miércoles, febrero 24, 2010

Charly despide a Pappo

Las rivalidades entre músicos suelen nutrirse un poco de la realidad, y mucho más del inconsciente colectivo. Sobre todo en un país dual como la Argentina, en donde las antinomias son parte de nuestro ADN. Pero también existe el viejo dicho que reza que "entre toros no hay cornadas".

A lo largo del tiempo se instaló en la mente de los amantes del rock nacional la idea de que Pappo y Charly García eran irreconciliables. Sapos de pozos diferentes que más que ser enemigos cultivaban lenguajes distintos, lo cual tiene un poco de verdad y un poco de mitología popular.

Sin embargo en este documento histórico que ofrecemos en 10música por gentileza de Mega 98.3, se prueba que al menos del lado de Charly, hay una admiración que trasciende la lógica pena por la muerte de Pappo, que solo hace brotar un sentimiento que, a menudo, los hombres y las estrellas no suelen expresar en público.

Se trata de unas palabras de Charly García que espontáneamente se comunicó con Mega y les ofreció una versión nueva de un viejo tema que tiene una historia singular. "Loco, ¿no te sobra una moneda?" es una canción que Charly García nunca grabó en el marco de sus proyectos formales, sino que fue registrada para un disco de Billy Bond, cuando éste era productor de Serú Girán. Allí surgió la idea de hacer un disco para Bond, que se tituló Billy Bond & The Jets, y que se nutrió de diversas canciones que andaban sueltas por allí. Una de ellas era "Loco...", cuya letra describe a un típico personaje rockero de los ´70 que podía estar pidiendo monedas para ver a su ídolo: Pappo.

La letra decía: "Loco, ¿no te sobra una moneda?/ Quiero estar la vida entera escuchando rock and roll/ Flaco, tengo un mambo que me caigo/ Esta noche toca Pappo/ No me lo puedo perder". El tema supo estar presente en el repertorio en vivo de Serú Girán. Si bien la autoría es de Charly García, cuando se registró en el disco apareció a nombre de un seudónimo: Peti Bon.

El tema quedó en el recuerdo de los memoriosos, ya que Serú Girán dejó de tocarlo y no se volvió a interpretar hasta que Los Enanitos Verdes le hicieron justicia en una memorable versión que apareció en su álbum Guerra gaucha de 1996. Pero en los últimos años Charly lo rescató y comenzó a incluirlo en sus recitales. Incluso, cuando se presentó en el programa "Badía en concierto", invitó a David Lebón al escenario para interpretarlo.

Pappo era toda una estrella cuando Charly García apareció con Nito Mestre a bordo de Sui Generis generando una nueva estética en el rock nacional, menos pesada y mucho más acústica. Esto generó celos que Pappo recordó en reportajes recientes: "De repente aparecieron estos dos con una guitarrita y una flautita y los empezó a seguir un montón de gente". Y a lo largo del tiempo, cuando le preguntaban por Charly, Pappo consideraba que no hacía rock. Pero alguna vez coincidieron en zapadas eventuales fogoneadas por García, que sentía una franca admiración por Pappo, como podrán comprobar cuando escuchen el audio que aquí ofrecemos.

Es más: compartieron escenario en Miami en el marco del disco "Unplugged" registrado por Ratones Paranoicos, y no es descabellado pensar que Juanse fue el nexo entre ambos. En una de las últimas actuaciones de Pappo, en el festival Cosquín Rock, Charly fue su invitado especial junto con Botafogo y tocaron juntos tres canciones.

Esta versión de "Loco..." fue grabada por Charly García en su casa. Le gustó como quedó y se comunicó con Mega para que la pusieran al aire. Hizo él mismo la masterización, y después salió por teléfono haciendo declaraciones para la radio que también van insertadas en el audio.

Es un grande despidiendo a otro grande. Es un documento histórico. Es Charly diciéndole chau a Pappo.

por Sergio Marchi

Fuente: 10 Música

martes, febrero 23, 2010

Más que "el guitarrista de"

"Negro" García López. El ex La Torre y Zas, y músico detrás de lo mejor de Charly, edita su tercer álbum solista.

Durante la primaria las maestras recomiendan que para trabajar se formen grupos, no por la amistad en común, sino por las cualidades hacia el proyecto. Muchos hacen oídos sordos al consejo y siguen a sus amigos sin importar el resultado. Carlos Alberto García López, de La Paternal, hincha de All Boys y de Boca (así se presenta) debe haber sido uno de ellos, porque los amigos en su historia le marcan el camino: "Para mí la amistad es algo muy importante, lo tengo demasiado presente. No tocaría con alguien con el que no me sienta cómodo, quizás un músico de sesión lo haga, pero yo no".

Así fue cómo el actual guitarrista de Charly García (por tercera vez) dejó su grupo de hard rock La Torre para "tirar para arriba" con Miguel Mateos y Zas: "Fue la onda con Cachorro López lo que me hizo dejar la banda, éramos muy amigos. Un año toqué con el loco y fue muy raro, porque a mí me habían convocado porque decían que querían hacer rock and roll. Después me di cuenta de que no me gustaba y me fui a tocar con Charly". Sin embargo no es tan sencilla la cosa, porque aquí comienza otra de las historias polémicas guiadas por los amigos. Los paparazzi de la época decían que García le había robado el guitarrista a Mateos. El Negro, así se dice y le dicen, se ríe y baja el tono: "Eso no se cuenta. Tampoco es que me robó, pero hizo todo lo posible para que tocara con él. Un día me llamó y me preguntó si quería tocar con él y yo le respondí preguntándole si él quería tocar conmigo. Pegamos onda y en mi último recital con Zas se vino disfrazado de enfermero y cuando todos los fans cantaban 'el Negro no se va', Charly les gritaba que 'El Negro ya se fue'".

Ahora, más allá del momento que está viviendo junto con el autor de Say no More, asegura que lo que más le importa es su grupo, con el que acaba de grabar Esta vez invita el Negro. "Si bien es demasiado importante tocar con Charly y lo hago por placer, porque lo respeto y porque es el mejor músico que tenemos, lo más importante es mi banda", cuenta el guitarrista invitado de Intoxicados, Los Ratones Paranoicos y Los Tipitos, entre otros.

Los discos de guitarristas suelen tener dificultades para instalarse, ¿lo sentís así?

Es un dicho en el ambiente de la música. Lo escuché y lo siento. Ojala la experiencia de mis trabajos anteriores (Da cruz y Números rojos) sirva para que Esta vez Invita el Negro sea un éxito. No digo que los discos anteriores hayan sido malos, tampoco buenos, simplemente fueron una experiencia distinta. Acá estoy muy contento por el trabajo que hicieron los productores Jorge Rossi y Adrián Pérez (ex Intoxicados) y con los invitados que tocaron conmigo (Ver Album).

¿A veces te sentís sólo el "músico de"?

No quiero se contradictorio, pero por un lado siento que soy el "guitarrista de" cuando estoy tocando con un capo como Charly, pero en La Torre, por ejemplo, no me sentí así porque formaba parte de la banda y compuse canciones como Colapso nervioso o Rompe mi amor, rompe, que fueron hits. Me siento músico. Que me deje sordo el Marshall es lo mejor que me podría pasar.

¿Por qué volviste a tocar con García?

Es un poco de casualidad. Sólo seis personas podíamos entrar a la quinta de Palito Ortega: Nito Mestre, León Gieco, Pedro Aznar, Fabián Quinteros, Samalea y el Negro García López. Y, de ir a visitarlo, se fue gestando todo. Cuando lo encontré ahí había pasado un año sin vernos, porque yo había tocado en La Trastienda con él, después me fui de vacaciones y me enteré de los quilombos en varios shows. La primera vez que lo vi estaba totalmente distinto, más medicado de lo que está ahora, pero normal, todos sabíamos que tenía que estar medicado. Lo encontré bien.

García López se refiere a todos sus compañeros con pasión y honestidad. Por eso, al hablar de Charly no se calla nada: "Está en su mejor momento. No entiendo los que preferían verlo tocar cuatro temas descontrolado y bajarse del escenario. Ahora está bárbaro. Cada vez que tocamos, el día anterior se ensaya todo el show. Eso es espectacular, antes no se podía hacer, yo lo disfruto a morir".

Fuente: Clarín

lunes, febrero 22, 2010

Un café con amigos

El Grupo en Yahoo! "Say no more", es una lista de suscripción por correo en el que cada usuario escribe y responde a todos los remitentes registrados. Pero esto es es decir poco.

Haciendo un poco de historia, en agosto de 1999, "Marula" creó el grupo como quien arroja una botella al mar en busca de alguien más. Ese "alguien más" era quien compartiera su amor por Charly García.

2 años después, y habiendo decidido no seguir a cargo del grupo, se organizó una votación entre los usuarios. El únanime resultado puso a Freddy Berro al frente, quien como tantos de nosotros creció con Charly; en sus palabras: "Desde que descubrí a Sui Generis mirando la película "Rock hasta que se ponga el sol".

A 11 años de aquel siglo, no son 100, sino más de 1300 los suscriptores del grupo. No es decir poco.

Enriquecida constantemente por el aporte de los usuarios, la lista es el lugar donde encontrar gente que comparta nuestros gustos.Mucho más similar al café donde uno va después de un día de trabajo a encontrarse con amigos a charlar y divertirse que a una red social; (porque, si bien el nexo es Charly García, no todo allí se agota, especialmente en lo que a música refiere).

Al grupo llegan miembros de todas las edades y de todas las latitudes, (dentro y fuera de Argentina), muchos se han hecho de varios amigos, han compartido recitales, fiestas y parrilladas, incluso 2 integrantes que se conocieron en ésta lista, se casaron.

Debido a la importancia del grupo, se cree que entre los integrantes hay varias personalidades escondidas bajo seudónimos. No es el caso de Pipo Cipolatti que participa públicamente del mismo, como no fue tampoco el de S. Zambonini (ex-manager de Charly).

"Inclusive muchos miembros del grupo han hecho sus páginas y/o blogs como la gente de Zona García, El blog de Dios, La entrada es gratis, la Cofradía (mi blog), ustedes mismos con Demoliendo Hoteles."

En el haber del grupo figura un lindo recuerdo cuando, durante una internación de Charly, se organizó frente a su casa una "sentada" con gran respuesta en protesta por el trato que los medios estaban dando a la noticia. "Eso si que fue un Aguante en serio"

Algunos miembros del grupo que siguen a García a todas partes, tienen contacto con el círculo cercano y comparten noticias "de primera fuente".

Al preguntarle a Freddy sobre éstos y otros aportes dice que todo es bienvenido, desde una anécdota, hasta comentar algún recital y compartir música y videos inéditos. Incluso las discusiones y diferencias enriquecen, en tanto y en cuanto se hagan con respeto.

