sábado, febrero 28, 2009

El álbum de duetos de Mercedes Sosa

En el lanzamiento más ambicioso de la música popular, la Negra grabó dúos con lo mejor de la música hispana.

En 1982, durante el último gobierno militar, Mercedes Sosa estaba exiliada, radicada en Madrid desde 1980. Regresó al país para una memorable serie de conciertos en el teatro Opera entre el 18 y el 28 de febrero, que quedó registrada en Mercedes Sosa en vivo en Argentina.

Ese álbum doble, en el que participaban artistas del rock nacional como Charly García y León Gieco, entre otras figuras, no sólo marcó el emotivo reencuentro de la cantante con su público, sino que –prohibida la difusión de artistas que cantaran en inglés durante el conflicto de Malvinas– se convirtió en récord de ventas y en un símbolo cultural del camino que marcaría el regreso a la democracia. El 26 de diciembre de ese año, Mercedes subió como invitada de Charly en el primer concierto de rock en un estadio de fútbol: la presentación de Yendo de la cama al living en Ferro. Justamente, en el último trimestre de 1983, en coincidencia con la elección y asunción del presidente democrático Raúl Alfonsín, lanzó Mercedes Sosa, en el que incluía una versión de "Inconsciente colectivo", de Charly, en lo que serían los primeros pasos de una relación artística y personal sincera, profunda, duradera.

Hoy, 35 años después, la tucumana viene de pasar por la quinta de Palito Ortega (bautizada casualmente "Mi Negrita") y allí se reencontró con un Charly en plena recuperación bajo tutela judicial. En los estudios de la casa, en los que García trabaja en nuevas composiciones y grabaciones junto a músicos cercanos como Samalea y el Zorrito Von Quintiero, reeditaron esa alianza creativa y registraron una sentida versión de "Desarma y sangra" (aquella canción de Seru Giran que anuncia: "Si las sanguijuelas no pueden herirte, no existe una escuela que enseñe a vivir"). Hubo más: bailaron juntos un rock & roll, para sorpresa de los poquísimos y privilegiados presentes, y se conmovieron: era uno de los primeros registros de Charly desde su reclusión forzada, y seguramente el primero que vea la luz si se confirman las fechas de salida de este proyecto para el 31 de este mes o las primeras semanas de abril.

Esa canción forma parte de uno de los más ambiciosos proyectos discográficos de la música popular de este 2009: un álbum de la Negra que impresiona ya desde la lista de invitados, un verdadero seleccionado de artistas de habla hispana (de Joan Manuel Serrat a Jorge Drexler), a los que se suma también el brasileño Caetano Veloso, que ya cantó junto con Mercedes en varias ocasiones (y formó parte de aquel registro de "Volver a los 17", de Violeta Parra, junto con Milton Nascimento, Chico Buarque y Gal Costa).

Detrás del plan de este disco, que al cierre de esta edición esperaba completarse con una larga lista de duetos, está la mano del ahora presidente de Sony Music, Afo Verde. Este es el primer proyecto de Mercedes Sosa para el sello. Su último disco de estudio, Corazón libre (2005), fue editado globalmente por Deutsche Grammophon y se trató de un proyecto folclórico producido por Chango Farías Gómez, en el que participaron Raúl Carnota y Eduardo Falú, entre otros.

Entre finales del año pasado y los primeros meses de éste, y en las múltiples sesiones en los Estudios Ion que se vienen desarrollando en secreto en los últimos meses –y que están siendo grabadas para un futuro DVD–, se destacan algunas colaboraciones memorables que quedarán en el registro final del álbum.

Vicentico, artista del sello, registró "Parao", de Rubén Blades. La mexicana Julieta Venegas evocó su propio repertorio con el tema "Sabiéndose de los descalzos", del álbum Aquí. Además, insistentes rumores daban por cierta la versión de que el ambicioso plan contempla incluir una versión de "Duerme negrito" de Sosa junto a la cantante colombiana Shakira. Ambas compartieron escenario en el festival benéfico de la Fundación Alas en 2008 y Mercedes y el entorno de producción del disco apuraba las gestiones.

Con un amplio abanico que recorre de la canción popular al rock, diversas generaciones y estilos musicales, y una fuerte presencia de artistas jóvenes, destaca una vez más la devoción de los artistas por la cantante que, a los 73 años es un símbolo de la música popular argentina y global.

Pero, acaso, uno de los encuentros cumbre es el de Luis Alberto Spinetta, quien compartió sala de grabación con la Negra para rehacer "Barro tal vez", cuya primera línea es, finalmente, un buen resumen de la carrera de la intérprete, que comenzó hace cincuenta años como parte del Movimiento del Nuevo Cancionero Argentino y que lleva grabados más de treinta larga duración: "Si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro".

Fuente: Rolling Stone

miércoles, febrero 25, 2009

Andrew Loog Oldham: "Charly es como Lennon"


El productor leyenda de los Rolling Stones describe la madurez rockera de los Ratones Paranoicos y explica la experiencia de grabación de Kill Gil.

