lunes, noviembre 03, 2008

Nunca me porté tan bien en mi vida


En paz, disfrutando, tranquilo, contento... Así vive hoy Charly –en la lujanense estancia Mi Negrita, propiedad de su amigo Ramón Palito Ortega– después de dejar la clínica psiquiátrica Avril, donde estuvo internado durante casi tres meses. Sale poco y nada. Apenas para hacerse estudios de rutina, como ocurrió el viernes pasado, cuando concurrió a un centro neurológico para un chequeo que arrojó resultados más que óptimos. García lució impecable, con un traje de Key Biscayne –la marca de su amigo Nicolás Cuño–, zapatos al tono, camisa blanca, el toque fashion de sus gafas, el pelo rebelde de siempre, ligeramente más largo, y algún kilito más en su figura, que contrasta con la hiperdelgada de antes.

“Hola. ¿Cómo estás?”, saluda cordial a GENTE mientras se retira junto a su manager, Fernando Szereszevsky y el mismísimo Palito. Son las seis de la tarde y García regresa a su bunker, donde hoy es feliz. Cuentan que no prueba una gota de alcohol, que toma su bebida predilecta, Coca Cola bien fría, y que sólo fuma cigarrillos mentolados. Y como su vida es infinitamente más ordenada, engordó seis kilos, ya que ahora respeta las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena, algo totalmente impensado hasta hace muy poco. El plato preferido del rockstar son las empanadas tucumanas. Por eso, de vez en cuando se ve asomar la moto del delivery en la tranquera del campo de los Ortega.

Otra novedad en la vida de Charly es el mate: el ídolo pasa sus tardes disfrutando de los mejores espumosos que ceba el mismísimo dueño de casa. “Está bárbaro”, asegura Szereszevsky, y arriesga: “Le ofrecen conciertos de todos lados, pero hoy la prioridad es su salud. La idea es que cuando esté en condiciones haga un regreso que conmueva a todos. ¿Qué dice él? Pregunta cuándo va a empezar a tocar. Tiene ganas de romperla e impactar no sólo a sus fans con su laburo”.

Mientras termina de regrabar y actualizar Kill Gil, cuya versión original –pero incompleta– circuló por internet, compone y ensaya nuevos temas para su futuro disco, que saldrá cuando finalice el verano, ya que piensa seguir trabajando en Luján, sin escapadas a la Costa, como ocurrió en las últimas temporadas. Además del mate, García redescubrió su pasión por los deportes: todos los días nada aproximadamente una hora en la piscina, y ya comentó sus intenciones de salir a correr por los alrededores del casco. Charly siempre está acompañado por un ayudante terapéutico, además de tener a disposición un equipo médico del hospital de Luján, cercano al lugar, por cualquier inconveniente que se pueda llegar a producir.

Dicen que se ríe todo el tiempo, que recibe las visitas autorizadas de sus amigos –como ocurrió hace unos días en el festejo de su cumpleaños número 57–, y que en este momento está recibiendo gran ayuda de Fernando Samalea, El Zorrito von Quintiero y el Negro García López, integrantes de su histórica banda, además del clásico apoyo de siempre de León Gieco y Nito Mestre.

Digamos que la actualidad del músico es hoy tan previsible como saludable. “Nunca me porté tan bien en mi vida”, suele bromear ante su gente. Pero esta vez parece que no es chiste.

Fuente: Gente

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