viernes, septiembre 12, 2008

Yo toqué por los presos politicos


Charly García ya está grabando su nuevo disco, pero sigue hablando del concierto de Amnesty...

A las 4 de la mañana en los estudios ION, lo largo figura de Joe Blaney está desparramada en una banqueta. La mezcla de lo que será, quizás para Navidad, el nuevo disco de Charly García, se ha parado por un rato y la monada escucha entusiasmada los temas que ya empiezan a estar. El vino torrontés que ha traído Carlos García López —el último en llegar, porque se quedó dormido— se evapora de los vasos de plástico.

La monada son Alfi Martins, Charly vestido de rojo y más tranquilo que un alce, Fabián Von Quintiero, que baila como si estuviese en el escenario, Fernando Samalea, el negro García López. El cronista, que esa noche viene como de otro mundo, se despide cuando a escuchada ha terminado y dice que se siente un testigo indiscreto. Joe tiene una risa de hombre bueno todo el tiempo. Es un yanqui en la pampa, pero la pampa le revela secretos que le gustan.

Un poco antes, monólogo de Charly sobre su nuevo disco, en un alto de una noche más en un estudio clausurado para el resto del mundo, en que los instrumentos de la banda están armados como para tocar en vivo, con un aroma o Piano Bar flotando por el aire. Monológo que cortan las preguntas y que termino desbarrancado en Amnesty...

Es como ‘Piano Bar’, pero un poco más refiné. En “Piano Bar’ ni siquiera le pasé los acordes a los músicos. Fueron, una entrada a estudios, grabar, y listo, era ‘a lo que salga’. Acá grabamos doce canciones con la idea de que sea un disco de banda, no de solista. Cuando estoy solo hago discos solo, pero cuando estoy con un grupo y me gusta el grupo me siento como en familia y trabajo en conjunto. Entonces, la idea fue grabar todos juntos, sin que suene tan roquero o tan en vivo como ‘Piano Bar. O sea, una mezcla de ‘Piano Bar’ con ‘Modern Clics’ no? Usar instrumentos naturales y sólo algunos sintetizadores, pero que todo suene a disco, no a audición en vivo en un estudio. Estaba planeado hacer este disco este año, pero hace unos meses yo no estaba seguro de si lo iba a hacer o no, porque no me salía nada, no me salían canciones. La banda estaba trabajando bien, pero no salían canciones.

Entonces, como sé que trabajando baja presión hago las cosas bien, dije bueno, voy a contraer el compromiso, con una cierta condescendencia de la compañía en el sentido de que si no me gusta lo que estoy haciendo, o tiene que salir el año que viene, me dan bola. Hace un mes me empezaron a salir canciones, una detrás de otra. Músicas, más que letras. Rellené algunas músicas con letras en inglés, algo sanateadas, para no tener que cantar ‘la, la, la’ al grabarlas y para tener ideas de títulos. O sea, usé ese inglés ‘guareschol’, donde uno dice ‘ai laviu in de mornin guareschol’ y suena más de disco, porque el inglés uno lo tiene más metido en la cabeza, que si dice ‘te quiero en la mañana mi primor’.

Entonces, empezó a salir música-música-música y me dije: vamos a hablarle a Joe. Y Joe había terminado de grabar con Prince y estaba con Keith Richard. Y le dije ‘O.K., vamos a hacer nuestro disco de este año, porque venimos trabajando untos desde el ‘83, y él me contesto raro’. Entonces le digo ‘¿Y por qué no te venís por acá? Acá hay un estudio así o asá’, porque además quería que conociera el país y participaron por una vez desde el principio, y él aceptó.

Lo que pasa es que en ‘Modern Clics’ me dí cuenta que él me ayudaba muchísimo, poniéndome ciertos límites, dándome buenos consejos cuando se los pedí, respetándome como músico, y nada más que como músico, etc. Y bueno, se vino acá, bloqueamos el estudio y entre los demos que yo tenía y cosas que fueron saliendo acá mismo, empezamos la coproducción del disco. El es el co-director de esta película, y mata.

Grabo naturalmente, sin efectos, como si en lugar de grabar rock grabase una orquesta sinfónica. Y después, por supuesto, en Nueva York pondremos efectos, pero sin empezar con una cosa de sonido grandilocuente, Ahora él se va, graba a un grupo inglés, y nos juntamos en Nueva York el 15 de noviembre, al que espero llegar con las letras terminadas. Vamos a poner allá las voces y con suerte para Navidad el disco está listo.