Trabajó con los Beatles en sus comienzos, produjo a los Rolling Stones, y también fue responsable de que Jagger y Richards comenzaran a componer sus propios temas, tuvo un sello en el que grabaron algunos de los más grandes nombres de los 60 (incluyendo a Humble Pie, Small Faces, Fleetwood Mac, John Mayall, The Nice), produjo a Bobby Womack, escribió libros, le ganó un millonario juicio a The Verve, tiene un show radial en el programa de Little Steven Van Zandt –el guitarrista de Springsteen–, y ahora está hablando conmigo. Desde Bogotá, Andrew Loog Oldham atiende el teléfono quejándose del cambio climático. Dice que en los últimos años llueve más, y que cuando sale a la calle tiene que ponerles abrigos a los perros, por el frío. "Está todo al revés", me dice en buen castellano, e inmediatamente, como recordando el objetivo de nuestra charla, menciona la palabra clave: "Ratones".

Sí, claro, Ratones. Podemos empezar hablando del nuevo disco en el que estás trabajando.
Es la primera vez que trabajamos juntos en doce años. La última vez fue con Planeta Paranoico (1996). Pero era una época de cambios en la Argentina, y también para los Ratones. Pasaron doce años; y aunque cuando conocés bien a la gente doce años son como doce minutos, por otro lado ellos ya no son chicos, ahora son hombres. Y eso se nota en su interpretación. La manera de trabajar fue completamente diferente a como lo habíamos hecho en el pasado. Antes solíamos ensayar en el estudio, esta vez ellos estaban mucho mejor preparados. El método de ensayo y ejecución fue mucho más apropiado. Roy, específicamente, estuvo magnífico. Siempre tocó bien, pero ahora su interpretación es más estadios que clubes. No es que el sonido para clubes tenga nada malo, pero nos gustan los estadios también. Digamos que ahora sonaban más James Bond que Jackie Chan.

¿Y cómo definirías tu contribución?
Mirá, una de las cosas más lindas de este trabajo, que es la música, es que antes de entrar en el estudio, vos pensás que sabés lo que estás haciendo. Especialmente con una banda como los Ratones, con los que, de hecho, he tenido una relación más duradera que la que he tenido con nadie, excepto mi esposa. Y cuando vas a hacerlo, te das cuenta de que es diferente. Hay reglas, pero no hay reglas. Tenés que ser flexible, y pedirles a los artistas que sean fieles a su arte, pero que sean flexibles al mismo tiempo. Es un poco como el fútbol, un trabajo de equipo. Es una pintura, pero es también una ecuación matemática, y tenés que adivinar el resultado correcto. Tenés que comprender lo que los demás están pensando, y tenés que hablar en términos que sean comprensibles y no sean ofensivos. Es difícil definirlo en palabras, tenés que estar allí.

Además, te gusta mantener una cuota de misterio sobre lo que hacés.
Había un gran escritor inglés ya fallecido, Kenneth Tynan, que trabajó algún tiempo como periodista. Una vez fue a entrevistar a Miles Davis al camarín, durante una actuación en Londres en 1965. Miles tenía una reputación por ser especialmente duro con la gente blanca. Entonces Tynan le dice: "Usted sabe, Mr. Davis, pienso que su disco Kind of Blue es realmente grandioso". Y Miles lo mira como queriéndolo matar, y le dice: "¿Pensás que suena bien ahora? ¡Deberías haberlo escuchado entonces!". Porque ese disco había sido hecho una década antes. Lo cual también me hace pensar en mi propia historia con los Rolling Stones: tenías que estar allí. Porque la pintura estaba todavía húmeda cuando estábamos en el estudio. Y por otra parte, cuando estás trabajando con gente, y con algo tan delicado como su talento y su arte, estás usando códigos ¿sabés?

Juanse me habló maravillas del ingeniero que está trabajando con vos actualmente, Timothy Latham.
Sí, es un maravilloso ingeniero norteamericano que he venido usando desde hace tres o cuatro años, con el que también trabajé en el disco de Charly García [Kill Gil]. En los primeros discos de los Ratones trabajé con otro estadounidense que es muy inglés, Steve Rosenthal, pero él ahora es un hombre de familia, tiene un estudio, y no viaja. El me dijo: "Llamá a Timothy, man. Vas a amarlo: él es el único ingeniero que sobrevivió a dos discos con Lou Reed".

Ahora también puede decir que sobrevivió a un disco con Charly García.
Es distinto, pero pienso que Charly García fue fácil comparado con Lou Reed. La única parte incontrolable del disco fue lo que pasó cuando estuvo terminado, no en la grabación. Yo no estuve allí, y no estoy demasiado al tanto, pero sé que hubo problemas con Internet, con EMI y, por supuesto, los problemas personales de Charly que estaban alcanzando su cenit. Pero el trabajo en el estudio, en Nueva York, fue grandioso. Para mí fue un privilegio. Yo sentí que estaba trabajando con la energía de John Lennon.

