirse la silueta de un piano. Hacia allí camina Satán Claus, que trepa sobre el instrumento arrancándole con sus pies descalzos unos acordes agudos y extraños, como de película de terror. Riéndose con un silbido casi inaudible -ji, ji, ji, en vez de jo, jo, jo- permanece inmóvil mientras le sacan fotos. Hasta que pega un salto y con andar ingrávido su sombra se escurre detrás de una puerta.
Digamos que la imagen anterior es lo más parecido a una postal navideña que podría extraerse del mundo privado de Charly García. -¡Ahora sí, vengan! -nos llama unos minutos más tarde con su inconfundible voz cascada.
Y así estamos: yendo del living a la cama.
¿Es la cama de las confesiones?
-No, ésta es una cama pero también podría ser un sillón. No la necesito para las confesiones, pero muchas de las cosas que se dicen en una cama no se pueden reproducir en otro lugar. Para mí es el lugar en donde duermo y, por alguna razón, cuando despierto empiezo a ponerle cosas y más cosas encima. Es donde trabajo, es cómodo, no tiene nada de morboso. El sueño te aganrra y no te deja. Y bueno, también se puede llegar a las confesiones en la cama.
-¿Y vos tenés algo para confesar?
-Confieso que soy feliz y que he vivido. Quizá no tengo nada que confesar, pero conmigo se confiesan muchos.
-¿Sos buena oreja?
-Soy oído absoluto.
—¿Cuando dormís sacás todos los cables o dormís enchufado?
-Trato de sacar los cables. A veces me duermo en el medio de un tema y los cables quedan yeso influye en ciertos problemas porque me achico mucho. Pero digamos que hay gente que hace mucha pompa o mucha alharaca del hecho de dormir y se pone toda una serie de cosas. . . me gusta dormir, pero no tengo un buen rollo con los sueños. Lo que hago (los show las grabaciones) generalmente pasa de noche,y tengo que dormir de día. No me veo identificado con la cama de un matrimonio. En realidad nunca le di la importancia que se le suele dar. La asocio con cosas más bien desagradables. Tampoco soy Dick Van Dyke, que dormía separado de la mujer. En las películas la gente discute, confiesa cosas espantosas o se aburre en la cama. O sea: soy capaz de ofrecer una buena cama matrimonial, pero ya me desilusionaron los clichés en cuanto a dormir y al sexo.
—¿Es una confesión?
-En mi vida es mucho más divertido lo que pasa que eso que veo en las revistas. Quiero decir que para mí es normal lo que para otro es una demencia. Hay un punto de ficción-realidad que se está haciendo, para bien o para mal, normal o aceptable. y sobre ese punto podría decirse que soy un natural, un natural en al caos. Esto, lo que hay sobre la cama, parece un kilombo, pero en realidad son tres boludeces.
Mucho se ha dicho sobre esta habitación, que parece más bien el búnker posatómico en el que un creador atormentado y obsesivo persigue afanosamente la sinfonía que resuma el principio del caos que rige el universo. Para eso dispone de un equipamiento que incluye teclado, compactera, parlantes, televisor, video y aire acondicionado. Además de una madeja de cables, enchufes, compactos, libretas y hasta un DVD de Frank Zappa esparcidos sobre el cubrecama raído. Recostado en el único rincón que queda libre, sobre los desechos del colchón, contra una estantería empotrada en la pared, Charly viste un pijama celeste con dibujos infantiles. Mientras entrecruza sus piernas infinitas manchadas por trazos de marcador rojo, recuerda una idea que se le ocuirió el otro día y que por ahora quedó archivada:
-Quería hacer algo tipo La naranja mecánica. Me agarran después de que me tiro de nueve pisos y tratan de hacerme normal, por algún tratamiento científico o de electro shock. Entonces vuelvo a mi casa, se cae una copa al piso y me agarra un ataque cardíaco y me muero. (Risas) La gente se asusta de cualquier cosa. Cuántas veces escuché a las mujeres decir “no sé enchufar nada”. Te rompen los equipos y eso parece normal. O sea, se caen de un metro y se matan, tipo el caso de esta señora María Marta, mirá qué kilombo, debe haber sido algo así. Yo estoy preparado para arreglar cosas, mi papá inventó el disyuntor, aunque a mí se me puede quemar la casa.
-¿Cuál es tu balance del año?