Realmente no es poca cosa que la lista se haya mantenido por más de 10 años, se crearon muchas, incluso hay algunas más todavía, pero ninguna recibió igual respuesta que ésta; la lista SNM hoy es la lista más grande y más importante en el mundo sobre Charly García. Freddy se enorgullece de haber podido unificar un criterio de diálogo donde se desterraron los insultos y también en particular de sus miembros activos, porque "Uno sabe que llega a su casa y va a tener mínimamente más de 30 mails para leer porque los que participan, lo hacen en alto grado."

En palabras de Freddy: "Estamos creciendo constantemente y obvio que la vuelta de Charly a los escenarios hizo que se acercara mucha gente para estar actualizada del presente de este gran músico.

Las puertas están abiertas para todo aquel que quiera incorporarse. Todo aquel al que le guste Charly va a poder encontrar de todo para bajar e informarse, van a saber antes que nadie las noticias de conciertos y lanzamientos, así como material inédito que no es fácil de conseguir.

Yo les recomiendo que si les gusta Charly, se suscriban….la van a pasar muy bien.

La entrada es gratis…..la salida….vemos!!!!"

Link al grupo: groups.yahoo.com/group/SAYNOMORE

Fuente: DMH

El mejor epílogo posible

Refresco de un recuerdo: Cosquín Rock 2005, primera vez del festival en la comuna de San Roque, miércoles, casi 40 mil personas esperan la presentación de Charly García prevista para la medianoche. Pasa una hora: nada. Pasan dos: menos. Charly aparece a las 4, totalmente dado vuelta, y a José Palazzo, el mandamás, casi le da un bobazo. Venía de limusina la cosa. De rock star y tensión. Otro: el desastre con el sonido del año anterior, en la Próspero y así... García siempre había sido un tremendo problema para la producción del festival de la montaña. Pero el giro fue completo. Se le pide a Charly puntualidad para la prueba de sonido... y cumple. "Le dijimos ‘de 13 a 14.30’ y Charly estuvo ahí, ni un minuto más ni uno menos", dirá Palazzo en la conferencia del cierre. A la noche, cuando debía cerrar la décima edición del festival, apenas se demoró siete minutos... Un pequeño lujo para el engranaje de la producción. 23.37, entonces, salió a escena –sobrio, sedado, gordo, rescatado– y una marea de gente se rindió a sus pies. Uno de los cuatro pilares base del rock argentino parece en buena forma. Algo lento, muy tranquilo, y con articulaciones parecidas a las del Capitán Escarlata, emergió en escena como la contracara del punk poguero y clásico de Die Toten Hosen, que ocurría enfrente, en el escenario que besa las sierras.

Así, aunque con las limitaciones del caso, el show del "nuevo García" rindió como uno de los más altos, en estética y emoción, de los varios que hubo el domingo, durante la fecha epílogo. Apoyado en una banda aceitada (el Negro García López, el Zorrito Von Quintiero, Hilda Lizarazu y el trío de músicos chilenos) y, reanimado por su nuevo estado, Charly armó un compilado perfecto de sus mejores canciones para que a casi ninguna de las 25 mil personas que asistieron se le ocurriera escapar de la lluvia. "No soy un extraño", "Cerca de la revolución", "Demoliendo hoteles", "Promesas sobre el bidet", "Rezo por vos", "Yendo de la cama al living", "Pasajera en trance", "Nos siguen pegando abajo", entre las previsibles. Más algunas gemas que corrieron el péndulo hacia el lado de la palpitación reminiscente. Vibración y sorpresa, incluso, porque, más allá de esa decena de canciones que saben todos, a García le dio por desempolvar otras con no tanta ruta en recitales: "Canción de 2x3", por caso, o "Adela en el carrousel". Al cierre, cuando el inmenso predio de la comarca era un bis climático de la noche anterior (una alfombra de barro y agua como efecto del diluvio) apareció Juanse para cargar de rabia una poderosa versión de "Mr. Jones", lejano clásico de Sui Generis. "Este tema que voy a hacer pertenece a la prehistoria", había anunciado Charly, que se bancó entero todo el recital, yendo del piano al micrófono.

Suma y síntesis, Charly, de un festival que transcurrió sin mayores sobresaltos. Al menos, puesto en comparación con ediciones pasadas más accidentadas, nerviosas y desopilantes (el libro Cosquín Rock, de Palazzo y Víctor Pintos, lo cuenta mejor). El show de los Ratones Paranoicos (apuntalado en el temple renovador de Pablo Memi) fue parejo, sólido y bastante hitero: "Sigue girando", "Ruta 66" (con Panchito Estévez, de Mundo Alas, en armónica) y "Vampiro" entre ellos. El de David Lebon, casi un cancionero de su último disco, Déjà Vu, mechado con inevitables de ocasión: el viejo y querido "Hombre de mala sangre", entre ellos. El de Babasónicos, compacto y con un nivel de sonido poco habitual para la banda glam nacida en los suburbios, y el de G.I.T, una pequeña decepción: el regreso de Guyot, Iturri y Toth, demasiado acorazado en estrategias mediáticas, duró apenas dos temas y encima en uno ("Es por amor") Toth se olvidó la letra.

Mientras, por uno de los escenarios de atrás pasaba Massacre con un show bizarro (Walas salió a cantar con una máscara de luchador mexicano, y calzas grises y negras) y potente, a caballo de dos hits impecables: "La reina de Marte" y "La octava maravilla". Attaque y Carajo cumplieron, y Viticus les puso calentura vintage a las sierras. Tres guitarras y a matar con un set poblado por rémoras de Riff ("Macadam", versión interminable de "Mucho por hacer", "Ruedas de metal") y los propios de Viticus ungidos por esa fórmula sureña que nunca falla.

Festival sin sobresaltos –se insiste–, en el que la tercera y última noche no fue excepción. Festival "casi" sin sobresaltos, aunque con cierta sal en los detalles: el tremendo e inolvidable recital de Skay de la primera luna (tardaron ocho meses para convencerlo), el giro de Charly, la forma en que Willy Quiroga convenció a los organizadores para que invitaran a Vox Dei ("Nosotros nos rompimos el orto para que el rock sea lo que es hoy", dijo el viejo bajista); la confusión sonora en el medio del predio (en un momento Attaque, Viticus y Ratones parecían una sola banda) y los tapones de punta de Gamexane para recordar a los ausentes con aviso mientras Todos Tus Muertos salía a tocar: "Gracias Callejeros. Sigan quemando gente, hijos de puta".

Por Cristian Vitale

Fuente: Página 12

Charly se dobla pero no se rompe

Cuando el año pasado Charly García decidió volver a los escenarios tras su prolongada internación hubo reacciones dispares. La gran mayoría no ocultó su alegría y satisfacción por verlo regresar a la acción pisando el escenario. Aunque también estuvieron aquellos que, no sin razón, expresaron sus dudas a través de interrogantes tales como ¿Estará listo para dar lo mejor de sí?, ¿no tendría que esperar un poco más? o ¿volverá a ser el de antes?, entre otros.

Ya desde aquel recordado e improvisado mini show dado frente a la Basílica de Luján quedó claro que difícilmente vuelva a ser el de antes. Pero, al mismo tiempo, fue muy destacable (a la vez que emocionante) descubrir su enorme fuerza de voluntad y sus inclaudicables ganas de rockear.

Como para demostrar que su regreso al ruedo era algo concreto, primero presentó un tema nuevo, “Deberías saber por qué”, que obtuvo una muy buena recepción, y luego anunció una pequeña gira latinoamericana con cumpleaños incluido en el Estadio de Vélez.

De todos modos, lamentablemente algunos no soportaron ver a un Charly así, de andar lento y movimientos pausados, síntomas lógicos de una persona que, aunque medicada, prefería compartir esta nueva y diferente etapa de su vida con sus seguidores y no encerrado en su casa mirando la televisión o el techo.

Bajo una lluvia torrencial y acompañado por una aceitada banda, García llevó adelante con creces su regreso triunfal en el José Amalfitani, en el recital que él mismo bautizó “concierto subacuático”. Allí, sus incontables seguidores dijeron presente y no les importó volverse a sus casas empapados y con una segura pulmonía posterior después de ver a un Charly que, dentro de sus posibilidades, cantó todos los temas de principio a fin y, desde el piano, fue algo así como un director de orquesta atento a cada movimiento de sus músicos.

No obstante, los necios que nunca faltan continuaron adelante con sus críticas filosas: “Parece una estatua de cera salida del museo de Madame Toussau”, “camina como la Momia” u otras crueldades del estilo me tocó escuchar en estos últimos meses. Y sinceramente no estoy de acuerdo. Sí coincido en que su dinámica no es la misma de otras épocas, pero prefiero a un Charly concentrado en lo suyo, tocando el piano, cantando los temas (bien o mal) de principio a fin y rescatando canciones que hacía mucho no interpretaba en vivo antes que la versión añorada por algunos “nostálgicos”; esa más volcánica, acelerada, desbordada y, sí, más "bardera", pero a la vez autodestructiva, en la que arrojar teclados por el aire, destrozar guitarras, patear o trompear a sus asistentes, ponerse a jugar con un celular de juguete y olvidarse de cantar (dejando esa tarea y la de “tapar los baches” a Hilda Lizarazu o las vocalistas de turno como en su momento fueron Fabi Cantilo o Celeste Carballo) dominaba la escena dando como resultado un espectáculo tristísimo y digno de lástima.

Más allá de estos cambios, García no ha perdido la agudeza, la ironía ni la estampa de rocker y así lo demuestran sus recientes apariciones en Mar del Plata, Punta del Este y su, hasta ahora, mejor performance: el cierre del festival Cosquín Rock 2010.

Lúcido, con una mayor desenvoltura y cada vez en mejor forma, el ex Seru Giran sigue demostrando que es arriba de un escenario donde más feliz se siente y en donde más le gusta estar. Si desde su regreso no lo vieron en vivo, los próximos 17 y 19 de marzo en el Luna Park asoman como una excelente oportunidad. Independientemente de los gustos de cada uno, lo cierto es que Charly puede doblarse pero jamás romperse. Ese es el aguante.

Fuente: 10 Música

Charly García y el regreso de GIT marcan el cierre del festival más importante de Argentina

No tiene la espectacularidad tipo carnaval de Los Fabulosos Cadillacs, ni esa suerte de morbo que merodeó la resurrección de Soda Stereo. Pero el regreso de la formación original de GIT tiene una intención clara: hacer algo de justicia con una de las bandas más populares, y también más criticadas, del boom ochentero que vivió el rock latino.

La noche del pasado domingo, en la tercera y última jornada del festival Cosquín Rock de Argentina, el trío que integran Alfredo Toth (59), Willy Iturri (52) y Pablo Guyot (58) se volvió a abrazar en un escenario, tras 16 años de pausa, y lo hizo en el evento musical más convocante de Argentina y uno de los más masivos de la región. Aunque la noticia era comidillo desde hace semanas, la organización intentó montar un efecto sorpresa: el conjunto no salía en el cartel oficial y apareció sin aviso en el más grande de los tres escenarios, justo antes de Babasónicos, otro de los invitados estelares. Aplauso cerrado de las cerca de 25 mil personas a la agrupación que encarnó la faz más light y comercial del rock argentino.

