viernes, febrero 21, 2014

El gigante vuelve a atacar desde las sierras

Nacido en 2001 como la aventura de dos productores cordobeses, Cosquín Rock es, desde hace un buen tiempo, el mayor evento rockero de la agenda nacional. Sus varios escenarios permiten el paso de decenas de bandas por fecha, y otros escenarios temáticos para Heavy Metal, Reggae o Alternativa completan una oferta que sigue siendo sorprendente.

En los últimos días se supo que Charly García decidió suspender sus conciertos programados en el teatro Colón. Sin embargo, lo que aún no canceló fue su actuación en el Cosquín Rock 2014. Los motivos que tiene Charly para seguir considerando la idea de tocar en Cosquín son muchos, vamos a enumerar algunos: el marco increíble de 30 o 40 mil personas que no paran agitar banderas y cantar las canciones con un fondo de cielo estrellado en medio de las sierras; la libertad que da un show “festivalero” donde se pueden cambiar los temas, agregar solos instrumentales en el momento, alterar la lista de canciones, hacer cantar al público o alterar la duración del set. Otro motivo no menor es que José Palazzo (alma mater del Cosquín Rock) es el manager personal y amigo de Charly.

Lo cierto es que García ha tenido una larga historia de amores y caprichos con el festival. El mismo Palazzo me comentó en una ocasión que Charly solía exigir condiciones a la producción de imposible realización. En 2004 llegó al límite de pedidos cuando a la ya consabida Limusina blanca le agregó la idea que además debían alfombrar la ruta desde Córdoba Capital hasta el predio de Cosquín. Afortunadamente, los organizadores pudieron surfear este pedido y avanzar con los siguientes. Charly además pidió cerrar el festival tocando el himno a lo Hendrix en la isla de Wight. Ese año llegó al camarín a las 5 de la mañana; a las 5.45  se subió al escenario y media hora después lo abandonó por problemas con el sonido. Después de aguantar varios minutos en medio del frío y el rocío, el público comenzó a silbar y a insultar a todos (menos a Charly). Los gritos se transformaron, más temprano que tarde, en una pedrada generalizada sobre el escenario y las inmediaciones. El organizador (Palazzo) sufrió un desmayo que lo dejó fuera del asunto un par de horas.

“La gente había roto todo. Había sido un caos. Habían subido al escenario. Habían roto luces, pantallas. Los periodistas me esperaban para preguntarme cómo seguía todo. Les dije que el festival seguiría perfectamente con los shows programados….” contó luego José Palazzo, un personaje total, un cordobés entrañable y único. Es músico, productor musical, conductor de radio, pero ante todas las cosas es un entusiasta que cree profundamente en lo que hace. Personalmente, tuve la oportunidad de trabajar con él, eventualmente, en conciertos con mi banda y con Las Pelotas, y siempre es una alegría verlo y escucharlo hablar con esa mezcla de convencimiento y locura.

La historia del Cosquín rock nace en 2001 (en realidad varios años antes). Palazzo y el Perro Héctor Emaides (dueño de una disquería rockera en Córdoba capital) habían sido productores de infinitos shows de casi todas (o todas) las bandas de rock durante los noventa. El sueño era hacer confluir varias bandas en un festival que durara un par de días y que, al estilo del histórico Woodstock, incluyera un predio donde la gente pudiera además de ver los conciertos, acampar, tomar sol, hacer asados, bailar y caminar con libertad por todo el lugar. Buenos Aires resultaba a esa altura un mojón difícil de imitar con sus mega-festivales patrocinados por gaseosas, cervezas o marcas de telefonía. Lo cierto es que Cosquín Rock no sólo alcanzó a sus primos porteños, sino que los superó ampliamente.

En la edición 2014 ya están confirmados Las Pelotas, quienes ofician de anfitriones locales, Ciro y los Persas, Skay Beillinson (una figura difícil que sólo toca en este festival), Calle 13, Babasónicos, La vela puerca, León Gieco, Illya Kuriaki, Catupecu Machu, Las Pastillas del Abuelo, Raly Barrionuevo, Ricardo Iorio y Almafuerte, los prometedores Eruca Sativa (banda cordobesa) y unas 50 bandas más, además de Charly García, como comentábamos anteriormente.

Quedan en el aire las históricas actuaciones de Pappo tocando a dúo con Charly, los extenuantes conciertos de Divididos (ausentes este año), los exquisitos acordes de Spinetta (otro inolvidable protagonista del festival), los rituales de Los Piojos, Die Toten Hosen, Emir Kusturica o los aguerridos Molotov.



El monstruo cordobés vuelve a ponerse de pie, en el aeródromo de Santa María de Punilla en la primera semana de marzo. El éxodo de mochileros ya comenzó.

Por: Gillespi

Fuente: Telam

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS) 

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