—No va a quedar ninguna letra en inglés, ¿o si?

—Algunas que hice en inglés me gustaban, pero no es que me puse a hacer una letra en inglés pensando en el mercado americano. Me empezaron a salir cosas, y en vez de “guares-chalguaresnein” me salió “What you need is what you get”. Después, Joe me dio su opinión sobre las letras y me di cuenta que era un poco como si yo les estuviese hablando a los argentinos en inglés y que para alguien que habla inglés eso tenía otro sentido. “What you need is what you get” para un americano es básico, no es nada del otro mundo, y para nosotros es algo bastante utópica. Igual él quiere hacer algunos temas en inglés, para guardarlos aunque sea, pero el disco va a salir en castellano y... bueno, creo que va a triunfar la música sobre los letras. En definitiva, ocurrió que no me dejé trabar por la música, porque yo siempre hago las dos cosas juntas, es como la cáscara y el contenido, y en este caso digamos que perfeccioné la cáscara y sanateé el contenido.

—Pero ya tenés títulos, que de algún modo determinarán las letras...

—Sí, uno es “No me verás en el subte”, y toca Shankar, el violinista que vino con Peter Gabriel. Toca en dos temas del disco. En “No me verás”, grabamos él y yo solos, acá, el domingo, al día siguiente de Amnesty, contra-reloj porque él se iba a los 9 de la noche. Fue impresionante: vino con su doble violín, se tomó sus tecitos, grabamos, salió una cosa alucinante. No tengo la letra, pero tratará de dos colegiales que se hacen la rabona, desde el punto de vista de la chica, tienen un love-offaire en el subte y pasa algo que lo corta. Tambien está una que se llama “Just like a woman”.

—Como el tema de Dylan.

—Si “Ella es sólo una mujer”, que para Joe suena despectivo paro las mujeres y para mi es al contrario. Hay otro que se llama “Fantasy”, que un poco la idea es que “siempre estoy con gente que no conozco, estoy un poco perdido y a la vez estoy solo, porque vivo en un mundo de fantasía un poco eso. Después esta “Wbat you need is what you get”, o sea “Lo que tenes es lo que te merecés”, que voy a desarrollar en una obra larga, asi tipo Dylan, que cuenta una historia. Está también “Vampiro”, que es acerca de esa gente fisurada, que te arruino la noche, que aparece y te empieza a bajonear, que te chupa todo. Después titulos que no tengo la menor idea respecto a que van a ser, como “This Time” y “Ella me va a robar la plata”, y hay uno medio heavy que es “Estoy muerta”. La clave es que la idea ya está.

—Cuál es?

—En la tapa va a haber una foto con una chica y un, ramo de flores, y no dice nada. Ni Charly García ni nada. Es una tapa medio sesentona, setentita..., del ‘69 al ‘73, y el titulo es “Cómo conseguir chicas”. Por supuesto, no dice cómo... se supone que comprando el disco. Creo que además de tener la cosa de ejecución de “Piano Bar” y el trabajo de estudios de “Clics” presenta también una mano lírica tipo “Pubis Angelical”, uno mano romántica.

—Y la posibilidad de que toque Richard?

—Esta dando vueltas. Tiene que ver con las casualidades, con que él esté en Nueva York cuando yo vaya, etc. Pero él le dijo a Joe que si hay algún tema que le gusto se prende y mete la viola.

—Pero él no escuchó nada tuyo...

—No, nada, jamás. Por onda con Joe le dijo que si, que tocaría. Pero así como aparecería Richard, apareció Shankar, a sea un poco por azar y otro por onda.

—Y Joe qué dijo del Concierto de Amnesty y tu actuación?

—El se quedo loco cuando iba conmigo parlo calle y todo el mundo me conocía. No entiende nada... medio que no sabia muy bien qué represento yo acá y otra poco porque eso en Nueva York no pasa ¿no?, ni con Richard, ni con Jagger, ni con Lennon. El vivió un poco de cerca todos los inconvenientes que tuvimos para tocar, él vio como yo le explicaba a Gabriel mi problema, vio como yo tuve cierta simpatías de unos, rechazos de otros, el asunto de los managers, y... se quedó tieso con la reacción de los 75 mil monos cuando yo salí. Y yo salí con cinco líneas de cables, o sea hubo que sacarle micrófono a la batería para ponerle a la guitarra, una onda de salir medio por izquierda, o de pedir por favor, y cuando él vio que, pese a todo, salíamos con una polenta infernal se quedo alucinado. Le pareció increíble todo el circo de Amnesty.

