miércoles, noviembre 06, 2019

Charly García y Luis Alberto Spinetta: la historia del disco fallido

Luis y Charly en la época de "Rezo por vos"
“Ellos dos siempre fueron un abrazo”, dice con su gramática inusual Aníbal Barrios. “Yo sé que García lo admiraba con locura a Luis. Y Luis a él”, confirma. “Cuando Luis se encontraba con Charly, existía como una fascinación”, cuenta Patricia Zalazar. “Había una cuestión de respeto, de cariño, de potencialidad entre ambos. Se emocionaban mucho los dos”. Las cosas no demorarían en cambiar.

En el verano de 1984, Charly García alquiló una quinta en el Gran Buenos Aires, donde sucedió el hecho que llevaría a ambos a pensar en generar un proyecto conjunto. Podría ser algo de escala galáctica. Charly hizo algo insólito: se sentó al piano y se dejó dirigir, un mando que solo podía delegar en alguien que tuviera un ascendente sobre él. Y el único dentro del rock era Spinetta. A partir de una serie de acordes encadenados, que Charly tocaba y sobre los que Luis opinaba se fue modelando “Total interferencia” , la canción que cerraría el tercer disco de García como solista: Piano bar. Fito Páez, que tocaba en la banda de Charly, reparó en la ironía de que el primer tema que hacen juntos se llamara de esa forma. Sería él quien oficiaría de productor interino de la canción, casi en reemplazo de Luis que se encontraba batallando para finalizar Madre en años luz. El tema tiene el tango de los dos, la mejor pluma del García de aquel entonces, y la estructura y modulación spinetteana. “Es un tema spinettoide”, dijo Charly. Era un augurio inmejorable.

Charly era como un vendaval; en la cúspide de sus poderes, se puso a producir más discos de lo que en verdad se podía, entre ellos el primer álbum solista de Fabiana Cantilo, devota de Spinetta. A través de Fito, que era su novio entonces, Fabi pudo acceder a Luis y pedirle una canción para su disco. Luis le dio un inédito: “Ventiscas de marzo” . Cuando fue a mostrarle a Charly lo que había conseguido, este le dijo: “No, tiene demasiados acordes”. “¡Y yo me quería pegar un tiro!”, grita Fabiana. “Porque le tenía que decir que no a Spinetta. Que con lógica se ofendió”.

Fabiana, que vivía la aceleración de sus partículas tan intensamente como Charly, no se rindió y cuando volvió a compartir una mesa con Luis Alberto, le dijo que seguía queriendo hacer un tema suyo. “Está bien”, salió del paso Spinetta. “Hacete una versión de ‘El monstruo de la laguna’ en tiempo de reggae” . “No sé cómo hice para transmitírselo al otro”, se pregunta Cantilo. “Pero lo grabamos y Luis vino a tocar. Yo estaba muy loquita y en el medio de ese disco me internaron”. Eran tiempos donde parecía que Charly y Fabiana estaban jugando una carrera mortal, pero Cantilo sobrevivió y retornó a la grabación, lo que hizo que Charly exclamara: “¡Ah, si Fabiana no se muere, yo tampoco!”.

EL LEÑO VERDADERO

El guitarrista de aquel disco de Cantilo era Richard Coleman, a quien Charly conocía de la casa de Andrés Calamaro en Palermo, donde hizo los demos de Vida cruel, su segundo disco solista, que contaría con las presencias estelares de Spinetta y García en “Vi la raya” . “Con Andrés nos hacíamos pis encima”, recuerda Mario Breuer. “Luis llegó a Panda, y me tiró un par de conceptos hermosos. Es un tema que hicimos ahí mismo en tres o cuatro horas. La parte de la letra que habla del leño verdadero, es por un porro que estaba ahí armado”. A Andrés le pareció, no sin razón, que Luis y Charly habían pensado que ellos (Calamaro, Coleman, Christian Basso y Fernando Samalea) podían ser la banda de acompañamiento del proyecto conjunto.