No son ni un elogio ni una comparación menores los que estás haciendo.
Es así de simple. La gran similitud entre John Lennon y Charly García es que ambos crean muy rápidamente. Saben exactamente lo que hicieron, y no necesitan venir al control [del estudio] para escuchar las tomas completas de voces. En otras palabras, en la matemática del día, ellos hacen su trabajo en el 5 por ciento del tiempo, ¿y qué van a hacer con el otro 95? Ir y ponerse locos. Pero en el estudio, no me perdería esa experiencia por nada del mundo. El tipo entiende la tela, yo sabía que estaba trabajando con un gran pintor. Yo sólo mezclé el disco, pero sé que hice que la grabación fuera mejor, y estoy feliz de haberlo hecho. Y voy a estar más feliz si él se mejora para siempre. Si lo ven, mándenle mi amor.

¿Qué recordás de tus primeras experiencias con los Ratones?
Bueno, yo no estaba bien en esa época. Básicamente, estaba en la misma condición en la que estaba Charly García recientemente. Prácticamente no salía de mi casa en Bogotá, no estaba haciendo mucho que digamos, estaba muy ocupado con mi fucking mente. Creo que la última vez que había trabajado había sido con Bobby Womack en 1983, y él estaba más loco que yo. Pero era un gran artista, aprendí tanto de él. Fue el mismo tipo de experiencia que con Charly; a veces es bueno tener la oportunidad de trabajar con los maestros. Y el respeto, el cariño y la preocupación que los Ratones me demostraron…; yo no sé cuán bueno fui para ellos, pero ellos fueron muy buenos para mí. Cuando los Ratones me llamaron –y me hicieron escuchar los cuatro primeros discos que habían grabado en Del Cielito– comprendí que tenía que tener un tremendo respeto por la invitación. Así que fue muy bueno para mi espíritu y mi autoestima. En ese momento para mí era difícil empezar un trabajo y terminarlo correctamente, y los Ratones me ayudaron a conseguirlo.

Además, los discos que hiciste con ellos en esa época, Fieras lunáticas y Hecho en Memphis, se han convertido en clásicos.
Sí, lo sé. Por eso cuando estuve en noviembre pasado en Buenos Aires y fui al concierto en Obras, ver cómo la gente recibía esos temas y la manera en que han soportado la prueba del tiempo, fue algo maravilloso.

¿Has escuchado alguna nueva música que te llame la atención?
Una banda de Irlanda que se llama The Urges; una de Francia, The Belmondos; me gusta el tema de James Bond, con Jack White. Hay mucho, pero el problema con las bandas que han surgido últimamente es que no tienen tiempo para desarrollarse. Tienen un hit y eso es todo, después es todo trabajo. Y en cierta forma es un poco triste. Sé que hacen plata y todo eso, pero yo pienso que en orden de importancia, es primero la banda, la música, luego el público, los fans, y después el dinero. Te lo explico de esta manera: para el momento en que salió el primer single de los Beatles, "Love Me Do", en octubre de 1962, ellos ya habían hecho la mitad de los shows que hicieron en toda su carrera. Las bandas ya no pueden hacer eso. El problema es… ¿te acordás de la película Basquiat? Este gran artista callejero, en uno de los diálogos hace una de las mejores descripciones de lo que significa hacerse famoso: dice algo así como: "Cuando te volvés famoso, tenés que repetir lo que el hombre blanco quiere. El no quiere que cambies, quiere que te repitas". Y eso es una vergüenza.

Por Claudio Kleiman - Publicado el 25/02/2009

Fuente: Rolling Stone

sábado, febrero 21, 2009

Sinfonias para adolescentes

“Che, ¿y por que salio este disco, ahora?”, pregunta, no sin cinismo. No tenemos respuesta, excepto los millones de copias que ha vendido. “¿Millones?” Los ojos le brillan, codiciosos. “¿La gente sigue comprando a los Beatles? Mirá vos...”

Charly garcia y dos periodistas de Rolling Stone, contra un moderno reproductor de discos compactos de exquisito diseño Hi Tech.

Charly garcia y dos periodistas de Rolling Stone, contra un moderno reproductor de discos compactos de exquisito diseño Hi Tech.

-A ver... Ponélo vos que estás al lado.

-¿Por dónde se mete el disco?

-Por arriba, de costado, ahí tiene que haber un agujero, algo.

-¿Es nuevo? Es lindo.

-Sí... Fijáte... A ver, dejáme ver...

-No entiendo.

-Pero si hace un rato... Por acá tiene que ser... ¡Uy! Se soltó el parlante...

-Pará. Yo traje mi discman. ¿Se puede enchufar, no? ¿Tenés un miniplug?

Chau moderno equipo Hi Tech. Los diseñadores japoneses deberían contemplar escenas como éstas. Ahora sí, 1, de The Beatles, suena desde un discman salvador.