Ahí la sorpresa cedió a la lógica: el trío sólo desenfundó sus dos mayores éxitos, La calle es su lugar y Es por amor, y demostró que aún tiene destreza y vitalidad para interpretar ese pop rock simple, sin pirotecnia ni estridencia que cruzó su discografía. Aunque lejos del look glam de sus días juveniles, se vieron dignos: para la presentación en el festival que se levanta en la comuna de San Roque, a una hora de Córdoba, ya contaban con ocho semanas de ensayos.

El plan ahora es una gira que en mayo pasará por Chile, desde donde proyectaron su fama latina y que guarda como hito su paso por Viña 1987. "La idea es que sea un retorno en buen nivel. Veremos si haremos nuevos temas", sintetizó Roth en la conferencia posterior al show.

Como si se tratara de otro abrazo con el pasado, el cierre de Cosquín, cerca de la medianoche, estuvo en manos del artista que precisamente descubrió a GIT en los 80: Charly García, renovado y más robusto tras superar el colapso que casi lo tumba para siempre. El hombre del bigote bicolor tocó más de dos horas y las hizo todas: repasó hits desde Yendo de la cama al living hasta Influencia; lanzó una pulla contra el grupo alemán de punk Die Toten Hosen, que tocaba en otro escenario ("¡toquen cuando aprendan!"); y concluyó su show cerca de las 2 de la mañana, cuando la lluvia y el viento azotaban nuevamente las montañas donde se enclava el evento.

Junto a su trío de músicos chilenos -y aunque aún su voz se nota magullada y casi sin vuelta- García demostró que su resurrección escénica ya está firmada. "El sigue concentrado en la música y esta vez nada lo sacará de ahí", comenta en el backstage su mánager, Fernando Szereszevsky.

Un cierre a la altura del festival, que reunió a cerca de 100 nombres y que presentaba a dos chilenos: Gondwana, que lideraría el espacio dedicado al reggae el sábado y que no tocó debido a que un temporal derribó el escenario; y la banda metalera Lucas Yaksic, ganadores del concurso que define al representante local en Cosquín y que tocaron ese mismo día en el escenario dedicado al género, con un recibimiento más que correcto.

Fuente: La Ttercera

Finalizó el Cosquín Rock 2010

El set fue casi similar al de su gira sudamericana, excepto por dos grandes agregados: "Mr. Jones" (con Juanse de invitado, "para los que no vieron el rock") y ni más ni menos que "Seminare". La lluvia lo volvió a acompañar, para "el sándwich del aguante", tal como volvió a rotular a la relación con sus "aliados". La intro al piano de "Canción de 2 x 3", la cita a Capusotto en "No soy un extraño" ("¡Está hablando del faaasooo!"), el riff hendrixiano del Negro García López en "Rock and Roll yo", Hilda Lizarazu que con gracia, simpatía y talento es la columna vertebral de su banda, el Zorro Vön Quintiero y su arsenal de teclados, el trío chileno que aporta precisión. Y él, Charly García, que sigue volviendo a los escenarios, en un ciclo que finalizará en el Luna Park y que, con la grabación de un nuevo disco (tal como uno de los miembros de la banda le dijo a RS) comenzará una nueva etapa.

"El día se hizo noche, en toda la ciudad...". Una seguidilla letal ("El vampiro", "El centauro" e Isabel") dio comienzo a otro concierto memorable de los Ratones Paranoicos en la Comuna San Roque. Vientos y un invitado de lujo en guitarra (Jimmy Rip, violero de Mick Jagger solista y acompañante del gran Tom Verlaine) para un Juanse Gutierrez de sombrero con plumas y entrega permanente, acompañado de Sarcófago, Pablo Memi y Roy. Un recital que no decayó en ningún momento, cuyo Everest fue "Route 66" entonada por Rip, con el omnipresente Panchito Chévez en armónica (músico que participa en Mundo alas de León Gieco) y "Cowboy". Por más que muchos amenacen su reinado, si se habla de rock and roll argento, nadie lo hace como los Ratones.

Otros a los que el aire serrano año a año les sienta bien es a Babasónicos. "Microdancing", y el dueto entre los dos Rodríguez (Adrián haciendo el pasito de baile del clip hacia el final), dio inicio a un set que incluyó temazos como "Seis vírgenes descalzas" (Babasónica), "Escamas" y "Cuello rojo" (Mucho); y los preferidos de todos ("Putita", "El colmo", "Y qué?"). "Yo quiero menos que ustedes que esto se termine", dijo antes del final un Adrián Dárgelos más carismático que nunca. Antes y después, en lo que parece una constante en este festival, la banda conversó con la prensa en conferencia y de manera individual. Así se supo que tras acabar de construir su estudio de grabación propio, la banda arrancará el registro del sucesor de Mucho.

Y entre los de Devoto y los de Lanús, la sorpresa del evento: el regreso de G.I.T. Pablo Guyot, Willy Iturri y Alfredo Toth tocaron dos canciones ("La calle es su lugar" y "Es por amor") con un sonido fiel a los 80 pero con errores propios de la falta de ensayos (pifies de Guyot, el olvido de una parte de de la letra de la segunda canción por parte de Toth). Una gira americana y un disco en directo con un par de temas nuevos + DVD ("Nunca grabamos un disco en vivo", afirmó Toth ante los periodistas) es el plan del trío, tras quince años de ausencia de los escenarios.

La guerra por el sonido que se mezclaba entre el escenario principal y los secundarios fue constante. David Lebón primero, y Juanse posteriormente se quejaron por esto. Lo del Paranoico ("Che, paren con esa cumbia") tuvo como destinatario a Viticus, que incluyó en su repertorio cinco temas de Riff ("Macadam", "Susy Cadillac", "El rayo luminoso", "Ruedas de metal" y "Mucho por hacer"). Queremos creer que el Paranoico Mayor no sabía quien tocaba en el otro tablado: a nadie le gusta tener como enemigo al ex compañero de correrías de Pappo.

Igual, nada se compara con la incorrección política de Gamexane. "Callejeros, sigan quemando gente, hijos de puta". En la mejor tradición de Pappo bardeando a los Catupecu Machu o Iorio a Arbol en este lugar, esta ya es otra de las frases memorables que suele entregar Cosquín Rock año a año. La décima edición ya es historia, hasta el año que viene.


Por Pablo Strozza - Fotos de José Luis García y Diego Paruelo (Enviados especiales a Córdoba)

Fuente: Rolling Stone

domingo, febrero 21, 2010

Así lo ví yo

La llegada el predio fue menos caótica de lo que pensaba. En el escenario principal sonaba David Lebón, luego de pedir disculpas por el estado de su voz, se retiró. A la basura fueron a parar las espectativas de escucharlo junto a García. Luego vinieron GIT, Ratones y Babasónicos.

Un punto negativo de todas las presentaciones en general fue que desde el escenario principal se escuchaban los sonidos provenientes de los escenarios menores, Juanse no ahorró insultos (bajen esa cumbia de mierda!), García estuvo algo más sutil (cuando aprendan a tocar, vuelvan!).

Respecto al show de García en particular, y desde el oido de éste humilde servidor se escuchó, por momentos, un sonido saturado al inicio de algunos temas, cuando no nulo (como al comienzo Mr. Jones que no se escuchó la voz de Juanse) algo a lo que la organización de Cosquin Rock viene acostumbrando a su público, y que en nada debe indilgarse a García que fue prolijo y limpio como nos tiene acostmbrados.

Sobre el final volvió a hacerse presente la lluvia, aunque no fue como la de Velez, sirvió para una retirada tranquila.


Lo temas estuvieron dentro de los que vienen sonando en la gira que comenzó el año pasado (Quito, Guayaquil, Rosario, Velez, Perú, etc... ) la lista fue la siguiente:

01-El amor espera
02-Rap del exilio
03-No soy un extraño
04-Cerca de la revolución
05-Chipi chipi
06-Fanky
07-No te animás a despegar
08-Demoliendo hoteles
09-Promesas sobre el bidet
10-Adela en el carrousel
11-Rezo por vos
12-Yendo de la cama al living
13-Canción de 2 x 3
14-Nos siguen pegando abajo
15-Influencia
16-Llorando en el espejo
17-Pasajera en trance
18-Raros peinados nuevos
19-Me siento mucho mejor
20-Vicio
21-No me dejan salir
22-No voy en tren

Intervalo

23-Deberías saber por qué
24-Mr Jones (Con Juanse)
25-Rock and Roll yo
26-No toquen
27-No se va a llamar mi amor
28-Seminare