Como los horarios en el estudio eran contiguos, Charly le pidió a Richard que se quedara después de terminar su sesión con Andrés, para grabar guitarras en el disco de Fabiana. “Me quedo y preparo mi set. Tenía un sonido bien armado, con buenos equipos y muchos efectos: básicamente era una paleta de colores con muchos sonidos para ofrecer”, cuenta Coleman. “Ahí me dice que vamos a hacer ‘El monstruo de la laguna’, que yo recordaba muy bien, porque siempre fui del lado más de Spinetta. Yo estaba de ese lado de la grieta”. Charly le escribe un cifrado en un cuaderno Gloria, con unos marcadores de fibra y lo pone a Richard a grabar tomas. En una de ellas, el guitarrista levanta la cabeza y del otro lado del control ve a Charly, Breuer y al mismísimo Spinetta. “¡Esto es muy loco!”, exclama y se tira a grabar otra toma. “Imaginate, estar tocando para Charly un tema de Spinetta al cual tengo ahí adelante”, recuerda Coleman. “Me mandé, hice unos ruidos, sonidos raros, pero ese era mi trabajo: colorear. Aquellos dos habían hecho un arreglo chino con la batería electrónica, una cosa muy compleja”. La toma funcionó y fue la definitiva: “Listo, pasá por Sadaic”, le dijo García por el talkback. “Yo estaba muy emocionado por estar con ellos dos”, confiesa Richard que luego fue a saludar a Spinetta. Conectaron lindo.

viernes, noviembre 01, 2019

Reunión cumbre: Charly García, David Lebón y Pedro Aznar

En el marco de la recuperación del catálogo de Music Hall, realizada por el Instituto Nacional de la Música (INAMU), se gestó el histórico encuentro de Serú Girán con motivo de la reedición especial en vinilo del disco La grasa de las capitales, homenaje a 40 años de su publicación.

En un emotivo encuentro, Charly García, David Lebón y Pedro Aznar (con el recuerdo de Oscar Moro) realizaron un video a través de sus redes sociales, donde hablaron y escucharon la reconstrucción del audio realizada por Aznar y masterizada por Ariel Lavigna.

En el video se puede apreciar la calidad del audio, que impresionó a los mismos músicos, lograda a través de un trabajo minucioso a partir de las cintas de época. Esta edición especial en vinilo, que tuvo la coordinación de producción del INAMU, estará disponible en diciembre editada por Zarpa y 300 Producciones.


La transmisión, que se emitió a través de las cuentas de los músicos de manera simultánea, alcanzó miles de reproducciones, “me gusta” y comentarios.

“La obra de Serú merece ser reeditada con un audio de excelencia para que todos sepan cómo sonaba la mejor banda que pisó estas tierras”, decía un usuario; mientras que otro subrayaba: “Qué maestros, qué trabajo excelente hizo Pedro Aznar, y haberlo compartido habla de su humildad y generosidad de persona, que solo la tienen los grandes maestros”. Todos los comentarios fueron positivos y hay una gran expectativa por la salida de la reedición.

A los músicos se los vio distendidos, de buen humor y haciendo chistes, demostrando que la química sigue presente entre ellos. “Vinimos por el vinilo”, dijo Charly sentado en un sillón, mientas Aznar contaba de qué se trataba el encuentro y Lebón sonreía.

La grasa de las capitales (1979) fue un trabajo en el que se hizo una dura crítica de la sociedad argentina, hecho que convirtió a la obra en uno de los discos conceptuales más exitosos del rock argentino. "Habíamos compuesto ese disco para ir al choque directamente. Las canciones eran más pesadas, más contestatarias. Había que salir de la grasa, de la mediocridad”, afirmó Charly en varios reportajes cuando le preguntaron por ese álbum.

En la portada del disco, que quedó en la memoria de todos, Pedro Aznar era el oficinista, David Lebón el rugbier, Oscar Moro el carnicero; y Charly el empleado de una estación de servicio, en lo que se trataba de una crítica a las petroleras.

Sobre la recuperación del Catálogo de Music Hall

El Instituto Nacional de la Música recuperó el histórico catálogo discográfico que perteneció a Sicamericana, sociedad anónima que se desempeñaba comercialmente a través de los nombres Music Hall, Sazam y/o TK. Este catálogo, que cuenta con más de 2.500 discos nacionales, estuvo paralizado dentro de un proceso judicial de quiebra desde 1993. A partir de ese año, y hasta la acción del INAMU, los discos estaban imposibilitados de ser reeditados, impidiendo también que se generen recursos económicos para sus intérpretes, pese a que ellos fueron quienes realizaron esas grabaciones.

El INAMU afirmó que uno de sus objetivos en la recuperación de tan importante patrimonio de la cultura Argentina es que los intérpretes principales de estos álbumes puedan administrar la reedición de los mismos en el formato de comercialización que deseen. Para esto, el instituto les otorga una licencia hasta que finalice el plazo que la Ley establece (70 años luego de fijado el fonograma).

Fuente: Infobae

El blog de Charly García (hecho por DIOS)