García está echado en su cama. Su cuarto ya no parece un subte de Nueva York; las paredes lucen un blanco impecable. No así el living ni el resto de la casa. En la pieza, Charly interrumpe la mezcla casera del disco en vivo de Sui Generis (más tarde, a la noche, en los estudios El Pie, comenzará el verdadero maratón de remezclas y sobregrabaciones de las canciones registradas en la cancha de Boca) y se cuelga hablando de los Beatles.

-Yo formé parte de la beatlemanía -dice García y se ríe-. Los escuchaba donde podía, porque para mí era como imposible tener un disco de los Beatles. Escuchaba sólo lo que había en casa, discos de 78 y long plays, que hacía muy poco que habían aparecido. Y el primer simple que me compré no fue un simple sino un doble. Tenía "Twist y gritos", "There’s a Place" y dos más. Fui a la disquería y dije: "Déme un disco de los Beatles", y me dieron ése. Cualquiera que me hubieran dado lo hubiera comprado. Era como un misterio, el Anticristo. En esa época había pegado un televisor extra que agarraba un canal nuevo, creo que era el 2, no me acuerdo, en el que pasaban un show que era como el Club del Clan de Yanquilandia. Y ahí empecé a ver a los imitadores de los Beatles. Pero a los Beatles los agarré porque los había visto en la tapa de un disco. Quedé fascinado. Me parecían tipos que sabían demasiado de la vida. Genios. Y eran peligrosísimos, además, con esas caras gigantes, desafiando a todo el mundo (risas). Nos juntábamos con amigos en guitarreadas, y el repertorio era "Perfidia", Palito Ortega, alguna zamba y "Twist y gritos", que era la que se guardaba para el final porque nos llevaba al paroxismo, la gente se volvía loca en serio. Era muy raro. ¿Cómo pudo suceder eso? Para nosotros era un rumor, un rebote que llegaba desde otro lado. Pero era increíble, porque tocabas las canciones y pasaba lo mismo. Vos ponías un disco de Johnny Hallyday o de Sinatra, y a la gente no le pasaba nada.

-Aunque suene a lugar común, dirías que descubrir a los Beatles te cambió la vida.

-Y sí, porque decidí que era lo mío. La música clásica y el mundo de la música clásica se habían vuelto muy bizarros para mí. Veía una concreta disociación entre lo que pasaba adentro del conservatorio y lo que me pasaba cuando salía. Era puritano al extremo, muy católico, muy represor. Era genial, pero cuando querías componer algo te cagaban a pedos. Así que los Beatles fueron como otro conservatorio, pero mucho más piola. Y todo tenía más que ver conmigo.

-¿Te interesaste más por la música que por las letras?

-Es que las letras… "Love Me Do" es muy simple. Dice "love"; todo el mundo sabe qué quiere decir "love". Y además, decíamos cualquier cosa, cantábamos sanata. Después, con Bob Dylan y los Byrds, nos pusimos más especialistas en el tema. Me acuerdo que al baterista le decíamos "Ichina", porque cantaba "Ichina jar dei nait" (risas).

-¿Tu beatlemanía llegó al punto de copiarles el "look"?

-Sí, y me costaba un huevo porque las botas eran dificilísimas de conseguir. Vi unas en el Once que eran como tres números más chicas y me las compré igual, y sufrí como una madre. Pero lo que es moda... Suena love me do y García pide que detengamos el tema.

-" Love Me Do" está en mono. El disco es mono. ¿Quién canta? Los dos, ¿no? Esto es armónica, batería, palmas, bajo, armónica, guitarra que casi no se escucha. Y están la voz de Lennon y la de McCartney. Ahora poné todo eso en tres canales... Por eso, cuando mezclaban en estéreo, quedaba la música de un lado y las voces de otro. Y a mí me encantaba eso. Pero me preguntaba quién cantaba la canción, porque las voces están en quintas [intervalos]. Eso me quedó como una tara: la eliminación de la tercera. Ahora estoy por hacer un disco que se va a llamar Tres. Pero no sé, porque siempre estuve en contra de la tercera. La tercera es la voz del medio, la que define si el acorde es Mayor o es Menor. Y acá cantan un re y un sol, pero se olvidaron del si, o no lo pusieron a propósito para que uno haga la voz ahí, armonizando. Ese es el gancho. ¿Viste que siempre te dan ganas de cantar con los Beatles? A mí me pasaba. Ponélo de nuevo.

Suena "Love Me Do" otra vez. Charly canta entre John y Paul. Tiene razón.