Bis
29-Hablando a tu corazón

por DIOS

viernes, febrero 12, 2010

Cosquín Rock: Se larga la fiesta por los diez años del festival

La fiesta que comenzará mañana y terminará el lunes por la madrugada promete un poco de cada uno de los ingredientes que a lo largo de diez años convirtieron al Cosquín Rock en un festival con historia: horas y horas de música, polémicas, cruces, encuentros y desencuentros, tanto arriba como abajo del escenario; rutas congestionadas, probabilidades de lluvia y barro, aire fresco, montañas, artistas nuevos y consagrados; productores que van y vienen enloquecidos, músicos que se instalan ni bien iniciado el festival y se retiran con el último adiós, abrazados a un puñado de fans; habrá humor cordobés, santiagueño y porteño, ofertas tentadoras y consumidores compulsivos, auspiciantes, una importante masa de jóvenes dispuestos a pasarla bien -como sea- y cientos de anécdotas como las que el mismo mentor del Cosquín Rock, el productor José Palazzo, acaba de compilar en un libro para celebrar una década de vida del festival de rock con el espíritu más festivalero del país.
De allí que el cierre de esta edición especial estará a cargo de Charly García, uno de los artistas que ha dejado su marca indeleble en el Cosquín Rock, con música del alma, desplantes, jets privados de último momento, limusinas a contramano por las rutas cordobesas, reuniones en escena con Pappo, Fito Páez y León Gieco, frases ingeniosas y algún que otro speach desafortunado.
"Después del show caótico de 2004 y del show con seis horas de demora de 2005, este año seguramente sea para Charly una especie de reivindicación", sugiere Palazzo.
La fiesta de los diez años también tenía programada la presencia de Callejeros, la banda que dividió aguas entre los músicos locales y que marginó del festival a artistas como Catupecu Machu, en desacuerdo con la actitud tomada por el grupo tras la tragedia de Cromañón. Desde ayer, tras la detención de su baterista Eduardo Vázquez (ver Información General), la actuación de la polémica banda quedó en una incógnita. Sin embargo, hoy se confirmó que Callejeros finalmente no formará parte del festival, y en su lugar hará un segundo show la banda liderada por Pity Álvarez, Viejas Locas.
La organización le entregará el diploma de presentismo a Las Pelotas, el grupo que en Cosquín Rock juega de local y el único que participó de todas sus ediciones. En esa misma primera jornada, la de mañana, también subirán al escenario Skay Beilinson ("es algo memorable para el festival", dice Palazzo) y Viejas Locas, que en su segundo concierto luego de la reunión del año pasado, intentará revertir la imagen que el grupo dejó en el estadio de Vélez ("Pity ya está acá en Córdoba y está muy rescatado, preparó un show de diecisiete temas empalmados que va a ser brutal", se entusiasma el productor cordobés).
Las dos ausencias en esta gran fiesta de cumpleaños serán las de Alejandro Sokol (Las Pelotas se encargará de recordarlo) y Pappo (el 25 de este mes se cumplirán cinco años desde su muerte y alguien seguramente le rendirá tributo), figuras fundamentales en las crónicas del festival. Tampoco estarán Bersuit ni Divididos (números fijos en ediciones anteriores), distanciados de los organizadores por diversos motivos (en Cosquín Rock , el libro, Palazzo cuenta con detalles algunos de los roces que mantuvo con estos artistas).
Babasónicos, Ratones Paranoicos, Attaque 77, Massacre, Los Gardelitos, Almafuerte, el debut en el festival de David Lebón y los artistas internacionales Emir Kusturica y Sepultura, entre muchos otros (ver Grilla 2010), también subirán a los escenarios montados en la Comuna de San Roque, paradisíaco lugar en el que se lleva a cabo el Cosquín Rock desde que dejó su sede original, la plaza Próspero Molina, en 2005.
La novedad entonces, quedará en manos del gran último rockero de estos tiempos, Diego Capusotto. "Peter Capusotto hoy es más popular que Charly García, la gente lo idolatra y por eso queríamos que sea el presentador oficial este año -cuenta Palazzo-, pero a él se le ocurrió que podía ser mejor armar un museo con dibujos, diseños, muñecos y todo tipo de elementos escenográficos de sus personajes Micky Vainilla, Pomelo o Bombita Rodríguez". Además, durante los tres días, se proyectarán programas inéditos y separadores especialmente realizados por Capusotto y compañía para el festival.
Con diez años de buenas y malas, algo de caos y mucho rock sobre sus espaldas, el Cosquín Rock probablemente se consagre de forma definitiva con esta edición especial en un clásico del verano argentino. ¿La clave? "Nos gusta lo que hacemos y para nosotros el espíritu del festival no tiene nada que ver con lo comercial -asegura Palazzo-. A diferencia de Scarface, nosotros consumimos lo que vendemos: somos adictos al rock."
GRILLA 2010
Día uno (mañana). Kusturica, Skay Beilinson, Las Pelotas, Las Pastillas del Abuelo, El Cuarteto de Nos, Dancing Mood, La Franela, Volador G y Viejas Locas, entre otros.
Día dos (pasado mañana). Callejeros, La 25, Los Gardelitos, Cielo Razzo, Vox Dei, El Bordo, Almafuerte, Sepultura, Logos, Fidel Nadal, Dread Mar I, Gondwana y Riddim, entre otros.
Días tres (domingo). Charly García, Ratones Paranoicos, Babasónicos, David Lebón, Zoe, Die Toten Hosen, Attaque 77, Carajo, Massacre, Bulldog, Todos Tus Muertos, Pier y Veta Madre, entre otros.

Fuente La Nación

jueves, febrero 11, 2010

Charly García, del "Say No More" a la pancita playera

Carlos Alberto García Moreno, conocido por todos como Charly, comenzó su carrera musical hace 40 años con la ya mítica Sui Generis. Desde entonces, su carrera y su vida dieron varios giros, que siempre se vieron reflejados en su look.

A principios de la década de los 70, junto a Nito Mestre, su compañero de Sui Generis, portaba anteojos y un pelo largo y ondulado que le tapaba la mayor parte de la cara, en consecuencia con el tono íntimo de la banda. Ambos vestían ropas del estilo hippie, aunque adaptadas al uso local, lo que les traía problemas con las autoridades tanto en la breve democracia como durante las dictaduras.

En el final de la década, primero con el experimento de La Máquina de Hacer Pájaros y luego con Serú Girán, Charly mantenía el pelo largo y los anteojos, a los que sumó un bigote. Vestía barroco, pero sobrio, con trajes a los que agregaba algún toque extravagante.

Pero en los '80, con el destape, todo terminó de estallar. Se cortó el pelo, apareció con el bigote decolorado y comenzó a cambiar de look según el show. A veces lucía ropas modernas (como en "esos raros peinados nuevos"), a veces vestía de beduino, otras de enfermero, incluso bordeaba la desnudez.

Con la década del '90 llego la etapa de "Say No More": musculosa negra, brazalete (con las iniciales SNM), apliques de cuero y espectáculos erráticos. Según su humor del día, los shows de Charly podían ser un gran espectáculo o podía aparecer varias horas tarde, romper equipos y dar todo por terminado después de tocar sólo durante 20 minutos.

Después de su última recuperación, Charly volvió a los clásicos: el estándar rockero de jean, remera negra y campera, o incluso un traje con camisa y corbata, lisos. En enero se lo pudo ver en las playas de Punta del Este, con chomba y bermudas negras, junto a su nueva novia de 22 años...

Fuente: Perfil

Un Cosquín que vale 10

Mañana comienza el Cosquín Rock, el primer gran evento del año en la Comuna San Roque, Córdoba.

El festival que cumple 10 años contará con la presencia de artistas de la talla de Skay, Viejas Locas, Babasónicos, Charly García, Die Toten Hosen, Attaque 77 y siguen las firmas. Por supuesto, la presencia de Callejeros, prevista para el día sábado, está más que en dudas tras la tragedia del baterista Eduardo Vázquez y su novia Wanda Taddei (ver sección A).

Para el primer día de show resaltan los uruguayos El Cuarteto de Nos, Las Pelotas, Skayy el director de cine serbio Kusturica y su No Smoking Orchestra.

Para el cierre, previsto para el domingo, está agendada la presentación de Charly García, en el marco de su gira-retorno, en plena recuperación de salud. Durante la misma jornada actuarán Attaque 77, David Lebón y los Babasónicos.

Durante los tres días, se presentarán tres escenarios con propuestas en simultáneo para darle espacio a géneros como la electrónica, el heavy y el reggae.

Capusotto, la estrella

Habrá varios espacios dedicados a Diego Capusotto, el humorista que no podía estar ausente en el décimo aniversario de una de las citas más importantes del rock argentino.

Según confirmó José Palazzo, el máximo responsable del evento, habrá un "Museo de Capusotto y sus videos", en el que se podrán encontrar distintos objetos relacionados con la figura del actor y un local gastronómico que se llamará Pizzería Los hijos de puta, en alusión a un segmento del programa “Peter Capusotto y sus videos”. Esperemos que en este caso, la atención no se tan desastrosa.

Pero el mayor protagonismo de Capusotto será en las pantallas gigantes, a través de las cuales presentará a las bandas más imporantes de la grilla, interpretando sus personajes más característicos como Violencia Rivas, Bombita Rodríguez, Pomelo y otros.

Recordemos que el humorista ya había realizado una intervención similar en la vuelta de Soda Stereo en 2007, en ese caso con el personaje de Juan Carlos Pelotudo intentando tocar “De música ligera”.

(Los mendocinos que quieran viajar a Córdoba tienen que saber que el precio de la entrada por día es de $ 85. El abono para las tres jornadas cuesta $225).

Fuente: Los Andes

Charly: "Una tradición cordobesa"

Charly García, el hombre que cerrará la décima edición del Cosquín Rock, habló con LA NACION, adelantó cómo será su show y recordó su paso por el festival: "Córdoba tiene una gran tradición festivalera, tanto de folklore como de rock -me acuerdo de que fui a uno con Mercedes Sosa y nos recibieron como si fuéramos los Beatles-, y el Cosquín Rock ya es parte de esa rica historia. Por ahí antes lo normal era tirarles choclos a los músicos y ganaba el que esquivaba más. Por suerte, ahora ya no es más así. La gente está menos violenta y más abierta a ver otras cosas. Antes ese espíritu era festivalero mal, a ganar o morir, pero en los últimos años la gente demostró que va a ver los shows y a disfrutar de todos los artistas.
"El recuerdo que tengo de mis últimas presentaciones en Cosquín Rock es que todo sonaba mal y me ponía furioso, rompía todo. Esta vez va a ser distinto, tenemos todo superensayado, reprolijo, con la banda más compacta que nunca.
"Me acuerdo también de que compartí con Pappo uno de sus últimos conciertos antes de morir y que estuvo buenísimo. Cuando terminamos me dijo con esa voz gruesa que tenía: «Gracias, Charly», y nos dimos un abrazo.
"Siempre en este tipo de festivales hay cruces con otros músicos y quizás este año también ocurra. El único tema es que como la banda y todo el espectáculo están tan compactos, quien suba se tendría que acomodar a esa situación. Si se da, va a surgir ahí mismo, un rato antes. Candidatos hay muchos. La idea es ir el primer día, probar sonido y tener todo preparado para quedarme sobrevolando el festival, cruzarme con colegas y fans. Ojalá se dé todo como se dio en el último tiempo, aunque sin lluvia, por favor".

Fuente: La Nación

martes, febrero 09, 2010

Estrella de Mar: Mejor Espectáculo Musical Individual

Charly García no vino en tren ni tampoco en avión sino que lo hizo en limousine desde Buenos Aires hasta Mar del Plata para recibir el premio Mejor Espectáculo Musical Individual. Cuando pronunciaron su nombre, el Teatro Auditorium se vino abajo. Fue la primera ovación.
Fiel a su estilo, Charly sostuvo:”Agradezco a Mar de Plata porque es una ciudad rockera. ¿A quién más tenía que agradecer? Say no more”, remarcó el recuperado músico argentino que dejó en el camino a Joaquín Sabina.
Carmen Barbieri se alzó con el Estrella de Mar a la Mejor Revista. Como para no ganarla si era la única. "Teníamos miedo de perder", dijo riéndose de si misma y con todo el elenco de las vedettes en el escenario.

Por Emilio Marcelo Jozami



Fuente: El Liberal

lunes, febrero 08, 2010

Hoy es la noche de los Estrellas de Mar

Con una ceremonia que se realizará a partir de las 21 en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium, se entregarán hoy los Premios Estrella de Mar 2010, a las producciones musicales y teatrales que realizan su temporada en Mar del Plata.

El acto, televisado por Canal 2 de Mar del Plata y Crónica TV, será conducido, como sucedió en la edición anterior, por Teté Coustarot y el locutor marplatense Andrés Cosmai.

