lunes, julio 28, 2014

El regreso del indomable

Con los shows de Obras quedó felizmente terminada una etapa en la carrera de Charly Garcia, la de "Parte de la Religión". Por razones que escapan al control de uno, tuve muchas oportunidades de estar cerca de "donde se cuece la milanesa". Pude presenciar el principio de esta fase merced a un encontronazo con el flaco y Mario Breuer en las doradas playas de Rio.

Las bases estaban casi registradas y Charly aprovechaba el tropical clima de Brasil para despejar neuronas, hacer participar invitados en furiosas sesiones en los estudios Son Livre y para llegar "pichuchi" a la parte final en la ciudad de Nueva York, con Mario, Samalea y el técnico Joe Blaney. Me acerqué al estudio y pude aproximarme a lo que sería "Parte de la Religión". Escuché "Símbolo de paz" y el "Rap de las hormigas" y la primera impresión que le comenté a Charly fue: "Es como que hay que tirar para arriba otras vez ¿no? Hubo un mudo asentimiento.

Y fue así: "Parte ... " fue un disco up y una frase up en la carrera artística de García. Un disco extrovertido que te podía llegar por el lado del ritmo y las melodías y, en el caso que quisieras encontrar algún mensaje, éste también estaba allí. Después vino la integración de la banda, una de las mejores que tuvo García en toda su carrera. Sangre joven, gente con mucha polenta: el Negro García López, Samalea, Fabián Quintiero, Alfi Martins, Fernando Lupano.

Estuve en uno de los prolongadísimos ensayos que se llevaron a cabo circa Palermo (en el que hasta compartí una zapada) y se notaba un clima positivo: no era un mero ensayo, era una celebración de la música en sí. Ardientes zapadas, clima festivo, joda mesurada. Buena onda. Los primeros shows, Rosario, Mar del Plata, Mendoza... Un track, y Charly que se quería ir del país porque "aquí no me bancan". ¿Estaba loco? No, el cerebro le carbura demasiado bien.

Para una gran parte de la sociedad argentina (tu papá, tus mayores, tus policías, tus políticos), Charly con su bigote en blanco y negro y su pelvis inquieta, es sinónimo de zarpe, de liberación, de rotura de lazos. Lo que vos, en el fondo, querés y no te dejan. Por un momento parecía que los gerontes triunfaban. Pero Charly volvió y realizó unos conciertos inolvidables en el Gran Rex, a lleno total durante cinco noches. Su música, una vez más, volvía a aplastar la bola de odio y represión que aún se sigue viviendo en Argentina. La celebración de la música, del rock'n'roll, del estar vivos aunque cueste cada vez mas ser sensible en una ciudad de piedra, triunfó una vez más.

Así llegamos a abril 1988, después de un verano hiperdenso. Charly despide “Parte de la religión” en Obras. Cuatro estadios colmados. Había un clima fervoroso, era todo un acontecimiento, la gente estaba al mango. Más que una despedida era nuestra fiesta de celebración de la victoria. Charly García, hoy más que nunca, a pesar de ser como él dice "un monstruo respetado”, es el sinónimo del rock’n’roll en Argentina. Por eso la fiesta, por eso el recital tan al mango.

La cosa comienza con un legendario tema que grabara con Billy Bond: “Loco", cuya letra dice: "Loco ¿no te sobra una moneda?/ quiero estar la vida entera/ escuchando rock’n’roll/. Flaco, tengo un mambo que me caigo/ esta noche toca Pappo/ no me lo quiero perder”. Eso pasaba justamente, nadie se quería perder lo de esa noche. Y estuvimos casi todos, saltando con un furioso rock que volvía a crear, desde el vamos, la misma magia de los conciertos en la época del Proceso. Otra vez todos juntos, porque éste es momento de estar cerca y no bardearse. Afuera aúllan los lobos: Y adentro aullaban Charly y su banda, los temas de “Parte de la religión”, en un frenesí de sudor y entrega, de calentura. Pero no todo fue alegría, fiesta. También hubo emociones fuertes, de esas que casi duelen, aunque ese dolor sea como un bálsamo que nos hace acordar que somos sensibles y que tenemos una piel que se eriza cuando David Lebón sube al escenario para hacer Esa Viola de “Pubis Angelical”. ¿Y a quién no le temblaron las gambas en la impresionante versión de “viernes 3 A.M.” con ese solo desgarrador de García López?