-¡Ey, man! ¡La cantidad de cosas que se pueden aprender de Los Beatles! Andá a saber a quién le sacaron eso, cómo se les ocurrió. Porque eso es de música clásica. Eso de usar dos melodías al mismo tiempo. Bach, las fugas y las tocatas... Piazzolla. Son todas músicas hechas con cuatro notas paralelas: como los cuartetos de cuerdas, por ejemplo. Los acordes se forman con la sumatoria de las voces. Pero el violín, por ejemplo, tiene una sola nota, como los vientos. Para lograr la armonía hay que sumar otros instrumentos... Los Beatles aparecieron en una época en que la música era supermelosa, cuando la balada popular se juntó con el jazz y la comedia musical y todo eso, y se sumaron esas grandes orquestaciones. Entre tantas notas, uno se preguntaba dónde estaba la melodía. Y los Beatles hipersimplificaron la cosa. Yo no sé cómo se les habrá ocurrido. Puede ser que de ignorantes, sólo por hacer las cosas así, sin saber cuál era la raíz de la música, sin haber estudiado... Tuvieron mucha suerte en cómo se dieron las cosas. Porque encontraron a George Martin, que era un tipo de la música clásica, aunque también hacía discos de sátira. Pero el tipo les debe haber pasado cosas muy clave, como el respeto al 440. Si escuchás cualquier disco de los Rolling Stones de los viejos, no los podés tocar encima. Hasta que no pusieron un piano o un teclado, los tipos afinaban entre ellos, en la suya. Y los Beatles afinaban con un piano. Siempre había un piano, usaban armónica, qué sé yo, tenían cosas que te hacían pensar que eran tipos grandes, que no eran pendejos, que sabían todo. O no lo sabían pero lo hacían, sospechaban algo... Bueno, el que sigue.

Suena From me to you .

-Pocos acordes, viste… Y las voces combinadas... ¡Qué jodido ser Paul McCartney!

Pasamos a she loves you. García toca la guitarra tirado en su cama. Pasa por todos los yeites. Se enoja porque pifia el punteo. En la segunda entrada le sale perfecto.

-Es más blanda. Parezco yo el crítico de Rolling Stone... (se ríe). Encima, tiene ese final de guitarra que se les cagaron de risa, es como una ofensa al rock. El rock es La-Re-Mi, y pusieron un acorde del trío Los Panchos como ése. Lo discutieron como una semana. Lo sé porque me informé (risas).

En I want to hold your hand , García sigue las palmas, y después toca el puente en la guitarra.

-Esta, según Woody Allen, es la canción que dividió la historia del mundo. Cuando apareció este tema se acabó la civilización. Lo que hay desde entonces para acá no se sabe qué es. Una gran zapada... El tema tiene esa cosa de indígena indoamericano... Medio rara, la melodía. Se maneja mucho con octavas, con quintas. A mí me gustaba mucho eso, porque acá con la zamba me tenían podrido. La zamba es lo más terceras que hay: La Mayor, La Menor... Por eso esta música resultaba rara... ¿Viste que decían que los Beatles corrompían a la juventud? Porque había algo en la música... Tenían algo como hipnótico... Como el flautista de Hamelin. Los tipos encontraron una fórmula que aparentemente repetía la formación de siempre de batería, bajo, guitarra, pero lo nuevo estaba en la armonía y en el ritmo, tan básico y casi sin ningún elemento al pedo; no hay ninguna nota de más. Cada cosa está puesta como si fuera música clásica. Como si estuviera escrita. Parece que no, pero sí.

No le gusta cómo suena can’t buy me love. "Hay algo malo en este disco, que no me gusta. Y no sé qué es." García pasa toda la canción cambiando ecualizaciones y entradas de cables, yendo y viniendo con el balance. De repente... "Ahí está."

Vamos a a hard day’s night. Al primer guitarrazo ya se entusiasma. Mueve los brazos y la cabeza, sonriendo, como diciendo "lo más". Toca la guitarra, trata de hacer el punteo, toca toda la canción.

Primera nota de I feel fine.

-¡Pará! Ya está. El primer feedback de la historia de la música grabada. Consulten, aprendices… (se ríe).

Vamos a Eight days a week.

-La canción del beatle francés -un personaje de Titanes en el ring-. Ese tema fue muy famoso acá por eso. Es el primer tema del lado 2 de Beatles for Sale, y para mí ése es un disco distinto a todos los de los Beatles. No sé por qué. Parece hecho a las apuradas. Ya no tenían tantas canciones y pusieron muchísimos covers. Quizá por eso lograron un sonido que a mí me gustó mucho. Trataron de volver a sus fuentes, que eran el rock y el rockabilly y la música Motown de los grupos de chicas norteamericanos. Y en esta canción, como en todo el disco, se nota un sentimiento muy country. Hay como una especie de alegría forzada que puede tener que ver con que todo lo que hacían los Beatles al principio, en las letras, era para el público: para vos, yo te amo, quiero ir a tu casa esta noche, ella te va a coger... Acá, en cambio, creo que la vida ya les había mostrado el lado oscuro. Bueno, en For Sale está "I’m A Loser". Y bueno, es buenísima esta canción, me encanta.

ticket to ride.