-Hubo cambio de huéspedes en el hotel. Ellos no son los dueños de Olivos o de la Casa Rosada. Lo que cambia es el presidente, nada más. Somos satélites de otro país. Los que pinchan los teléfonos son los mismos tipos de siempre, la estructura nunca se desmanteló. Un país es muy importante como para dejárselo a los políticos. También, por percepción de lo que veo, ahora se glamouriza a los piqueteros, a los que están de última en la calle, a los locos a las prostitutas, a los que nunca antes salían par la pantalla, y la gente cree en lo que ve por televisión. Una cosa es Rolando Rivas taxista, que de movida era una novela. Ahora se glamouriza hasta a la villa y todo eso queda lindo. ¿Cómo va a ser lindo vivir sin techo y sin comida? Vivir en una villa miseria no tiene nada de divertido. Una cosa es hacer una serie de hippies y que hagan guita con eso, pero ya dan la vuelta de la vuelta. Me molesta que hagan una novela de locos y que no tengan la menor idea de lo que es eso.
-Hablás de Sol negro.
-No sé cómo se llama, lo digo en general. Agarran a las prostitutas y no tienen la menor idea de cómo son. No es la realidad, pero se le parece bastante. Es show, loco. Ahora mi fin es destruir Palermo Hollywood. Mirá qué cosa más ridícula, es mi banjo, loco, y le ponen “Hollywood”. Después se quejan de Méndez. Hay una invasión de tilinguería gigante y nadie se hace cargo de nada.
-¿Lo llamaste a Méndez para felicitarlo por su nuevo hijo?
-No lo llamé, no sé el número. Además nunca llamo a nadie, pero si me llama lo felicito.
-Hay un hombre que vivía con sus padres en Recoleta, hasta que un día se casa con una paraguaya y se fue a vivir a la Villa 31. ¿Qué te parece?
-Muchos cirujas tienen orígenes así, cambian por decisión. Andá a saber el departamento que tenía este tipo! Andá a saber cómo está la paraguaya! Yo viví en una pensión mucho tiempo porque tenía que ser así, y fue una de las mejores cosas que me pasaron, uno de los momentos más felices de mi vida.
-¿Qué personaje jugabas dentro de la pensión?
-El de la habitación 16. Era el flaco Charly García, no era tan famoso, pero me iban a buscar para ir a los shows en remís. Fue antes de grabar mi primer disco, Vida. Me fui de mi casa, la saqué a mi chica, y como me entró algo de guita, pude quedarme en la pensión. en Soler y Aráoz, porque no me querían alquilar departamentos.
-¿El baño era compartido?
-¡Inclinado! Para que no te quedes mucho tiempo, el inodoro tenía una pendiente pronunciada.
-En la época de Sui Generis grabaste Cuando ya me empiece a quedar solo. Con el paso del tiempo, ¿alguna vez te sentiste como el personaje de la letra?
-Hacer canciones es como escribir novelas. Julio Verne no tenía que viajar para escribir, las historias se le ocurrían. Cuando compuse Quizá por qué todavía no había cogido nunca. Se necesita inspiración, no te tienen que pasar las cosas. Lo mio es al revés, hago la canción y después me pasan... En serio! Pero el personaje de Cuando ya me empiece... se queda solo, viejo y con recuerdos. Todo mal. Yo también tengo recuerdos, pero no sólo el público de mi generación, sino también su hijas y sus hijos están conmigo. y cada vez más. Lamento desilusionarlos. Es raro, porque para mucha gente ya tendría que estar muerto. Pero nunca me sentí tan bien. Parezco una ex modelo: Nunca me sentí tan bien, el embarazo me hizo genial, me di unos toquecitos. Bla. bla, bla”.
-En Rock and Roll Yo, tu nuevo disco, Asesiname habla un poco de lo que pueden querer otros.
-Tiene varias lecturas. Es una canción de amor donde el tipo, en vez de pegarse un tiro o matar a la chica, le pide a ella que por favor lo mate. Alude a la Ley de Murphy: si algo puede ir mal, va a salir mal. Y tiene que ver con los secuestros y esas cosas, si alguien toca la puerta, ¿le abrís? Si le abrís te estás arriesgando a que te maten. ¿Vale la pena vivir una vida de miedo? De vez en cuando uno se arriesga.
Entonces Charly nos pregunta si vimos el video de Asesiname, el que protagonizó y dirigió con Resistiré como telón de fondo. Aunque una y otra vez a lo largo de la charla recurre a imágenes salidas de la pantalla chica, jura y perjura que no mira tele. Dificil creerle. Como sea, cuenta que llegó a la novela por intuición, y que en la identificación con la sangre o con detalles de esa trama que nunca siguió pero de alguna manera recibía, empezó a encontrar similitudes con su propio trabajo. La conexión llega a tal punto que en una de las escenas del video, Celeste Cid aparece sosteniendo sobre su pecho un cartel en el que puede leerse “Resistiré” escrito con la letra de Charly. Y, acto seguido, retira la cartulina y descubre una nueva que lleva una frase inconfundible: “Say No More”. El final llega con un primer plano de mister Say No More en persona pronunciando una de sus máximas favoritas: La vanguardia es así..
