domingo, diciembre 29, 2013

Tarde de fútbol playa y descanso

El jugador de la selección argentina y París Saint Germain, "Pocho" Ezequiel Lavezzi disfrutó ayer de una tarde de playa en José Ignacio, en familia. A unos metros de allí, el tecladista de Charly García se armó una cancha de fútbol tenis.

Las miradas ayer se concentraron sobre unos pocos metros de arena, en la playa de José Ignacio. Es que la escena era completa y a pedir de boca para los paparazzis que hacían guardia sobre los médanos.

Es que a apenas dos metros de donde descansaba uno de los cracks actuales del fútbol argentino, el Pocho Ezequiel Lavezzi, jugaban al fútbol tenis en la playa el zorrito Fabián Von Quintiero, tecladista de Charly García, y varios amigos del conductor Marcelo Tinelli.

"¿El Pocho? Está viendo si juega. Lo que pasa que es groso el nivel de juego que hay acá. Hay muy buenos jugadores", bromeó el tecladista de Charly García, mientras esperaba su turno para entrar a la cancha.

Adentro del cuadrilátero, entre cabezazos y patadas al aire, hacían su juego el entrenador de tenis de David Nalbandian, Luís Lobo y el amigo íntimo de Marcelo Tinelli, Federico Lorré.

Con el paso de los minutos, alrededor de la cancha se hicieron presentes varios curiosos, que con disimulo pretendían acercarse y mirar el juego.

A unos metros de allí y con un perfil más bajo, el pocho Ezequiel Lavezzi cumplía con las tareas de "buen padre y novio". En pocos minutos debió desembolsar una cantidad de dinero, a pedido de su hijo y su pareja.

Primero, llamó a un heladero y le compró un helado a su hijo, y pocos minutos después le silbó a un vendedor de ropa, a pedido de su novia.

"Si no me decías que era él ni cuenta me daba. Yo vi que tenía piernas de jugador de fútbol pero no lo reconocí", dijo el vendedor a El País, luego de efectuar la venta, un short de $ 600 para la pareja del jugador de fútbol, que se lo probó en el momento. Sin embargo, el vendedor aseguró que, trabajando en Punta del Este, es algo que le sucede bastante seguido.

"Una vez en la playa Brava le vendí a (Juan Carlos) Wasmosy, que fue presidente de Paraguay. La mujer me compró como 19 vestiditos. Los iba eligiendo y tirando en la arena. Y yo dije, esta mujer está loca. Resulta que cuando ella terminó de elegir, él me dice: "Puede ir a cobrar al edificio Estrella del Mar". Lo quedé mirando como dudando. Y me respondió: "Vaya tranquilo, que yo soy Wasmosy, presidente del Paraguay, Cobré y sin problemas, con propina y todo", recordó a las risas.

HAY EQUIPO.
Contento con su nueva adquisición, la cancha de fútbol tenis que le regaló el periodista deportivo Walter Queijeiro (famoso por el fútbol tenis que implementó en su programa Fútbol para todos), el tecladista de Charly García animó el juego desde adentro y fuera de la cancha.

"Este es el juego del verano, olvídate. Se acabó el tejo, la paleta, esto es lo último. Y más ahora que no sé sabe bien cuándo Marcelo (Tinelli) va a abrir las puertas de su cancha", comentó el músico, en referencia a los picaditos que el conductor argentino arma cada verano.

Es que Tinelli llegó recién ayer a su chacra de la Boyita, con su novia Guillermina Valdez, quien lleva un embarazo de cinco meses, por lo que no es seguro que esta temporada el conductor organice partidos con tanta frecuencia, como es costumbre.

"Por eso, ante la ausencia del estadio de Tinelli, el zorrito inauguró el fútbol tenis para jugar en la playa. Este año la cancha la pone el zorro, así cuando Tinelli vea la prensa que tiene el fútbol tenis no se la va a bancar y va a abrir la cancha de él. Y después vamos a decir todos que la estrategia del zorrito para jugar en la chacra de Marcelo fue un éxito", bromeó distendido el tecladista de Charly García.

Sin embargo, la sonrisa se le borró de la cara al zorrito Von Quintiero cuando se acordó de lo que había pago ese mediodía por una milanesa con papas fritas, en un conocido restaurante de José Ignacio.

"Yo digo que ya no es más Uruguay, estamos en `Udubay`. Porque esto es más caro que Dubay. Una milanesa con papas fritas me salió 200 pesos argentinos", comentó el músico, que desde hace años viene al balneario.

"Vengo por tradición, no por precios. Y además, vengo invitado, esa es la realidad. Hay muchos argentinos que vienen invitados a Punta del Este, a una casa, a un hotel boutique, sino no se puede venir, esa es la realidad. Está muy caro. Quizás pueda venir pero es carísimo", remató el zorrito a El País.

Por Gastón Pérgola
Fuente: El País (Uruguay)

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

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