-Chequeá el pattern de la batería. Genio, Ringo. La parte de la batería es increíble. Maravillícenlo, háganlo en casa. Te comprás el disco Sinfonías para adolescentes [de Sui Generis], agarrás la parte de adentro, donde explica qué es el sistema de maravillización, y lo hacés. Ponés los cuatro parlantes y eso, y ponés este disco. El sistema de la maravillización es... más o menos es lo que hicieron los tipos que hicieron los discos de los Beatles, que eran mono y los hicieron estéreo. Ahora se dice optimizar. Alguien decía que la música no eran las notas sino el aire que hay entre las notas, o algo así. Bueno. Este tema es especial para disfrutar eso. Prueben. Puede servir de ventilador, también (risas).

Llega Help. Charly lo pasa de largo.

yesterday.

-Pasá. Este nunca me gustó.

Suena Day tripper . Nada para decir.

We can work it out.

-Este es uno de los temas que más me gustan de los Beatles. Me gusta mucho la letra. Es una arenga pacificadora, o algo así. Integracionista. Y me gusta el armonio que hay.

Empiezan los coros de Paperback writer .

-Este es impresionante. Me dijeron que, a partir de las armonías de este tema, Miles Davis empezó a escuchar a los Beatles. Y acá se nota que no tocaban más en vivo, que la construcción de la música es irreproducible. ¿Cómo hacías? Una cosa es cantar "Love Me Do", que tiene dos notas, y otra es hacer esto. Ni las voces se pueden hacer. Y por suerte no había sampler ni nada, así que tuvieron que quedarse con eso nomás. ¿Sabían que los Beatles inventaron el [efecto] chorus? Fue George, que se apoyó sin querer en una de las grabadoras de eco. Había dos cintas corriendo simultáneamente, y cuando George se apoyó, una bajó de velocidad. Y al sonar con la otra cinta, se produjo el desplazamiento armónico que produce el chorus. Y dijeron: "Ah, qué lindo que es esto" (risas).

Pasamos de largo Yellow submarine y Eleanor rigby . Turno de Penny Lane.

-¡La parte del bajo es impresionante..! Y ésa es una trompeta piccolo. Pará que te cuento una aneda. McCartney había escuchado los Conciertos Brandenburgueses [de Bach] en televisión, y le pidió a George Martin un instrumento así. ¡Y qué parecido es a un [sintetizador] moog, ¿no?!

All you need is love . Charly salta de la cama.

-¡Concept! ¡Qué grande! ¡Concept! Polirritmia. Como "Pecado mortal", como "La felicidad es un revólver caliente". "La felicidad..." tiene la división que yo usé en "Pecado mortal". Se superponen un ritmo de tres por cuatro con otro de cuatro por cuatro: a los doce se juntan, y cuando atacan ahí, te matan. Pero todo el tiempo parece que el tiempo estuviera rengo. Y bueno, acá es la primera vez que lo usan. Después, la música progresiva se basa en eso. No hubieran existido Yes o Emerson, Lake & Palmer si los Beatles no lo hubieran hecho antes.

Hello, Goodbye.

-¡Gran psicodélico, Paul McCartney! Todos estos discos están muy armados, muy Beach Boys. Bah, los Beach Boys estaban muy Beatles (risas). Cada instrumento va por su lado. La letra no dice nada.

Lady Madonna.

-Acá quieren sonar como Fats Domino. No sé si el piano tiene mucha compresión, o tiene tachuelas. De algún lado deben haber sacado este sonido... suena como una especie de clave. Quién lo habrá tocado...

Hey Jude.

-El primer single largo de la historia. Siete minutos y medio. Los tambores son buenísimos. No sé si no estarán grabados a una velocidad y pasados después a otra. Es buenísimo. Están grabados aparte, no están grabados con la batería. Y hay dos pianos tocando lo mismo, para producir el chorus, como hacía Phil Spector. Era la época en que las canciones tenían un final interminable, donde entraban los amigos, la familia, todos, tipo usa for Africa (se ríe). Terminó todo en "We Are the World" (más risas).

Get back y the Ballad of john and yoko .

-Estos no me gustan tanto.

Al fin llega Something.

-Este tema es genial. Tiene uno de los mejores solos del rock & roll. Parece un solo escrito. Cuando lo vi a Frank Sinatra en Rio de Janeiro, me hizo mucha gracia cuando dijo que iba a hacer un homenaje a Lennon y McCartney, y cantó ésta (risas).

-Te deja con ganas de más Harrison.

-A mí me pareció que la cuota de George estuvo bien. No sé, tal vez porque uno se acostumbró. Es difícil con los otros dos, muy difícil.

-¿Por qué ponés tanto énfasis en destacar la importancia de que un arreglo esté escrito?

-Es que la música, cuando está bien hecha, es fácil de visualizar. Se te aparece enseguida el dibujo. Lo que quiero decir es que a los Beatles se los nota muy estudiosos de su instrumento, muy prolijos. Cuando surgieron, parecía que era todo estridencia, pero nada más lejos de la verdad. Tocaban fuerte, y las voces eran fuertes, pero esa determinación para pegar el golpe justo en la batería, por ejemplo... Por eso era irresistible. Parecía una máquina, Ringo. Y el bajo tenía esas notas tan... como el de "Penny Lane". Eso es una fuga. El bajo no sólo toca la [nota] dominante: hace un dibujito que, mezclado con la melodía, produce esa obrita. No sé. Cuando la música está hecha de una forma rigurosa, aunque el tipo que la hace no sepa música, se produce una limpieza que se asemeja a la música clásica, en la que cada nota está en algún lugar por alguna razón. El próximo.