Y no puedo hacer un relato coherente tema-arreglos-qué vino después-cuánto se aplaudió. Una fiesta no se analiza, se vive. Esta fue muy intensa y con sorpresas: una nueva interpretación de un tema casi olvidado "Cómo me gustaría ser negro", viejos caballitos de batalla con la cara lavada como "Yendo de la cama al living" (marchoso y aplastante), "Raros peinados nuevos", "Bancate ese defecto", "Nos siguen pegando abajo", "Cerca de la revolución".

Cuatro mil personas que cantan y bailan, que renacen de sus miserias, que olvidan una realidad muy densa para intentar construir otra que sea mejor. No es evasión, no es boludez: es una nueva toma de conciencia, un nuevo modo de mirar (¿te acordás de "Cinema verité"?). O tal vez un poco de rock'n'roll, un ritmo febril. Nada más. Nada menos. A Dios gracias.


Charly García después de Obras:

A las cinco de la tarde, en el bar de la esquina de su casa, Charly está tomando un café y comiendo un tostado, leyendo ¿Lucky Luke? Se lo ve muy tranquilo, aunque su paz se ve interrumpida por el inefable (y molesto) grabador de turno. Convida un café, acepta un "sofisticado" cigarrillo Oxi-Bithué y cuenta que su pareja de los últimos años, Zoca, ya partió rumbo a Ezeiza. Enseguida comenzamos la nota.

¿Conté un poco cómo empieza la historia de estos Obras?

Queríamos hacer un show que fuera como un cierre de toda una cantidad de presentaciones que fueron muy buenas. La banda tenía muchas ganas de tocar, y como nos ofrecieron Obras y estaba el asunto de la película "Lo que vendrá", nos pareció una buena oportunidad y dijimos "Vamos a hacerlo".
Ensayamos algunas cosas que yo tenía en el arcón de los recuerdos, remozamos otras y sacamos los temas de las películas. El tema del LP de Moro-Satragni, por ejemplo, salió por la broma con el Negro y para poder tocar la guitarra acústica.
Creo que hicimos un lindo show, no exactamente como "Parte de la religión" sino más dinámico. Yo estoy muy conforme con el resultado.

No sólo estuvieron en Obras un fin de semana sino también la semana siguiente. ¿Esperabas tantas actuaciones?

No estabamos tan seguros. Yo sabía que podía dar hasta el domingo (N. de R.: O sea una función más de lo programado), pero no me imaginé lo del otro fin de semana. Fue una sorpresa y me puso muy contento.
Teníamos ganas de hacer algo para mover el avispero porque no hay muchos grupos tocando.

Optaste por una escenografía muy sobria...

Sí, tenía la idea de esa cosa clásica, y fue muy piola que los monitores estuvieran debajo de la estructura, como hacen muchos grupos de afuera. Era todo muy pulcro y muy limpio. La ídea también incluía hacer un video del concierto, así que filmamos las primeras dos funciones y grabamos el sonido en 24 canales. Mi hermano está trabajando en toda la parte imagen y nosotros mezclamos el audio en los estudios Del Cielito. Creo que quedará algo muy bueno.

¿Y cómo se te ocurrió invitar a David y a Pedro?

Nos estuvimos viendo últimamente a raíz de un reportaje que se le hizo a Seru Girán, y también zapamos un poco juntos. Yo quería hacer algo "serugiranesco" que tuviera que ver con ellos, entonces pensé que quedaría buenísimo que David tocara la guitarra en el tema de la película "Pubis Angelical", porque es un solo muy bluseado. Y Pedro tocó el bajo y cantó en "Angeles y predicadores". Podría haber llamado a más invitados especiales como Richard Coleman o incluso Luis [Alberto Spinetta), quien andaba rondando por ahí, pero me pareció que sólo daba para lo de David y Pedro.

¿Qué les parecieron los aplausos para Seru Girán?

La gente lo coreó de una forma muy respetuosa, y no imponiendo que tocáramos determinados temas. Y cuando empezaban los acordes de la canción siguiente se callaban. Creo que Seru Girán está en el recuerdo de mucha gente y es lindo ver a la gente junta, pero por ahora no tenemos ningún plan para hacer nada en especial. Aunque sería bueno seguir tocando en diferentes proyectos sin que sea Seru Girán.