—Vos mismo qué opinás sobre lo que hiciste en el concierto?

—Yo creí que iba a ser otra cosa. Creí que, como en el cartel era por orden alfabético y todos éramos iguales, lo mismo iba a ocurrir en el escenario. Y no me cabían dudas de que yo iba a tocar media hora y Bruce Springsteen dos, pero al menos en un plano de igualdad técnica. Nunca pensé que me quisieran serruchar la banda a último momento, por ejemplo. Pero tengo claro que no lo hicieron contra mí: mandaron un télex diciendo “no local artists”... por problemas de... no sé... Evidentemente, dentro de Amnesty hay gente que está más para cuidar los derechos o los intereses de su artista que de acuerdo con el verdadero objetivo de la gira, o el aparente objetivo, el asunto ideológico. Pasé por todo eso, que te desgasta y te hace mierda y salí a tocar igual al palo. Hubiese tocado con un acordeón, con un ukelele, con cualquier cosa. Yo estoy conforme con mi actitud. Y en el escenario no me escuchaba nada, no tenía retorno. Alfi tuvo que tocar haciendo mímica, porque el teclado de él no se escuchaba, estaba desconectado.

—Bueno, pero ocurre que el público no lo supo, y de lo mal que sonó el responsable pareciste ser vos.

—Es que yo sabía toda eso, que iba a ser así, y quise tocar igual. Los pibes de Amnesty de acá vinieron y me dijeron “Si vos no tocás, nos retiramos” y que sé yo y yo les dije “Ustedes hagan lo que quieran, yo ya estoy en este baile”. Me parece que no quería entrar en lo de llorón subdesarrollado. Sé que si no estaba mucha gente se iba a sentir defraudada e iba a cuestionar a Amnesty, etc. Y yo no cuestiono a Amnesty: cuestiono que Amnesty tenga un sponsor, que haya decenas de managers cagadores, etc. Para mi la experiencia fue lindísima, conocerlo o Gabriel, hablar con é!, que él me diese apoyo cuando se enteró de mi problema, que BilI Graham me ofreciera regalarme un pasaje de avión que me va a mandar para el próxima concierto de los Stones en San Francisco.

—Me parece que estás olvidando que, al menos por lo que se vio o escuchó desde el césped, tu show, en lo artístico, dejó muchísimo que desear.

—Bueno… es lo único que podía hacer. Yo nunca había tenido un escenario tan grande como ese. Entonces, me dije ¿qué hoy que hacer? Había que correr de un lado para el otro para que todo el mundo te viese y eso fue lo que hice. Me importaba mucho más que el hecho artístico, que en la televisión mundial se vea que hay un tipo acá que, en condiciones ridículas, puede mover a la gente. Mas bíen que si hubiésemos tocado con el equipo de Springsteen artísticamente hubiese sido mejor... ¿pero cómo podes sonar bien cuando ni te escuchas a vos mismo o tu tecladista no puede tocar, o la batería tiene un micrófono? Yo ya sabía, si llegué pensando que iba a tocar dos temas con un piano y un sintetizador.