Come together .

-Genial. El bajo es una cosa monstruosa. Está re-pensado, esto. Y las cuartas, esa cosa mántrica. Meten un Mayor, cuando el tema es [en tonalidad] Menor... No se sabe bien qué es... Bien tribal.

Let it be.

-Hay varias versiones de éste. Phil Spector, ¿no? McCartney odió esos coros… Let It Be [el disco] no les salió bien, se nota que no están copados, los pibes, que no pasa nada. Cada uno en la suya: George se creía que era Clapton; McCartney se creía Stravinsky; Lennon con la otra, a full; Ringo, aburridísimo...

Grand finale con the long and winding road. A García también se le pone la piel de gallina.

-Muy buena... Una gran canción. Es la canción de Let It Be. Tremenda.

Tres días después, en los estudios El Pie, García graba la enésima línea de moog sobre la versión en vivo de "Me tiré por vos". Improvisa. Cita viejas melodías. Suyas, de Bach y de los Beatles. Toca un fragmento de "Because".

-¿Sabían que Abbey Road es el primer disco en el que se usó un sintetizador?

-...

-Cuánta data que les di, eh. No se pueden quejar.

Por Fernando Sanchez y Daniel Riera

Fuente: Rolling Stone 01/03/2001

jueves, febrero 19, 2009

Charly García y Ramón Ortega

Con su gran amigo y hombre de confianza sentado a su derecha, Charly García (57), con diez kilos más, luce calmo y feliz. Parece sereno y pensante. Escucha atentamente lo que Ramón “Palito” Ortega le dice con énfasis, pero sin levantar la voz. El artista más importante de la historia del rock nacional sonríe segundo tras segundo. Dos horas antes, a las 17 había estado en la muestra, "El que el mundo se olvidó" que presenta su amigo, el artista plático Gustavo Masó, en el Centro Cultural Recoleta. Allí se pueden apreciar obras que plasman las imagenes, rostros y expresiones del cantante acompañados por parlanes. Por orden judicial, Charly tuvo que visitarla cuando el público aún no había llegado. Todo hace suponer que, luego de mucho esfuerzo, los problemas de salud, ocasionados por sus reiteradas adicciones que casi terminan con su vida, comienzan a formar parte de un oscuro pasado.

Alrededor de las 19:00, Charly y Palito (ambos con camisa blanca), ingresan en el restaurante “Bruni”, sobre la calle Sucre, propiedad de su amigo, Fabián “Zorrito” von Quintiero y el chef Donato de Santis. Allí ocuparon el mismo lado de la mesa y, mientras esperan al propietario del lugar, llaman al mozo para hacer su pedido. Ensalada verde, gaseosa, agua mineral y helado de chocolate con frutilla fue todo lo que el creador de “Clips Modernos” y otros exitosos discos pidió para comer. Al cabo de un rato, el ex bajista de los Ratones Paranoicos se acercó a la mesa y con un gran abrazo saludó a sus amigos. Lo mismo hizo el reconocido chef, que charló unos instantes con los tres y luego partió con su esposa.

Durante el transcurso de la tarde, los músicos no dejaron de dialogar y se los vio muy entusiasmados con los futuros proyectos de Charly, quien ya comenzó a preparar su regreso a los escena-rios para fin de año. De hecho, grabó una canción junto con Mercedes Sosa (para un disco que la cantante sacará), mientras continúa componiendo en “Mi Negrita”, la quinta de la familia Ortega, nuevas canciones para su próximo álbum y, supuestamente, saldrá a la venta junto con su regreso a escena. García aún continúa viviendo en la quinta, aunque -según Palito-, la recuperación va tan bien que, tal vez, dentro de un corto plazo pueda regresar a su hogar.

Al caer la noche, “Zorrito”, Charly y Ramón se despidieron en la calle con un gran abrazo partiendo cada uno por su lado. Ahí se pudo ver a un García recuperado desde que inició su tratamiento. Nuevamente volvió a saludar a la gente que se acercó para darle su apoyo y después subió a la camioneta de su amigo rumbo a la quinta, para completar su recuperación y volver a brillar como la estrella que siempre ha sido y continuará siendo.



Fuente: Revista Caras

viernes, febrero 13, 2009

Charly salió y vio su propia muestra



En una de sus primeras salidas sociales, Charly García estuvo esta semana en el Centro Cultural Recoleta, donde, junto al artista plástico Gustavo Masó, presenta la muestra El que el mundo se olvidó. Con varios kilos más, de excelente humor y muy tranquilo, el músico apareció el lunes, cerca de las 17, y acompañado por un grupo de amigos. Charly quería cumplir sí o sí con Masó, pero también con la jueza que le pidió que no se exponga a amontonamientos ni situaciones que lo puedan estresar. Y el lunes era el día perfecto: el centro cultural estuvo cerrado.