El afiche del recital decía "Despedida", ¿de "Parte de la religión" o de Argentina, ahora que salís de gira?

Más que nada, era despedida de "Parte de la religión", del show y del grueso de los temas, porque ahora empiezo a componer cosas nuevas y no vamos a tocar más por acá hasta que no tengamos un nuevo show. También fue por eso que tocamos, porque sino había que esperar hasta fin de año para presentarnos nuevamente en Buenos Aires, y teníamos ganas de abrir la temporada de recitales.

¿Y cómo viene la agenda de ahora en más?

Todo viene bastante bien barajado y con muchos proyectos. Vamos a toar en Venezuela, Colombia, México, Brasil, y quizás en el Interior del país. Es posible que grabemos el nuevo álbum acá en julio-agosto, con toda la banda y con Joe Blaney como técnico, para luego mezclarlo en Nueva York.

¿Cómo ves la banda ahora, después de tantos shows?

Veo que el grupo está realmente integrado. Si había alguna pequeña diferencia o incompatibilidad de estilos entre nosotros, ya quedó bastante limado porque nos acostumbramos mucho a tocar juntos. Yo siento que atrás mío tengo una pared de sonido que me permite dejar de tocar y engancharme en otra cosa, porque sé que la banda sigue. Y humanamente somos todos muy amigos, siempre estamos juntos y tenemos muy buena onda entre nosotros. Estamos bien. Cada uno sabe bien qué tiene que hacer y cuál es su función. Alfie, por ejemplo, se dedica más a lo que es samplers, como trompetas y efectos especiales. Fabián se encarga de lo analógico, como cuerdas y bajos de sintetizador. El Negro, aunque le gusta mucho el rocanrol y es un descendiente de Hendrix, se adaptó muy bien y le gusta explorar otras cosas con la guitarra. A mí me encanta agarrar la guitarra y nos llevamos muy bien en eso, sabemos qué tiene que tocar cada uno para no pisarse. Y la base es fuerte, con Fernando (Samalea) -según él mismo dice- como responsable del ritmo.


David Lebón: Demostré que aún estoy vivo

David, ¿cómo salió la idea de participar en los recitales de Charly en Obras?

Creo que fue por el hecho de habernos visto dos o tres días seguidos, porque un par de semanas antes Charly y Pedro habían venido a comer a casa. Pienso que ese acercamiento le dio la idea a Charly para que me llamara para invitarme. Aparte, me gustó mucho el tema (Pubis Angelical), que me parece muy lindo y profundo. Yo había grabado la versión original, donde toqué la guitarra y la batería.

¿Y qué te pareció todo?

Me encantó, me pareció bien y me sentí re-cómodo. Aparte, te insisto, por el tema mismo.

Me gustó el hecho de tocar un tema y estar por ahí un rato. Como decía mi señora, presenciamos un recital bárbaro y encima toqué un tema. Así que todo bien... Aparte, fue bueno para mostrar que todavía estaba vivo.

¿En ningún momento les molestó que la gente se pusiera a pensar en Serú Giran?

No, porque a nosotros nos gustó Serú. Incluso el domingo Charly dijo que era bueno que se acordaran de Seru Girán. Hay gente que nunca vio el grupo en vivo; son re-jóvenes y algunos por ahí agarraron el final y nada más. Pero parece que se corrió la bola que fue un buen grupo.

No nos molestó para nada. Al contrario. Creo que somos los únicos tipos a los que no les molesta en absoluto tocar temas de antes y todo eso.

Aprovecho para preguntarte qué estás haciendo actualmente...

Estoy grabando un disco donde Pedro me está ayudando en la producción. Después de lo que pasó con mi último disco decidí desarmar la banda, parar y tomarme mi tiempo. No porque estaba triste ni nada de eso, sino simplemente porque me pareció bueno tomar el tiempo necesario para componer y de paso para ver a la gente de las grabadoras. Aunque no necesite de ellos, como comprobé en Obras. Lo que necesito es de la gente.

Por Sergio Marchi

Fuente: Revista Rock and Pop (Año 3 número 30 - 1988)

Nota aportada por Germán "charrúa" Borda

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS) 

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