-¿Say No More es la tealralización de la decadencia?
...Say No More es el poder por el poder mismo. Es mostrar eso. El símbolo es un brazalete nazi. No está hecho para escuchar, está hecho para emitir. La idea es que entiendan la música que yo hago, y el que no que se vaya, porque ya caí en la trampa. Lo que hago es bueno. Y no es rock nacional o qué sé yo. Está bien: yo ayudé a inventar algo. Pero considero que es mejor el ruido que la música mala. ¿Por qué el oído está tan despreciado? ¿Por qué nadie averiguó que el prócer de la música, que vendría a ser yo últimamente, tiene el oído que tiene? Otra cosa que me jode es que Maradona tenga que vivir en otro país. ¿Ése es el destino? ¿Por qué siempre los grandes tienen que terminar mal? Generalmente los que fueron libertinos en su juventud después tienen una vejez genial. Quizá los demás tengan miedo de que se les caigan todas las cosas que dicen. Mirame: tengo 52 años. Mlrá a los Rolling Stones.., y mirá a un tipo de sesenta años común: está muerto. Hasta un tipo de treinta puede estar muerto.
-¿Por eso Rock and Roil Yo, no?
-Rock and Roll Yo quiere decir que hay que reconocer que las cosas que duelen te las han metido desde chiquito, como en la película The Wall. Tu vieja, la escuela, y siempre la misma herida. Entonces... Te amo, te odio, dame más. Según una encuesta estoy antes que la familia en la influencia de la gente. No es joda.
-En Tango te definís como un guardián de les destierros. ¿Cómo es eso?
-Es alguien que evita que la gente se vaya del país. Algo de eso. Si hay un lugar en el que me pueden entender, es acá... y en Nueva York. Aunque acá se toca rock sin saber. Lo que yo hago se puede poner como rock. Pero Rock and Roll quiero ser Yo. Porque mi música tiene mucho de este país. El asunto es que cada vez se labura menos...
-¿Un desplante para los vernáculos que tus músicos sean chilenos?
-Se supone que la música es un lenguaje universal. Hay un prejuicio muy grande contra los chilenos.
OK. Pero la realidad es que tocan muy bien y son dedicados. Pueden ser chilenos o de Mongolia. Justamente, lo que estoy diciendo es que los músicos de acá, en general, tocan nada más que para los shows. ¿Tengo que hablar con un músico que va a tocar el fin de semana si va a tener un show y, si no, se pasa todo el día boludeando? Y no sabe lo que es un pentagrama. O sea, paremos un poco la joda. La música para mí es como una Virgen. Santa Cecilia, no sé. Me parece que la prostituyen, loco. El arte al pedo, lo que se dice arte, para mí no existe.
-Y qué es el arte para vos?
-Es cagarte de frío. Es una habitación vacía. Donde si alguien pone algo se tiene que reciclar rápido. O salir. Nadie necesita eso. La gente necesita comer, primero. ¿Las Bandanas son artistas? OK, si ellas lo son, entonces yo no soy artista.
Hace un silencio, enreda sus dedos y toma aire antes de continuar:
-Pronostico una vuelta del virtuosismo. En cualquier momento se van a escuchar de nuevo solos de guitarra, gente tocando y esas cosas. Parezco uno de esos tipos que dicen “antes era todo mejor”. ¡Es veidad! (Risas) Por eso digo que el futuro está en el pasado.
-¿Cómo hacés para bancarte a vos mismo con tanto ego?
-(Lo piensa unos segundos) Cómo hago para bancarte a vos, por ejemplo. Yo no tengo demasiado ego, Demasiado ego tiene la gente. A mi me parece que soy una persona re-humilde.
-A veces no te sentís un poco vacío?
-Y... a veces tengo hambre. ¿Vacíos adentro mío? Sí, tengo, Pero si la pregunta es si eso tiene algo de malo, la respuesta es no. Soy más feliz que la mayoría de la gente. Y me tiré de un noveno piso no para suicidarme sino para demostrar que era diferente.
-¿Tu ruta es una seguidilla de trampolines?