Tengo claro que lo que se escuchó ahí no tiene nada que ver con lo que es un buen show mío pero quise suplantar lo que no tenía con entrega y con sentirme igual que los que venían. Al lado de las desventajas técnicas y bastó la mala educación de alguna gente, no los capos, sino los del medio y abajo, demostrar que soy acá para la gente que se las bancó todas O sea, me quedaban dos cosas: deprimirme y cuestionar. Pero, ¿qué tiene que ver el tipo que esta preso con mi problema técnico?. Creo que el final de la historia esta clara, Amnesty lucha para que salga un tipo, o dos tipos, o mil, de a cárcel, ¿Y qué iba a hacer yo... ? ¿No tocar por ese tipo o esa tipa porque no sonaba bien...? A mi me llamaron, fui, toque y puse toda la entrega del mundo. Si las cosas no estaban bien técnicamente para nosotros no fue responsabilidad mía. Además de todo, nosotros fuimos con nuestros equipos y no nos dejaron utilizar más que el 20 por ciento. Creo que la gente estuvo muy bien conmigo. Al final, cuando hacíamos todos juntos el tema de Marley, yo hacia así con la mano y la gente paraba, y yo sentía que Sting me miraba de costado y pensaba “epa” Mi enfoque es mirar esto desde el lado positivo, porque, sino, hacemos una polémica de una causa noble. Además los equipos son de ellos y punto. A lo mejor yo voy a tocar a Mendoza y un grupo under me pide todo el equipo y no se si se los doy. Lo que pasa es que no quiero echar culpas. Bill Graham me dijo una cosa, le creí, igual que al manager de Joni Mitchell. No podía creer que saliendo en esas condiciones nosotros hubiésemos logrado poner al palo a la gente. inclusive, BilI me pido disculpas por lo que le correspondía de culpa en eso. Hay tantas cosas… no sé, a mi me mandaron crudo a la conferencia de prensa y resulta que los quias de afuera tenían un speech preparado y León y yo no sabíamos qué decir. Me dijeron que Springsteen fue el que no quiso que yo tocara, porque él encontraba a la gente muy cansada, pero yo no sé... un poco prefiero guardar la imagen que tengo de él. No tuve onda con él, tuve con Gabriel y menos con Sting, que es medio distante. Pero la viví bien. Esto de Amnesty primero fue una gloria, después pasó a ser nada y ahora es una cosa balanceada, sin polémicas idiotas. Sé para adentro que había que hacerlo como fuera para ayudar de verdad al proyecto ideológico. No fue el concierto de mi vida, que quizás pudo haberlo sido, ni toqué todo lo que por ahí se esperaba, pero a cambio tengo claro que yo siempre tomé esto, que fue un regalo para mí, con un sentido concreto: actuaba por los presos políticos.

—Y León?

No... no sé que le pasó a él. El estaba bien. Pero no sé si bajó contento. Yo bajé chocho, diciéndome que había corrido con un Citroen contra un Masseratti y que había llegado a la meta.

—Pregunto porque me parece que él te dejó, al tocar sólo dos temas, una parte de su espacio

—Creo que él no tenía muchas ganas de tocar O, quizás, no había ensayado con su banda, no tenía repertorio... no sé. Pienso que también lo de él fue un acto de presencia simbólica, como la mía... pero nunca lo hablé con el. Si me dejó algo de espacio. Gracias, León. Leon es una persona que aprecio muchísimo... pero no me gusta su manager

—Por qué?

—Me echó del camarín porque tiré una botella de agua. Pero con León sentí que estábamos juntos en la mano y lo admire por lo que dijo en la conferencia de prensa, porque puntualizó muchas cosas que a mí se me hubiesen escapado. No se, veo que esto fue infinitamente más allá de lo musical. Lo musical fue para mí verlo a Peter Gabriel, y punto. Un espectáculo increíble y único. Pero el concierto no se hizo para eso, la gira no se hizo para eso. Amnesty junta firmas para liberar a presos políticos: eso avalé yo, eso fue lo que tuve claro al principio, por eso pasé lo del sonido y del maltrato. El buen trato, lo tuve de los capos de la gira, el mal trato de algún idiota de los que siempre hay en el medio.

Un poco después, la conversación con García ha terminado siendo redonda, con Alfie y Quintiero contando detalles increíbles de la trastienda. Blaney, caminando sobre los zapatos que Charly hizo famoso como el enfermero de lo que vendrá, toma apuntes sobre la mezcla, ordenando ahora su figura desparramada de flaco buen alumno de un colegio como la gente. En la cabina del estudio, suena el maravilloso violín de Shankar, un ataque de la viola de García López, el lirismo de los teclados, una música que empiezo a crecer desde abajo, poderosísima, como queriendo enterrar el pasado, sin saber tampoco si ya ha sido enterrado el futuro, todo sentimiento. Afuera, ya es cualquier hora, y amanece, y lo ciudad está durmiendo indiferente a todo

Carlos Polimeni

1 comentario :

Unknown dijo...

Qué lindo.
Te dejo un beso,
gracias por haber pasado.