El acto final de "Pimpinela, la Familia", será el que dé apertura a la ceremonia, de la que participarán los elencos de las distintas obras nominadas. La favorita, con diez nominaciones, es precisamente "Pimpinela...", en tanto que con nueve se ubicó "Baraka" en el segundo lugar y detrás, tres espectáculos: la revista "Fantástica", la comedia que encabeza Antonio Gasalla "Más respeto que soy tu madre" y "Soñar en Boedo".

En la continuidad de la ceremonia, se presentará también la comedia "Orgullos de Mar del Plata", "Los Reyes del Recuerdo" y en el cierre, María Martha Serra Lima.

Se anticipó que, entre otras figuras, Charly García (Nominado como Espectáculo Musical Individual junto con Joaquín Sabina) estará presente en la entrega de premios -está ternado en el rubro Espectáculo Musical Individual, junto a Joaquín Sabina- y también, aunque no haya actuado en esta oportunidad en Mar del Plata, como simple espectador, el cantante mexicano Cristian Castro.

Integraron el Jurado Oficial Jorge Lafauci, Juana Patiño, Jorge Montiel, Hernán Rizzone, Susy Scándali, María José Garufi, Mex Faliero, Sebastián Ruau, Marcelo Gobello, Celia Zuchelli, Gladys Luca, Silvia Chumilla, Eugenia Vittino y Adriana Tursi.

Fuente: La Capital

Charly García: "no seria raro que en algún recital aparezca Andrés (Calamaro) y cantemos algo juntos".

Charly lo dice como al pasar, sin ningún escándalo; "Ya que dijiste Calamaro, me tiró algunas ondas de hacer algo conmigo. No seria raro que en algún recital aparezca él y cantemos algo juntos". La pregunta había sido sobre sus reencuentros en el escenario con viejos amigos como Luis Alberto Spinetta y sobre su pelea ya mítica con Andrés Calamaro. "Estuvimos tan peleados que nos olvidamos por qué estábamos peleados. Pero nos conocemos desde la adolescencia, así que digamos que estoy abierto a la posibilidad de encontrarnos", dice, como enviándole un mensaje.
Puede que para Charly García sea un reencuentro mas en esta etapa de rehabilitación y reconciliación con el mundo en general, pero para el mundillo del rock nacional la declaración ya pelea el lugar de la noticia del año. Además, Charly cierra esta gira de regreso el 17 y 19 de marzo en el Luna Park así que pueden empezar a hacer sus apuestas. "Creo que estoy mas dispuesto a escuchar y eso permite a los demás acercarse sin tenerme miedo, que era un poco lo que pasaba antes", dice Charly, con una risa entre los dientes burlándose de si mismo, aunque no queda claro si se da cuenta de la paradoja: en el ultimo tiempo su oído absoluto, con el que compuso algunos de los mejores discos de la historia del rock nacional, no le había servido para escuchar a nadie mas que a él.
En el último tiempo antes del estallido, Charly se había convertido en un ídolo popular y marginal al mismo tiempo, que vivía recluido en su propia torre de marfil que era su departamento todo pintarrajeado y sucio del séptimo piso de Coronel Díaz y Sante Fe, inmóvil, furioso y sin dormir, grabando y regrabando canciones de Kill Gill. "Soy un genio, no tengo por que vivir en una cama", repetía en esa época y lo de cama resultaba excesivo porque el colchón estaba vencido y su espacio para acostar su cuerpo afilado se limitaba a un hueco entre los discos, los cables, las botellas vacías y la basura. Charly dice que no quiere volver ahí: a esa situación ni a ese departamento. "No creo que lo venda por que tiene muchos recuerdos. Y tampoco creo que vuelva a vivir ahí por esos mismos recuerdos", dice.
Piensa poner unas oficinas, alguien que por una vez se ocupe de la parte administrativa, algo de lo que Charly nunca se ocupo y que lo tuvo sumido en un caos financiero que, en la práctica, se parecía a la pobreza. "Creo que en esta nueva etapa necesito una nueva casa", contó.

-Habías contado que tal vez iba a ir tu madre al show en Vélez. ¿Pudiste reencontrarte con ella?
-Estoy reencontrándome más con mi hijo. Y con el resto de la familia también hay un pequeño acercamiento, pero tengo que ser muy cuidadoso con eso.

-¿Por qué cuidadoso?
-Por que yo elegí separarme de la familia, por cosas que no viene al caso contar ahora, y algunas de esas heridas siguen abiertas. Qué bueno que por lo menos con Migue, mi hijo, estamos bien, él esta bien, sano, y nos vemos de ves en cuando. Ya por lo menos hay un acercamiento con mi hijo, que es muy importante para mí.

Charly acaba volver de unas vacaciones en Punta del Este en las que se dedico a descansar, ir a la playa y también saldar cuentas con su pasado: tuvo que presentarse en un juzgado para que lo absolvieran de una vieja causa por pegarle una piña a un fotógrafo y después, como siempre, sello su visita con un show en el hotel Conrad. "Las vacaciones fueron muy lindas, un poco molestas por los paparazzi, pero descansé bastante bien", cuenta. Tendrían que haberlo visto, pálido hinchado y larguirucho, sentado en una reposera, con una chomba blanca, en Bikini, una de las playas mas familiares de Punta, rodeado de los hijos y la familia de su manager como un tío un poco raro, recién llegado de Marte, una especie de de avatar domesticado del rockero mas grande y salvaje de la historia del rock nacional. Verlo así produce una mezcla de sentimientos contradictorios: por un lado, esta la alegría de que se haya recuperado de ese caos desenfrenado y expulsivo que lo había aislado de sus amigos, de sus fans, de casi todo el mundo; por el otro, cierta nostalgia por ese Charly rabioso, indecente, autodestructivo y genial que escupía furia entre sus dientes, sumido en la lógica de un constant concept en el que su propia vida se había convertido en su obra mas radical. Y ahora, mientras comenta que esta leyendo un libro sobre Stanley Kubrick, su director favorito, y que le gusto mucho la última de Scorsese, Los infiltrados, este Charly de respuestas lentas y amables por momentos parece solo un eco lejano y débil del anterior, como si el verdadero estuviera replegado en algún lugar de ese cuerpo varios talles más grandes. "Antes casi ni comía... era una cosa totalmente irregular. Ahora como dos veces por día, todo eso...", detalla.
Charly parece haber aprendido a ser formal y cortés, como si toda esa furia y esa genialidad hubieran sido domesticadas. Si hubiera seguido con la vida que estaba llevando, el precio habría sido más alto: se podría haber muerto. Charly lo pone en otros términos: "Estoy muy bien, muy contento y trabajando mucho".

-¿Como te sentó el regreso a los escenarios, a las giras y a tus propias canciones? Volviste a tocar canciones que tenias un poco abandonadas. ¿Qué tan cerca estas de volver a componer?
-Mirá, cantar esas canciones de la forma en que lo estoy haciendo ahora, con atención al detalle y sintiendo la letra cada ves que la canto me ha hecho redescubrir mi obra desde el corazón y la mente. O quizás esto sea la base de algo nuevo que va a venir, con esa consistencia y pureza que tiene lo que estoy cantando ahora.

-¿Qué canciones redescubriste?
-"Llorando en el espejo", por ejemplo, "Vía muerta", "Adela en el carroussel". Algunas son como premonitorias. Es una cosa que me paso siempre. Hablar de cosas que no me pasaron, pero que me van a pasar. Entonces, desde ese punto de vista, la canción tiene mas peso en mi, porque es como decir: "Uy, lo que escribí esta vigente ahora".

-¿Sentís la necesidad física de componer después de una vida de hacer canciones? -Lo tengo incorporado. Pero también al repasar todas esas canciones de mi carrera, me doy cuenta del estándar que tienen. Y superar eso no es fácil. Así que me voy a tomar un tiempo, porque si bien tengo ideas y cosas, todavía no siento el nuevo clic que me hace falta para componer.

-¿Pensas editar Kill Gill alguna vez?
-Tengo ganas de sacarlo, lo que pasa es que fue a internet y eso hizo que la compañía se negara a sacarlo. Pero es un disco muy fuerte, en cuanto a la potencia que tiene y con canciones muy bien hechas. Ya lo tengo en mi poder, así que en cualquier momento le lanzo.

-Decías que el encuentre con Spinetta fue muy emocionante. ¿Qué significa él para vos?
-Me influye completamente. Era mi ídolo cuando él grabó yo todavía no había grabado. Y Almendra me partió la cabeza. El castellano es un idioma muy difícil para cantar rock y Spinetta fue el primero que me enseñó a cantar y componer no solamente por el sentido de la palabra sino por come suena. Eso para mi es la gran contribución de Spinetta al rock.

-¿Como imaginas el futuro?
-Me imagino sin tener que depender de cesas externas. Uno tiene la motivación adentro. Pero en el pasado cercano yo buscaba motivación en otras cosas, entonces ahora que estoy limpio pretendo seguir estándolo, lo cual no es fácil, es una lucha y hay que poner mucha garra, pero le estoy legrando y eso me hace poner orgulloso.

-¿Cómo vivís ese fenómeno alrededor de tu regreso?
-Creo que hay un redescubrimiento de mi obra. Y ahora la gente sabe que va a ir a un show y voy a cantar todas las canciones. No va a ser un caos. Eso la gente lo aprecia. Mas allá de los fans incondicionales, siento el respeto de la gente grande. Realmente, la gente me tira muy buena onda.

-Hace poco te preguntaron como te veías dentro de unos años y contestaste "casado y con hijos". Supongo que era un chiste…
-Si, era una ironía. Aunque puede pasar, porque nunca se sabe, pero le dije ceme un chiste, eh.
-¿Va a ser mas difícil componer ahora que estas limpio?
-Lo difícil es no repetirse. Estoy muy cerca de que me venga la inspiración, y eso es una cosa que no podes digitar vos. Viene de no sé donde, y estoy haciendo todo lo posible para que suceda.

Por: Juan Morris.
Fuente: Revista Cielos Argentinos/Transcripción: Cinema Verité

domingo, febrero 07, 2010

Charly García: "Soy indestructible"

No hace mucho tiempo, Charly García era atado y amordazado por enfermeros mendocinos luego de ponerle el cuerpo, una vez más, a su clásico Demoliendo hoteles.

Ahora, tras una internación en un instituto psiquiátrico, se ha decidido mechar un proceso de recuperación amparado por Palito Ortega con su vuelta a los escenarios. Los shows de “regreso” han tenido resultados satisfactorios para algunos y apenas dignos para otros, que no pueden sacarse de la cabeza eso de que “Charly se expresa con una marcha menos”.

