viernes, junio 28, 2013

Charly tuvo un regreso con gloria a Rosario

Charly García invita a la Dimensión desconocida. Aunque sea sólo un título, un guiño a otras noches en las que, efectivamente, la incertidumbre era parte del show, el presente de Bico lo contiene –desde su vuelta a los escenarios– en tiempo y forma.

El tiempo es lo que dura una canción, un cordón de acordes que, es verdad, tuvo un acople y algún que otro desajuste este miércoles en Club Brown, pero lejos del caos.

La forma es su banda, The Prostitution, que se encarga de construir un corset sonoro cada vez más flexible para un Charly que recuperó la costumbre de ironizar entre tema y tema.

Y también lo son las canciones: veinticinco, en una noche que compiló cuatro décadas en dos horas y quince de show.

Digamos que la cosa arrancó a las 22.05, media hora más tarde de lo previsto, pero con gente –un público en el que dominaban los chicos y chicas entre los 18 y 25 años– que se sumaba a la cola de ingreso a la misma hora que estaba pautado el recital.

La apertura, casi a capella, se la llevó la letra de “Say no more” para sí, después, arrancar con el tándem “Tango en segunda”, de Sui Generis, y “El Amor Espera”.

El setlist continuó con un cada vez más rockeado “Los Dinosaurios” y “Rock and Roll Yo”. Esta canción la compuse en Francia, donde no hay bidet”, anunció Charly, y se despachó con “Promesas...”

Mucho más delgado, con un vestido largo negro –luego optaría por uno más corto–, García se sacó una y otra vez el sombrero, para acomodarse el retorno, hasta que tiró los auriculares al piso.

Verborrágico, se despachó con historias, frases y humoradas, esas que habían quedado mitigadas por el silencio inmediato al regreso. “Tengo 27 operaciones: de corazón, de hígado de cerebro. Ando bien”, lanzó, en tren de confesiones.

También le dedicó algunas palabras a Páez: “Fito toca para el gobierno y cobra. Qué me dicen”, fue la primera, “Yo no soy como Fito que toca una canción y cobra millones”, soltó sobre la polémica que envolvió al músico rosarino la última semana.

A su tiempo, la política también tuvo su lugar: “Soy un comunista arrepentido. No sé a quién quieren que apoye. O me quieren..”.

Con “Canción de 2 x 3” llegó el primer solo de Carlos García López (el Negro), un guitarrista que llegó para sumar musicalidad –sutilezas, si se quiere– ante la siempre efectiva pero por momentos acotaba presencia de Kiuge, el otro guitar-man.

La versión de "Anhedonia", la canción que habla de “un pueblo donde no pasa nada”, constituyó uno de los momentos más logrados de la noche.

El clima casi abúlico generado por el tema de Cómo conseguir chicas se cortó con la contundencia de "Demoliendo hoteles". "Tu vicio" prologó "I´m not in love" e “Instituciones”, y esta última fue el corolario de la primera parte.

La recta final abrió con un homenaje un tanto desacompasado a Mercedes Sosa a partir de video que muestra al autor de “Cuchillos” cantando el tema a dúo con la Negra (probablemente en Colombia, en 1997). A esa grabación se sumó la banda, en un doble vivo más sentido que ensayado.

La seguidilla posterior unió “Cerca de la Revolución”, “Popotitos”, “Marilyn, la Cenicienta y las mujeres”, “Ojos de videotape”, “Influencia”, “Me siento mucho mejor”, “Vía muerta”, "Piano bar" y “Eiti leda”.

Los bises fueron para “20 trajes verdes”, una bellísima versión de Alejandro Terán en clarinete y García en piano; “Rezo por vos”, “Fanky”, “Canción para mi muerte” y, “No voy en tren", la yapa, cuando parte de la gente estaba saliendo del lugar.

La dimensión desconocida es, en suma, un pase al universo actual de García, un espacio donde es él quien ha vuelto a prender y apagar la luz, y en el que se erige, una vez, más como signo de los tiempos.

The Prostitution: Christine Brebes, Julián Gándara y , Alejandro Terán en cuerdas (éste último también en clarinete), Carlos García López y Kiuge Hayashida; en guitarras, Carlos González, en bajo; Rosario Ortega, coros; Fernando Samalea; bandoneón, xilofón y percusión; Toño Silva; en batería y Fabián Von Quintiero en teclados (y músico rector).

Por Maricel Bargeri

Fuente: Rosario 3


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