Durante quince minutos, el señor Say no more miró los cuadros que están acompañados por parlantes —el sistema es cuadrofónico—, y todo lo que forma esta muestra multimedia: desde las pequeñas imágenes estilo "animatronics" hasta los displays electrónicos en los que se leen epígrafes y textos referentes a las obras.

Una vez cumplida su promesa, el músico volvió a Luján, al campo de Palito Ortega, donde sigue haciendo su tratamiento de recuperación. Fuentes cercanas a Charly le contaron a Clarín que "está muy bien. De a poco, en la medida que no le genere ningún tipo de presión, se lo irá viendo un poco más".

Por otra parte, García ocupa sus días, entre otras cosas, en la grabación de un nuevo disco. Por supuesto que no tiene fijado ningún plazo para terminarlo, ni mucho menos para presentarlo. Pero sí es cierto que ya terminó de grabar siete temas. Es un notición para todos sus fans. Realmente, todos nos alegramos.-


Fuente: Clarin

martes, febrero 03, 2009

Charly García a días de volver a su casa

Por estos días, la estrella máxima del rock argentino regresará a su hogar y continuará con la grabación de su nuevo disco. Además grabó con Mercedes Sosa y tendrá una muestra en el CC Recoleta
Según declaraciones que Ramón “Palito” Ortega ofreció este fin de semana, Charly García entraría en una fase de su recuperación en la cual podría regresar a su hogar. Así, la estrella máxima del rock argentino estaría recibiendo el alta médica por estos días. Pero, las novedades en torno al bigote bicolor no se terminan acá. El ex gobernador de Tucumán también deslizó que el disco que está grabando Charly tendría seis canciones ya terminadas y se encuentra más que encaminado.

Grabado en Mi Negrita, la quinta/estudio propiedad de Ortega, el sucesor del inédito Kill Gil será publicado antes de fin año y coincidirá con el regreso de García a los escenarios. Además de trabajar en su álbum solista, Charly grabó una canción junto a Mercedes Sosa que irá a parar a un disco de duetos de La Negra. Con todas estas actividades, la vida del músico se está reconstruyendo fuera del círculo de drogas y alcohol. De hecho, el pasado 22 de enero, fue visto de muy buen humor y con 10 kilos más de peso en el recital que ofreció Elton John en el estadio de Boca Jrs.

Siguiendo con las buenas nuevas que aparecen en torno a su figura, este jueves 5 en la sala 13 del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) se estrenará la muestra El Que El Mundo Se Olvidó. La misma será realizada en base a trabajos del artista plástico Gustavo Masó, un personaje muy cercano a García.

Fuente: 10 Música

lunes, febrero 02, 2009

Charly grabó con Mercedes Sosa y le darían el alta

Para su primera aparición semi pública, eligió lo obvio: un recital en un gran estadio, para escuchar rock rodeado de amigos. Sin embargo, por esta vez –y hasta que esté listo para volver al ruedo– le tocó ocupar el lugar de espectador: siguió desde la intimidad de un palco el show de Elton John, un hombre que también sabe lo que es tocar fondo y resultar redimido. Flanqueado por parte del clan Ortega –Julieta, Rosario y Sebastián–, el músico llegó a la Bombonera a las 21.45, minutos antes de que comenzara el recital. Tranquilo y relajado, su look se mostró en coherencia con las últimas imágenes que circularon desde su etapa de “Charly recuperado”: holgada camisa blanca, pantalón de vestir negro y zapatillas, como para dar el toque informal que cualquier rockero necesita. A la salida, García se mostró muy conforme con el show y se dirigió hasta la camioneta que lo esperaba para llevarlo de regreso a “Mi negrita”, la estancia de Ramón “Palito” Ortega en la que se encuentra hospedado desde que recibió el alta en la clínica psiquiátrica Avril, el 21 de octubre pasado. En el camino, saludó a los fotógrafos y hasta dejó escuchar por primera vez su voz, nuevamente limpia, clara y algo aguda. “Sé que de todo esto saldrá algo muy bueno; me estoy recuperando y cada día me siento mejor”, aseguró mientras regalaba un símbolo de paz –o de victoria, según quiera interpretarse– con su mano.

Viaje de vuelta. Sus allegados coinciden en que la música funcionó como una gran fuerza catalizadora en la etapa que García emprendió –por la fuerza– en junio de 2008, cuando protagonizó un escándalo en un hotel mendocino que terminó en internación. Desde entonces, el creador de Cerca de la revolución fue retomando, poco a poco, su lucidez y sus labores como compositor, hasta embarcarse en la grabación de un nuevo disco que lo traería de regreso, quizás, después de mediados de 2009.


Fuente: Perfil