En el cierre de la edición 2010 de Cosquín Rock, previsto para el domingo 14 de febrero, el espectador podrá sacar sus propias conclusiones sobre si hay un nuevo Charly. Pero nos adelantemos a los acontecimientos, ya que el genio está más que dispuesto del otro lado de la línea. “¿Un nuevo Charly? A ver... Hay una nueva conducta, una nueva filosofía de vida, digamos. Y hay mucha más lucidez y siento que estoy más abierto a las cosas. Es lo más claro de este cambio. Pero el fuego interior sigue”, detalla.

–Si hay nuevo Charly quiere decir que también hay otro viejo. ¿Extrañás algo de aquél?
–De la etapa desbordada recuerdo buenos momentos, porque no todos fueron horribles. También recuerdo haberme tirado de un noveno piso. Me parece un chiste, ahora no lo haría. Tampoco me voy a convertir en un santo.

–Al revisar tu cancionero para armar la lista del nuevo show, dijiste que tu vida era producto de un plan maestro. Ahora que te estás recuperando, ¿cuál es el paso que viene? ¿Habrá más discos de Charly García?
–Mientras que haya discos habrá Charly García, jeje. En este momento estoy muy cuidadoso con el show. Le doy mucha preponderancia a eso, creo que el show está increíble. Estoy concentrado en cantar y sentir lo que canto. Lo del masterplan no me pasa con todas las canciones, pero con algunas sí. Incluso de Sui Generis. Cuando ya me empiece a quedar solo tiene momentos que se emparentan con algunas cosas que me han pasado. A Bob Dylan lo caracterizan como poeta y profeta, ¿no? Y bueno, me pasa algo similar, uno poetiza y profetiza al mismo tiempo.

–Para esta etapa armaste una banda sólida. ¿Pero cuál fue la banda de acompañamiento que más te gustó? ¿Los GIT más Fito con parte de Los Twist? ¿Las Ligas, Calamaro más los Fricción? ¿Los Enfermeros?
–De las que has enumerado, la única que se puede comparar con la actual en términos de potencia y afiatamiento, es la de GIT más Fito. Esta tiene un sonido más rocanrolero, porque cuenta con dos violas al frente casi todo el tiempo. Me gustaba esa banda, pero a la actual la siento más precisa.

–En “Deberías saber por qué” les exigís a los fans que tengan plena conciencia de por qué son fans. A propósito, ¿qué representa ser fan de Charly García? Hasta hace poco, los pibes creían que eran la reencarnación misma del rock & roll.
–Esa canción tiene esa cosa medio de reclamo, puede ser una canción de amor. Todo es un reclamo general para terminar en un reclamo personal. Porque fijate que digo “si entrás a mi apartamento...”. Y en eso me hace acordar a las letras de Dylan de la primera época, en las que le reprochaba a alguien y uno no sabía bien a quién. ¿Acaso no era a su fan promedio? Por otro lado, soy rock & roll, está en mi sangre. Quizá, lo de sexo y drogas haya pasado a un plano más... No sé, ahora mis intereses son otros, pero el rock & roll está.

–¿Harás un culto de la sobriedad de ahora en más?
–No, y me molesta cuando lo hacen. No me gusta sermonear. Por supuesto, si veo que un amigo tiene un problema similar al que tuve, lo aconsejaré. Pero la vida es algo para disfrutar, qué se yo.

–¿Podés superar la trilogía “Yendo...”-“Clics modernos”- “Piano bar”? El haber alumbrado semejantes obras, ¿te neutralizó alguna vez?
–No sé si los superaré, pero haré algo buenísimo. Estoy seguro de eso. Me falta encontrar un clic nuevo, algo que me motive como, en su momento, la dictadura me inspiró Yendo de la cama al living, o New York a Modern clics. En algún momento, creo que no muy lejano, algo me dará pautas para la expresión. A vos te gustaron esos... Está bien, yo miro hacia atrás y también me copo con Piano bar, pero no me gustaría repetirme.

–Muchas veces, muchísimas, se habló del entorno de Charly García. ¿Ahora tenés entorno o gente que te quiere de verdad a tu alrededor?
–Tengo gente que me quiere, de verdad. Entorno es un amigo tuyo que le dice algo a un periodista. Siempre aparece algún chanta como el que me sacó una foto para la revista Gente. Le decís “no lo hagas” pero es inútil. Son las reglas del juego.

–Con Spinetta, al visitarse uno a otro en sus sendos conciertos en Vélez, ¿saldaron una deuda? Lo pregunto porque, si bien lo tenían planeado, nunca pudieron hacer su disco en conjunto.
–No existían heridas por curar ni deudas por saldar. Es revitalizante cuando un artista como Luis Alberto se me acerca. Nos divertimos, nos confesamos admiración mutua. El otro día, vino Pedro e hicimos una versión de Perro andaluz que fue genial. Hay músicos increíbles en este país. Siempre es bueno que alguien te chicaneé un poco. Es bueno juntarse con los grandes porque entonces estás obligado a pelar grosso.

–Una vez dijiste que harías un reality en el que se entrara famoso y se saliera desconocido; otra, solicitaste un peso por cada argentino para compensar tu aporte a la cultura nacional. ¿Qué tenés en mente ahora?
–Se me ocurre decirle a la gente que vaya a Cosquín, que vaya con el oído abierto y que, además del sonido y luces de primer nivel, en los conciertos se está dando una cosa muy de amor. Hacemos el amor todos. Y la precisa sería: “Say No More es indestructible”.

El miedo a morir

–En los últimos meses fallecieron Mercedes y Sandro. ¿Algo para decir? ¿Y vos? ¿Le temés a la muerte?
–Hasta el perro del vecino le tiene miedo a la muerte. Es una sensación inoxidable... Ponele comillas a inoxidable, por favor. En cuanto a lo de Mercedes, la vi muy poquito tiempo antes de su muerte. Grabamos Desarma y sangra y al poco tiempo murió. Lo que supe por su hijo es que se fue en paz, con plena conciencia de que se apagaba. En el caso de Sandro, fue diferente. Se vivió con mucha angustia la llegada del pulmón, el trasplante... Fue como una batalla. Lamentablemente, la perdió, pero también el país perdió a un símbolo. Ambos seguirán en la memoria de todo el mundo. Yo los llevaré en mi corazón.

Por Germán Arrascaeta

Fuente: La Voz

viernes, febrero 05, 2010

Sexo, agua y rock & roll

¿Ya no son lo que eran? Algunos piden que vuelvan a los excesos y otros creen que la droga no es socia de la creatividad. El debate.


A lo largo y ancho de la historia, las drogas funcionaron como musas prostituidas de grandes artistas, desde célebres pensadores hasta magníficos escritores, como Edgar Allan Poe, consumidor de opio y láudano. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, experimentó con cocaína en 1884 –cuando la droga de moda era la morfina– e inauguró una línea de investigación que continuó después de su muerte con LSD, cuyo máximo cultor fue el psicosociólogo Timothy Leary. La experimentación social con estimulantes tuvo su consagración en la década del ’60, los años del flower power, encabezada por artistas de diversas disciplinas. Los Beatles –que probaron marihuana y pasaron por sustancias más fuertes hasta llegar al LSD– cambiaron la imagen de abandono y enfermedad que tenía la sociedad sobre los “drogadictos”. Todos utilizaron los estimulantes en su producción artística y muchos, al no poder resistir sus encantos, las invitaron a formar parte de sus vidas aunque los llevara a una muerte anticipada. Joaquín Sabina y Charly García –dos de los cantautores más convocantes y aclamados por los argentinos, que vivieron el desenfreno hasta convertirse casi en fantasmas de sí mismos– cambiaron ese final anunciado por una difícil recuperación. De aquellos excesos a estas normalidades, la modificación es tan brutal que muchos de sus seguidores consideran que sus ídolos están acabados. Esa reacción despierta interrogantes: ¿La creatividad es innata o está atada al desenfreno? ¿Se los valora por el hecho artístico en sí mismo o también por el escándalo? ¿Cuánto influyeron en esos escándalos las industrias y la prensa canalla que gira a su alrededor?

El periodista y escritor Enrique Symns –fundador de Cerdos & Peces, monologuista que abría los shows de Los Redonditos de Ricota, biógrafo de Fito Páez y personaje ineludible en la escena del rock– es contundente: “La palabra recuperar es engañosa, ya que nos tienta a involucrarla con la salud. Yo no veo a Charly recuperado, lo veo más drogado que antes. Drogado por los laboratorios y por los psiquiatras, dueños y señores del poder adictivo. Charly se ha convertido en un gordo que dice idioteces y es festejado por el coro polifónico de la argentinidad al palo. Charly envenenado era mucho más que este paquete turístico que es hoy. Sabina salió con más dignidad aunque su inteligencia también quedó resentida. La droga que consumen ambos hoy en día es la más poderosa de todas las que existen: el dinero”.

Efectivamente, tanto García como Sabina siguen siendo generadores de negocios, aunque es difícil determinar si también para ellos mismos: basta con recordar a Charly durante su primera presentación en público luego de la internación, con dificultades para hablar y moverse, para entenderlo. Symns no es el único que va por esa línea de pensamiento: entre los fans son muchos los que piden el regreso de los antiguos ídolos. “Joaquín, a mi hijo le puse tu nombre por ser un tipo genial. Por favor no me sigas decepcionando”, escribió en Taringa un usuario de apodo Doctor, mientras que Tronador opinó en el portal YouTube: “Charly, volvé a la frula… así no podés seguir”. En los foros de los diarios locales, “nomesorprende” pide “que devuelvan al viejo Charly, a este de ahora balbuceando no lo queremos” y “fanadeltal” asegura que a Sabina, “desde que largó el vicio, se le va el bocho. Joaquín, no largues la merca que te hace mal”.

¿Por qué algunos seguidores de Charly y Sabina no pueden aceptar la nueva vida de sus ídolos? Responde el psicólogo y psiquiatra Roberto Abalo, quien supo tratar a Diego Maradona: “Porque nos fascinamos con los reventados y muchas veces se los toma como modelos. La gente vincula el talento con cierta autodestrucción. Estos personajes se ven como héroes y muchos seguidores viven el fin de los excesos como una traición”.

En su momento también los músicos consideraron que la recuperación no era un buen camino. Grandes amigos en tiempos de parrandas locales, cuando el cantante español dejó de coquetear con uno de los grandes amores de García, los excesos, la relación se enfrió a punto de congelamiento. “Mal, dejó las drogas. Está hecho mierda”, dijo Charly –autor de temas como “Promesas sobre el bidet” o “Inconsciente colectivo”– cuando le preguntaron cómo veía al recuperado Sabina que visitaba la Argentina. Un poco más conciliador e incluso jocoso, Sabina – quien afirma que “al menos un ochenta por ciento de los grandes creadores necesitaron estimularse”– dijo que “al lado de Charly soy la madre Teresa de la puta que lo parió. Soy una monja de clausura, de verdad. Lo digo en su honor”.

