"Para mí la música es un lugar sagrado". Con esas palabras definió Hilda Lizarazu su relación con una disciplina en la que se ganó un lugar propio después de doce años con Man Ray y su posterior lanzamiento como solista hace seis años. El resultado musical de ese recorrido, durante el cual además lanzó los álbumes de estudio "Gabinete de curiosidades" y "Hormonal", podrá verse en el recital que dará hoy junto a su banda, a las 23.30, en el City Center, avenida Circunvalación y bulevar Oroño.
—¿Qué desafío suponen tus presentaciones solista?
—Uno es el que lidera y el que decide qué quiere hacer y qué no. Tenés músicos que están compartiendo esta música, pero principalmente la que lidera soy yo porque me presento con mi nombre. Eso te da más responsabilidad pero también mayor libertad como para hacer y decidir caminos a tomar. Después de los doce años con Man Ray en los que junto a Tito Losavio tomamos las decisiones de una forma democrática, en este caso al ser solista te podés permitir decir "esto es así", y es así porque esto se llama Hilda Lizarazu.
—¿Estás preparando canciones nuevas?
—Estoy buscando nuevas canciones, con la guitarra sobre el hombre y el cuaderno bajo el brazo. Estuve en Córdoba para desenchufar un poco la mente de las cosas de la ciudad y ponerme a jugar con las palabras que es algo que me gusta hacer. Soy medio lúdica en ese sentido.
—En tus shows suelen participar músicos reconocidos. ¿Sentís la competencia o la presión de tener que imponer tu nombre propio?
—¿Sabés que no? Yo creo que las cosas llegan así como el agua horada la piedra... Imponerse me suena más agresivo. Yo estoy disfrutando de lo que hago en estos últimos veinte años. No sé qué les habrá pasado en las carreras a otras mujeres. Lo que siempre tuve en cuenta para mí misma es que la llave para hacer música es que sea algo que me de placer. Cuando deja de ocurrir eso me alejo un poco porque para mí la música es un lugar sagrado.
—Fuiste testigo privilegiada del regreso de Charly. ¿Cómo viviste ese momento?
—Hace seis meses que acepté el acompañamiento musical con el maestro. Acompañar a una persona de esa magnitud es algo que a mi me honra porque me encantan las canciones que viene fabricando en estos últimos nada más que treinta años. Es el regreso de una persona que está luchando contra sí misma. Me parece que veo un hombre que está luchando para seguir adelante desde otro lugar, a diferencia de los últimos años que se lo vio enojado, controvertido, mediático no por música sino por una cuestión más agresiva, y veo que está luchando consigo mismo como para reivindicar ese gran músico que es. Es súper positivo. Después es un gran recorrido que uno tiene que seguir hasta el final de nuestros días. Lo veo como un torero luchando contra su propio toro.
—¿Cómo fue trabajar con Palito Ortega para la música de la tira “Alguien que me quiera”?
—La convocatoria fue de Pol-ka para ver si cantaría con Palito Ortega. No lo dudé porque mas allá de los estilos que uno pueda tener, Palito Ortega es un ídolo popular que tiene una larga trayectoria. Cuando fui la primera vez a la quinta de Luján era como entrar en Neverland (risas). Era ir a la casa de Palito Ortega, un ídolo de los 70, que yo conocía de chiquita... Palito tiene mucho oficio. Después podés evaluar si te gusta o no, pero viéndolo desde un lugar profesional fue muy flexible esa sesión de grabación. El tema no tiene mucho que ver con lo que vengo haciendo. En este caso fue algo interesante y hasta como curioso. Y la verdad que nos divertimos. Yo le dije que me sentía Violencia Rivas (risas).
Fuente: La Capital
viernes, enero 15, 2010
Hilda Lizarazu: "La llave para hacer música es que siempre sea algo placentero"
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