-Me gusta volar, pero en cuanto al trampolín... No, loco. El problema es que debo estar adelantado, como dicen, o ser un genio. Y tengo que bajar para hablar con la gente común. Como decía Lennon, tengo que entrar en un suburbio mental, en el que soy mal interpretado y me cagan a patadas.
-¿Hiciste terapia?
-Sí. Y después me encerraron un par de veces. Hay psicoanalistas en la policía, en todos lados. ¿Qué saben, loco? Es una teoría que inventó un cocainómano. OK, muy lindo. Y no me parece que la cocaína cure nada. El psicoanálisis en el mundo ya fue, pero acá se le sigue dando bola. Pensaba que era por la represión, por qué mierda hay tantos psicoanalistas. Es porque te hacen pensar que tenés algo malo, que sos un enfermo.
Afuera la tarde de domingo se va convirtiendo lentamente en una noche tormentosa. En su cuarto, casi en penumbra Charly está hecho un ovillo, con las rodillas a la altura del mentón y un brazo entrelazado a sus piernas en una posición imposible. La mano libre hace equilibrio con un vaso de whisky. En ese momento crepuscular también para la entrevista, Satán Claus vuelve a entrar en escena para dejar un saludo de Nochemala: Festejen con quien quieran, como quieran. Yo tengo ganas de tocar el 25 a la hora justa: cristo no quería que pasara esto. Je. Pero me parece que ya rompió bastante las bolas. Hace 30 años que no veo a mi famílía. Así que, para mí, la Navidad es como un velorio.
Comiendo pavos y turrones, todas esas pelotudeces... You're crazy, man. Después dicen que no somos dependientes de Estados Unidos... Loco, la gente hace nada más que eso. Si aceptáramos eso en serio, que somos dependiente OK, no problem. El problema es la esquizofrenia de criticar algo que vos hacés. Sea el gobierno o quien sea. No se hacen cargo. Yo sí me hago cargo. Me hago cargo de que cambié: fijate la época de Sui Generis, parece la de los dinosaurios, la era paleozoica... Pero era mi época! ¿Vos te creés que no le modifiqué la vida a mucha gente? Yo, me hago cargo. Desde un poco antes de Say No More, lo que busco es el efecto más que la canción en sí”.
-¿Cómo sería eso?
-Tirar la flecha exactamente adonde vos querés y provocar el efecto que querés provocar.
—¿Y lo conseguís siempre?
-No. pero la otra que te queda es tirar mierda contra la pared y que quede pegado lo que queda pegado. Estoy muy focalizado en mi mitología propia, la que me fije dando la vida. Fui atando cabos. Etcétera, etcétera. Lo que pasa es que mucho tiempo después ves confirmadas las cosas que pensabas.
El efecto mariposa: una mariposa bate las alas en Japón y acá estalla una bomba atómica. Si nadie se hace cargo del efecto de lo que hace, es un desastre. No se puede hacer una maldad y no pagarla. Pero la vida no sirve para algo que viene después. Esto es lo que hay. No creo en las cosas sobrenaturales. Mirá, te voy a contar algo. Había un tipo que se llamaba John Piper no sé cuánto, que todavía tiene la tumba en Íllinois o algo así. El tipo se murió creyendo que era un fracasado. Quiso ser maestro, pero era demasiado blando con los alumnos. Y fracasó como maestro. Quiso ser cura, pero tampoco pudo. Así con todo lo que intentó, hasta como abogado. Pero hizo algo que no se puede decir que haya sido un fracaso: es una canción, que no habla ni de Dios ni de nada de eso. Habla del placer de tirarse en un sillón. Se llama Jingle Bells. El tipo se murió creyendo que había sido un fracasado, no se dio cuenta de lo que había hecho. Esa sí que es una buena historia de Navidad.
Eso dice Satán Claus o Say No More o Charly Garcia.
Y se rie otra vez, así. entre pedazos de dientes Ji. ji. ji.
Por Juan Andrade y Rolando Motta
Fuente Revista TXT
viernes, abril 24, 2009
Un Charly para el arbolito, Garcia rojo shocking
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2 comentarios :
El extraterrestre nos viene a mostrar su música marciana, como el barco encaya en una roca, se rompe la madera y de adentro salen sus canciones que se confunden con el ruido del mar.
Grande Inmortal!
ah, y yo soy Rolando Motas!! no me hagas plagio
El extraterrestre nos viene a mostrar su música marciana, como el barco encaya en una roca, se rompe la madera y de adentro salen sus canciones que se confunden con el ruido del mar.
Grande Inmortal!
ah, y yo soy Rolando Motas!! no me hagas plagio
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