Es pertinente, entonces, la pregunta que se formula el músico y psicólogo Fabio Lacolla: “¿Qué hubiese sido del whisky sin Sabina y de la droga sin Charly?” Y se responde: “Ambos incorporaron en su manera de crear una referencia al consumo, inclusive por fuera de sus canciones ya sea en declaraciones a la prensa o en actitudes observadas a través de los medios. Una cosa es el testimonio y otra la apología. El artista abre su corazón y relata en forma de canción lo que le pasa, encuentra en el arte un modo de hacer catarsis sobre algunas situaciones que no puede manejar. Pero cuando promueve el consumo desde sus letras, comete un acto de obscenidad donde esa demostración es parte activa de una problemática”.

Problemática que tanto Charly como Sabina se ocuparon de demostrar una y otra vez. Hicieron de los excesos un culto y de sus exposiciones públicas y privadas un trampolín mediático que no siempre les permitió saltar a una pileta llena. Más de una vez les ganó el repudio de algunos como el usuario “Y la perdieron”, que en otro foro asegura: “Los excesos y las drogas los transformaron en lo que son hoy, no hombres más sabios sino idiotas más viejos”.

En cambio el periodista Sergio Marchi, autor de No digas nada, la biografía de Charly García, opina que “entre el cementerio y el consultorio médico, ambos eligieron inteligentemente la segunda opción. El rock del reviente terminó tras las muertes de Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison. Hubo algunos que no se convencieron y probaron que llega un momento en que las drogas quitan todo lo que alguna vez creíste que te dieron. Además no hay nada más lindo que el regreso glorioso. Sin salud no hay genio creativo, ni ser humano. Pero para recuperarse plenamente, Charly tiene que renunciar a todo de corazón, no porque se lo impone la justicia. Cuando eso suceda de verdad, allí recobrará genio y salud”.

En la actualidad, y pese a mostrarse en plena recuperación, ambos continúan cantándole a aquello que casi los termina de tumbar, eligiendo las viejas canciones sobre el tema. Una paradoja carnal que los llevó a perder algún que otro seguidor, pero que los mantiene firmes en el podio de las preferencias. La cancha de Boca –donde Sabina se presentó hace unas semanas con gran afluencia– y el estadio de Vélez –en el que García ofreció en octubre pasado un concierto memorable bajo una intensa lluvia– dieron muestras de que su poder de convocatoria sigue vigente.

Los excesos de Sabina comenzaron hace mucho y el cantante de Úbeda todavía se hace eco de aquella declaración que alguna vez realizó Keith Richard –guitarrista de los Rolling Stones– sobre su relación con las sustancias prohibidas: “Yo nunca tuve problemas con las drogas, sólo tuve problemas con la policía”. Afirmación que se refuerza porque hacía unos días que había dejado la cocaína cuando sufrió el accidente neurológico que lo hundió en una depresión de cuatro años sin querer salir de su casa ni ver a sus amigos. Pero al fin recuperó su alma, le ganó su vida a la banca y comprendió que ese pasado –en el que alguna vez estuvo tres días y tres noches despierto, cortando frases y aspirando melodías– ya no formaría parte de su calendario. El “ictus”, como él mismo denomina al accidente isquémico cerebral que lo durmió algunas horas a mediados de 2001, es motivo suficiente para entenderlo.

En el recién editado Romper una canción, Benjamín Prado –coautor de la mayoría de las canciones de Vinagres y Rosas, el último disco de Sabina– revela la falta de inspiración del español, que le dijo: “Mira Benja, te voy a proponer algo. Yo vivo en una felicidad doméstica de la que es imposible sacar un verso; pero tú estás hecho polvo, y eso es una mina de oro. Te propongo aprovecharme de tus desgracias y que nos vayamos por ahí a escribir canciones”. La idea consistía en agitar un poco la vida de Sabina, creador de temas como “Y nos dieron las diez” y “Peor para el sol”, que en sus últimas apariciones se confesó bastante aburrido de la vida de container, para mantener la línea de sus trabajos anteriores. De todos modos, el cantante no puede evitar reconocer que tiene “una terrible nostalgia de los excesos”.

El final de las jornadas de juerga y post depresión de Charly –un círculo vicioso que lo llevó a implosionar– le llegó por decisión de sus familiares más cercanos y amigos. El “bicolor” fue internado a la fuerza hace un año y medio y, a pedido de la Obra Social de músicos, comenzó una paulatina recuperación en el Centro de Reumatología y Rehabilitación (RR) de Luján, mientras vivía en la quinta de Palito Ortega. “Tenía atrofia muscular, se le dificultaba caminar y hablar –recuerda Pablo De Caso, director del centro–; así que planeamos una rehabilitación integral.” Luego continuó un tratamiento multidisciplinario en el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), que incluye rehabilitación física y cognitiva, más algunas pastillas para soñar y para combatir la abstinencia.
Basta comparar al Charly que gritaba desaforado “¡Tráiganme whisky y rivotril!” o aquel que saltó desnudo de un noveno piso en Mendoza rumbo a una piscina, con la figura pulcra y con algunas redondeces que devuelve su espejo actual para comprender por qué define este proceso como un renacimiento: “Estoy haciendo algo muy bueno con la banda, estoy muy bien a nivel personal. Me siento muy feliz. Digamos que la vida, a través del destino, me dio la oportunidad de vivir las cosas de otra manera”.

Tiempo atrás Charly analizó sus excesos: “Depende de cada uno. Todo dogma o religión tiene un cuadrado. Prefiero tomar un poquito de cada cosa y no limitarme al cuadrado”. Ahora el nuevo García –al que Sabina dice tenerle envidia por estar más gordito que él– afirma estar haciendo “una vida de hombre grande. Tuve amigos que me ayudaron y yo le puse mucha garra a toda mi rehabilitación, así que podríamos decir que se trata de una cosa conjunta. Pero hay un detalle muy importante aún: el cerebro está más claro”.

Una frase que sugiere que la capacidad de crear permanece intacta aun ante la ausencia de estimulantes. El guitarrista Don Vilanova –ex Botafogo– también cree en esa posibilidad: “Hay muchos mitos sin sentido que sólo hacen mal. Jimmi Hendrix o Charlie Parker hubiesen sido los mismos sin heroína. Charly a los doce era profesor de música y a esa edad todavía no había consumido ninguna droga. Hay muchas lacras que viven del rock, ya sea desde la difusión como desde la producción, y buscan que haya ídolos hechos mierda. Me parece que hay un interés detrás y no lo digo como santurrón. Yo probé de todo, pero supe bajarme a tiempo”.

En la vereda contraria se para Pipo Cipolatti, un amigo perteneciente al círculo de los non santos, al afirmar: “A Charly le dieron pastillas y más pastillas. Lo tuvieron atado y ahora no puede ni mover las manos. Pregunto, ¿el que toma aspirinas no se droga? Hay drogas psiquiátricas que son libres”.
Para Fabián “Zorrito” Von Quintiero –tecladista de Charly– “la inspiración es muy personal. Depende de quién se trate, porque como ya dijo Charly, ‘cada cual tiene un trip en el bocho’. No es una regla fija que el consumo y la creatividad vayan de la mano. No apostaría a que es algo necesario, el precio a pagar sería muy caro”. Y lo avala la cantante Fabiana Cantilo: “Hay un momento en el que elegís entre la vida y la muerte. En mi caso, elegí curarme. Pero eso no quiere decir que abandone mi carrera como artista”.

Es que como analiza Lacolla, “con el pasar de los años el artista va encontrando, en su forma de decir y de pensar, la propia creación; y puede ocurrir que componga sus nuevas obras tomando como referencia el ‘allá y entonces’ y no el ‘aquí y ahora’. Muchos consideran que el rock debe incluir en su estética el reviente y el descontrol para que sea creíble. Temen defraudar al público y hasta le restan valor a su obra si no habla de los excesos y las noches de parranda, como si la ‘vida careta’ no estuviera cargada de excesos y cosas que se nos van de las manos”.

Andrés Calamaro, quien abandonó la cocaína hace ocho años –y al que Charly quiere invitar a cantar juntos pese a las diferencias que mantienen desde hace años–, contaba las dificultades de abandonar una adicción: “Al principio fue complicado, me aburría y me faltaba ese condimento de ánimo. Ya no soportaba esas mañanas raras... Lo que pasa es que es muy difícil trabajar con la propia voluntad”. Un análisis coherente para un artista que hace nueve años, cuando fue consultado por lo que le provocaba un nuevo aniversario del golpe militar, contestó simple y directo: “Situación de estupefacientes, de rock, fútbol, sala de ensayo”.

De grandes estrellas a músicos recuperados, Sabina y Charly desandaron hasta el límite el camino de la fama. Hoy sus vidas frente a los medios giran más en torno a su salud que a sus logros. “Los ídolos pueden recaer al encontrarse con un público que no los acompaña en la recuperación”, advierte Abalo, mientras que Lacolla, el psicólogo del rock, confía en que los artistas “de a poco, encontrarán una nueva manera de mirar al futuro”.

García vislumbró ese porvenir y lo plasmó en los versos de “Cuando ya me empiece a quedar solo”: “Una vejez sin temores y una vida reposada, ventanas muy agitadas y una cama tan inmóvil”. Sabina prácticamente lo anticipa en su nuevo tema, “Viudita de Clicquot” del disco Vinagre y rosas: “A los cuarenta y diez naufragué en un Plus Ultra sin faro, mi caballo volvió sólo a casa. ¿Qué fue de John Wayne? Me pasé de la raya con tal de pasar por el aro. Con sesenta qué importa la talla de mis Calvin Klein”.

Por Bruno Lazzaro

Fuente: Revista 23

jueves, febrero 04, 2010

De vocero de Alberto Kohan a salvador de Charly García

Cuando a principios de los '90 estaba al frente de los micrófonos de FM La Tribu, Fernando Szereszevsky (36) nunca imaginó lo que el futuro le deparaba, ni mucho menos que se codearía con figuras de la política y estrellas del rock and roll nacional, haciendo de su vida una síntesis perfecta entre el poder presidencial, la cultura y el espectáculo. Sin embargo, lo impesado ocurrió y el joven llegó a la cúspide del poder durante la década menemista y hoy ocupa un lugar envidiado por muchos: es el manager de Charly García.

La propuesta. Un día, cuando estaba en el edificio de la radio en Lambaré al 800, una casa que había funcionado como un hotel de inmigrantes, un amigo le llevó una propuesta que sonaba disparatada. "Me propone trabajar como prensa de un peso pesado del Gobierno", recuerda en diálogo con Perfil.com. "Como la radio era de una posición y militancia cultural de izquierda, me parecía algo difícil de entender ir a trabajar en el Gobierno", dice.

El peso pesado del menemismo era el todopoderoso secretario General de la presidencia Alberto Kohan. "Se dieron una serie de circunstancias y lo conocí a Kohan, que me cayó muy bien, y ahí empecé, yo era muy chico, tenía 22 años". Szereszevsky aceptó ser vocero del político y después no hubo vuelta atrás. "Ahí empezó todo, comence a trabajar con figuras, pero por ahí Kohan y Charly son los más conocidos", afirma. Entre otros, el actual manager de Charly asesoró en temas de comunicación a figuras como el gobernador bonaerense Daniel Scioli, con el que tiene una gran amistad, y el historiador y escritor Pacho O' Donnel.

La foto Menem-Charly. En 1999, Menem ya se despedía del poder, ante el fracaso de su re-re-elección, cuando se sacó la mítica foto con Charly García en Olivos, tapa del diario Clarín y de amplísima repercusión pública.El joven vocero de Kohan fue el encargado de gestionar el encuentro, sin saber que que ese encuentro volvería a imprimir un giro drástico e inesperado en su vida.

-¿Fuiste el gestor de la foto entre Charly y Menem?
- En realidad el gestor fue el propio Menem, se habían conocido en una fiesta y los dos habían tenido como una buena onda. Él lo quiso conocer y bueno... Como yo siempre tuve un costado cultural y musical, fui el encargado de acercarlos.

-¿Que efecto tuvo esa foto?
- En su momento, mucha gente se enojó con Charly por haber ido a ver a Menem, pero la verdad de la cosa es tremendamente más simple: Menem estaba en el ocaso del poder, estoy hablando de fines de 1999, no lo necesitaba a Charly para ninguna cosa política, porque ya estaba saliendo de su mandato. Y por el lado de Charly, como es un transgresor, una persona que va diferente a todos, cuando todos se alejaban de Menem, él tomó un camino inverso y dijo "¡Yo voy!".

El manager de García afirma que lo que pasó ahí, entre ellos dos, fue una "cosa fraternal muy mística" y enseguida se explaya en su definición: "Pegaron una onda muy importante, desde lo emocional, desde el cariño, desde las cosas simples; ninguno buscaba algo del otro, no había un rédito político en ninguno de los dos lados".

"A Charly lo podían condenar por la foto", advierte, pero "se generó en el llano algo que la gente no lo entiende, ve nada más que la foto", dice. Para Szereszevsky, hubo una suerte de choque de planetas: "Lo importante fue lo que pasó nivel humano de energía, se encontraron dos tipos de un alto perfil", grafica.

La era García. A raíz de ese encuentro, el vocero de Kohan comenzó a forjar una buena relación con Charly García. "Empecé haciendo unas cosas para él y terminé siendo su manager. Siempre nos tuvimos mucho respeto, hasta en los momentos más difíciles conmigo se portó bien. Como yo vengo de otro palo, nunca fui de esos que le decían todo que sí".

"Él te prueba mucho, quiere saber hasta dónde llega el otro, quizás por esa actitud que siempre tuve con él, de tratar de buscar lo mejor para él, y no ser un alcahuete que siempre decía que sí, eso él lo valoró y durante muchos años, aún no trabajando con él, cuando tenía un problema complicado, sentimental, económico, siempre me llamó y mantuvimos el vínculo", describe.

El 10 de junio de 2008, cuando García estuvo al borde de la muerte por mezclar alcohol y ansiolítico en Mendoza, el músico atinó a decir "llámenlo a Fernando" antes de ser internado. A partir de allí, nunca más se separaron. "Sentí un compromiso moral. Yo lo quiero muchísimo, lo admiro, y ese compromiso me hizo estar desde ese día con él, desde entonces no lo deje ni un sólo día".

Ese primer día, en la clínica, cuando García se debatía entre la vida y la muerte, ambos hicieron un pacto. "Dijimos que había que salir de esto y demostrarle a todo el mundo que él otra vez se podía sustentar; hicimos un pacto muy fuerte y hasta el día de hoy se mantiene inalterable y eso nos mantiene muy unidos. A pesar de que en la primera etapa era dura la lucha, porque las clínicas psiquiátricas son muy difíciles, ver lo que pasa adentro es complicado, eso nos unió mucho", relata.

- Charly te nombró como uno de sus salvadores, cómo lo tomaste... ?
- Él es una persona muy sensible, pero que a veces le cuesta exteriorizar lo que siente. No sólo que lo haya dicho públicamente, te diría que me importa más que haya me lo haya dicho en privado. Todo me genera un compromiso de seguir a muerte con este proyecto.

Rock, política y los Nº1. "Los tipos que son número uno tienen comportamientos parecidos", reflexiona Szereszevsky. "La cabeza de un número uno tiene algunas cosas que lo igualan, evidentemente la política y la música no son lo mismo pero la ligazón está: tiene que ver con el poder, con lo que se genera en el otro", esgrime el manager.

- ¿Cuáles son las diferencias de trabajar con el político y una estrella de rock?
- Está claro que la política está visto con desprestigio en Argentina, a diferencia de un músico que es una cosa artística y querible. Desde ese punto de vista, la concepción es totalmente diferente. Puede sonar hasta que estar al lado de un músico es mucho más fácil. A veces cuando trabajaba en política me decían: 'Ehhh... cómo vas a estar trabajando con políticos'", y ahora, trabajando con Charly, te dicen '¡Qué bueno!', es una diferencia enorme.

- ¿Y a nivel profesional?
- En lo profesional, son los dos de alto nivel, los dos tienen sus cosas, los dos necesitan un nivel de concentración, de estrategia y de trabajo enorme. Socialmente es mucho más atractivo trabajar en el rock o con un músico, como Charly García, porque te pone en un lugar más divertido. Pero a mí me gusta y es mi especialidad trabajar con números unos y disfruto muchísimo. Disfruté mucho trabajar con Kohan, porque era muy chico y aprendí muchísimo, y disfruto mucho de trabajar con Charly, no sólo por él, sino por cómo se dio esta última etapa y lo que se generó con lo que pasó. Eso me llena un poco de orgullo.

-¿Cómo está Charly hoy?
- Está cada día mejor, pensando cada vez mas en la música, porque cada vez va disminuyendo más la intensidad del tratamiento y eso lo conecta cada vez más con la política, esta volviendo a componer, a pensar, a trabajar. Lo veo mejor que nunca, está disfrutando de todo lo que le pasa.

- La ultima: ¿siguen hablando Menem y Charly?
- Durante toda la etapa de recuperación, Menem se preocupó mucho por él y lo llamó varias veces. Algunas veces hablaron y tienen buen vínculo. Quedo el cariño y el afecto. Cuando Menem estuvo enfermo, también Charly se preocupó para ver cómo estaba. No se ven, ni tienen demasiada relación, pero quedó el cariño.

Fuente: Perfil

Charly García: Mirá el clip del Concierto Subacuático

En las próximas semanas llegará el disco en vivo de Charly. Para apaciguar la espera, te mostramos el videoclip del primer corte.
Mientras se prepara para los dos conciertos que brindará en el estadio Luna Park (17 y 19 de marzo), Charly García regresa a la alta rotación de las señales de videos con el tema en vivo extraído de su próximo álbum, Concierto Subacuático.

La canción en cuestión es "Demoliendo hoteles", un clásico inoxidable del bigote bicolor que, en esta oportunidad, representa a la perfección lo que fue aquel show bajo una tormenta torrencial.



Fuente: 10 Música

martes, febrero 02, 2010

Charly nominado a los premios Estrella de Mar 2010

El próximo lunes 8 de febrero se entregarán los Premios Estrella de Mar 2010, galardones otorgados anualmente desde 1997 a los mejores espectáculos de la temporada de verano en la Ciudad de Mar del Plata. El evento se celebrará en el Teatro Auditorium, y el jurado está formado por Jorge Lafauci, Silvia Chumilla, Adriana Tursi, Jorge Montiel, Juana Patiño, Marcelo Gobello, Eugenia Vittino, Hernan Rizzone, María José Garufi, Susy Scandali, Sebastián Ruau, Celia Zuchelli, Mex Faliero y Gladys Luca.

Además, en estos Premios Estrella de Mar, por primera vez habrá un "Jurado asesor Invitado", que a pesar de no tener voto, colaboró en las reuniones del jurado. El mismo está formado por Fabián Banchero, Analía Melonio, Daniel Ambrosino, Pía Shaw y Luis Bremer.

La categoría en la que participa Charly es Espectáculo Musical individual y la comparte sólo con Joaquín Sabina

Fuente y resto de las nominaciones: Extremista

lunes, febrero 01, 2010

Palito Ortega, su relación con Charly García

Palito fue la persona que tomó la responsabilidad de intentar la recuperación de Charly García, una apuesta que pocos creían que podía llegar a buen puerto.

Actualmente, con Charly con plena recuperación, el logro de Palito es evidente.

Sobre la actualidad y de su relación del genial músico argentino; Palito destacó que era un deber ayudar al amigo y admitió que hay grabaciones en conjunto, que quizá algún día salgan a la luz.

-¿Cómo está Charly?
-Anda muy bien, lo veo un poco menos porque estoy con mi gira y mi trabajo. Él también tiene lo suyo, como un Luna Park y cerrar el Cosquín Rock. Tiene otras propuestas también, porque es una gran figura. Está muy bien, convivimos siete meses tratando de salir de un mal momento e hice lo que debíamos, que fue ponerle el hombro a un gran amigo. Ahora está recorriendo un camino que pocos creían que podía retomar.

-¿Qué relación tenían antes de esto?
-Era una amistad de mucho tiempo. Por un momento nos distanciamos, pero en los últimos cuatro o cinco años venía asiduamente a grabar a nuestros estudios. Ahí se recompuso la relación y cuando tuvo esa crisis final, me metí en el problema y vimos cómo podíamos solucionarlo. De esto se trata la vida, de involucrarse y no quedarse opinando lo que le sucede al otro.

-Sorprende esta relación porque artísticamente son muy distintos.
-Evidentemente, somos diferentes en cuanto a la música que hacemos. Mis canciones están atravesadas por una gran simplicidad y eso lo tengo claro. Yo no tuve la suerte de ir a un conservatorio y aprender la música que sabe Charly, es más, no sé si tenía la capacidad de aprender lo que aprendió él. Lo mío fue más intuitivo, más a pulmón, más peleado. Charly era profesor de música a los 12 años y lo querían llevar a Europa para tocar música clásica. A esa edad, yo vivía en una casa que no tenía agua potable ni luz eléctrica. En algún punto tenemos algo en común, pero en lo músical no, porque es un hombre de gran formación, con un talento extraordinario.

-¿Se puede pensar en algún disco Palito-Charly?
-Tenemos algunas grabaciones en conjunto, no es algo que nos desvele. Él veía el Club del Clan, se escapaba de la madre que lo quería hacer tocar solamente música clásica, y ahora cuando nos encontramos en fiestas, siempre canta “Media novia”. Puede ser que hagamos un disco de rock and roll clásico. Lo que grabamos fue un tema que compuso él de chico, influenciado por el Club del Clan.

Fuente: Noticias Net